Sunday, March 15, 2009

El plan, signado en Los Pinos, plantea la creación de 2.5 millones de empleos temporales

El gobierno federal puso en marcha el Pacto Nacional por la Vivienda para Vivir Mejor, como una medida más para enfrentar la crisis económica y activar el mercado interno. Para ello, los diversos sectores del campo de la construcción se comprometieron a participar y, por principio de cuentas, a mantener los precios de las viviendas populares y evitar el incremento de precios en los insumos para la edificación.



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El empresario Carlos Slim, el titular de Sedeso, Ernesto Cordero, y Felipe Calderón, ayer en la ceremonia en Los PinosFoto Francisco Olvera
Claudia Herrera Beltrán y Ángeles Cruz Martínez

Por la mañana, en gira por San Luis Potosí, el presidente Felipe Calderón demandó a los mexicanos que hagan su parte para enfrentar los problemas del país, en particular este terremoto que representa la crisis económica, la cual se generó por la quiebra del sistema bancario y financiero de Estados Unidos, pero evidentemente nos impacta a los mexicanos, porque estamos cerca del ojo del huracán.

En el municipio de Río Verde, adonde asistió a inaugurar unos pasos a desnivel, el michoacano dio una larga explicación de lo que significa vivir mejor en su gobierno, aludiendo así al lema de su campaña de política social.

Respaldado en este eslogan, prometió emprender diversas obras en la entidad. Por supuesto, vamos a decirle a la Secretaría de Educación Pública que se aplique por ese techo en los talleres de la secundaria, respondió a unas jóvenes que plantearon dicha petición.

Llamó la atención que cuando faltan menos de cuatro meses para la elección de gobernador en San Luis Potosí, el Presidente también le dio el espaldarazo al mandatario saliente, su correligionario Marcelo de los Santos, a quien describió como su amigo y el mejor gobernador que ha tenido el estado, y por mucho.

Independientemente de que ha habido muchos (gobernadores) muy talentosos, desde luego, pero creo que ha habido un cambio importante en San Luis Potosí, y ha sido a favor de los potosinos, explicó, al deslizar así el apoyo a su partido, que también gobierna el municipio de Río Verde.

Más tarde, en la ceremonia efectuada en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, el mandatario resaltó la importancia de actuar juntos para mitigar el impacto de la crisis.

El Pacto Nacional por la Vivienda contiene nueve puntos y varios objetivos, entre otros, la generación de 2.5 millones de empleos temporales, construir un millón de casas en el año y financiar con más de 180 mil millones de pesos la adquisición de vivienda popular.

Los organismos promotores de vivienda se comprometieron a mantener sus inversiones, a fin de construir y remodelar más de 800 mil casas en este año. Calderón explicó que en cada uno de los dos años previos se realizaron más de un millón de construcciones, por lo que confió en que a pesar de la adversidad económica, se mantenga este nivel y a la vez, se creen 2.5 millones de empleos temporales.

A través de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) y el Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo), el gobierno federal canalizará 7 mil 400 millones de pesos para adquisición de viviendas, en beneficio de familias de bajos ingresos.

El pacto también forma parte de las acciones comprendidas en el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo, suscrito el pasado 7 de enero, y por el cual en 2009 se otorgarán 180 mil millones de pesos en créditos a los beneficiarios de Infonavit, Fovissste, la Sociedad Hipotecaria Federal, la Conavi y dependencias de la Secretaría de Desarrollo Social.

Con la finalidad de apoyar a las familias de escasos recursos, el pacto también prevé facilitarles acceso a créditos para la compra de viviendas cuyo valor sea menor a 300 mil pesos. Lo anterior con créditos que proporcionarán organismos como las sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles). Hasta ahora, este tipo de financiamiento sólo era posible obtenerlo en Infonavit o Fovissste.

Se trata, explicó Calderón, de que más familias de ingresos escasos puedan tener acceso a un crédito conforme a su capacidad de pago.

Al suscribir el pacto, los intermediarios financieros del sector privado se comprometieron a garantizar la disponibilidad de recursos para financiar un mínimo de 150 mil créditos hipotecarios, por un monto de más de 80 mil millones de pesos.

En tanto, los notarios del país congelarán el costo de sus honorarios y las empresas proveedoras de insumos para la construcción mantendrán precios competitivos y, en muchos casos, dijo el mandatario, realizarán importantes descuentos a los constructores.

Del lado del gobierno, el compromiso es promover el desarrollo de vivienda y ejercer el gasto público de manera oportuna y eficiente.



26 años de dogmas fracasados
Frente al espectro del neocolonialismo se
alza un nuevo nacionalismo económico

*Lacras burocráticas frenan la competencia de México

(Nota del editor: En la historia contemporánea de nuestro país, se han dado dos momentos estelares que han violentado la estabilidad política y económica que durante décadas caracterizó como sui generis el sistema mexicano; ambos sucesos fueron incididos por lo que, en sociología política, podría codificarse como la ruptura entre el poder presidencial y el poder empresarial: A fines de los sexenios de Luis Echeverría, 1975-76 -con la expropiación de latifundios en el noroeste-, y de José López Portillo, 1982 -con la nacionalización de la banca. Al paso del tiempo, al generarse una nueva y dinámica correlación de fuerzas políticas y sociales, el PRI fue echado de la Presidencia de la República. La semana pasada, al presentarse en el foro México ante la crisis: ¿Qué hacer?, organizado por las directivas del Congreso de la Unión, el hombre más rico de México, Carlos Slim Helú -propietario o accionista de al menos 400 entes empresariales-, expuso una crítica ponencia sobre la crisis económica nacional, que provocó en su contra una enconada réplica desde el gobierno calderoniano, pero a la vez reacciones de apoyo de organismos cupulares de la iniciativa privada. Por su interés periodístico, reproducimos el texto de la discordia.)

CARLOS SLIM HELÚ

Me da muchísimo gusto y me honra estar con ustedes en este foro tan importante. No había un antecedente, creo, desde 1931, cuando la Gran Depresión, en la que hubo esa unidad entre el bloque revolucionario del Congreso con las cámaras de comercio e industria.





Esa fue una reunión, una alianza importante que se formó y que permitió, con las políticas públicas que en ese momento se adoptaron, crecer 6.2 por ciento de 1932 a 1982. Ese crecimiento sostenido durante tantos años ha sido espectacular. Era el famoso milagro mexicano: fue una transformación enorme que el país logró gracias a esos esfuerzos y a esas políticas públicas, en las que se hicieron políticas de Estado que permanecieron por tantos años.

Apena que, desde 82, después de la gran crisis de la deuda externa, hayamos crecido cero en términos de per cápita. No es mediocre: es cero, es peor que mediocre, sobre todo si tomamos en cuenta la población que se ha expulsado. Es cero por ciento, incluyendo a los mexicanos que han tenido que irse por no encontrar posibilidades de trabajo en este país.

Ese 82, esa gran crisis de deuda externa, tuvo varias razones. Una fue quizás, la de los Cetes públicos importantes; otra, sin duda, fue la disponibilidad de petro-dólares, de disponibilidad de financiamiento, de crédito que permitió endeudarse en forma excesiva, pero la puntilla y la causa fue externa: fue la tasa de interés al 21 por ciento. Comprenderán que una economía o en una empresa o en una persona normal a la que le sube cuatro veces el costo financiero, tiene que entrar en problema.

De ahí, de esa deuda externa con varios fines, entre ellos cobrar, vino el plan y el modelo del Consenso de Washington, modelo que tiene varias virtudes, pero cuyos defectos hemos sufrido durante tantos años y que, por supuesto, los países en desarrollo no lo contemplan, no les hacen caso.

Hemos visto en estos abusos que ha habido, que el Fondo Monetario Internacional, los tecnócratas, los académicos, los dogmáticos e ideólogos brillaron por su ausencia; en ningún momento dado llamaron la atención. Lo más cercano fue la exuberancia irracional de los mercados de diciembre de 96, de Greenspan, cuando el índice era 6 mil 500, luego se fue a 13 mil.

Esa es una situación realmente clara. Hay que tener una visión de largo plazo hacia delante, pero hay que saber lo que ha pasado en el pasado. No hay soluciones simplistas. Durante el desarrollo sostenido, el país pasó de ser una sociedad agrícola y rural a una sociedad urbana e industrial. Ahora hay que pasar a ser una sociedad terciaria, de servicios, tecnológica, de conocimiento; tener contemplado qué es lo que esta sociedad y sus nuevos paradigmas reclaman, para irnos en esa dirección.

Me dio mucho gusto, en la inauguración del foro, no sólo el foro mismo, sino las palabras del presidente del Congreso, el diputado César Duarte, que dice: "Hay que hacer una revisión estructural del modelo y rediseño del sistema financiero". Es lo que hace falta.

También el presidente del Senado habló de propuestas y compromisos; de cambios estructurales para mejorar productividad y competencia. Es indiscutible que son dos argumentos fundamentales en toda esta situación que estamos viviendo.

Esta crisis se inicia en los noventa, cuya exuberancia irracional trata de frenar Greenspan en el 2000. En el 2001 hay un susto por la destrucción de riqueza de esa época. Después viene una serie de políticas excesivas, agresivas, laxas, monetarias y fiscales, que hicieron que esa crisis -que empezó a corregirse en el 2000, 2001, 2002- se saliera de toda proporción y nos llevara a lo que estamos viviendo hoy.

Hoy, el epicentro es la gran crisis de las instituciones financieras, por los excesos, los grandes excesos que tuvieron en sus políticas liberales, neoliberales, con falta de todo sentido de cuidado, -yo diría- principalmente del gobierno de Estados Unidos. Y, obviamente, las consecuencias vienen de la falta de regulación y supervisión de las instituciones financieras internacionales, creando nuevos instrumentos y derivados, en que su factor principal es lo que llaman "apalancamiento": la posibilidad de hacer con un peso, 20 o 30 o 50.

Por ejemplo: para comprar commodity había que dar cinco por ciento de garantía. Para comprar derivados no se daba garantía. Entonces se multiplicaba por cientos los riesgos y, bueno, pues esto es lo que estamos sufriendo. Fue una especulación con el petróleo; la especulación con los alimentos, que afortunadamente se vino abajo.

Por los commodity en general, no había que dar nada y se creó una serie de jugadores, apostadores neófitos; muchachos que llegaban creyendo que todo iba a ser para arriba y para siempre, y apostaban y apostaban. Y bueno, esto es lo que estamos pagando.

Pero lo grave es que, aunque el epicentro es Estados Unidos, las grandes consecuencias o más graves consecuencias se están teniendo fuera. Por ejemplo, Japón; mientras Estados Unidos cayó 3.8 el producto interno bruto en Japón cayó 8. En Alemania 8. Creo que en Japón por ahí nueve en el último trimestre. Estamos en el momento, yo diría, en que ya pasó el 29; estamos viviendo el 30; hay que evitar el 31, 32 y 33. Hay que evitar que ese mercado financiero que no se ha logrado estabilizar y no se ve que se esté estabilizando, y que, por supuesto a través del crédito contamina la economía real, no colapse el mundo económico como lo hizo en aquella ocasión y como se ve que lo está haciendo, en muchos sentidos, en este momento.

Está desmedido el crecimiento del desempleo; se habla de dos dígitos. España ya está también en dos dígitos. Japón, Alemania, todo el mundo decreciendo mucho. Nuestros países tienen la fuerza -hablo de Latinoamérica-, tienen la fuerza de la mejor en los términos de intercambio en estos últimos años. Nosotros el petróleo, otros países el sorgo, otros el trigo, etcétera, y tenemos los minerales. Tenemos una fortaleza económica en nuestros países, que tenemos que cuidar y aplicar con mucho cuidado para evitar estos colapsos físicos.

No cabe duda que el Producto Interno Bruto mexicano se va a desplomar: se va a caer, va a ser negativo. Ya desde el último trimestre del año pasado, no sabemos cuánto dure, pero va a ser muy fuerte el efecto. Ahí es donde yo digo: el PIB va a ser negativo, va a ser sustancialmente negativo por la caída del petróleo y de la exportación, entre otras cosas, y las consecuencias también internas.

Pero hay que cuidar el empleo. No hay que preocuparnos si esa caída es menos dos o menos uno o 0. Hay que cuidarnos de cuál es la masa salarial, cuál es el empleo, y hay que establecer como en el acuerdo nacional que encabezó el presidente de la República, buscar medidas que protejan el empleo y el ingreso familiar. Eso es lo fundamental que hay que hacer en este momento.

A mí me da gusto que en ese acuerdo se reconoció que todos estos modelos y esas ideologías y esos dogmatismos y doctrinas que estuvimos viviendo tantos años, desde 83, pero sobre todo cuando el Consenso de Washington empieza a aplicarse con más firmeza en nuestros países, nos han mantenido con crecimientos cero.

Yo creo que la gran bondad que estamos teniendo, al igual que ocurrió en esa reunión con el bloque revolucionario del Congreso, es que nos estamos volcando a la economía interna. Ya nos estamos dando cuenta que no todo es pensar afuera.

Pensamos que la inversión extranjera es maravillosa, parece que fuera donativo. La inversión extranjera no es un donativo. La inversión extranjera viene porque estamos ofreciendo buenas utilidades. Las empresas modernas son los viejos ejércitos. Los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos. Las empresas conquistan mercados y cobran dividendos, regalías, royalty, transferencias de equis, y griega y zeta. Hay que volcarse a la economía interna.

Obviamente necesitamos inversión extranjera y adoptar tecnología y tal. Pero tenemos que volcarnos en la economía interna, cuidar mucho nuestra economía interna, impulsar las Pymes, la pequeña y mediana, bajar la mortalidad empresarial, impulsar que en México -y no lo digo por nosotros- existan empresas fuertes que compitan internacionalmente.

No hay países fuertes sin empresas fuertes. Si los países no tienen empresas fuertes, se están volviéndo neocolonias. De alguna forma, necesitan tener la fuerza; no internamente, sino hacia fuera, de poderse proyectar. Por eso vemos países que han impulsado mucho las empresas fuertes, su transnacionalización; inclusive con impulsos fiscales como en España, en que se les da deducible al 75 al 90 por ciento de la inversión. Brasil que, las apoya con el Banco de Desarrollo, etcétera. Y como lo ha hecho Estados Unidos desde la Doctrina Monroe, desde Poinsett, desde la Colonia, ayudando a la independencia para controlar las economías y los mercados nuestros, hasta la fecha.

Creo que es muy importante atender la economía interna. Qué bueno que nos volcamos de nuevo a la banca de desarrollo; la teníamos olvidada. La banca de desarrollo es fundamental para el crecimiento de nuestro país. Tenemos que volver también a hacer infraestructura, a mejorar nuestra capital humano; tenemos un gran presupuesto en él, ahí va la calidad; ahora esa calidad es baja. Necesitamos modernizarlo, mejorar su calidad y pasar ya a la cultura digital, ya no alfabetizar a secas, sino alfabetizar digitalmente a la población.

Necesitamos ser competitivos en esta civilización del conocimiento, de la información, etcétera, y necesitamos competencia; estoy de acuerdo con la competencia. Es muy importante, es como si fuéramos un atleta que no compite con nadie, no va a progresar nunca. Necesitamos usar en la competencia referencias internacionales. Qué tiempo hizo éste, cómo salta el otro, cómo juega el beisbolista o el futbolista; qué técnico es el mejor.

Sin duda tenemos que estar abiertos a la competencia y a la globalización. No es una alternativa; es una necesidad. Es un paradigma esta nueva civilización, aunque en este momento se está retrayendo porque el colapso económico, la falta de empleo, la falta de consumo, la caída de la economía americana y de las economías desarrolladas; obviamente, a los países que exportan les van a bajar sus importaciones. Van a bajar los precios de los primarios, como ya bajaron; entonces va a haber una caída importante del comercio internacional.

Pero, aparte del concepto el comercio internacional, se va a caer el empleo, va a haber mucho desempleo, va a subir el desempleo como no teníamos noticia en nuestra vida personal -sólo historia de los 30-; van a quebrar las empresas, muchas chicas, medianas y grandes; van a cerrar los comercios, va a haber locales cerrados por todos lados, van a haber inmuebles vacíos. Es una situación que va a ser delicada. No quiero ser catastrofista, pero hay que prepararse para prever y no estar viendo las consecuencias después y estar llorando.

Yo creo que, como hicimos el 31, hay que retomar nuestras decisiones, hay que ver qué modelo necesitamos tener, cómo debe operar, cómo vamos a salir de esta crisis. Tenemos que salir más fuertes de esta crisis. ¿Cómo? Creando capital humano y físico. Si tenemos un buen capital físico, el capital humano va a ser muy importante.

Se impulsa mucho el empleo a través de las Pymes. Todos sabemos eso. Pero también hay que atender nuestro sector agropecuario que puede estar un poco descuidado y, por supuesto, la infraestructura. Y lo más rápido, más efectivo y que genera mayor empleo que la infraestructura y que la construcción misma de la infraestructura -que es fundamental- es el mantenimiento de es infraestructura. Para eso no hay que esperar el plan, el proyecto, la ingeniería, ni el derecho de vía, ni tal ni tal. Ése se hace de un día a otro. Las escuelas, hay 30 mil escuelas en mal estado. Hay que arreglarlas, hay que modernizarlas, hay que llevar ventanas, baños, techos, pinturas, que están realmente en deplorables condiciones;, igual hacerlo en los hospitales, en los centros de salud, en las oficinas de gobierno, en las zonas arqueológicas, cuidando la biodiversidad, el ambiente, etcétera.

Creo que hay una capacidad brutal en México de dar empleo intensivo, con muy poco dinero, y por supuesto, hay que buscar la combinación del capital público y privado para impulsar aquellos proyectos que lo justifiquen de esa forma. Creo que tenemos que buscar salir, como decía, más fuertes de esto.

A mí me llama la atención que todavía sigan los dogmas, después de 26 años de fracaso en que hemos hecho chica a la clase media, a la hemos afectado mucho. Como lo señalaba el presidente de la Comisión de Competencia, el castigo a sus ingresos es de 30 o 40 por ciento; la gente no tiene ingreso. La tercera parte de los estudiantes de la UNAM viven con un ingreso familiar de cuatro salarios mínimos, que hoy son 400 dólares...; eso no es ingreso. Necesitamos mejorar el empleo y el ingreso de la gente.

Se discute muchas veces sobre riqueza e ingreso. No que la riqueza sea privada, colectiva, pública; lo que importa es que tiene que manejarse con eficacia para crear más riqueza, y su fruto, que es el ingreso, debe tener una mejor distribución. Y vemos cómo se puede, sin duda: Una de las formas de mejorar la distribución del ingreso es con educación, es con empleo, y buen empleo. La educación no solamente tiene la ventaja de formar capital humano, sino que es una mejor oferta. El que tiene buena educación tiene mayores alternativas de trabajo. Todavía me faltan varias cosas, pero básicamente quiero insistir en el empleo en México. Yo creo que hay que buscar, sin duda, los capitales nacionales fuertes y competitivos, que se pongan al tú por tú con las trasnacionales. Crear más riqueza pública.

Cuando falla una iniciativa fiscal en el Congreso, que no se usen los monopolios del Estado para sustituir la recaudación fiscal. Que no se suba la energía como se ha estado haciendo para recaudar fiscalmente. Que no se use la gasolina para recaudación fiscal. Ese acuerdo debe estar aparte. Deben ser empresas que se manejen con autonomía y fuera del presupuesto, para evitar que cuando se autoriza un ingreso, no se suba un punto en la red tal o tal, y se suban los precios para tener esa recaudación.

Por último, les quiero decir aquí lo que dicen los Estados Unidos: vaya a América. Compra en América. El ministro Sebastián, de la industria española dice: "ya hay algo que nuestros senadores pueden hacer por su país, que es apostar por España, por nuestros productos, nuestra industria y nuestros servicios". Apostar por nosotros mismos. Está empezando a haber un nacionalismo económico para el consumo de Estados Unidos. Ojalá y para nosotros no sea "sell-México", "vendamos México". Le estoy dejando al Legislativo información sobre lo que es la competencia a la que se refería el presidente de la Comisión respectiva. Señala las razones principales más problemáticas en México: Primera, la ineficiencia de la burocracia gubernamental, 18 por ciento; corrupción, inadecuada infraestructura, regulaciones restrictivas, regulaciones de impuestos, escaso acceso al financiamiento, crimen y robo e inadecuada educación de la fuerza de tarea. Esto nos tiene en lugar 60 en competitividad. No es tampoco la ley de Dios, porque en primer lugar está Estados Unidos y ya sabemos que no es el más competitivo del mundo. Les dejo esta información y les agradezco mucho su atención, el tiempo y la invitación.




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