Racismo, saldo pendiente en Gran Bretaña
LEONARDO BOIX
LONDRES, 24 de abril (apro)- A pesar de las políticas laboristas de integración y multiculturalismo racial emprendidas en esta nación, aun sigue siendo un grave problema en las escuelas, lo mismo que en las cortes y la policía británicas.
Según se desprende de un sondeo realizado por el canal Teachers TV, el 55,1% de las autoridades de las escuelas británicas están al tanto de abusos racistas en dichas instituciones educativas.
Además, dos tercios de los 800 maestros encuestados --63,8%--, confesó que el racismo sigue siendo un problema serio en los colegios y más de la mitad (56,3%) consideró que ello tiene en su origen en la intolerancia religiosa.
Lo más inquietante es que 68,3% de los entrevistados admitió que las escuelas británicas carecen de una estrategia específica para lidiar con el racismo dentro de las aulas.
Ante tal disyuntiva, un tercio de los educadores se mostró partidario de la aplicación de un plan de capacitación docente que ayude a los maestros a desterrar el problema.
Andrew Bethell, director ejecutivo de Teachers TV, afirmó que los educadores británicos "reconocen que el racismo es un problema significativo en las escuelas y han expresado su deseo para recibir más entrenamiento y capacitación sobre cómo los colegios pueden lidiar con el racismo".
De todas formas, el problema del racismo no se reduce sólo a las aulas.
En las cortes británicas se han presentado también denuncias por discriminación.
Hace unos días, la juez negra, Iris Josiah, aseguró que los tribunales de Gran Bretaña son racistas porque frecuentemente condenan a personas inocentes que provienen de minorías étnicas.
La magistrado afirmó en una corte de empleo que su ascenso fue bloqueado en la Corte de Enfield, en Londres, luego que denunció el racismo sistemático entre los jueces británicos.
Josiah afirmó que durante siete años y medio fue víctima de un trato "injusto" debido a su color de piel.
La mujer, originaria de Antigua, demandó 110.000 dólares de compensación al Ministerio de Justicia, tras haber indicado que sufrió discriminación racial.
"Los años posteriores a mi nombramiento como magistrado, evidencié el trato hostil a acusados negros por parte de algunos jueces", declaró Josiah.
"Ello incluía comentarios duros, sentencias severas, condenas a pesar de evidencia y rechazos comunes a la libertad bajo fianza", agregó.
La jurista, que fue nombrada Juez de Paz en 1995, trabaja tanto en cortes de adultos como de menores.
"No tengo dudas que he sido discriminada racialmente y victimizada durante años por denunciar discriminación racial contra acusados negros", sostuvo la mujer.
La policía británica tampoco escapa a ese problema: en febrero pasado, las autoridades de este país abrieron una investigación para determinar si existe discriminación racial y religiosa dentro de Scotland Yard.
La Autoridad de la Policía Metropolitana para temas raciales y religiosos, que fue creada el año pasado por el nuevo alcalde de Londres, Boris Johnson, tras una serie de acusaciones de discriminación en la fuerza policial de la ciudad, quedó a cargo de la pesquisa.
El exasistente del alto comisionado para Scotland Yard el musulmán Tarique Ghaffur, que recibió al menos medio millón de dólares tras una demanda que le ganó a la Policía por discriminación, aceptó dar evidencia en privado.
La pesquisa fue presidida por la funcionaria Cindy Butts e interrogó al antiguo alto comisionado de Ian Blair, como también a la Asociación de Policías Negros, esta última que ha sido muy crítica de la fuerza.
En febrero último se cumplieron diez años desde la publicación del Reporte Macpherson por el asesinato del joven negro Stephen Lawrence, que concluyó que la Policía de Londres "es institucionalmente racista".
Un reporte independiente del grupo Runnymede Trust indicó recientemente que a pesar de haberse logrado un progreso significativo al respecto, Scotland Yard "debe poner fin a discriminación para sus empleados negros y de minorías étnicas, como también al uso desproporcionado de detención y palpado de personas de raza negra".
"Es difícil decir que el racismo institucional haya sido erradicado", concluyó
Según se desprende de un sondeo realizado por el canal Teachers TV, el 55,1% de las autoridades de las escuelas británicas están al tanto de abusos racistas en dichas instituciones educativas.
Además, dos tercios de los 800 maestros encuestados --63,8%--, confesó que el racismo sigue siendo un problema serio en los colegios y más de la mitad (56,3%) consideró que ello tiene en su origen en la intolerancia religiosa.
Lo más inquietante es que 68,3% de los entrevistados admitió que las escuelas británicas carecen de una estrategia específica para lidiar con el racismo dentro de las aulas.
Ante tal disyuntiva, un tercio de los educadores se mostró partidario de la aplicación de un plan de capacitación docente que ayude a los maestros a desterrar el problema.
Andrew Bethell, director ejecutivo de Teachers TV, afirmó que los educadores británicos "reconocen que el racismo es un problema significativo en las escuelas y han expresado su deseo para recibir más entrenamiento y capacitación sobre cómo los colegios pueden lidiar con el racismo".
De todas formas, el problema del racismo no se reduce sólo a las aulas.
En las cortes británicas se han presentado también denuncias por discriminación.
Hace unos días, la juez negra, Iris Josiah, aseguró que los tribunales de Gran Bretaña son racistas porque frecuentemente condenan a personas inocentes que provienen de minorías étnicas.
La magistrado afirmó en una corte de empleo que su ascenso fue bloqueado en la Corte de Enfield, en Londres, luego que denunció el racismo sistemático entre los jueces británicos.
Josiah afirmó que durante siete años y medio fue víctima de un trato "injusto" debido a su color de piel.
La mujer, originaria de Antigua, demandó 110.000 dólares de compensación al Ministerio de Justicia, tras haber indicado que sufrió discriminación racial.
"Los años posteriores a mi nombramiento como magistrado, evidencié el trato hostil a acusados negros por parte de algunos jueces", declaró Josiah.
"Ello incluía comentarios duros, sentencias severas, condenas a pesar de evidencia y rechazos comunes a la libertad bajo fianza", agregó.
La jurista, que fue nombrada Juez de Paz en 1995, trabaja tanto en cortes de adultos como de menores.
"No tengo dudas que he sido discriminada racialmente y victimizada durante años por denunciar discriminación racial contra acusados negros", sostuvo la mujer.
La policía británica tampoco escapa a ese problema: en febrero pasado, las autoridades de este país abrieron una investigación para determinar si existe discriminación racial y religiosa dentro de Scotland Yard.
La Autoridad de la Policía Metropolitana para temas raciales y religiosos, que fue creada el año pasado por el nuevo alcalde de Londres, Boris Johnson, tras una serie de acusaciones de discriminación en la fuerza policial de la ciudad, quedó a cargo de la pesquisa.
El exasistente del alto comisionado para Scotland Yard el musulmán Tarique Ghaffur, que recibió al menos medio millón de dólares tras una demanda que le ganó a la Policía por discriminación, aceptó dar evidencia en privado.
La pesquisa fue presidida por la funcionaria Cindy Butts e interrogó al antiguo alto comisionado de Ian Blair, como también a la Asociación de Policías Negros, esta última que ha sido muy crítica de la fuerza.
En febrero último se cumplieron diez años desde la publicación del Reporte Macpherson por el asesinato del joven negro Stephen Lawrence, que concluyó que la Policía de Londres "es institucionalmente racista".
Un reporte independiente del grupo Runnymede Trust indicó recientemente que a pesar de haberse logrado un progreso significativo al respecto, Scotland Yard "debe poner fin a discriminación para sus empleados negros y de minorías étnicas, como también al uso desproporcionado de detención y palpado de personas de raza negra".
"Es difícil decir que el racismo institucional haya sido erradicado", concluyó
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