Petras: Estamos bien Chury, ¿y tú cómo andas?
Chury: Muy bien, gracias. Aquí estamos trabajando y aguardando tus análisis desde allí con la pregunta clásica ya, que es preguntarte qué temas te ocupan en este momento.
Petras: Para decir la verdad estoy trabajando en un ensayo para un Congreso en Colombia sobre derechos humanos el 13 y 14 de mayo, sobre un tema que quiero destacar que es el de los premios mundiales que ha conseguido el presidente Álvaro Uribe.
Por ejemplo, el señor Uribe es el presidente que ha ganado más apoyo político de congresistas financiados por el narcotráfico que cualquier otro presidente del mundo, incluyendo Afganistán.
Es el presidente que ha conseguido la mayor expulsión de campesinos y refugiados que cualquier otro país del mundo: cuatro millones. Es el presidente que ha permitido más bases militares que cualquier otro presidente en las Américas.
En este caso, entonces, ha conseguido récords mundiales y hay que calcular más que cualquier otro presidente, en favor del autoritarismo y el entreguismo. Eso es parte del proyecto.
Y la segunda parte es analizar la forma en que el lenguaje está corrompido en este proceso de defender gobiernos como el de Uribe que violan todos los derechos humanos, sociales y políticos.
El lenguaje que utiliza por ejemplo como el concepto de seguridad democrática, que en vez de crear seguridad crea inseguridad porque a cualquiera que cuestiona es de práctica que puede perder la vida o recibir una visita en la madrugada y desaparece la persona que abre la puerta. ¿Y qué significa la palabra democracia cuando hay militarización del país, ocupación de terrenos de productores y la constante persecución de todos los movimientos sociales? En otras palabras, hay una tremenda corrupción del lenguaje para servir a los intereses del poder imperialista y oligárquico. Esto forma parte del trabajo que estoy haciendo ahora.
Chury: Ante eso que tú analizas, uno se pregunta, ¿en manos de quién está el tema de calificación o no de los derechos humanos en el mundo? Porque uno no sabe ya qué opinar sobre estos temas, es bastante difícil.
Petras: Sí. Bueno, en el caso del gobierno estadounidense el calificar a un violador o no violador de derechos humanos tiene que ver con su subordinación a la política de Estados Unidos. Cuando un gobierno apoya la política represiva de Estados Unidos, las guerras imperialistas, el gobierno estadounidense no lo incluye en la lista de violadores de derechos humanos. Por ejemplo Israel ha expulsado a millones de palestinos, constantemente está encarcelando civiles, pero nunca sale en la lista de violadores de derechos humanos.
Mientras que cuando hay un país crítico de los Estados Unidos, como Venezuela, cualquier medida que toma el gobierno contra opositores, automáticamente se califica como una violación de derechos humanos. En este caso entonces está muy claro que los criterios que utiliza el departamento de Estado están influidos por la política imperialista.
Hay otros grupos con mayor autonomía del gobierno estadounidense que tienen criterios más universales y consistentes, que aplican los mismos criterios a todos los países en relación con la violación de los derechos humanos y no tratan de imponer el criterio político antes de considerar la condición humana. Esta situación normalmente podríamos decir que se aplica a organizaciones como Amnistía Internacional y otros, con algunas excepciones porque incluso éstos grupos como Amnistía están financiados por las grandes fundaciones occidentales y no siempre cumplen con las declaraciones que ellos emiten. En este sentido yo creo que la mejor forma de tratar el problema los derechos humanos es que uno mismo haga su propia investigación para determinar qué es y dónde está y cuál es la amplitud de las violaciones a los derechos humanos.
En este sentido debemos aplicar los criterios de la amplitud y profundidad de una violación de derechos humanos. Por ejemplo, los Estados Unidos cometen enormes violaciones matando a más de un millón de iraquíes, mientras en China han reprimido algunas protestas en el Tíbet, que han costado tal vez una docena o dos docenas de víctimas entre heridos y muertos. Y no es lo mismo condenar alguna violación de China contra los del Tíbet como el genocidio que está cometiendo Estados Unidos en Iraq y Afganistán. Es como confundir un mayorista de crímenes con un minorista.
Chury: Relativo a la economía, ¿lo de Grecia es un hecho aislado en esa crisis económica o es un alerta de lo que puede ocurrir también en otros países de Europa?
Petras: Yo creo que por lo menos desde hace años hay una gran desigualdad en las economías y poderes entre los países de Europa del norte y los países de Europa del sur. Grecia, Portugal, España e incluso el sur de Italia, forman una periferia que está siempre endeudada con los países del norte por una razón: porque hay desigualdad, desigualdad de poder y desarrollo económico.
El sur estaba clasificado como un lugar de turismo, de segundas casas, de recreación; sin desarrollar profundamente las fuerzas productivas industriales y agrícolas. Es decir, tenían economías totalmente desequilibradas, dependientes de lo que son los flujos de turistas del norte y las inversiones del norte, particularmente en inmobiliaria. Y cuando la crisis aparece, estas deudas y estas dependencias tienen un impacto mucho más profundo en los países vulnerables del sur que en los países del norte. Y ahora la hipocresía es que los del norte acusan a los gobernantes del sur de toda la responsabilidad por la crisis, mientras es una crisis compartida entre las clases dominantes del norte y sus gobernantes en el sur dependientes de sus poderes en el norte.
El problema es que los pueblos en ambos lados van a pagar el precio. Los trabajadores del norte van a pagar más impuestos para subvencionar la deuda de las clases dominantes en el sur y las clases dominantes en el sur de Europa van a exigir enormes sacrificios a los trabajadores del sur y esa es la gran injusticia de Europa, de la Unión Europea, que está construida sobre fundaciones débiles, vulnerables, desiguales, injustas. No se puede esperar que la existencia de estas desigualdades no tenga consecuencias. El drama ahora es si pueden imponer estas medidas draconianas a los trabajadores del sur porque hay enorme descontento.
Fíjate Chury, si habláramos en Uruguay de que un gobierno declara que va a bajar los salarios un 30%, extender los años para la jubilación en cinco años más y se van a reducir las jubilaciones un 40%. Podríamos decir que es un retroceso de 40 años y eso obviamente en cualquier país va a provocar un descontento, una rebeldía, huelgas generales y lo que sea. Es lo que está pasando en Grecia, el pueblo no quiere sufrir un retroceso a los años 50 donde sufrieron todos los problemas de salir de una guerra civil.
Chury: Volviendo a América Latina, las últimas reuniones mantenidas por Lula con autoridades estadounidenses, hablan de la compra de armamento; de los F18, de la Boeing, en fin, armamento de primera generación a los Estados Unidos. ¿Eso qué supone en la actitud que ha querido jugar permanentemente Lula desde aquí, el continente, al mundo?
Petras: Hay dos cosas. Lula, y todos los gobiernos brasileños últimamente, quieren ser socios, patrones compartiendo el poder en América Latina. O mejor dicho, Brasil quiere ser reconocido por la Casa Blanca como el principal poder hegemónico y vocero para América Latina, para que los Estados Unidos traten a Brasil como un imperio socio de Estados Unidos en América Latina tanto en el nivel económico como en el nivel militar. Y hasta ahora y por muchos años los gobernantes estadounidenses no querían compartir el poder con Brasil pero últimamente por las debilidades del imperio por la guerra con Afganistán e Iraq están más dispuestos a negociar diferentes puntos de coincidencia con las aspiraciones hegemónicas de Brasil.
Segundo, Brasil tiene ambiciones mundiales para proyectar el poder, más que nada en la parte de África y últimamente en Asia, incluso en Medio Oriente. Obviamente no está en condiciones de establecerse como un poder de nivel mundial, pero tiene las aspiraciones y a partir de eso Lula particularmente quiere ser miembro del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas, entre los grandes poderes, tanto como China incluida India y Brasil como un nuevo poder emergente a escala mundial.
Por estas razones hay una política complicada de Brasil. Primero para tomar medidas independientes como reconocer a Irán, como mediar entre Venezuela y Estados Unidos, mostrar una independencia para negociar mejor algunos acuerdos. Es como decirle a Washington "nosotros somos independientes, tomamos medidas con más autonomía y si vosotros queréis ser un poder aquí tienen que tratar con nosotros". En este sentido estos pasos de independencia son medidas diseñadas para compartir poderes, en vez de declararse independientes. Por esta razón tenemos el doble juego de Brasil. Por un lado la independencia y por otro lado pactar con los Estados Unidos sobre las bases militares y otras medidas que aumentan la presencia estadounidense en el suir del continente.
Chury: Entiendo lo tuyo. Por eso será que José Mujica fue y dijo que Brasil debe ser el líder de América del Sur, el país hegemónico. Lo dijo hace poco, cuando estuvo por allí.
Petras: Sí, ahora hay una complicación. Una cadena que si es cierto que Estados Unidos está a la cabeza, Brasil quiere ser el socio de la cabeza y después Mujica quiere ser el privilegiado país dependiente. Es decir, quiere afirmar la hegemonía de Brasil y tal vez recibir algunas concesiones como el país dependiente favorecido entre Bolivia, Paraguay, etc., los otros pequeños países en la frontera con Brasil. Es una forma de decir nos sometemos a Brasil pero trátanos bien patrón porque somos fieles a tus intereses.
Chury: ¿Se ha notado alguna diferencia en el tiempo de Piñera en Chile? Porque hay pocas noticias.
Petras: Hay algunas indicaciones de que el gobierno de Piñera primero en grandes líneas es igual que los gobiernos supuestamente de centro izquierda. No va a cambiar nada de las estructuras actuales de clase, porque ya son bastante desiguales. No va a cambiar nada en relación con las grandes concentraciones de capitales banqueros porque ya están bastante concentradas. Pero sí va a aumentar tal vez algunas privatizaciones porque quedan todavía algunas empresas públicas, por ejemplo en minería y sectores de las telecomunicaciones. En este sentido va a profundizar o seguir pasos para extender y profundizar las privatizaciones del gobierno anterior. Otra cosa que podríamos ver es la forma en que está aumentando la presencia de los carabineros, la policía, para controlar el descontento de la gente damnificada por el terremoto que sobrevive pero todavía no tiene satisfechas las necesidades básicas. Entonces hay dos cosas: una es la profundización de la parte reaccionaria de los gobiernos anteriores y otra es la continuación de las grandes líneas del poder económico. Las dos cosas no son en ningún sentido una mejora. Hay un empeoramiento de algunas cosas pero en gran parte es un gobierno que está continuando lo que hicieron los socialistas democristianos del pasado, incluso atrayendo a algunos sectores de los democristianos para formar una alianza en el Congreso para aprobar algunas medidas y creando tentaciones para algunos sectores más reaccionarios del Partido Socialista para entrar en esta colaboración, lo que llaman una gran alianza nacional.
Pero por el momento podríamos señalar que sí es cierto que hay un giro hacia la derecha pero no tan grande como la gente predicaba en la campaña electoral.
Chury: Bien Petras, magnífico el análisis, te agradecemos muchísimo todo esto y la promesa de encontrarnos el próximo lunes, siempre que tú puedas, en las ondas de radio Centenario.
Petras: Muy bien, muchas gracias Chury
Chury: Un abrazo grande. Chau
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