Responsabilizan de la agresión a Rufino Juárez, de la comunidad de La Sabana
Otras 24 personas evadieron el cerco paramilitar que asedia al municipio autónomo
Domingo 16 de mayo de 2010, p. 11
Seis mujeres y cinco niños y niñas del municipio autónomo de San Juan Copala, en la sierra triqui, fueron retenidos ayer por la tarde a punta de pistola por un grupo de hombres pertenecientes a la Unión de Bienestar de la Región Triqui (Ubisort) al mando de su representante Rufino Juárez en la comunidad de La Sabana, denunció ayer a este diario el comisionado para los derechos humanos del cabildo copalense, Jorge Albino.
Otras 24 mujeres lograron evadir el retén de este grupo armado que tiene sitiado San Juan Copala desde hace seis meses. La Sabana, ubicado en una colina que domina el camino de terracería que llega al municipio autónomo, es donde el 27 de abril fue atacada una caravana internacionalista y asesinados dos activistas, la poblana Beatriz Alberta Cariño y el finlandés Jyri Jaakkola.
Hace dos años ahí mismo fueron asesinadas las locutoras triquis Teresa Bautista y Felícitas Martínez.
Al cierre de esta edición las autoridades de San Juan no habían podido comunicarse con las mujeres secuestradas, entre las que se encuentran la secretaria de la alcaldía Joaquina Velasco Aguilera e Isabel Bautista, esposa de un ex presidente municipal. Seis niños pequeños, el menor de un año, están con ellas. Según testimonios de las mujeres que sí lograron llegar al pueblo, se sospecha que dos de las retenidas pudieran estar heridas.
Más ya no puedo hacer
: autoridad oaxaqueña
Albino, quien se encuentra en el Distrito Federal, informó de los hechos al comisionado estatal de Derechos Humanos, Heriberto Antonio García, quien pidió apoyo al secretario general de gobierno de Oaxaca, Evencio Nicolás Martínez. Éste lo remitió a la subprocuraduría estatal de derechos humanos y advirtió que más ya no puedo hacer
para garantizar la seguridad de las mujeres secuestradas.
Como consecuencia del sitio, San Juan Copala está sin servicio telefónico ni electricidad; el grupo armado de la Ubisort ha ahuyentado a los maestros y al único médico que había. Además impide, con actos violentos, que los hombres transiten por el camino hacia la cabecera municipal que pasa por su bastión, en La Sabana. La situación es crítica para los habitantes y la escasez de alimentos apremia.
Pese al antecedente de la emboscada de la caravana humanitaria hace 20 días, con saldo de dos muertos y al menos cinco heridos, las mujeres triquis de San Juan Copala decidieron salir a comprar víveres a la cabecera municipal, Juxtlahuaca. El primer tramo del camino lo hicieron a pie y pasaron por La Sabana sin ser molestadas. Una vez en el mercado de Juxtlahuaca, sin embargo, una integrante del grupo, Margarita López, y su sobrina Susana Martínez fueron apartadas por la fuerza por varios hombres y llevadas al palacio municipal, donde las esperaba Rufino Juárez y al menos 10 hombres armados. Mientras discutían la mujer y la niña escaparon. Una vez reunido el grupo completo, llamaron por teléfono a Albino, solicitándole que pidiera apoyo para que pudieran regresar con seguridad.
Dormir en la calle
Albino se comunicó con Evencio Martínez, quien sugirió que fueran con testigos ante un Ministerio Público a levantar una denuncia. El grupo de mujeres triquis prefieron no hacerlo y se solicitó protección al comisionado de derechos humanos. Esa noche el grupo de mujeres y niños tuvieron que dormir en las calles de Juxtlahuaca. Este sábado se reunió un grupo de ocho enviados de la delegación estatal de derechos humanos, tres vehículos y varios centenares de policías preventivos para escoltar al grupo. Sin embargo, estas fueron conducidas a la localidad de Yosoyusi, que queda al borde de la carretera federal y no a Copala, como se requería.
Jorge Albino se volvió a comunicar con el secretario de gobierno para explicarle que el tramo peligroso era justamente el que cruza por La Sabana y que para llegar por veredas a San Juan le llevaría a los niños y las mujeres al menos 10 horas de camino inseguro. “Yo ya las dejé en tu terreno –le respondió por teléfono Evencio Martínez al representante de Copala– ahora tú muévelas de ahí.” Jorge Albino alegó la inseguridad de la carretera de terracería.
Cerca de las cuatro de la tarde Albino recibió una llamada de una autoridad de San Juan Copala informándole que las mujeres habían decidido emprender el camino de regreso caminando por la carretera. Después de una hora de caminata pasaron por La Sabana. Ahí las esperaba de nuevo Rufino Juárez y sus hombres. Las encañonaron y trataron de impedir su paso disparando al aire. Casi todas echaron a correr y lograron llegar al municipio autónomo, que ya queda a sólo 20 minutos.
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