Hace menos de un mes, la Administración estatal de radio, cine y televisión de China (SARFT - State Administration of Radio, Film, and Television) mostró a periodistas de más de 50 países la forma en que manejan sus medios audiovisuales, confirmando que nada se emite en vivo, que el control de esa inmensa red mediática es minucioso y sobre todo, que los mecanismos de censura se apoyan en su aliada principal: la tecnología aplicada al control. 180 participó del seminario y éstas son algunas de las principales conclusiones. La propuesta académica fue repensar las bases y los conocimientos periodísticos de cada participante, estudiar la estrategia y la planificación de medios de China y visitar algunos medios de ese país para contrastar el discurso con la realidad.
Una China en vías de desarrollo
Las autoridades chinas se mostraron muy interesadas en convencer al mundo que China no es un país subdesarrollado, y uno de sus indicadores más evidentes es la desigualdad entre ricos y pobres y los problemas que tiene el gobierno para llegar a los sectores más excluidos de la sociedad. Una de sus grandes preocupaciones es la imagen que dio China al mundo a través de la Olimpíadas, porque la grandiosidad de las inauguraciones creó una idea de una China que como totalidad no existe. En cuanto a los medios de comunicación, desde la "apertura" en 1978, China es el país con desarrollo mediático más acelerado aunque sólo ha sido a nivel estatal.
Zuh Hong, Director de la Oficina y de Administración y vocero del SARFT manifestó el interés del gobierno chino para que los productos audiovisuales chinos tengan mayor visibilidad. La quinta parte de la población mundial está en China. Sin embargo, los productos periodísticos chinos son prácticamente desconocidos en el mundo occidental. Por otra parte, en la industria cinematográfica (donde están terceros luego de India y Estados Unidos) no están interesados en ser primeros que califican inversión y cantidad de producción. Para China, el desafío en la industria del cine es competir con producción de calidad.
Si bien los medios pertenecen al estado, la televisión china se autofinancia a través de la publicidad. Sólo las teleseries (telenovelas) solventan el 70% del presupuesto de la televisión china. El grado de popularidad de este producto televisivo indujo al gobierno chino a decidir incluir contenidos educativos dentro de las teleseries y en este momento los productores y diseñadores de contenidos están trabajando en el diseño de estos programas de "entretenimiento educativo" aplicados a la realidad de China.
El control y la censura
El gobierno es responsable y plenipotenciario en la decisión última sobre los contenidos emitidos en televisión y radio. En cada medio de comunicación el director es el responsable de la programación, bajo la directa supervisión del SARFT que es el organismo estatal de control. Al ser consultadas las autoridades del SARFT sobre qué tipo de contenidos no pasan el control estatal, la respuesta fue: todo lo que atente contra el espectador y el interés general y todo lo que va en contra de las normas de SARFT y de las leyes de China. Muchas veces consultamos cuáles son esas normas, dónde están escritas, cuáles son los límites, pero nunca nadie nos dio más detalle. Es más, Cao Ri, subdirector de CCTV 9 (el canal de la cadena CCTV que emite en varios idiomas porque es el canal de información internacional) dijo no haber leído nunca tales leyes y que por tanto desconoce el detalle. La justificación del control se sustenta en un discurso monolítico y uniforme: la población china es muy grande y para sustentar el orden y evitar el caos, el control es indispensable.
Sin embargo, las autoridades chinas han reconocido que a nivel de medios es necesario flexibilizar algunas normas porque la censura de contenidos previa a la emisión imposibilita la competitividad. Pusieron un ejemplo de estas fallas en su sistema de comunicación: un campesino que fue el primero en reportar sobre un accidente de avión, mandó la información a través de un sitio web muy famoso en China y el dato llegó a un periodista que lo sometió a los sistemas de control estándares de China para poder realizar el despacho internacional. La autorización demoró tres días y cuando finalmente la noticia fue enviada al exterior la prensa del mundo creyó era un segundo accidente de avión porque el primero ya había sido reportado por vías no oficiales.
El público objetivo de CCTV 9 ha dejado de ser la población de China y hoy la dirección del canal apunta al público extranjero dentro y fuera del país. Buscan competir con CNN y la BBC y ya cuentan con 29 oficinas en el mundo. La más cercana a Montevideo es Brasil. El año pasado lanzaron CCTV en español (ver link al pie de nota). Como la televisión no es la televisión en sí misma sino que hablar de medios de comunicación es hablar de política y de fuerza nacional, para la administración de China cualquier intercambio de programación o de señal televisiva con el exterior depende de las negociaciones que se realicen con el gobierno y no con las autoridades del canal y mucho menos con los productores de los contenidos.
Al ser consultados sobre la distancia entre el discurso de apertura mediática y las medidas reales tomadas por el gobierno chino en esa dirección, el vicepresidente de CCTV 9, Cao Ri, dijo que un ejemplo de apertura es que hoy tienen presentadores de noticias de diferentes nacionalidades. Para Cao, este es un cambio radical que habría sido impensable hace pocos años atrás. Pero no sólo se quedó en la imagen de CCTV. El subdirector de CCTV 9 sorprendió a su audiencia cuando dijo: "creo que CCTV no está haciendo las cosas bien en términos de noticias pero las noticias tienen su propio criterio en China. Estamos tratando y lleva tiempo. Recibimos quejas de los espectadores porque los oficiales del gobierno aparecen demasiado en la pantalla".
Al mismo tiempo denuncian una y otra vez una campaña mediática de desprestigio a China dado que la información que manejan las cadenas internacionales omiten los pasos que China está dando hacia la apertura y no muestran todas las caras de China. Las autoridades de China coinciden en que más allá de intencionalidades, hay un problema estructural en la prensa extranjera que es la falta de comprensión de la sociedad, la cultura y el sistema político chinos lo que deriva en críticas que terminan estando basadas en la ignorancia y no en la malicia. Un caso paradigmático de este fenómeno, según Cao Ri, es la política de control de natalidad que es calificada por el mundo occidental como violatoria a los derechos humanos, cuando dentro del país se entiende como una medida necesaria. "Me gustaría ver qué haría Bush con 1,4 billones de habitantes" terminó el subdirector de CCTV.
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LINKS PARA VER TELEVISIÓN CHINA EN INGLÉS Y EN ESPAÑOL:
http://espanol.cctv.com/ y http://english.cctv.com/
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