Wednesday, June 10, 2009


La trágica historia de la reina del pop árabe


MARTA DURáN DE HUERTA


MÉXICO, D.F., 5 de junio (apro).- Suzzanne Tamim abrió la puerta de su departamento a un supuesto mensajero que, en lugar de entregarle un regalo, le apuñaló la cara y después la degolló. El asesino no se dio cuenta de que en el lujosísimo edificio donde vivía Suzzanne Tamim había cámaras de circuito cerrado de seguridad, que lo filmaron desde que entró al inmueble, subió por el elevador, caminó por el pasillo y agredió a la reina del Pop árabe.


Los videos fueron claves para dar con el asesino, así como la ropa ensangrentada que él dejó en un bote de basura del edificio, uno de los más lindos de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.


La noticia de la muerte de Suzzanne Tamim conmocionó a todo el mundo árabe, pues la cantante libanesa era sumamente popular. Tenía 30 años de edad, cantaba, bailaba danzas muy sensuales y era conocida como la Shakira árabe. No había adolescente que no cantara sus canciones o bajara sus videos de Youtube.


La policía de Dubai capturó al asesino. Se trata del egipcio Mohsen Al-Sukkari, de 30 años, exmiembro de las Fuerzas de Seguridad de su país.


Las cosas se complicaron cuando el homicida confesó que fue contratado por el multimillonario egipcio Hisham Talaat Mustafá, quien no soportó que la diva rompiera con él tras tres años de romance.


Talaat, casado y con tres hijos, tuvo un romance en secreto durante más de tres años con Suzzanne Tamim. Los amantes se reunían en El Cairo, en Londres, en Los Emiratos o en el Líbano, en los hoteles o residencias de lujo de Talaat.


Suzzanne decidió romper con Talaat y se fue a vivir a Dubai para comenzar una nueva vida. Poco después conoció y se enamoró de un campeón de Kick Boxin iraquí, de nombre Riyad al-Azzawi, con quien quería contraer nupcias. Esto fue demasiado para el honor herido de Talaat, quien contrató a Mohsen Al-Sukkari, guardia de uno de los hoteles, para que la asesinara.


El asesino material confesó a la policía de Dubai que Hisham Talaat Mustafá le pagó el equivalente a 2 millones de dólares por el delicado encargo. Por si las dudas, o tal vez para chantajear a Talaat en el futuro, Mohsen al-Sukkari grabó todas las conversaciones telefónicas que sostuvo con su jefe sobre las negociaciones y detalles del futuro homicidio.





El escándalo





Hisham Talaat Mustafá es uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo árabe. Para arrestarlo, las autoridades egipcias le quitaron la inmunidad que le daba ser miembro del Senado por el Partido Nacional Democrático.


El multimillonario es amigo y socio de Gamal Mubarak, hijo del presidente Hosni Mubarak. Además, el asesino intelectual es dueño del Talaat Mustafa Group, un conglomerado de 23 empresas con más de 10 mil empleados


La revista Arabianbissnes, en su edición del pasado 23 mayo, situó a Talaat Mustafá como uno de los 50 árabes más ricos del mundo y calcula su fortuna en 800 millones de dólares.


Arabianbissnes presentó la biografía de la fortuna del Talaat Mustafá Group Holding Company (TMG). Hisham Talaat heredó de su padre, en 2005, el TMG. Los pilares de la fortuna son los bienes raíces, casas de cambio, el mercado de futuros y la propiedad de cadenas de hoteles de lujo por todo el mundo, como la Four Season (Cuatro estaciones).


La reportera preguntó al Four Seasons en la Ciudad de México si era propiedad de Talaat Mustafá, y la oficina de recursos humanos dijo que no, que el de la Ciudad de México tiene un propietario canadiense.


De hecho, el asesino material trabajaba como guardia en el hotel Four Seasons en Sharm El Sheikh, Egipto, una exclusiva zona de recreo.





Condenado a morir





El asesinato de Suzzanne Tamim se perpetró el 28 de julio de 2008. La captura del asesino material se realizó ese mismo mes y la de Talaat Mustafá el 2 de septiembre; el juicio a ambos inició el 18 de octubre del año anterior.


El veredicto se hizo público el 21 de mayo pasado. Talaat Mustafá y su empleado Al-Sukkari fueron declarados culpables y condenados a morir en la horca.


El juicio captó la atención de Egipto, Líbano (la tierra de Suzzanne) y los Emiratos Árabes.


Durante el juicio, la fiscalía mostró los videos de las cámaras de seguridad, las conversaciones telefónicas entre Al-Sukkari y Talaat, así como las evidencias de que Talaat consiguió la visa para Al-Sukkari y documentación que lo acreditaba como guardia del Four Seasons, además de los boletos de avión El Cairo-Londres-Dubai, las pruebas de ADN encontradas de la ropa ensangrentada de Al-Sukkari y el arma asesina.


El 21 de mayo, día en que se daría el veredicto, desde la madrugada decenas de policías antidisturbios vigilaron el juzgado del barrio de Bab al Luq.


Talaat y Al-Sukkari se declararon inocentes, a pesar de las evidencias.


El asesinato y luego el juicio acapararon los titulares de toda la prensa árabe, que aprovechó la expectación de sus lectores. Sin embargo, desde que arrancó el proceso penal en noviembre de 2008, el procurador general egipcio, Abdel-Maguid Mahmoud, dictó una prohibición a la prensa para no escribir o comentar el juicio.


Jeffrey Fleishman y Noha el-hennawy, corresponsales en El Cairo del diario Angeles Times, denunciaron el pasado 22 de mayo que los periódicos con el veredicto para los asesinos fueron confiscados de los kioscos y puestos de venta.


La prensa tuvo vetado el acceso al juicio y éste se realizó a puertas cerradas. Aun así, los comunicadores cumplieron con su trabajo de informar, pese a que podrían ser multados con mil 800 dólares y hasta un año de cárcel.


Cinco comunicadores desobedecieron y ahora enfrentan los cargos, aunque aún no han sido encarcelados. Ellos son: Magdy el Gallad, editor del diario independiente Al Masry Al Yom; Abbas el Tarabili e Ibrahim Quraa, ambos del diario Al Wafd, y Yusri el Badri y Faruk el Desuki de la publicación Al Masry Al Yom.


La organización International Freedon of Expression Exchange, (Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión) dio la alerta internacional el 26 de mayo sobre la violación a los derechos fundamentales de estos periodistas.


La Red Árabe por la Información de Derechos Humanos (ANHRI, por sus siglas en inglés) también tomó el caso. Señaló que el juicio a los periodistas viola el artículo 19 del convenio internacional sobre derechos civiles y políticos de las personas que Egipto ha ratificado. Además, argumentó que es parte de su Constitución Política.





No usó sus influencias





Los egipcios pensaban que Hisham Talaat Mustafá movería sus influencias para, literalmente, salvar el cuello. Sin embargo, para sorpresa de todos, eso no sucedió. Nadie se explica por qué en esta ocasión un multimillonario está tras las rejas y con un pie en el patíbulo, en un país con un largo historial de impunidad y tráfico de influencias, como México.


El periódico egipcio El Cairo Chronical juega con una hipótesis: que el gobierno de Dubai ejerció una enorme presión.


La ejecución se concretará en este año, pero aún falta el visto bueno de la máxima autoridad religiosa, el Gran Muftí.




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