Si yo tuviera necesidad de ganar unas oposiciones y necesitara parecer original, a partir de estas frases escritas, podría ponerme a retorcer un poco el hilo del discurso, y me saldría algo así como: “ese de ahí fuera que siendo un en sí es un no ser en sí, porque es un sujeto que es yo…” etc. Y da Hegel y sus “…omnia loci terribile dictu” [todos los lugares terribles de nombrar]. Sin embargo, el núcleo intelectivo de la elaboración especulativa es racional, es más, es de sentido común, experiencial. Pero si cogemos el lío de la madeja por la otra punta, y lo devanamos, ese discurso da El Manifiesto. Da Gramsci
¿Y si no hay movimiento; si no existe un nosotros, si no existe un sujeto?. Joan lo responde en su presentación de las jornadas del día 6 de junio. Entre tanto aquí seguimos:Victrix causa diis placuit; sed victa, Catone (Farsalia, libro ll) [con una pequeña licencia en la traducción del tiempo verbal, significa: La causa vencedora place a los dioses. La vencida, a Catón]
Preve combate a Althuser, y a los cientifistas, es decir a los que confunden el estatuto epistemológico de la ciencia y están dispuestos a llamar ciencia a cualquier cosa -a cualquier tipo de pensamiento y creen dignificar así la cosa denominada-. Critica a la Grasa, y creo, a ¿Colletti?, etc. pero creo que -y en esto al igual que nuestro gran amigo fallecido Labica, tal como Preve dice y creo que acierta- sigue sosteniendo una noción fuerte de la "ruptura epistemológica" -Labica la sostiene en su marxismo, muy culto, cuando intenta definir qué es la filosofía de Marx, tras la aceptación tácita de la noción de ruptura epistemológica, puesta para toda la obra de Marx, no solo para EL Capital, -Le statut marxiste de la philosophie-, pero la suspende, sin embargo, cuando analiza historia: si se la aplicase a Robespierre, por ejemplo, éste quedaría fulminado por retrógrado, reaccionario, etc, pero no es así-. ¿Pero cómo opera esto en Preve? ¿Hay un Marx de1848 y uno de 1867; no lo hay?. Preve sitúa que hubo un Marx, al comienzo, idealista, y tiene el buen gusto intelectual de reivindicarlo, como vemos, y no lo echa al estercolero. Y luego Preve señala que hay otro Marx distinto, posterior, que hace ciencia, y también lo reivindica. Propone que se haga una síntesis -ontología, creo que la síntesis se la encomienda a la ontología-. Y acepta una contraposición, de etapas de pensamiento. Preve es, por cierto muy agudo, cuando dice que Marx dejó muchas cosas abiertas –p.e., el último Marx se mete en la antropología, ya no ve al homo oeconomicus como el desideratum antropológico de la historia, los "cuadernos etnológicos que conocemos por Lawrence Krader"... y hay muchas otras cosas..... Respecto de Preve, acabo de ser mezquino; Preve no es solo muy agudo aquí. El texto de Preve es, todo él, muy agudo-, pero Preve confronta dos "estilos" de pensar caracterizados respectivamente por la praxeología y la ciencia... ¿existe tal el enfrentamiento? Si se opone praxis y ciencia, pensamiento común frente a científico se cae en la interpretación de la ciencia propia del viejo positivismo y la teoría de elites, el sacerdocio de los sabios, (cuyas recetas nos llevan de crisis en crisis -económicas-, pero dejémonos de sarcasmos) ¿era esa la interpretación de Marx? En los "libros gordos" económicos de Marx, publicados, Marx denomina su trabajo "CRÍTICA": Contribución a la crítica... El capital, crítica de la economía política. La crítica es un viejo género literario idealista y romántico. Idealista, desde las dos críticas de Kant –la Ilustración toda es, fundamentalmente, crítica…- , más alejadas por su corte a la crítica del XlX, contra el cristianismo etc: recordemos todos los pensadores que Marx "ajusticia" con esa espada de ángel vengador, tan suya –un pelín excesiva- como miembros de la "crítica de la crítica crítica",en la Sagrada Familia –pobre Szeliga-, y también en la Ideología Alemana...allí él se dedica "a hacer crítica sin contemplaciones" asumiendo en primera persona el programa que le había expuesto en una carta a Ruge, -tomo 5, OME; en una carta que es muy hegelianota, pero en “clave clara”, de por esas fechas - , y sigue con la traditio idealista de la crítica. En 1850 y 60 Marx cree que no es la filosofía "enemiga" -hay que andarse con cuidado, como indica Preve- el pensamiento central del enemigo; el pensamiento a criticar, sino una escuela de pensamiento escocesa dedicada a la reflexión económica de índole teorética: la economía política. Y según el esquema tradicional, Marx la critica. Hace buena ciencia, pero su finalidad es refutar, criticar, una escuela propagandista del enemigo, no estatuir un pensamiento más firme, más sólido, más fuerte que el praxeológico, desde donde dirigir la lucha de masas. Si así hubiese sido, si esa hubiese sido la opción de Marx, en ese caso, necesitaríamos una élite o estado mayor, capaz de leer El Capital -y..etc- que gobernase a los muchos, y que definiera desde el análisis económico, y demás ciencias sociales, la estrategia política; pero lo imposible, con esa teoría de elites sería lanoción de democracia: que todos podemos deliberar. Y la de soberanía popular
Respecto de la relación de la ciencia y la praxeología filosófica, creo que hay que añadir algo ¿qué papel desempeña la ciencia?; en el plano político base, "aprioristico" fundamental, ninguna...si se está por la democracia; quiero decir, la ciencia no puede sustituir la deliberación y la acción democrática. Otra cosa es que desde la deliberación pública percibamos la necesidad de tener un p.e. aparato sanitario y lo legislemos, y pongamos en manos de especialistas, claro (este no es un buen ejemplo; ahora trato de poner otro que creo, es muy claro, el caso Wolfang Harich). Pero si la especialización teorética fuese imprescindible para la política... sólo los "sabios" podrían hacer política: teoría de elites positivista. ¿No necesitamos información procedente de la investigación? Sí, pero dentro de la deliberación pública y teniendo en cuenta que esa información puede dar para articular soluciones indefinidas, esto incluye también a las todavía no definidas ni pensadas, y toca al ciudadano y no al científico definirlas. Deliberación pública: el que sabe algo que lo exponga y convenza -si es que hay publicidad, es decir espacio de libre comunicación entre ciudadanos: no lo hay-. Hasta aquí, Kant Qué es la Ilustración -que no trata de la ciencia, sí de la ilustración-. Un ejemplo: la crisis ecológica. La investigación dió resultados escalofriantes ya para 1973 : informes del club de Roma que yo conocí gracias a Sacristán. Formas de uso posibles de esos materiales ( a parte de las del capitalismo y los partidos de izquierda, que la ignoraron: incluso los ecolos): Harich volvía a la senda trillada de una elite cultivada pero despótica que sí los entendería e impondría medidas dictatoriales desde el estado -ingeniería social- sobre la sociedad. Nada se ha avanzado. Creo por el contrario que la única medida sensata, posible, con consecuencias reales, es -sería- cambiar la forma de vida, la cultura de vida... eso no se puede imponer de forma ingenieril -desde"fuera", como saber lúcido sobre/ contra los “ignaros”-. Crear una nueva cultura material, cosa difícil -la humanidad lo ha hecho en varias ocasiones, la última nos ha pasado por encima- solo puede ser realizado entre todos. Como lo prueba la necesidad de la propaganda sobre los modos “correctos” de vida, los anuncios, sobre lo que es “prestigioso” consumir, etc., la necesidad del continuo mensaje audiovisual, tan ferozmente normativo en lo que hace a modos de vida y diversión, como forma de que entre todos, mantengamos y reproduzcamos esta cultura actual, imprescindible para el capitalismo. Se necesita que el saber científico sea llevado como “crítica” a la deliberación política. Y entonces, que los más discutan y elijan su alternativa. Me explicaron -no sé si es verdad- que en un hotel "muy exclusivo" para gentes “muy selectas” –es decir, gentes corrientes como las demás pero con mucho dinero-, esas gentes expresaban su saber de la crisis ecológica y decían que: somos demasiados en este planeta. Y que lo decían con manifiesto desprecio hacia la vida de miles de millones de "miserables"; una medida posible sería tratar de diezmar la población mundial para permitir a algunos vivir en su lujo consumista...la ciencia es neutra respecto de las alternativas o como decía MS, con la ley de la palanca se puede hacer, indistintamente, un gato o una grúa. Por cierto que el uso de la ciencia por parte de Marx, me da la impresión, era mucho más "tan solo" crítica como hubiera podido serlo para Lucrecio o Epicuro –o Aristóteles-: en la antigüedad, como nos ha contado Pierre Hadot, la ciencia servía para liberar el alma humana del temor a los dioses; los pocos ingenios técnicos de la antigüedad los crearon los tecnites, no los científicos y por eso Benjamin Farrington decía que la ciencia era aristocrática -peyorativo-: no estoy de acuerdo. Creo que Marx tampoco: su tesis doctoral. Volviendo a sus textos de crítica económica, Marx hace allí ciencia para elaborar su crítica y combatir el poder de persuasión del discurso de la escuela llamada "la economía política".Él tenía mucha más confianza que nosotros en el resultado del capitalismo. Es, creo, imposible, que él hubiese dicho "socialismo o barbarie" ni que hubiese pensado en la posibilidad de implosión del equilibrio natural que permite la existencia de la especie. No creo que él viese la necesidad de hacer prognosis científica de los efectos reales de la industria capitalista sobre la naturaleza –por ejemplo- debido a los peligros objetivos en parte ocultos – en parte- que estos podrían implicar para la humanidad. Y de hecho la incorporación de la ciencia y la técnica de forma directa a la producción masiva -y sus resultados y consecuencias en el deterioro de los equilibrios de los sistemas naturales de cuya preservación depende la existencia de nuestra especie- es del último tercio del XlX, con la química industrial y todo eso. Así que la necesidad de medir científicamente las consecuencias de la tecnociencia sobre la naturaleza es algo reciente -sin negar anteriores crisis ecológicas consecuencia de la mano del hombre: deforestaciones, tierra esterilizada por cultivo intensivo, etc- Por eso, me parece que Marx no se planteó la necesidad de introducir los resultados de las investigaciones científicas en el debate público con el fin de señalar problemas "reales" -cómo decirlo-: creer que el capitalismo es justo y benéfico -por resumir de alguna manera las ideas de la escuela escocesa- y combatir críticamente esa creencia, es algo distinto de señalar un "esto" real, objetivo, propio de la materialidad de la dinámica histórica, e interpelar sobre su peligro: se alteran los ecosistemas de forma peligrosa, se pierden especies, etc. Pero , vuelvo al modelo Preve a partir del ejemplo del caso Harich: enfrentar ciencia y praxeología da cosas malas. Teoría de elites
No sé si me doy a entender y tampoco sé si os parece que lo que escribo está en relación con lo que dice Preve (a parte, de la opinión que os merezca lo que escribo).
Permitidme, para ir acabando, volver al asunto del pensamiento común praxeológico, a la experiencia, y referirme brevemente al tema de debate de la dialéctica. La palabra “dialéctica”, muy discutida, en el uso actual se refiere al cambio histórico del orden social humano –no pretendo negar la historicidad de la naturaleza, las eras geológicas, la evolución de las especies vivas, etc., solo pretendo acotar el ámbito al que me refiero, porque ya es bastante berenjenal el jardín en el que ando metido- . Antes de continuar, aviso –lo vais a advertir de inmediato, además,- que, consiguientemente, estamos volviendo sobre el mismo asunto del cambio histórico que he tratado anteriormente, cuando cité El Manifiesto y me referí al estatuto del pensamiento que orienta la actividad humana. Precisamente, lo mismo que antes, mi objeción se abre cuando se reflexiona sobre el estatuto epistemológico del saber humano que registra la dialéctica histórica, es decir el cambio histórico y da cuanta de ella. Se parte del intento de sustituir las nociones intuitivas de Marx según las cuales la dialéctica es algo parecido a un cuadro u obra de arte y se trata de recoger la idea, por él expuesta –que viene de Hegel-, de que se avanza de lo abstracto a lo concreto- complejo –también sobre esto traté antes- Se ha comparado este intento de Marx al de los modelos holísticos, a los modelos cibernéticos de sistema, etc. elaborados como instrumental para los estudios científicos actuales Pero nos estamos dejando enredar confundiendo un sentido de la palabra “dialéctica” prioritario, el que se refiere al proceso histórico unitario de cuya dinámica surge un cambio, con el estudio de ese cambio. ¿O es que hasta que no hubo estudios de la dialéctica no hubo en la historia dialéctica?. Pero, si hubo siempre dialéctica histórica y si es cierto que el proceso real histórico es consecuencia de los actos humanos, desarrollados por los seres humanos, previo haber pensado qué y cómo hacer ¿cual ha sido el pensamiento que ha guiado la dialéctica histórica antes de la aparición de estos sistemas teoréticos de análisis/síntesis? ¿o era "el estómago y no la cabeza" la que impulsó a los seres humanos a cambiar, inconscientemente, el orden social antes?. Me convence la idea de Lukacs destacada por Max Bense, y que es también a su modo, la de Bloch y de Gramci: sería la imaginación, la creatividad humana práxica habitual, la que a partir de una experiencia que revela la singularidad del momento, y del registro de las capacidades humanas activas operantes, se atreve a construir imaginativamente alternativas. No fue un modelo teorético holístico, desarrollado por intelectuales cibernéticos en alguna universidad, sino la imaginación de los artesanos de Paris de 1844 la que creó, a partir de las posibilidades práxicas registradas por su experiencia, desde dentro de la praxis misma, desde la reflexión imaginativa sobre la experiencia desarrollada en la lucha, y para tratar de construir una nueva praxis social, un nuevo orden, la fecunda idea de la socialización de los medios de producción, los nuevos, los que incluían a muchos trabajadores juntos. Lo hicieron dando continuidad y a la vez originalidad a la traditio: el res publicano omnia sunt communia –porque todas las cosas son comunes, allí donde la sociedad es de veras una cosa pública o res pública- pasó a desarrollarse e integrar la propiedad común de la unidad productiva por parte de los productores libres asociados.
Por lo demás, cuando en un centro de estudios se investiga una época, lo que permite unir saberes distintos, "sistematizarlos" y que esa sistematización no sea arbitraria es una hipótesis heurística basada, esto es que la recoge y elabora teoréticamente, en la experiencia humana, la cual es el testigo fiel de la unidad del mundo, y también de la conflictividad y contraposición de las clases: de “esa” unidad experimentada
Cuando la reflexión teorética dura olvida la relación con ese núcleo experiencial, desbarra. De alguna manera esto lo hemos podido observar en la teorización sobre el “pensamiento único”, y, lo que es más gordo para nosotros, en el temor manifestado respecto del denominado “pensamiento único” experimentado en la izquierda. La izquierda temía que esa escuela intelectual posmoderna se quedara para siempre ocupando todo el espacio del pensamiento y bloqueara todo para siempre –el fin de la historia teorizado de otra manera-. Pero en la actualidad, el pensamiento único se desvanece en el aire, lo que, desde luego, no es lo mismo que el surgir de un pensamiento de izquierdas, que hay que volver a crear. El temor al pensamiento único se derivaba de que se olvidaba que se discursee lo que se discursee, en el mundo existen lo que podemos denominar dos grandes tipos o formas de experimentar la vida; en realidad, existen tantas experiencias como individuos, pero estas experiencias se agrupan en dos categorías analíticas; las de quienes experimentan ser dominados, explotados, irrelevantes, despreciados, transparentes, hambrientos….etc, y las de los que experimentan ser los amos del mundo. Este es el verdadero núcleo irreductible que hace buena en grado de gran verdad la cabecera del primer capítulo del Manifiesto: “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases…” La lucha de clases que no es un invento teorético sino praxis basada en la experiencia de vida….El pensamiento académico por muy fuerte que sea, por muy pensamiento único que se quiera, por mucho altavoz que tenga, nunca puede gritar más fuerte que la experiencia. Lo recuerda Raymon Williams en su libro sobre el campo, libro en el que casi no hay página que no contenga la palabra "experiencia" escrita al menos una vez...(como Thompson...) .Nunca en la historia de la humanidad ha habido un pensamiento único, porque no ha habido, no hay una sola organicidad experiencial real sino varias
Una última consideración, para agotar lo que se me ocurre sobre la realización entre pensamiento práxico y saber científico y retomar y discutir en parte algo de lo que decía Preve. Podréis, quizá, estar sorprendidos de que, antes, cuando he reflexionado sobre el modo de conocer la realidad entitativa del movimiento de masas en lucha, no haya planteado la posibilidad de instrumentar los saberes de alguna ciencia social, por ejemplo, la sociología, para poder nutrir con sus resultados al propio movimiento o sujeto y dotarle de mayor capacidad de autorreconocimiento, etc. Creo que, precisamente, lo patético del actual estado de la izquierda permite hacer luz sobre el asunto, y valga la paradoja. Mucho se ha reflexionado sobre los límites cognoscitivos del denominado saber científico. Existe uno que todas las escuelas epistemológicas –al menos las sensatas, las no teológicas- comparten: es imposible estudiar científicamente aquello que no existe. Lo no existente es un condicional contrafáctico. Pues bien; el sujeto social que debería ser objeto de estudio en este caso es inexistente. Puede llegar a existir si conseguimos la “constitución del proletariado en clase…”, la construcción de la clase, del nuevo sujeto social colectivo mayoritario, del nuevo Bloque histórico, o como lo queramos denominar, a base de optimismo de la voluntad. Pero ahora ese sujeto no existe –a penas existe-. Por otra parte, ese sujeto, en cuanto existe y se constituye realmente en la historia, cuando lo hace, lo hace con la intención de estar en perpetua autotransformación, de crecer y desarrollarse, de ser una fuerza que modifica la sociedad y su relación de fuerzas –que dan suma 0- atrayendo a sí a la inmensa mayoría y organizándola activamente, esto es, autotransformándose a sí mismo constantemente; tiene la intención de debilitar en consecuencia, correlativamente, al rival, no mediante la acción estratégica e instrumental sino mediante la deliberación e integración de anhelos expectativas de futuro y voluntades creando una nueva cultura, una nueva sociedad en ciernes, un nuevo sujeto social que apunta a ser una sociedad…ese movimiento espíritu creador –sí, de ahí lo tomo: veni creator spiritu mentes tuorum visitans- [Ven espíritu creador a visitar las mentes de los tuyos], esa liquidez hecha movimiento, hecha sujeto social, en la medida en que lo es y lo logra, en la medida en que es siempre un ya ser lo otro –sí, para las oposiciones- en la medida en que logra ya no ser un movimiento sino ser la nueva sociedad en emergencia, en la medida en que es un condicional contrafáctico in nuce –permitidme la broma-, no es científicamente estudiable, no es objeto de estudio, porque no se está “quieto” -objetivamente quieto, hierático, yerto-. Una vez, los dos barbas, al meditar sobre el saber social, escribieron algo así como “reconocemos una sola ciencia, la ciencia de la historia…” Algo de esto que he traído a vuestra consideración, algo parecido a esto, interrogantes parecidos, creo, deberían estar maquinando…Pero al llegar aquí, me parece que estoy dando demasiada importancia, a pesar de mis objeciones a lo metodológico y científico, al estilo académico. Un viejo maestro nuestro, éste sin barbas, de grandes gafas y de judaica nariz brechtiana, recomendaba dejarse de tantas cautelas metodológicas y lanzarse “alegremente al trabajo”. Tenemos todo por leer y todo por practicar para enriquecer nuestra experiencia y nuestra imaginación práxica; para construir la nueva cultura que crea al nuevo sujeto. Es mejor en consecuencia echarse al campo en busca de las asnas de nuestro padre, como hizo Saúl; y a lo mejor, en el camino, tal como le acaeció a él, nos encontramos un reino, el de la libertad.
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