A la mitad del foro
Elecciones y lecciones de lo imponderable
León García Soler
Amarga lección la del derrame de crudo que envenena el Golfo de México y ya llega a las costas de Luisiana. No hay manera de eludir el riesgo en la industria petrolera; los tesoritos de la fantasía retrógrada nunca son regalo de la naturaleza ni de los dueños de la tecnología de punta que la ofrecen a cambio de contratos de riesgo: son riesgo puro. Un vuelco imponderable y el tesoro deviene en desgracia, destrucción de la naturaleza y las especies animales, de la vida y la esperanza.
La trasnacional British Petroleum (BP) pagará los costos financieros, dicen. Pero Washington ha movilizado todos sus recursos para reducir en lo posible el desastre ecológico. A BP poco debe preocuparle el pago de lo que rompió: en los últimos meses ha obtenido utilidades de aproximadamente 600 millones de dólares. Negocio de riesgo, pero muy buen negocio el del petróleo. Salvo para las cuentas de Pemex: pérdidas multimillonarias en cada periodo. Cuentas falsas, porque Pemex produce más y gana más, antes de impuestos, que Petrobras, la empresa brasileña de moda, motor del impulso que Lula ha dado a la recuperación económica de Brasil. Aquí, Pemex paga para que nuestros genios hacendarios no tengan que preocuparse por cobrar a los ricos, por instaurar un impuesto progresivo en el que paguen más los que más ganan.
Por eso se concentra más riqueza en menos manos, aunque estemos en plena recesión. O, como dicen los corderos del señor, en pleno despegue, a punto de iniciar la ascensión al cielo. Hoy que padecemos las consecuencias de la impunidad endémica, vale la pena recordar lo que decían los viejos criminólogos sobre la mente criminal que reconoce el riesgo de lo imponderable en sus planes y preparativos: una llanta ponchada, un puente caído, una plataforma petrolera incendiada; pero en la mentalidad criminal, el imponderable siempre afecta a sus enemigos, a sus perseguidores: la llanta que estalla es la de la patrulla de policía. Por eso invocan a la fe: Gott mit uns, Dios está con nosotros, decían las hebillas metálicas de las tropas hitlerianas. Y cuando Barack Obama y el Partido Demócrata avanzan en las reformas social, de salud y del sistema financiero, en Arizona aprueban una ley migratoria que pone de cabeza la agenda nacional y paraliza la internacional.
No hay que olvidar los imponderables. Aunque resulten temporaleros, pie de página en la Historia de México, así sea la "nueva", paradójicamente proclamada "no oficial" al presentarla el mismísimo Presidente de la República en Los Pinos, residencia del titular del Ejecutivo, devenida sede del Poder, sin haber modificado las normas legales. El nuevo orden estableció las fechas móviles para conmemorar los hitos de la historia, para evitar puentes y hacer obligatorio el asueto oficial en lunes o viernes. El 1º de mayo no fue Día del Trabajo, conforme al calendario a modo para el reino del revés. Pero ayer sábado marcharon miles, decenas de miles de trabajadores; ondearon las banderas sindicales, resonaron los reclamos obreros de empleo seguro y salarios justos.
Si Carlos Abascal viviera, los epígonos del sinarquismo proclamarían que el Día del Trabajo es el 19 de marzo: Día de San José Obrero, como impuso el falangismo en la España de Franco. Hoy empuña la falange Javier Lozano y se entonan loas a la modernidad, a la productividad, a la libertad de negarse a pertenecer a un sindicato. Cosas del nuevo orden, en el que los patrones son integrantes del "sindicato patronal", y los trabajadores pueden gozar la libertad de laborar en las gloriosas empresas del outsourcing, que ahorran al patrón el reconocimiento de la antigüedad y el pago de toda prestación de ley. Los mineros de Coahuila quedaron enterrados en los socavones con compañeros sometidos por el outsourcing. Ayer sábado marcharon en México los obreros, trabajadores, empleados, en defensa de sus derechos.
En Turquía llenaron las enormes plazas de la tradición. En Atenas ondearon banderas del obrerismo y se gritaron condenas a los oligarcas del gobierno y las empresas que han hundido la economía de Grecia y, como siempre, pretenden que los proletarios paguen los platos rotos. Dice: proletarios. No es un anacronismo. Sobre todo en México, donde los últimos 20 años han proletarizado a la clase media y multiplicado a los miserables del lumpen urbano y el campo abandonado. Día del Trabajo, aunque en el mundo del revés los pontífices desmantelen instituciones y minen los puentes de concordia fincados en los derechos sociales. Derechos humanos, como los del término que gracias a las reformas aprobadas por el Congreso ha de incluirse en el texto constitucional.
Con mayo empieza formalmente el proceso que resultará en la elección de 12 gobernadores, 708 diputados locales y mil 439 ayuntamientos. El 16 de mayo eligen autoridades municipales en Yucatán. En Mérida, las encuestas favorecen a la candidata del PRI, Angélica Araujo Lara, con más de 50 por ciento de los votos, mientras anticipan 30 por ciento para la abanderada del PAN, Beatriz Zavala Peniche. Del PRD, ni hablar. "Mal empieza la semana aquel que ahorcan el lunes". Y el 4 de julio, debido a uno de esos imponderables del calendario, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas elegirán sus respectivos gobernadores.
Y los augures ven volar alto al PRI en todas esas latitudes. A pesar de los empeños de Manuel Camacho y la desesperanza de Jesús Ortega, los panistas hacen y deshacen las coaliciones pactadas. Antes de chocar con el aparato priísta, los coaligados toparon con sus propias huestes y la terca realidad. En Hidalgo se desmoronó el ensayo de la criatura de probeta al presentarse Vicente Fox y reivindicar la paternidad: proclamó su apoyo a Xóchitl Gálvez y anunció su presencia en la campaña. El PRD se quedó con el Jesús en la boca. Y don César vio el portento anunciado por los arúspices: Francisco Olvera, candidato del PRI, supera a doña Xóchitl al dos por uno; más del doble de los votantes se declaran a su favor.
Con razón empuñó el cetro César Nava y declaró unilateralmente, a la mejor manera del cesarismo sexenal, del dedazo inapelable del priato tardío, que en Quintana Roo la candidata del PAN es Alicia Concepción Ricalde. El candidato fallido de la coalición, Gregorio Sánchez, obtuvo un amparo judicial y el PRD lo conserva como su abanderado. Pero los encuestadores, en quienes tanta fe depositaron los alternantes de la democracia sin adjetivos, anticipan que va a ganar de calle Roberto Borge, del PRI. Ni modo ni manera, dijo Pánfilo Natera: el PRI lleva ventaja en los 12 estados.
¿Y en Oaxaca, donde encarnó el ánimo de liquidar cacicazgos octogenarios del PRI, con la receta casera de un clavo saca otro clavo? Ahí van muy parejos, dicen los de la coalición que postula a Gabino Cué. Pero va adelante el del PRI, Eviel Pérez Magaña. Y estalló la violencia. Ajena a lo electoral, pero extremadamente peligrosa, porque abre la puerta al último recurso de quienes empiezan a divulgar, a prevenir, que en tal o cual sección no hay seguridad para instalar casillas. Luego dirán que no hay garantías para celebrar elecciones.
Se instaló la Comisión Permanente del Congreso. Habrá definiciones, aunque se quejen los alarmistas de la proximidad de elecciones que impedirá convocar a periodo extraordinario.
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