La violencia detona trastornos mentales
Rafael Castro exhorta a valorar el daño que causa en la salud pública la guerra contra el crimen
En el país se cuenta con 3 mil especialistas en siquiatría, pero se requieren al menos 20 mil
Martes 4 de mayo de 2010, p. 2
El clima de violencia e inseguridad que se vive en el país incrementa el riesgo de que las personas desarrollen enfermedades mentales, como ansiedad y depresión, las que, de no ser atendidas de manera oportuna, pueden llegar al extremo de la violencia intrafamiliar e incluso el suicidio, aseguró Rafael Castro Román, presidente de la Sociedad Mexicana de Siquiatría Biológica.
Foto Cristina Rodríguez
Aunque no existen estadísticas oficiales sobre el fenómeno, el especialista aseguró que hasta 30 por ciento de los pacientes que acuden a los servicios de salud siquiátricos han padecido eventos como robo o secuestro, lo que agrava la problemática de las afecciones mentales.
El especialista señaló que la falta de tranquilidad o el temor a salir a la calle pueden generar estados de ansiedad y/o depresión crónicos. Eventualmente, las personas están en riesgo de llegar a situaciones extremas, como la violencia intrafamiliar o el suicidio.
En entrevista, Castro Román reconoció que no existe un estado de salud mental perfecto. Es algo que se debe buscar todos los días y tratar de colocar en una situación de equilibrio las actitudes y los sentimientos. Se trata, abundó el especialista, de que los individuos se sientan bien, que sean productivos y útiles a la sociedad a su entorno en general.
Sin embargo, en la actual situación que se vive en el país eso no parece sencillo ni accesible para muchos. Subrayó la necesidad de ponderar el costo que ha tenido para los mexicanos la guerra contra el crimen organizado. Se busca mejorar la calidad de vida, pero ha costado demasiado
, no sólo en vidas humanas, sino también en el deterioro en la salud mental de la población.
Las enfermedades mentales están entre las principales causas de la pérdida de años de vida saludables y, de hecho, a causa del aumento en su frecuencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promovió desde los años 90 el cambio en la forma de registrar la carga de enfermedad en los países.
Anteriormente se medía principalmente el número de muertes que ocasionaban los padecimientos, pero lo que la OMS observó es que también tendría que considerarse la pérdida de productividad y, en general, el deterioro en la calidad de vida que ocasionan los padecimientos mentales. Actualmente se considera que éstos se encuentran entre las primeras causas de discapacidad.
Del 27 al 29 de mayo próximos se realizará el 18 congreso nacional de la Sociedad Mexicana de Siquiatría Biológica, en el que se abordarán los temas relacionados con este tipo de males, incluidas adicciones, ansiedad, depresión, esquizofrenia, sicogeriatría y trastornos de la infancia, entre otros.
Castro Román resaltó la importancia del foro porque México reporta un grave rezago en la atención de la salud mental, empezando porque apenas se cuenta con 3 mil siquiatras, cuando debería haber por lo menos unos 20 mil especialistas en esa rama.
Todavía, dijo, no se ha logrado que la siquiatría forme parte de las áreas de interés de la medicina, pues son muy pocos los hospitales generales que cuentan con servicios de siquiatría.
Son inexistentes, por ejemplo, los consultorios en los que se pueda ofrecer ayuda a personas que llegan con intento de suicidio o a las mujeres con depresión posparto, a quienes padecen diabetes o han sufrido un infarto al miocardio.
Cuando la persona recibe apoyo especializado en la etapa posterior al infarto tiene 50 por ciento más probabilidad de sobrevida que quien no accede a la atención de un sicólogo o siquiatra, indicó.
Al abundar sobre el número de especialistas disponibles en el país, Castro Román comentó por ejemplo que, de los 15 millones de individuos que se calcula sufren algún tipo de depresión durante el año, la mayoría pueden superar la crisis sin necesidad de un siquiatra o sicólogo.
Sin embargo, entre 500 mil y 2 millones necesitarán de un tratamiento médico, terapia y medicinas que sólo pueden administrar los expertos, idealmente como parte de un grupo multidisciplinario en el que también deben estar los neurólogos e internistas, entre otros, abundó.
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