Sunday, May 31, 2009



Antonio Gershenson

Ya se ha dicho y mostrado que el tiempo que se tardarían las aguas profundas de la parte mexicana del Golfo de México en producir algo significativo de petróleo crudo o gas es muy largo. En general, el ciclo de vida de una región petrolera se mide en décadas, y pasa mucho tiempo (evaluación del potencial, estudios de inversión, incorporación de reservas, caracterización inicial y delimitación de posibles yacimientos con pozos alrededor) para que se inicie un proceso de gradual ascenso en la producción.


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Tabla

Hay que considerar que se tarda mucho más una perforación en aguas profundas. Mientras que en las condiciones que tenemos en la mayoría de las zonas petroleras una perforación se puede tomar alrededor de tres meses, en aguas profundas es muy difícil que un equipo de perforación haga más de una horadación al año. Y es posible que esas horadaciones, o buena parte de ellas, resulten sin éxito.

En cualquier tabla de Pemex de reservas, no prospectivas u otras palabritas, incluso las más recientes, lo que oficialmente se ha denominado Golfo de México B, o aguas profundas, no aparece ni con un solo barril de petróleo, ni con un solo pie cúbico de gas natural, de reservas de ningunas de las que usa Pemex.

El 10 de mayo pasado escribí un artículo en La Jornada, con motivo de que había nuevos pozos petroleros en el sur y sureste, con una producción importante. En Chicontepec se había aumentado la producción, entre 2004 y 2008, de aproximadamente 21 mil barriles diarios a 29 mil barriles. Ocho mil barriles diarios de aumento, estando de por medio cientos y hasta miles de pozos perforados a un altísimo costo en esa región. Pues bien, uno solo de los nuevos pozos del Litoral de Tabasco, el Xanab-DL1, tuvo una producción inicial de 9 mil 200 barriles diarios. Un solo pozo, además de crudo ligero y por lo tanto con bastante gas natural asociado, una sola perforación, al ser nuevo aumentó la producción, que lo que en Chicontepec, para un aumento menor, necesitaron cuatro años y cientos de pozos.

Agregué en el mismo artículo otro ejemplo que consideré importante. En la Región Sur, en tierra, pero curiosamente en Tabasco y cerca de la costa, está el proyecto Julivá, en una área cuyo límite norte es precisamente el mar, de Frontera hacia el oeste. El pozo, terminado ya a principios de 2009, Bajium-1, tuvo una producción inicial de 7 mil 200 barriles diarios, pero ahora de crudo súper ligero.

Recibí la información en el sentido de que el proyecto de inversión Julivá era de los menos rentables hasta hace poco años, mejoró fundamentalmente por la adquisición de los cubos sísmicos 3-D, que en PEP tiene poco tiempo de tomarlos; con ellos el proyecto mejoró notablemente.

Como vemos, la tecnología sísmica, ya es su fase de 3D o 3-D, es importante para mejorar la productividad. También se ve que hasta hace poco el nivel de abandono de Pemex, en este caso PEP (Pemex Exploración y Producción), ha sido importante y había limitado la producción por falta de esta tecnología.

Pues el asunto no está resuelto, sólo tenemos evidencias suficientes para ver cuál es el camino. En Las reservas de hidrocarburos de México, 2008 se plantea, en el cuadro 3.7, cómo se reparte el porcentaje de actividades para 2008–2012. La sísmica 3D está repartida así (Tabla)

Como vemos, la mayor prioridad, 72 por ciento, se la dan a Golfo de México Profundo, o sea aguas profundas. El efecto de ese dineral no lo vamos a ver en muchos, muchos años, como vimos en cuanto a las aguas profundas. Quiero enfatizar que el 15 por ciento que le asignan al Sureste es en este caso todo el Sureste, o sea que incluye no sólo a las regiones Sur y Marina Suroeste, sino también a la Marina Noreste, que incluye a Cantarell y a Ku-Maloob-Zaap. En petróleo crudo, ese 15 por ciento sólo no incluye la Región Norte, cuya producción de todo 2008 fue 3 por ciento del total nacional (uno por ciento Chicontepec y 2 por ciento Poza Rica-Altamira). O sea que ese Sureste al que le asignan 15 por ciento de los trabajos de sísmica 3D produjo en 2008 el 97 por ciento del total nacional de crudo. Como ya ha de ser evidente, la producción de la región de las aguas profundas fue cero.

Es importante que tengamos un camino positivo a la vista. Ya no van a poder venir a hablarnos de que a Pemex se le acaba el petróleo y hay que buscar, con trasnacionales, que ellas sí saben, tesoros escondidos en las aguas profundas del Golfo. Pero la política oficial le asigna muchos más recursos a una región que no va a producir nada en mucho tiempo, ni tesoros ni nada, y sólo 15 por ciento a las regiones que están produciendo 97 por ciento del petróleo crudo de México. Y, ya lo abordamos el 17 de mayo y lo decimos ahora sólo de manera breve, también cada vez más gas natural.


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