Sella acuerdos con Kirguistán y da pasos hacia una alianza militar
Juan Pablo Duch
Moscú, 29 de mayo. Rusia, que no ceja en su empeño de contrarrestar el acercamiento de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con varios países de la antigua Unión Soviética, dio hoy dos importantes pasos para reforzar la seguridad en su flanco sur.
En primer lugar, Rusia y Kirguistán sellaron este viernes el acuerdo que permite a la aviación militar rusa permanecer por lo menos medio siglo en ese estratégico país de Asia central.
Al revisar, a insistencia de Moscú, los términos del contrato de arrendamiento de la base aérea de Kant, Bishkek aceptó extender su plazo de vigencia a 49 años, en lugar de los 15 iniciales, automáticamente prorrogables en periodos de 25 años de no existir inconveniente por alguna de las partes.
Esta noticia adquiere doble importancia en el contexto de la decisión de signo contrario que tomó Kirguistán, en febrero pasado, de exigir a Estados Unidos y la OTAN, tras rescindir el respectivo contrato de arrendamiento, que abandonen la base aérea de Manás, fundamental en la logística de su operación en Afganistán, en un plazo de 180 días que vence el 18 de agosto siguiente.
Aunque la exigencia kirguisa se mantiene invariable, hay indicios de que el gobierno de Barack Obama confía en que podrá convencer al presidente Kurmanbek Bakiyev que cambie de opinión.
En todo caso, parece poco probable que la Casa Blanca proponga negociar el espinoso tema antes de los comicios presidenciales en Kirguistán, el 23 de julio, y no tanto porque crea que pueda surgir de las urnas un nuevo interlocutor, sino debido a que Bakiyev es consciente de que la mayoría de la población kirguisa rechaza la presencia militar de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
Rusia, en cambio, que hasta ahora había emplazado en Kant cinco cazabombarderos SU-25, una docena de helicópteros MI-8 y un avión de transporte AN-26, así como cerca de 400 militares, se dispone a ampliar el número de aviones e hizo pública su intención de reconstruir las pistas de esa base aérea para que puedan usarlas ocasionalmente sus bombarderos estratégicos TU-160 y TU-95.
No se conocen datos precisos sobre la magnitud de la ampliación que planea llevar a efecto Rusia en Kant, pero será considerable, a tenor con lo expresado por Nikolai Bordiuzha, secretario de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), quien hace un mes visitó esa base, en el sentido de que desde ahí se dará cobertura aérea a las eventuales operaciones de las fuerzas de reacción rápida
(KSOR, por sus siglas en ruso), las cuales se conciben como unidades de elite con mando unificado para una respuesta militar conjunta en caso de agresión contra cualquiera de los miembros de dicha organización.
El segundo paso dado por Rusia este viernes para reforzar su flanco sur guarda estrecha relación con lo anterior.
Tras casi cuatro meses de intensas negociaciones diplomáticas, Rusia y socios de la OTSC –Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán–, terminaron hoy de concordar los documentos que los presidentes de estos países, al reunirse en Moscú el 14 de junio, tienen previsto firmar para formalizar la creación de las KSOR.
A partir de la semana entrante, en sucesivos encuentros en la capital rusa, los ministros de Defensa, los secretarios de los consejos de seguridad y los cancilleres de los siete países discutirán detalles técnicos complementarios.
Poco ha trascendido sobre la composición de las fuerzas de reacción rápida, salvo que tendrán entre 10 mil y 20 mil efectivos, de los cuales Rusia aportará unos 8 mil. Tendrán bases permanentes y el armamento más moderno.
Paralelamente, avanza la negociación para formar la agrupación de tropas ruso-centroasiática de la OTSC, en Asia central. El sistema de seguridad colectiva establece que debe haber agrupaciones en tres regiones, pero hasta ahora sólo existen en dos: en el Cáucaso, la ruso-armenia, y en Europa oriental, la ruso-bielorrusa.
Rusia espera que con esas tres grandes agrupaciones de tropas, la OTSC se convierta paulatinamente en un auténtico bloque militar, equiparable a la OTAN, pero para ello aún será necesario superar serios escollos, como son la legislación de varios países miembros y la reticencia de algunos de sus mandatarios.
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