Wednesday, May 27, 2009



Laura Poy Solano

Sin las medidas necesarias para garantizar condiciones mínimas de sanidad, como agua potable y alcantarillado para toda la población, difícilmente se erradicarán los riesgos de nuevos brotes de la influenza A/H1N1 o de cualquier otra enfermedad infecciosa, advirtieron especialistas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

Durante la conferencia-taller Virus del siglo XXI y los desafíos en su propagación, señalaron que la emergencia sanitaria nos demostró que este padecimiento no tiene clase social ni fronteras, y no podemos quedarnos en la aplicación de medidas paliativas, cuando se requieren acciones preventivas que son mucho más baratas que el costo económico de una pandemia o de una campaña electoral.

Gilberto Castañeda Hernández, especialista en farmacología e investigador del Cinvestav, afirmó que en el combate a un nuevo agente infeccioso lo crucial es la higiene, por lo que el agua potable y el alcantarillado son temas centrales, porque de lo contrario estamos generando las condiciones para surjan nuevas enfermedades.

Mantener un porcentaje considerable de la población en condiciones de pobreza nos coloca sobre una bomba de tiempo, porque los virus no saben de clases sociales, nos afectan a todos, y algo que nos debe quedar muy claro es que si un sector importante de la población no tiene acceso a fuentes seguras de agua potable y carece de las instalaciones mínimas de saneamiento, nos involucra a todos. Dijo que tras la emergencia sanitaria hemos insistido en que debemos continuar las medidas de higiene, como lavarnos las manos con frecuencia, por lo que cabe preguntarnos cómo lo lograrán las personas sin acceso al agua potable o que se ven obligadas a defecar al aire libre. Garantizar el saneamiento básico es responsabilidad de los gobiernos federal, estatales y municipales, que deben poner manos a la obra en acciones de infraestructura.

En tanto, Vianney Ortiz Navarrete, experto en inmunología y jefe del Departamento de Biomedicina Molecular del Cinvestav, aseguró que una vez que se superó la etapa crítica de la epidemia, es necesario conocer las entrañas del virus, su capacidad de multiplicación y de infección, así como estudiar la respuesta inmune desarrollada por los pacientes afectados y conocer si la vacuna contra la influenza estacional ofreció alguna protección.

Sobre la alta tasa de mortalidad que ocasionó la cepa A/H1N1, dijo que aún deberán hacerse más investigaciones, pero hay varias hipótesis, como la conocida como tormenta de citocinas o inmuno- patología, es decir, cuando el sistema inmune reconoce un virus reacciona, ocasionando inflamación severa, lo que es perjudicial. Muchos de los pacientes que murieron eran jóvenes, lo que nos habla de que seguramente tenían un sistema inmune en buen estado, y pudo generarse una sobrerreacción.


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