Irán de nuevo: ¿están todos “blofeando”?
Irán retorna al primer plano de la diplomacia pública. El presidente Obama, junto con el primer ministro Gordon Brown, del Reino Unido, y el presidente Nicolas Sarkozy, de Francia, sostuvieron una conferencia de prensa donde pareciera que le dieron a Irán otro ultimátum: o se conforma a sus demandas, lo que ellos llaman las demandas de la comunidad internacional”, para diciembre de este año, o enfrentará nuevas sanciones. Obama dijo que Irán está “rompiendo la regla que todas las naciones deben seguir”.
La ocasión inmediata fue el hecho de que Irán anunció –o desde el punto de vista de los tres líderes occidentales, Irán “admitió”– que está construyendo unas instalaciones cerca de Qom donde habrá 3 mil centrifugadoras para enriquecer uranio. Según Obama, esto significa muy poca cantidad para el propósito ostensible –la generación de electricidad– pero tiene el tamaño adecuado para producir material para cabezas nucleares. Ergo, Irán miente acerca de sus intenciones.
Parece que la inteligencia occidental descubrió la existencia de la construcción hace algún tiempo y siente que ahora esto está verificado convincentemente. El punto de vista occidental es que Irán anunció la existencia de la construcción porque ya estaba consciente de que la inteligencia occidental la había descubierto y estaba a punto de revelar el punto al mundo. El presidente Ahmadinejad dice que, bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), el requisito es que Irán debe anunciar la existencia de una construcción así con seis meses de anticipación a ponerla en funcionamiento, y por eso fue que lo anunciaron hasta ahora.
En cualquier caso, Obama está haciendo grande la cosa, y está usando este hecho en que todos concuerdan (la construcción de una planta) como base para obtener nuevas sanciones de Naciones Unidas contra Irán. Parece claro que Obama confía en que este nuevo hecho será suficiente para persuadir a Rusia y a China de dar su respaldo o por lo menos no oponerse a la resolución de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En efecto, la derecha estadunidense y los israelíes están diciendo “se los dijimos”. Desde su visión Irán ha estado mintiendo siempre, miente ahora, y como tal debe ser castigado seriamente. Es obvio que no piensan solamente en meras sanciones sino en bombardear la planta (y sin duda otras plantas nucleares conocidas). Así que, ¿estamos al borde de futuras sanciones?; o aun más, ¿de bombardear Irán, sea por Estados Unidos o Israel con el apoyo tácito de Estados Unidos? Es posible, pero en realidad no lo creo. Pienso que lo que está ocurriendo es un gigantesco “blofeo” de todos y cada uno.
Empezamos por Irán. Siempre he estado de acuerdo con la derecha estadunidense y los israelíes en que Irán intenta lograr el estatus de una potencia nuclear. Mi diferencia con ellos simplemente es que esto me parece normal, inevitable y no es para nada un desastre geopolítico.
Desde el punto de vista de Irán, hay tres potencias nucleares en las inmediaciones –India, Pakistán e Israel– que no sólo nunca han firmado el TNP sino que de hecho tienen armas nucleares, muchas armas nucleares. Sin embargo a ellos no se les acusa de violar las normas de la “comunidad internacional”. Entonces los iraníes dicen: ¿por qué la toman contra Irán? A diferencia de estos otros países vecinos sí firmó el TNP y hasta ahora nunca ha violado sus disposiciones específicas. No obstante, ahora se le denuncia públicamente por una violación de las normas internacionales mucho menor que la de los otros tres países. El presidente Lula de Brasil señala que Brasil también está enriqueciendo uranio y no ve nada de malo en que Irán lo haga.
¿Por qué hizo Obama su anuncio justo ahora si ya sabía desde hace algún tiempo que Irán construía esta planta? Él alega que primero quería estar absolutamente seguro de la calidad de sus informaciones de inteligencia. Pero es claro también que anunciarlo en este mismo momento es bastante útil en casa. Obama está siendo atacado por la derecha estadunidense por sus propuestas en atención a la salud y por su aparente vacilación en enviar más tropas a Afganistán. Hablarle duro a Irán protege un poco su flanco derecho y puede fortalecer su mano en lo político, para estas otras cuestiones.
Lo mismo podría decirse de Irán. Ahmadinejad, como Obama, atraviesa algunas dificultades políticas internas. Hablarle duro a Occidente es obviamente algo que le permite consolidar un sentimiento nacionalista en torno a su régimen islámico, especialmente si Occidente lo obliga a hablar duro también.
Rusia y China siempre han argumentado que podrían ser contraproducentes sanciones más duras. Ambos países tienen intereses económicos y geopolíticos en mantener sus razonables buenas relaciones con Irán. Por supuesto, tampoco quieren ir tan lejos en antagonizar a Estados Unidos. Así que es probable que continúen moviéndose con cautela, lentitud y ambigüedad. En septiembre, el presidente Medvediev de Rusia puede decirle alguna frase a Obama, que es crítica hacia Irán, una que haga sonreír a Obama. Pero eso no significa que Rusia vote por un resolutivo de sanciones en verdad serias en diciembre. Por una cuestión, los rusos (y los chinos) realmente no creen que más sanciones sean efectivas en cambiar la postura básica de Irán, y muchos analistas serios del mundo occidental tampoco lo creen.
Y en cuanto a las acciones militares, consideren lo siguiente: Obama enfrenta la exigencia del general Stanley McChrystal de que haya una escalamiento significativo del compromiso militar estadunidense en Afganistán. El grado en que el secretario de Defensa Robert Gates dé su respaldo a esto es todavía incierto. Hay ya oposición significativa entre los políticos demócratas. Y el público estadunidense parece estar dudoso en extremo. Obama reflexiona sobre la estrategia de largo plazo.
Pienso que Obama cederá, al menos parcialmente, y autorizará más tropas. Pienso que es en extremo improbable que haya un incremento semejante en tropas procedentes de otros países de la OTAN. De hecho, es bastante más probable que haya más retiradas de su parte. Dada la situación en Afganistán, ¿quién en Estados Unidos va a apoyar una acción militar real contra Irán? ¿Obama? ¿El Estado Mayor Conjunto? ¿El público estadunidense? Yo diría que tal acción militar es improbable en extremo. Y a los israelíes, cualesquiera que sean sus ansiedades y deseos, no se les concederán los necesarios derechos de sobrevuelo.
Entonces, ¿adónde nos deja esto? Al mundo lo deja en un empantanamiento. Muchas palabras y poca acción. ¿Es esto lo que Ahmadinejad quiere? Es probable. ¿Lo denunciarán la derecha estadunidense y los israelíes? Es probable. ¿Puede Obama hacer algo para cambiar la situación? No veo qué. Este momento será visto por los futuros historiadores como una pieza de evidencia más de la caída de la influencia geopolítica de Estados Unidos. Lo que los futuros historiadores dirán también es que Irán, al desafiar las resoluciones del Consejo de seguridad de Naciones Unidas, actúa igual que lo han hecho durante los últimos 50 años un gran número de países. Ni más ni menos. La promoción no es lo mismo que la realidad.
La ocasión inmediata fue el hecho de que Irán anunció –o desde el punto de vista de los tres líderes occidentales, Irán “admitió”– que está construyendo unas instalaciones cerca de Qom donde habrá 3 mil centrifugadoras para enriquecer uranio. Según Obama, esto significa muy poca cantidad para el propósito ostensible –la generación de electricidad– pero tiene el tamaño adecuado para producir material para cabezas nucleares. Ergo, Irán miente acerca de sus intenciones.
Parece que la inteligencia occidental descubrió la existencia de la construcción hace algún tiempo y siente que ahora esto está verificado convincentemente. El punto de vista occidental es que Irán anunció la existencia de la construcción porque ya estaba consciente de que la inteligencia occidental la había descubierto y estaba a punto de revelar el punto al mundo. El presidente Ahmadinejad dice que, bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), el requisito es que Irán debe anunciar la existencia de una construcción así con seis meses de anticipación a ponerla en funcionamiento, y por eso fue que lo anunciaron hasta ahora.
En cualquier caso, Obama está haciendo grande la cosa, y está usando este hecho en que todos concuerdan (la construcción de una planta) como base para obtener nuevas sanciones de Naciones Unidas contra Irán. Parece claro que Obama confía en que este nuevo hecho será suficiente para persuadir a Rusia y a China de dar su respaldo o por lo menos no oponerse a la resolución de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En efecto, la derecha estadunidense y los israelíes están diciendo “se los dijimos”. Desde su visión Irán ha estado mintiendo siempre, miente ahora, y como tal debe ser castigado seriamente. Es obvio que no piensan solamente en meras sanciones sino en bombardear la planta (y sin duda otras plantas nucleares conocidas). Así que, ¿estamos al borde de futuras sanciones?; o aun más, ¿de bombardear Irán, sea por Estados Unidos o Israel con el apoyo tácito de Estados Unidos? Es posible, pero en realidad no lo creo. Pienso que lo que está ocurriendo es un gigantesco “blofeo” de todos y cada uno.
Empezamos por Irán. Siempre he estado de acuerdo con la derecha estadunidense y los israelíes en que Irán intenta lograr el estatus de una potencia nuclear. Mi diferencia con ellos simplemente es que esto me parece normal, inevitable y no es para nada un desastre geopolítico.
Desde el punto de vista de Irán, hay tres potencias nucleares en las inmediaciones –India, Pakistán e Israel– que no sólo nunca han firmado el TNP sino que de hecho tienen armas nucleares, muchas armas nucleares. Sin embargo a ellos no se les acusa de violar las normas de la “comunidad internacional”. Entonces los iraníes dicen: ¿por qué la toman contra Irán? A diferencia de estos otros países vecinos sí firmó el TNP y hasta ahora nunca ha violado sus disposiciones específicas. No obstante, ahora se le denuncia públicamente por una violación de las normas internacionales mucho menor que la de los otros tres países. El presidente Lula de Brasil señala que Brasil también está enriqueciendo uranio y no ve nada de malo en que Irán lo haga.
¿Por qué hizo Obama su anuncio justo ahora si ya sabía desde hace algún tiempo que Irán construía esta planta? Él alega que primero quería estar absolutamente seguro de la calidad de sus informaciones de inteligencia. Pero es claro también que anunciarlo en este mismo momento es bastante útil en casa. Obama está siendo atacado por la derecha estadunidense por sus propuestas en atención a la salud y por su aparente vacilación en enviar más tropas a Afganistán. Hablarle duro a Irán protege un poco su flanco derecho y puede fortalecer su mano en lo político, para estas otras cuestiones.
Lo mismo podría decirse de Irán. Ahmadinejad, como Obama, atraviesa algunas dificultades políticas internas. Hablarle duro a Occidente es obviamente algo que le permite consolidar un sentimiento nacionalista en torno a su régimen islámico, especialmente si Occidente lo obliga a hablar duro también.
Rusia y China siempre han argumentado que podrían ser contraproducentes sanciones más duras. Ambos países tienen intereses económicos y geopolíticos en mantener sus razonables buenas relaciones con Irán. Por supuesto, tampoco quieren ir tan lejos en antagonizar a Estados Unidos. Así que es probable que continúen moviéndose con cautela, lentitud y ambigüedad. En septiembre, el presidente Medvediev de Rusia puede decirle alguna frase a Obama, que es crítica hacia Irán, una que haga sonreír a Obama. Pero eso no significa que Rusia vote por un resolutivo de sanciones en verdad serias en diciembre. Por una cuestión, los rusos (y los chinos) realmente no creen que más sanciones sean efectivas en cambiar la postura básica de Irán, y muchos analistas serios del mundo occidental tampoco lo creen.
Y en cuanto a las acciones militares, consideren lo siguiente: Obama enfrenta la exigencia del general Stanley McChrystal de que haya una escalamiento significativo del compromiso militar estadunidense en Afganistán. El grado en que el secretario de Defensa Robert Gates dé su respaldo a esto es todavía incierto. Hay ya oposición significativa entre los políticos demócratas. Y el público estadunidense parece estar dudoso en extremo. Obama reflexiona sobre la estrategia de largo plazo.
Pienso que Obama cederá, al menos parcialmente, y autorizará más tropas. Pienso que es en extremo improbable que haya un incremento semejante en tropas procedentes de otros países de la OTAN. De hecho, es bastante más probable que haya más retiradas de su parte. Dada la situación en Afganistán, ¿quién en Estados Unidos va a apoyar una acción militar real contra Irán? ¿Obama? ¿El Estado Mayor Conjunto? ¿El público estadunidense? Yo diría que tal acción militar es improbable en extremo. Y a los israelíes, cualesquiera que sean sus ansiedades y deseos, no se les concederán los necesarios derechos de sobrevuelo.
Entonces, ¿adónde nos deja esto? Al mundo lo deja en un empantanamiento. Muchas palabras y poca acción. ¿Es esto lo que Ahmadinejad quiere? Es probable. ¿Lo denunciarán la derecha estadunidense y los israelíes? Es probable. ¿Puede Obama hacer algo para cambiar la situación? No veo qué. Este momento será visto por los futuros historiadores como una pieza de evidencia más de la caída de la influencia geopolítica de Estados Unidos. Lo que los futuros historiadores dirán también es que Irán, al desafiar las resoluciones del Consejo de seguridad de Naciones Unidas, actúa igual que lo han hecho durante los últimos 50 años un gran número de países. Ni más ni menos. La promoción no es lo mismo que la realidad.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
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