Estado de emergencia
Para las trabajadoras sexuales de la ciudad de México la reciente quincena ha estado marcada por una serie de movilizaciones para exigir respeto a su trabajo en las calles, mismo que en días recientes ha sido objeto de persecución y represión por parte del gobierno de la ciudad de México.
Las mujeres, travestis, transgénero, vestidas
, o como quiera identificárseles, están siendo víctimas de una estrategia de limpieza de las calles
, oficialmente dirigida a la captura de tratantes de personas y explotadores de menores de edad, pero que tiene como trasfondo el impulso a los proyectos inmobiliarios y turísticos que desconocen la realidad del México profundo que se sostiene de una economía informal, entre los que se encuentran los comerciantes ambulantes y las trabajadoras sexuales, entre otros oficios en los que se desenvuelven decenas de miles de personas en esta caótica ciudad.
En la semana anterior la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, organización que defiende los derechos de trabajadoras sexuales y las diferentes instancias territoriales de la Red Mexicana de Trabajo Sexual, hizo público un estado de emergencia mientras estuvieran detenidas trabajadoras sexuales de Tlalpan, pertenecientes a la cooperativa Por Mejores Condiciones de Trabajo y Salud, acusadas de diferentes delitos por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PJGDF), “en tiempos donde –acusaron– la trata de personas con fines de explotación sexual deja jugosos dividendos a las autoridades capitalinas”.
Esas mismas autoridades, denuncian, son las que pretenden limpiar las calles de una ciudad que cuenta con proyectos turísticos e inmobiliarios de Carlos Slim, uno de los hombres más ricos de México y del mundo y, de paso, se pretende castigar a quienes se opusieron a ser reubicadas en otros puntos
.
Un recorrido nocturno por Tlalpan, una marcha por la misma calzada, otra por la zona de La Merced y un plantón silencioso frente a la PJGDF son algunas de las iniciativas que han tomado las trabajadoras sexuales que implementan una estrategia de resistencia y de lucha contra la represión
, muchas de ellas pertenecientes a la otra campaña, iniciativa política impulsada por el EZLN.
Entre el 14 y el 28 de enero se han realizado al menos 30 asambleas generales en las que han participado 450 trabajadoras sexuales, de 11 hoteles de La Merced y siete de Tlalpan. Su decisión es una: no se retirarán de su lugar de trabajo, en el que no aceptan lenones, menores de edad, tráfico y consumo de drogas y en el que, además, mantienen campañas permanentes de salud sexual y prevención del sida.
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