Incalculable, el daño a pesquerías si se destruyen manglares, dicen científicos

■ El gobierno subvaluó hasta en 600 veces el precio de la hectárea en esas zonas

■ Los beneficios generados durante tres décadas superarían 700 mil dólares

Angélica Enciso L.


El gobierno mexicano subvaluó el precio de las zonas de manglar entre 200 y 600 veces, ya que lo ubica en mil 20 dólares por hectárea, pero expertos han revelado que al ser hábitat y fuente de alimentación de importantes pesquerías, su valor anual es de 700 mil dólares por hectárea durante tres décadas.

Esto se da a conocer en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que publicó un estudio de los científicos Octavio Aburto, de la Universidad Autónoma de Baja California Sur; Exequiel Ezcurra, del Museo de Historia Natural de San Diego; Gustavo Danemann y Víctor Valdez, de Pronatura Noroeste; Jason Murray, de la Universidad de Carolina del Sur, y Enric Sala, de la UC Centre d’Estudis Avançats de Blanes, en Cataluña.

La investigación titulada Los manglares del golfo de California incrementan la producción pesquera, reporta que la tasa de deforestación anual de esta vegetación en México es de 2.5 por ciento, y el “daño irreparable que sufren las pesquerías por la pérdida de manglares ha sido poco atendido y es subestimado”.

Agrega que “el precario estado de los humedales costeros en el noroeste de México, y en el mundo en general, no puede ser ignorado, particularmente en una era donde la producción de alimentos tiene implicaciones trascendentales en el bienestar humano”. Indica que la extrema subvaloración de los beneficios generados por los manglares a las pesquerías, en contraste con los beneficios proyectados para los desarrollos costeros y la acuacultura, revela una crisis en la planeación y regulación de las zonas costeras del golfo de California.

Crisis alimentaria

Refiere que el valor anual de los ecosistemas de mangles en el mundo se estima en mil 648 millones de dólares, pero la vegetación se reduce a una tasa alarmante, debido al desarrollo in- mobiliario costero, turístico y a la acuacultura. “Esto refleja el fracaso de científicos, economistas y conservacionistas para incorporar en las políticas públicas estrategias de administración y regulación que incluyan los ecosistemas en su conjunto”.

Uno de los autores, Octavio Aburto, explica en entrevista telefónica que el valor anualizado en seis años por hectárea de manglar sería de 200 mil dólares, es decir, 200 veces más a lo que definió la Comisión Nacional Forestal; en una década es de 300 mil dólares –300 veces más–, y para una generación, esto es, en tres décadas, sería de unos 700 mil dólares al año –casi 600 veces más.

Asienta que dentro de la discusión sobre los manglares, el sector pesquero no ha tenido un papel relevante, aunque se demuestra que en la región estudiada, las 2 mil hectáreas en franja de costa, de las 200 mil hectáreas que hay en el noreste de México, se producen más de 11 mil toneladas de productos pesqueros”, con un valor de 19 millones de dólares.

Indica que “se habla todos los días de una crisis alimentaria, y los sistemas que producen alimento como los manglares deben ser revalorados; los resultados que se arrojan ponen un valor que contrasta con el que el gobierno mexicano da a este sistema, y lo que se busca demostrar es la importancia del ecosistema para el sustento de la población”.

Servicio ambiental

El estudio refiere que especies de peces y jaibas relacionadas con los manglares corresponden a 32 por ciento de las pesquerías artesanales de la región; el valor anual medio de estas pesquerías es de 37 mil 500 dólares por hectárea en manglar de franja y corresponde a un valor superior a las estimaciones realizadas antes en el mundo.

Precisa que los mangles proveen de servicios ambientales vitales que incluyen la filtración de agua, protección de costas, hábitats para distintas especies, producción de alimento y zonas recreativas, además de que inciden en las comunidades marinas vecinas, incrementan la biomasa de especies de peces e invertebrados comerciales.

En la zona, la modificación de los sistemas hidrológicos por la construcción de marinas y canales es una de las principales amenazas; entre 1973 y 1981 se perdió 23 por ciento de los manglares en áreas costeras de La Paz, debido al desarrollo inmobiliario y turístico.

Los expertos advierten que a pesar de la importancia de esta vegetación en la producción de alimento y los beneficios económicos que proveen a las comunidades locales, el daño irreparable que sufren las pesquerías por la pérdida de manglares no ha sido estimado en detalle.