Thursday, October 13, 2011

TODOS ESOS... SOMOS NOSOTROS



And the LORD sent Nathan unto David. And he came unto him, and said unto him, There were two men in one city; the one rich, and the other poor.

The rich man had exceeding many flocks and herds:

But the poor man had nothing, save one little ewe lamb, which he had bought and nourished up: and it grew up together with him, and with his children; it did eat of his own meat, and drank of his own cup, and lay in his bosom, and was unto him as a daughter.

And there came a traveller unto the rich man, and he spared to take of his own flock and of his own herd, to dress for the wayfaring man that was come unto him; but took the poor man's lamb, and dressed it for the man that was come to him.

And David's anger was greatly kindled against the man; and he said to Nathan, As the LORD liveth, the man that hath done this thing shall surely die: And he shall restore the lamb fourfold, because he did this thing, and because he had no pity.

2 Samuel 12
King James Version



"... la memoria es la biblioteca de la inteligencia".

No llegó Díaz Ordaz. Martínez Manautou lo exculpó sin argumentos. "Contrariando sus deseos", empezó. Todos entendimos. Tlatelolco pesaba en el ánimo presidencial.

Había tensión en el comedor dispuesto para el agasajo. Algunas bromas, sin humor, endurecían el ambiente. Díaz Ordaz coincidían los asistentes, era un patriota. Su mano firme había salvado a la olimpiada y consevaba limpia la imagen de México ante el mundo. "Estudiantes y alborotadores habían dejado al gobierno sin salida", argumentaban los profesionistas de la comunicación, eco de sus empresas.

Saludé a Martínez Manautou. Fue cordial. Su buena educación llega al refinamiento. Como un maniquí le sienta el traje. Rara vez filtra su rostro las turbaciones de las que nadie escapa.

No advertí el momento en que uno de los dos levantó la voz. Ignoro cuál seía mi grado de excitación, no el suyo. Estaba descompuesto.

_ Traicionaste al presidente.
_ No me digas eso.
_ Quiero que lo sepas, que así entiende tu actitud.
Pregunté:
_ ¿Y tú estás de acuerdo?
_ A nadie como a ti ha distinguido con su amistad.
No esparaba una acometida sí. Oscurecía la frase una relación de muchos años.
_ No mezcles las cosas, Emilio. No tienes derecho.
Me acusó de parcialidad ante los hechos. Parapetados en el edificio Chihuahua, los provocadores habían disparado contra los soldados, de arriba abajo. Resultaba incomprensible mi actitud. Organizó Martínez Manautou el asedio en contra mía. Sus palabras eran cargos: subversión, deslealtad, desorden, caos, patria, lealtad, patriotismo, valor, entereza y, como remate, la razón de Estado.
_ Frente al desorden, el orden, óyelo bien. Sólo el Estado garantiza el ejercicio de la libertad, libertad con mayúsculas, la libertad que te permite hacer lo que haces.
_ No hay razón que ampare la brutalidad de Estado -le dije, o le grite, quizá.
Tampoco supe en qué momento apareció entre nosotros el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador de la Olimpiada. Nos invitó a la mesa y de cuajo cortó la discusión airada. Eramos muchos. Sólo tengo presente al doctor Martínez Manutou. Nos pidió que velaramos por el país, hogar del mundo a partir del 12 de octubre. Pospongamos las querellas pendientes, que ya habrá tiempo de ventilarlas, resumía el mensaje que por su conducto nos transmitía el licenciado Díaz Ordaz.
_ La factura la cobran terminados los juegos -dijo en los postres, frente a las copas semivacías. Algunas carcajadas festejaron la broma atroz.

...

El 27 de julio de 1968 frente a la rectoría de la Ciudad Universitaria, el rector Javier Barros Sierra había izado la bandera nacional a media asta. El duelo del Alma Mater condenaba al gobierno, que de un bazukazo había destruido un portón centenario de la Preparatoria Nacional, símbolo y obra de arte.

Gómez Arias, unida su historia personal a la historia de la Universidad, forjador de su autonomía, escribió sobre el tema con palabras como navajas. Me venció el temor a la libertad. Le dijé que tenía en las manos un texto de Rosario Castellanos y que dos artículos sobre el mismo tema y en la misma plana editorial, frontales contra el presidente, me parecía excesivos. le pedí compresión, margen para la maniobra. Aplazaría la publicación de su artículo. Sin una palabra envió por sus cuartillas esa misma noche.


... Apenas en agosto del año pasado lo visité en su departamento del Paseo de la Reforma. La presencia de Octavio me reconfora siempre. Más allá de las carencias y defectos, su mirada descubre mundos literarios y poéticos que su talento recrea para poder inventar otros mundos. Le pregunté si recordaba la comida en la casa de don Daniel y le pedí que armara, hasta donde le fuera posible, su exposición aquella tarde memorable. El día 26 me entregó la carta que reproduzco íntegra:

Querido Julio:

Contesto a la pregunta que me hiciste hace algunos. lo hago por escrito para evitar, en lo posible, los equívocos y las ambigüedades.

Recuerdo, naturalmente, aquella comida en la casa de Daniel Cosío Villegas. Concurrieron el presidente Echeverría, acompañado de varios miembros de su gabinete, así como un pequeño grupo de escritores y periodistas, que escribíamos en Excélsior, en la época en que tu eras el director de ese diario. No podría reproducir hoy, con todos sus detalles, la larga y animada conversación que sostuvimos pero si tengo presente el tema que fue el centro de la discusión y que provocó las afirmaciones y las réplicas más apasionadas: la función de los intelectuales en las sociedades modernas, especialmente en la nuestra, y sus relaciones con los poderes públicos. No fue un debate académico: fue una conversación entre el presidente de la República y en la que participó con no menos pasión que los otros. Te confieso que hoy, después de tantos años, me parece admirable la libertad con que nos expresamos y, en primer término, la del presidente Echeverría.

En el curso de la conversación evocamos el pasado de nuestro país. Uno de nosotros, tú o Cosío Villegas, subrayó que sólo durante muy cortos periodos de nuestra historia habíamos gozado de plena libertad de prensa. Se mencionó a los gobiernos de Juárez, Lerdo de Tejada, Madero. . . Después se pasó conversar sobre la misión del intelectual en el mundo moderno. Se dijo, con razón que era muy distinta a la que había sido en la Antigüedad y en la Edad Media. Aparte de sus quehaceres específicos, que son los primordiales -escribir, investigar, enseñar- el intelectual desempeña en el mundo actual una función crítica. Si no es la conciencia de la sociedad sí es, con frecuencia, sus ojos y su lengua. El intelectual dice lo que ve y lo que oye; es el testigo y el vocero de su tiempo. De ahí el carácter, a un tiempo íntimo y contradictorio, de sus relaciones con el poder público. Si el intelectual calla ante los abusos y los crímenes de los poderosos, traiciona su condición y traiciona a sus lectores y a sus oyentes; a su vez, el gobierno tiene la obligación, dentro de ciertos límites, de garantizar la libre expresión de las críticas, incluso de aquellas que los gobernantes juzguen equívocas o sin fundamento.

Algunos de los comensales -no recuerdo si fue el mismo presidente Echeverría o Muñoz Ledo- aclaró que reducir la misión del intelectual a la censura y la crítica era un punto de vista muy limitado. Muchas veces los intelectuales forman parte del gobierno; es claro que, en estos casos, su deber es gobernar bien y con justicia, no criticar los actos del régimen al que pertenecen. La función de los intelectuales no era sólo "negativa" (la crítica) sino "positiva" (gobernar). Me tocó a mi responderles. Comencé diciendo que no estaba muy seguro de que los intelectuales en el gobierno fuesen realmente intelectuales. En primer lugar, es muy distinto mandar a pensar: lo primero corresponde al gobernante, lo segundo al intelectual. Los intelectuales en el poder dejan de ser intelectuales; aunque sigan siendo cultos, inteligentes e incluso rectos, al aceptar los privilegios y las responsabilidades del mando substituyen a la crítica por la ideología. Una cosa es ser el ideólogo del régimen como fueron los juristas de Felipe el Hermoso de Francia, los teólogos de los Austrias y los ideólogos del Kremlin, y otra ser intelectual en el sentido moderno de la palabra. El primero justifica, defiende y orienta la acción de un gobierno y, así, le da fundamento moral, lógico e histórico; el segundo examina, juzga y, cuando es necesario, contradice y denuncia. (Se me ocurre ahora un ejemplo contemporáneo que no mencioné esa tarde: Cosío Villegas fue un intelectual, Reyes Heroles un ideólogo. Me refiero a la vida pública de ambos, no a sus meritorios trabajos de historiografía mexicana.) Pero mi recelo ante los intelectuales en el poder, agregué, es más profundo que la diferencia entre crítica e ideología. Procuraré en lo que sigue hacer un resumen de lo que dije.

En general, los intelectuales aman las ideas sobre todas las cosas. Las aman en sus formas más perfectas y cristalizadas: como seres de proposiciones enlazadas, es decir, como sistemas cerrados. Por esto, cuando llegan al poder, pretenden inmediatamente implantar sus hermosas geometrías. Pero la realidad es, por naturaleza, irregular y rebelde a las simetrías racionales. El intelectual no ceja ante la resistencia de la realidad y se empeña en reducirla: la corta y la recorta. Así nace el terror. El amor a las abstracciones es amor a la perfección, mientras que el amor a los hombres es paciencia y compasión ante lo inacabado y lo imperfecto. El intelectual en el poder sacrifica los hombres a los esquemas. Los orígenes del terror moderno son intelectuales: la guillotina fue para Robespierre y Saint-Just un silogismo irrefutable.

No recuerdo ahora quiénes fueron mis contradictores ni cuáles sus razones. Recuerdo, sí, que acudí al ejemplo de la antigua China y cité la filosofía política de Lao Tse y de Chuang Tzu. Los "sabios", es decir, los que ahora llamamos intelectuales, dividen siempre a los hombres en instruidos e ignorantes, buenos y malos; poseídos por su inmoderada y estúpida confianza en el "bien" -o sea en su sistema- castigan a los que juzgan malos e ignorantes, que son la mayoría y premian a los que consideran virtuosos, que son los pocos devotos de su sistema. Así llenan las cárceles de inocentes y desventurados. El mundo moderno corrobora de una manera impresionante las ideas de los dos filósofos taoístas. En un pasaje memorable, Chuang Tzu dice que el gobierno del príncipe tiránico es menos malo que el gobierno de los "sabios" virtuosos: al tirano se le puede asesinar con el puñal o el veneno mientras que las ideas con que los "sabios" justifican sus exacciones son inmortales e incorpóreas. Entonces, ¿cuál es el mejor principio de gobierno? La ausencia de principios. En otro momento Chuang Tzu dice que el mejor gobierno es aquel bajo el cual las cosas pasan por sí mismas y no movidas por la voluntad de arriba: un gobierno débil y mediocre es mejor que un gobierno activo y poderoso. . . El puro anarquismo de Lao Tse y de Chuang Tzu es inaplicable, pero es un modelo y puede ser una inspiración. Si los gobernantes tuviesen presentes sus ideas, los pueblos sufrirían menos. . . La reacción ante mis palabras fue un cortés silencio y dos o tres sonrisas. No importa: me consuela pensar que tú las recuerdas.

Un Abrazo de tu amigo.

OCTAVIO PAZ

Frustado el proyecto original de regresar a Reforma 18 en los albores del gobierno de López Portillo, íbamos tras otros sueños. Una nota de Alan Riding publicada en The New York Times y reproducida en México por Excélsior había dado al traste con el intento. Vicente Leñero se ocupó del tema en Los periodistas. Nueve años después, a mediados de 1985, lo reviviría Vecinos distantes, el libro de Riding sobre nuestro país. Escribió el corresponsal nacido en Brasil y educado en Inglaterra:

"Bajo el mando de su director de hacía mucho tiempo, Julio Scherer García, Excélsior, gradualmente, se fue desilusionando de la vacuidad de la retórica izquierdista de Echeverría quien orquestó una "rebelión" entre los miembros de la cooperativa y Scherer y su equipo fueron depuestos".

Enrique Krauze, subdirector de Vuelta, escribió sobre el tema:

"Todo iba sobre ruedas hasta que Riding se enteró de los planes por boca, entre otros, del propio Scherer, quien al confiarle la información en términos privados le suplicó discreción. Riding no esperó a que los hechos se consumaran y publicó la noticia en The New York Times. Así la difusión internacional ató de manos al gobierno. Scherer se sintió traicionado".

El párrafo de Krauze dio origen a una escaramuza entre Riding y yo en las mismas páginas de Vuelta. Dijo Riding que no podía haberme traicionado puesto que yo, inclusive, le había dictado una nota que decía: "Si el gobierno impone alguna condición a nuestro regreso, no la aceptaremos". "La simple y llana verdad -concluía Riding- es que ni a mi ni a Scherer se nos ocurrió la posibilidad de que Díaz Redondo publicara la nota y obligara al gobierno a retroceder".

No había sido casual mi advertencia a Riding. El 20 de agosto de 1976, en un viaje relámpago a Costa Rica, había declarado López Portillo a reporteros y corresponsales que los trabajadores de Excélsior actuaron libremente en la asamblea del 8 de julio. Me acosaba el recelo y calaba desde siempre una frase de Garibay: "Al nacer candidato casi a solas, en la oscuridad, el futuro presidente de México pacta con la mentira".

Contesté a Riding con una obviedad: todo mundo tiene acceso a la información pública. Así se explica la potestad de los medios de comunicación en las sociedades modernas. Ocurrió, simplemente, que "en un momento clave (el regreso a Excélsior) el manejo que dio a su nota (Riding) favoreció a Díaz Redondo, quien no tuvo más tarea que capitalizarla a su favor".

Cerradas las puertas de Excélsior, el proyecto original quedaba en pie. Decididos a tener un periódico y ejercer el periodismo, nos afirmábamos en la línea trazada: informar con veracidad. No aceptaríamos la existencia de zonas sagradas del poder. No nos paralizaría el tabú presidencial.




SCHERER, J. Los Presidentes. Editorial Grijalbo. Décima edición. 1986. México, D.F.



"Desgraciadamente nos acota la realidad, luv."


_ Afortunadamente, a los grandes delirios que producen nuestras cabecitas, los mantiene a raya la realidad, babe -le digo a la mujer maravilla, a la hora del lunch break.

The wet season is about to recede, y la hipótesis combinada no pegó; pero yo... "cuando pierdo arrebato": south of the Tropic of Cancer the rain is still falling down, así que esa otra of my own inspiration (well, a bit modified, and applied to our beautiful country; as far as I know, a south american myth was the first one to spark that idea) does not look that bad.

_ Now, no es que yo sea rebelde de por sí, es que me re...patean los liderazgos impositivos, y si a eso le agregamos que supuestamente "gobiernan" mediante radio pasillo, ¡utas! mejor me voy -le pongo el plato servido para describir la personalidad de un no tan lejano comensal.


"No somos eternos"

_ ´Tá difícil, ¿no? Se tendría que morir uno de los eméritos para aspirar a una oportunidad -me dice uno de los chavillos de servicio social.

Well, lamentablemente ese no es mi plan, camarada. Así... no.

_ Tienes que apurarte, Marco. Es ahora que vuelvo a viajar después de "aquello". Me quedan pocos años en esto -me dice un poco derrotado mi ex asesor.

Desde que leí su extended abstract percibí que, a pesar de "aquello", quedaba intacta su habilidad y profundidad en nuestro tema; como gato boca arriba se defendió, en otra sobremesa, a cada uno de los cuestionamientos que le planteé.

_ Well, you see, I have been advising both chinese and russians about that matter, and it´s not entirely as you´ve written, here -me contesta mirando a los garabatos que he delineado en un pedazo de papel.

No fui tan temerario -o igualado- como para preguntarle si sentía algún regret, platicando calmadamente en uno de los jardines del históricamente más rico museo nacional.

_ Así que eres un poco escéptico, Marco -me dice un poco sorprendido mi anterior tutor, tomando como base frases de mi "opening speech".

_ Well, lo necesario, ¿no? Es que los datos con los que he trabajado no me indican algo concluyente -recklessly, le digo.

_ ¿Le regué, verdad? No debí haberte incluido a ese sinodal -me dice un poco apenado, por el tiempo extra que, en el Reino Unido, tuve que permanecer.

_ Don´t worry, I finished; it´s all that it matters, now -le contesto tratando de olvidar la situación.

El que ha terminado con todo el cuadro, es el Wonder Boy.

_ Caray, este güey no deja títere con cabeza, en verdad -le digo a la Wonder Woman, mi compa acaba de despotricar en contra de la ponencia anterior de un camarada al que, no pareciéndome su personalidad, le reconozco su trabajo; llevé con él Solución de Ecuaciones diferenciales parciales no lineales por métodos pertubatorios, y fue profesor en una de las universidades de la Ivy League, habiendo nacido tricolor, not that easy, huh?

Al terminar la ponencia de este depositario de la ciencia mexicana, platico con un gringo que, por la pura cara, concluyó que le es imposible imaginar que un prieto, chaparro y panzón haya sido capaz de sus resultados mejorar. Alright, seems that I´m on the right track, I think.

Tal vez porque soy tonto de nacimiento, or maybe coz I dont really like politics (Is that possible? Well, perhaps, yes, Im just a fool, and dont really understand the brown-nose diplomacy, so make my wife suffer unnecessarily), es que no formo parte de la danza principal en la antesala del auditorio, y prefiero, con los "segundos" de a bordo, socializar.

Entre vicios te veas...

No he de abordar el "pumabús", pero ando por ahí, soñando que tengo harto dinero para aliviar uno de mis peores vicios.

_ Caray, camarada; en un dos por tres acaba con mi mesada -le confieso al vendedor.

_ No me lo vas a creer, pero muchos que vienen aquí me han dicho lo mismo que tú: tanto pa'la renta, esto pa las colegiaturas, otro más para la papa... y el resto pa mi cul...tura. Esa parte la tienen pero sí bien apartadita -y con eso desarma mi disertación.

Mientras mis neuronas -más que mis ojos- evaluan preferencias personales y calculan mil combinaciones, involuntariamente escucho la conversación entre "mi proveedor" y un par de profesores universitarios.

_ Te lo repito, pa´que quede claro, el bombardeo... mediático es serio. El otro día, como no queriendo la cosa, hice un ejercicio en clase con mis alumnos, les pedí que me hicieran un balance actual de la situación mundial, de acuerdo a las noticias que reciben, y no te creas, te estoy platicando de estudiantes de comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas -comenta medio decepcionado uno de los profesores en cuestión.

_ ¿Y? -inquiere el segundo de los catedráticos.

_ Pues, ¿qué iba a pasar? Sólo una de mis alumnas pudo realmente defenderse, el resto en el limbo, en verdad, camarada, en el limbo ni más ni menos, compañero -y esta vez es evidente su frustación.

_ ¿Estamos entonces fritos , manito? -trata de encontrar una improbable salida, el segundo en la conversación.

_ ¡No, qué va!, pero si tan solo leyeran un poco. Más todo el tiempo se les escapa discutiendo si "el chicharito" anotó o no, que si el Guadalajara, perdió, y temas tan relevantes como esa última cuestión . Carajo, por lo menos acérquense a Flores Magón -exagera un poco el señor.



Lamentablemente, este compa ha encendido, del coco, mi interruptor. Ha llegado el momento de unirse a la conversación.

_ Tiene usted toda la razón; Oaxaca ha engendrado grandes hombres, pero si uno ha de merecer el título del mejor, ese llevó por nombre Ricardo, y por apellidos Flores Magón -hablo en el mismo tenor que mi interlocutor.

No es eso lo que deseo realmente comentar pero, como todos los que "realmente sabemos" del arte de sacar... información, hay que primero, el terreno, preparar.

_ ¿Y así que no tenemos remedio contra la aplanadora mediática? -pregunto con la jiribilla necesaria, rayando apenas en la impertinencia.

_ Yo creo que sí, y si ha escuchado... bien, creo que he presentado dos que tres razones para sustentar lo que acabo de afirmar. Y para remachar lo anterior, solo hay que ver el resultado: gente desinteresada, alienada de su entorno -me contesta muy seguro de su respuesta.

_ Ok, ya que usted comprende la situación mundial actual. ¿Qué opina de “aprovechar” la actual coyuntura? -le lanzo otro mísil con chanfle.

_ ¿Cual coyuntura, camarada? -y por primera vez luce interesado, el profesor.

_ Well, siempre hemos estado hablando de sobrevivir bajo la bota de nuestro septentrional opresor; ¿no podríamos aprovechar ahora que nuestros primos están en las calles, and the empire has to worry about its own domestic affairs?

_ No, no lo creo así, la gente tendría primero que desconectar el televisor -y con ello deja más que zanjada la discusión.

Do you believe it?

El segundo episodio de mis narco, sorry, marco aventuras en el DF se ha finiquitado, y no pudieron haber terminado mejor pero, se los advierto... en menos de lo que cae un chopper, ténganlo por seguro... volveré.

_ Yo pensé que ya no volvía, si hubiera sido otro desde cuando me habría pelado -me reconviene el rechoncho conductor.

_ Sí, pero le dije que iba a bajar. Na´más que tenía que conseguir esto para amarrar mi baika -le contesto apenado y medio.

_ Usted no se preocupe, a mi no me gusta la uña hincar, me va bien trabajando honestamente, la verdad -como si fuera garbanzo de a libra, me vuelve a recalcar.

Honestly, Im gonna miss Santa Úrsula y su legión de "ordinary men" keen to help.

The seek for boxes before we´ve left the city has just begun.



Empíricamente condicionado, busco las cajas en las grandes tiendas departamentales primero; no es ahí, sin embargo, donde las he de obtener.

_ No disculpe, pero hay que recolectarlas para el reciclaje -me avisan en Tienda UNAM.
_ No, mire, si quiere darse una vuelta por la tarde, a lo mejor y ya le podemos tener unas cuantas -me desaniman en el supermercado.
_ No, la verdad esas no se pueden regalar; pero si quiere pasar al área de empequetados, ahí tenemos en venta de varios tamaños.

De regreso al barrio sagrado es con nuestro panadero con quien he de "truequear" el primer par.

_ Están un poco manchadas de mantequita, pero si así te sirven, adelante, pues -y señala dos del tamaño ideal pa´la mudanza. ¿Qué pasó, mi buen? ¿Cómo va a creer?
_ Por favor, acéptelo. Me ha hecho un gran favor -reluctantly toma de mi mano la moneda de baja denominación.

La vendedora de frutas, que es la que nos provee de las cajas más convenientes a los deseos de mi mujer, ni ese pequeño "soborno" ha de aceptar.


_ No, así está bien, y escoja la que guste, si necesita más con confianza las puede tomar -y con ello me hace sentir más pequeño de lo que soy.

Quien verdaderamente se llevó las palmas es mi anterior Landlord. Por andar haciéndole al vivo (tecuco lo bautizaría mi antigua compañera), me quedé sin techo en un santiamén.

_ Well, mire si no encuentra a quién rentar, yo le pago el mes siguiente. Todavía un nivel más tiene que terminar mi mujer -le sugiero a nuestra casera.

Más sí encontraron inquilinos que el depa han de ocupar.

_ Estamos muy apenados, pero el piso siempre sí lo van a ocupar. ¿Ya encontró? Mire, no se preocupe, como quiera cuando tenga que cambiarse, pues ahí está el auto a su disposición, no importa que tenga que dar varias vueltas; yo tengo que salir este fin de semana, pero dejo el llavero con el mayor -y, pa´ decepción de quienes piensan que en la capital la calidad humana ya se extinguió, puntualmente su palabra cumplió.

Se aproxima la recta final de nuestra organización (ojalá "los bolillos" estén también pensando llegar a ese nivel, i.e., amalgamados en células pronto los podamos ver) y, ya lo sabemos de por sí, para ganar en buena lid, faltará mucho más que buena voluntad, pero si, con suerte, alcanzamos nuestro objetivo, (jalando a unos cuantos con la mitad del corazón que poseen mis antiguos prójimos) al país, no cabe duda, que habremos mañana de transformar. AL TIEMPO.



... neurona versus key logger.



An ubeatable lesson on body language








http://marcosalas.blogspot.com/2011/10/todos-esos.html
http://creatividadsocialmentecomprometida.blogspot.com/2011/10/todos-esos.html