Thursday, May 20, 2010

¡VAMOS MUCHACHOS!




EL CAPITALISMO Y LAS CLASES SOCIALES

Otra consecuencia del triunfo del capitalismo es el haber dado a las clases sociales un fundamento más bien económico que jurídico. Sucedió lo contrario que bajo el "Antiguo régimen". En los siglos XVII y XVIII las distinciones sociales se vieron reforzadas en Francia por distinciones de carácter jurídico o legal.

... La Revolución tuvo precisamente por consecuencia destruir las distinciones jurídicas que dividían las clases sociales y establecer la igualdad de derechos de todos los ciudadanos. En 1789 el Tercer Estado se levantó en masa para pedir la abolición de los privilegios de la aristocracia, el acceso de todos a cualquier empleo y la abolición del régimen señorial.

Sin duda que el desarrollo económico de la época -el primer empuje del capitalismo- contribuyó grandemente a las transformaciones sociales que operaron alrededor de 1789. Los comerciantes y los hombres de negocios tomaron parte activa en la Revolución.

...

Es útil observar que, mientras las clases sociales se distinguían sobre todo por sus caracteres jurídicos, los individuos que las componían tenían una noción muy confusa de la clase a la que pertenecían. . . . Está claro que los nobles tenían, con relación a los que no lo eran, la conciencia de pertenecer a una clase privilegiada, pero pensaban, sobre todo, en los privilegios particulares del grupo al que pertenecían y, a fin de cuentas, eran sus intereses de familia lo que más les importaban.

. . .

Cuando en 1789 las clases privilegiadas tuvieron que defenderse contra las reinvindicaciones del Tercer Estado, sus esfuerzos tendieron principalmente a salvaguardar un grupo de privilegios; pero este esfuerzo común se ejerció sin que existiera ningún sentimiento real de solidaridad de clase. Por el contrario, las clases no privilegiadas se daban cuenta de que todas tenían que sostener las mismas reinvindicaciones y que combatir los mismos abusos, y esta idea los hizo sentirse -al formar un bloque frente a la nobleza y al clero del Estado- los verdaderos representantes de la nación. Pero ni la burguesía ni los campesinos mismos consideraban que formaban clases bien definidas. La burguesía de las ciudades comprendía muchos grupos distintos, y en el campo había los propietarios acomodados, los pequeños propietarios, los granjeros o aparceros y los jornaleros sin propiedades: categorías muy distintas cuyos intereses eran a menudo muy diversos. A esto se debió que en la explotación de las tierras incultas los propietarios acomodados estuviesen en pugna con la masa de campesinos; éstos querían conservar sus derechos de uso sobre las tierras comunales, mientras que los propietarios tenían interés en apropiárselas por adjudicación o parcelamiento (La vie economique et les classes sociales au xviii, Sée). El "Antiguo régimen" fue un régimen de intereses antagónicos, y esta característica se extendió a todas las clases sociales: nobleza, burguesía y campesinos.



... la abolición de las clases jurídicas y los progresos del capitalismo habían provocado una nueva distribución de las clases sociales fundada en su posición económica. . . como reacción provocada por su influencia, nace realmente la clase obrera y empieza a tener conciencia de sus intereses colectivos. En la sociedad contemporánea la distinción de clases es ya esencialmente de orden económico. Y el ingreso a la clase dirigente, la clase capitalista -compuesta en buena parte de hombres nuevos, de self-made men- está abierto a todos los que poseen las cualidades requeridas. Esta nueva concepción de las clases sociales está estrechamente ligada a una organización individualista de la sociedad. Ahora el individuo está mucho menos vinculado que antes al grupo del que forma parte. Está claro que, desde el punto de vista económico, tiene intereses de clase; pero en los demás campos (el intelectual, el político, etc.) es libre de unirse a otros grupos. Así, la movilidad social es, en nuestros días, mucho mayor de lo que era antes: nuestra sociedad altamente individualista forma un notable contraste con el régimen de castas inmutable de la India (Essai sur le régime des castes; Bouglé, 1908).



¿No fue la persistente agitación sobre cuestiones sociales en Francia continuación del admirable movimiento ideológico del siglo XVIII? Es también muy importante hacer notar que, en Francia, la propaganda socialista de mediados del siglo XIX tuvo sobre todo éxito entre los obreros parisienses de la pequeña industria y de las industrias de lujo, cuya condición apenas había cambiado desde el "Antiguo régimen", mientras que los obreros de la gran industria se mostraron refractarios a las nuevas doctrinas.

Las repercusiones sociales del capitalismo no pueden representarse con fórmulas tan rígidas como lo piensa la ortodoxia marxista. Hay que reconocer la influencia de las ideas y no tomar demasiado a la letra el "materialismo histórico". Si el triunfo del capitalismo ha hecho posible la constitución de partidos de clase,



como los partidos socialistas, ello se debe en parte, y aun en gran parte, a la gran influencia de los teóricos, especialmente a Carlos Marx, porque ha contribuido a despertar en el proletariado una "conciencia de clase". Ésta, además, no ha nacido bruscamente; todavía oscura en el siglo XVIII ha ido saliendo poco a poco del dominio del "subconsciente" por efecto de una lenta evolución, provocada por fenómenos complejos que nuestro espíritu se inclina demasiado a simplificar de una manera excesiva.

SEE, H. Orígenes del Capitalismo Moderno. Fondo de Cultura Económica. Primera Edición revisada, en español. Cuarta reimpresión. 1977. México, D.F.




Michael Moore's 'Capitalism: A Love Story' DVD Extra Preview - Bank of North Dakota



Y después de la tromba local, la calma "ha aparecido" de nuex en la frontera noreste. No así en vastas regiones del Atlántico Norte y otras regiones del mundo ajenas a estas benditas tierras.



Ciertamente la copa mundial de fucho por sí sola puede, en distintos lugares del tercer planeta de nuestro sistema solar, levantar hasta al... más muerto, pero nada parecido a lo que es capaz en México.

_ No sé porqué pero la final de la "Champions" va a ser el sábado. ¡Chidos!, buen pretexto pa' otra parrillada, a ver si me las... emparejo -le digo al grupito de pamboleros que azarosamente se ha formado en esta oficina. Que gane cualquiera menos el Inter (so long ago since they were "zapatistas", or they still are?) del Mourinho y su pimpón sangre tan ligerita como la de un comentarista de Televisa o TV Azteca da igual.

_ Sí, 'ai que verlo, lo malo es que ahora no tenemos a ningún mexicanito en la final -apunta un verdadero conosseiur de este deporte.

El gentilicio prende inmediatamente las adormiladas neuronas de uno de nuestros cuadernos.

_ Oigan, ya falta poco pa' que empiece el mundial, ¿no? -difícilmente puede ocultar la emoción el que habla.

_ Sí, ya mero, falta ya menos de un mes -nos dice el mejor informado.

_ ¿Apoco sí creen que México la haga en el torneo? -lanzo el buscapié.

_ ¡A hueso!; ya dijeron en la tele que "el tri" está entre los contendientes al título, loco. ¿Pus, qué traes? -me dice medio encanijado uno de ellos.

_ Pus yo no más veo "la productividá" y nel, a mí se me hace que de la segunda ronda no pasa, como siempre. Y aún así, está en chino, hay que sacar puntos del primer partido, batos -continúo con la táctica.



_ ¿Qué te pasa? Tenemos todo pa' ganar el primer partido -uno de ellos comienza a perder la paciencia.

_ ¡Alos!, pues solamente que aplicaran el método del Chucho, porque de otra manera no veo cómo -solamente quiero que pongan los pies sobre la Tierra.



_ ¿Cómo el método Chucho? -pregunta extrañado el de aquí abajito.

Thanks, esto era lo que necesitaba, myth.

_ Sí, loco, está peladito. Como el equipo no es Brasil o Argentina, yo creo que necesitamos dos cosas: un cocowash bien cabrón, y un juego de equipo del otro mundo.

_ Ah, chinga, y eso qué -me replica más confundido que convencido.

_ Sí, mira. Brasil siempre tiene un equipazo porque, será genético o ve tu a saber, pero está lleno de estrellas, y con hambre de jugar en el extranjero -le digo, pero no he de terminar la frase.

_ ¿Ah, sí? Estás atrasado, bato. Ya tenemos un buen de jugadores fuera del país -me actualiza de los nuevos valores del pambol.

_ De acuerdo, pero nunca pasan de perico-perro porque no hay necesidad de sobresalir.



La banda -que a veces tiene razón-, dice que porque aquí las vedettes tienen todo. Checa, cuando jugadores de todo el mundo vinieron al mundial de '86, se sorprendieron de las instalaciones y los campos de entrenamiento de nuestros equipos locales, sobre todo los que jugaban en las escuadras más famosas de Europa. Así que, con el billetote que les pagan, las facilidades que tienen aquí, y mimados por la afición, ¡pa' qué chingaos arriesgarlo todo! . . . y pa' acabarla tan lejos, ¿capizcas?


_ Ok, supongamos que con Brasil le pegas, ¿pero Argentina?, ¡chaaales! -sin darse cuenta ha caído en el tono chacotero al que quería llegar.



_ Ese está más sencillito, loco. El único que realmente puede sacar a Brasil con una tarde de "buen fútbol" -así sea defensivo- es Argentina. Porque ellos cuando juegan contra los amarelos le tiran más al juego de conjunto, algo de lo que carecen todos los equipos mexicas en los mundiales, y está harto complicado que así ganen el mundial, así lo diga mi agüelita, que sin saber ni una... de fut, quizá tenga un un mejor pronóstico que todos nosotros juntos.

_ ¡Aaah, no manches! Ahora resulta que sabes más que los expertos, ¿no? -me reta, otro.

_ No, bato. Lo que pasa es que entiendo que a esos güeyes les pagan también su buena pachocha para vender ilusiones, y decir cuanta sandez se les venga al cocoliso -y neta que esta vez he intentado no parecer tan cascarrabias. Todos los patrocinadores se dan por bien servidos con que la selección mexicana esté en el mundial y superen la primera ronda, porque sus ventas aumentan exponencialmente en ese mes, ¿qué no?

_ Pues allá tú y tus amarguras, yo sí me pongo la verde, bato -finalmente recibo un aniquilador argumento.

Veamos pues unos cuantos ejemplos (¿les parecen tres por el momento pa' terminar este post que ya "se me alargó"? de nuestros sueños, que no lo son, originados tanto a la diestra como la siniestra. Here we go:

The myth of democracy.

Desde el punto de vista facho: Este es uno de los más sutiles cuentitos que se nos ha querido vender cual si fuera el último del Potter. Sometimes, me da pena ajena escuchar los argumentos -well, en realidad son solo ejemplos- de algunos de nuestros políticos que no tienen más horizonte que nuestro norte geográfico (btw, cuando tooodos ustedes leen -güeno los dos detractores de este pinchurriento blog and my only faithful fan; Hey, you; Hello, there!- nuestras frecuentes disertaciones sobre nuestro país en las que nunca "desaparece" el imperio, es precisamente para mostrar que el "marco teórico" nunca se fue, aunque inútilmente se lo quisieron . . . cargar). Therefore, se nos ha tratado de "introducir" un monstruo bicéfalo con un sólo cucharón (neoliberal en esta fase histórica, pero capitalista agüelita de Batman forever), que actualmente ha producido un engendro como el que padecemos en México. It's up to you if you accept that kind of democracy.

Desde la perspectiva zurda: This is an easy one. Los sueños húmedos del moderno izquierdoso son los de una democracia sin (participación del) pueblo.




... to be continued.


¡Cuán impotentes somos si no podemos despertar sueños inalcanzables como nuestros rivales ideológicos! Pervirtiendo anhelos, trocando conceptos, manipulando nuestros instintos primigenios estos propagandistas pueden inclusive vender e implantarnos subrogadamente sus oscuros propósitos. ¿Cómo convencer a nuestros compas de que el bien común es totalmente compatible con el bien individual? ¿Cómo le vamos a hacer para incitarlos a cambiar la percepción de que premios efímeros no satisfacen en modo alguno nuestras necesidades básicas? I haven't got an answer, yet; what about you? AL TIEMPO.




Condicionamiento Clásico traducido al español

M@RCOpero;

MATAmoros, TAMercadeando sueños guajiros;

20/05/10.




. . . y armamos un alboroto.






PREGUNTAS SIN RESPUESTA:




POSSIBLE?

Noticia de última hora: Lo sentimos, interrumpimos esta final para anunciar que ha sido encontrado el cuerpo "calcinado" de...


Andrés Calamaro - Crimenes Perfectos

P.S. No es lo mismo vencer que convencer, bros. Deveras que son malitos pa' eso del marketing. Doy clases baras en este domicilio fiscal, por si les interesa. Anyway, la mera neta, si su objetivo real was causing a commotion, entonces "la güenota" era . . . la Patylú (don't you believe me? Then, make a survey among street people; oh yeah! the same ones you are carefully "conditioned"), ahí será pa' la oxtra; cause he's not the last one, right?


¿MISTERIO?

Oigan, ¿Saben porqué "desaparecieron" nuestros amigous cibernautas el domingo
pasado?




¿FUTURISMO?


Julio de 2012: Nuestra Empresa ha tomado la decisión de no seguir informando sobre la elección, y esperar a tener la decisión final del TRIFE.


Luis Carlos Ugalde IFE 2 de julio de 2006





























http://marcosalas.blogspot.com/2010/05/vamos-muchachos-el-capitalismo-y-las.html
http://creatividadsocialmentecomprometida.blogspot.com/2010/05/vamos-muchachos-el-capitalismo-y-las.html

Mixed results from primary elections in four US states

By Patrick Martin
20 May 2010

Primary elections in four US states represented a rebuff to the political establishment in both the Democratic and Republican parties, while suggesting that the outcome of the November congressional elections remains very much in doubt, despite media predictions of a likely Republican sweep.

The mixed results of Tuesday’s voting demonstrate that popular illusions in the Obama administration have largely evaporated, 18 months after his landslide victory in the presidential elections. Most important, but least noted in the media coverage, is the virtual collapse in voter turnout, an indication that for tens of millions of working people, in the second year of the deepest slump since the Great Depression, neither of the two parties of big business holds any broad appeal.

In the Pennsylvania primary, Senator Arlen Specter was defeated for the Democratic nomination by Congressman Joe Sestak, a retired admiral. Despite a heated campaign, voter turnout statewide declined by 55 percent from the 2008 presidential primary in which Hillary Clinton defeated Obama, and turnout in the state’s largest city, Philadelphia, fell 63 percent.

Under the US two-party system, primary elections are held to decide the nominees of the Democratic and Republican parties. This process gives big business two opportunities to manipulate the electoral process in its own interests: first, in the selection of the Democratic and Republican nominees, in elections which are frequently limited to those registered as members of the two parties; then, in the general election, when the standard practice is to limit media coverage to the candidates of the two officially sanctioned parties.

Candidates and perspectives outside the two-party system are systematically excluded from media coverage. Intense publicity has been given to the right-wing opposition to the Obama administration, presented as a populist opposition to “socialism” and “big government,” while the actual feelings of tens of millions of working people are ignored and suppressed.

A recent Wall Street Journal/NBC poll, for instance, found that among Democratic voters, one third expressed the view that Democratic members of Congress are “more concerned about the interests of large corporations” than those of average Americans. This only gives a hint of the seething class antagonisms in the United States, which go without the slightest representation in official Washington.

In many states it is impossible, as a practical matter, to gain ballot status as an independent candidate, except for those candidates possessed of great personal wealth—like H. Ross Perot in 1992 and 1996—a “qualification” that immediately renders them legitimate in the eyes of the political establishment.

The result is that few people can run for the Senate, the US upper house, without a campaign war chest in multi-millions, while a campaign for the House of Representatives, the lower house, requires at least several million dollars. This applies to primary campaigns as well. Sestak, the victorious candidate in Tuesday’s Democratic primary for US Senate in Pennsylvania, was considered underfunded since he had “only” $4 million to spend on television commercials.

Specter was elected to five six-year terms in the Senate as a Republican, and was involved in the course of his long career in some of the most infamous episodes in American politics (see accompanying article). He switched to the Democratic Party last year after voting for the Obama economic stimulus bill, one of only three Republicans to do so, and it became clear he would lose a Republican primary to seek a sixth term.

Sestak, first elected to Congress in 2006, ran in the face of opposition from the entire Democratic Party leadership, both national and state. Specter also had the backing of the state AFL-CIO union federation and the black Democratic Party leadership in Philadelphia. Trailing in the polls until the last month, Sestak began an advertising campaign tying Specter to George W. Bush, Sarah Palin and other national figures in the Republican Party, and presenting his switch to the Democratic Party as pure opportunism. Sestak ultimately won 54 percent of the vote to Specter’s 46 percent, carrying all but three of the state’s 83 counties.

While claiming that his victory was “A win for the people over the establishment, over the status quo, even over Washington, D.C.,” Sestak is himself a product of the Pentagon brass, retiring after 31 years in the Navy with the rank of rear admiral. If elected in November over Republican Pat Toomey, a conservative former congressman, Sestak would be the highest-ranking former military officer to serve in the US Senate.

Although he won a suburban Philadelphia congressional seat in 2006 at least in part because of his criticism of the war in Iraq, Sestak is a firm supporter of Obama’s escalation of the war in Afghanistan, and commanded a carrier battle group that supported US military operations there during the Bush administration.

The other high-profile contest in Pennsylvania was a special election in the 12th congressional district in the southwest part of the state, vacated by the death of longtime Democratic incumbent John Murtha. A senior aide to Murtha, Mark Critz, defeated Republican businessman William Burns, a protégé of the right-wing Tea Party movement, by a margin of 53 percent to 45 percent.

The 12th district stretches from the working-class eastern suburbs of Pittsburgh to the devastated industrial and coal-mining areas around Johnstown. It was the only congressional district in the United States to vote for Democrat presidential candidate John Kerry in 2004 and switch to Republican John McCain in 2008. This led Republican Party spokesmen and media pundits to target the seat as a likely Republican takeover.

If Burns had been victorious, there is no doubt that the special election would have been hailed by the media as another signal of an impending Republican sweep in 2010, along the lines of the Massachusetts special election to the US Senate won by Republican Scott Brown. It was noticeable that the retention of the seat by the Democrats was comparatively downplayed in the media coverage. It was the sixth consecutive congressional special election won by the Democrats, going back to early 2008.

The result was certainly no victory for Obama. Critz ran as far away from the administration as possible, publicly declaring that he would have voted against the Obama health care plan, unlike Murtha, who supported it. He also staked out a conservative position on “social” issues like abortion and gun control, while allying himself to the trade union bureaucracy with a strident nationalistic attack on imports and outsourcing.

In Kentucky, Rand Paul, an ophthalmologist and son of former Libertarian and Republican presidential candidate Ron Paul, won the Republican primary for US senate. Paul’s easy victory, by a margin of 59 percent to 35 percent, was a blow to Senate Republican Minority Leader Mitch McConnell, the leader of the state’s Republican establishment, who backed state Secretary of State Trey Grayson for the nomination.

Paul proclaimed his allegiance to the right-wing Tea Party faction of the Republicans, although he has many policy differences, including opposition, from an isolationist standpoint, to the US military intervention in Iraq. He will face state Attorney General Jack Conway in the general election. Conway won the Democratic primary by a narrow margin over Lieutenant Governor Daniel Mongiardo.

The primary loss was a particular humiliation to McConnell because he effectively forced the retirement of Senator Jim Bunning, another right-wing Republican, and picked Grayson to replace him. It also follows by ten days the defeat of incumbent Republican Senator Robert Bennett of Utah, a McConnell ally, who was denied renomination by the state Republican convention in favor of two even more right-wing candidates.

The media gave Paul’s victory top billing in its coverage, along with Specter’s defeat, in order to sustain the fiction that the Tea Party represents some sort of mass right-wing popular movement. But Paul held his victory party at a Kentucky country club, a venue that says far more about the real social interests he defends than his right-wing populist rhetoric against the bailout of Wall Street. He is also a vocal supporter of raising the age of eligibility for Social Security, and making other cuts in benefits for retired workers.

In Arkansas, there was another setback for the Obama White House, as incumbent Senator Blanche Lincoln failed to win the necessary 50 percent of the vote in the Democratic primary, and now faces a June 8 runoff with her main challenger, Lieutenant Governor Bill Halter.

Lincoln was targeted by the state AFL-CIO and the liberal group Move-on.org, partly because of her opposition to the Employee Free Choice Act and the public option on health care, partly because polls showed her likely to lose the general election to Republican congressman John Boozman.

In the primary election, with a turnout of less than one-third of those eligible to vote, Lincoln edged Halter by 43 percent to 42 percent, with an ultra-right anti-abortion, anti-immigrant candidate taking the balance of the vote. The runoff June 8 will decide the Democratic nominee.

A primary for statewide offices was held in Oregon as well, but without any major contests. Former governor John Kitzhaber won the Democratic nomination for governor, and will face a former professional basketball player, Chris Dudley, who won the Republican nomination over a candidate backed by the Tea Party groups.


“Snarlin’ Arlen” Specter—the ugly face of American big business politics

By Patrick Martin
20 May 2010

With his defeat in the Pennsylvania Democratic primary Tuesday, Arlen Specter will leave the US Senate next January after 30 years in office, ending a political career in which he played important roles in some of the most sordid and controversial episodes in American political history.

Specter was a young, up-and-coming assistant district attorney in Philadelphia in 1963 when he was named by Republican House Minority Leader Gerald Ford to serve on the Warren Commission, the official whitewash of the assassination of President John F. Kennedy.

One of a handful of members of the commission with law enforcement associations, Specter gained notoriety as the author of the “magic bullet” theory. This hypothesized that wounds to Kennedy and Texas Governor John Connally had been caused by the ricocheting of a single bullet—a supposition that was necessary to sustain the claim that Lee Harvey Oswald was a lone assassin and that only one weapon had been used in the assassination.

Although a registered Democrat at the time, Specter ran for District Attorney of Philadelphia in 1965 as the Republican candidate, winning two terms in office before being defeated for reelection in 1973. He lost subsequent statewide Republican primary contests in 1976 for US Senate and in 1978 for governor, before winning the Republican nomination and the general election in 1980, when Republican Ronald Reagan carried the state in the presidential campaign.

His five terms in office, a total of 30 years, are the longest tenure of any US senator from Pennsylvania. Given the nickname “Snarlin’ Arlen,” Specter was widely regarded as one of the most arrogant and loathsome denizens of the US Senate—and that is saying something. But his seniority allowed him to rise to leadership positions in key committees, particularly the Senate Judiciary Committee, where he played a prominent part for more than two decades.

In 1987, he was the most important Republican to oppose Reagan’s nomination of Robert Bork to the Supreme Court. But four years later, he played the key role in securing the nomination of Clarence Thomas, an equally right-wing figure, acting as the most aggressive questioner of Anita Hill, who testified under oath that Thomas had sexually harassed her when they worked at the federal Office of Economic Opportunity.

His bullying of Hill was so provocative that Specter became the principal target of feminist groups and barely survived his closest reelection contest in 1994, against Democrat Lynn Yeakel. Four months later, in March 1995, he announced himself as a candidate for the Republican presidential nomination, positioning himself as the least right-wing of the Republican hopefuls, and denouncing equally what he called “the intolerant right” (Christian fundamentalists like Pat Robertson) and the “incompetent left” (i.e., Democrat Bill Clinton).

He failed to attract either organizational or significant financial support, the key elements in winnowing out the presidential field. Eight months later, before a single primary vote had been cast, Specter folded up his campaign and endorsed the eventual Republican nominee Robert Dole.

While expressing occasional differences with the growing ultra-right influence in the Republican Party, Specter was a loyal supporter of the Bush administration and, as chairman of the Judiciary Committee, shepherded the nominations of two right-wing Supreme Court justices, John Roberts and Samuel Alito. He also backed the USA Patriot Act and other anti-democratic legislation that passed through his committee.

The shift to the Democratic Party came rather suddenly, in March-April 2009. Specter was one of three Senate Republicans to vote for the Obama stimulus bill. Having barely survived a Republican primary challenge in 2004, he faced certain defeat in a similar contest this year. After back-room discussions led by Vice President Joseph Biden, a Senate colleague for nearly 30 years, Specter announced he was switching parties.

This final episode in Specter’s long career speaks volumes about the nature of the two-party system. Neither the Republican Party nor the Democratic Party is a “party” in the sense that is understood in most of the rest of the world—an organization based, however loosely, on a common political program and outlook.

The two parties are rather officially recognized and state-funded conduits to political office. They serve as political gatekeepers, excluding from the officially recognized political discussion anything that smacks of opposition to the capitalist financial aristocracy, whose campaign contributions (a quasi-legal form of bribery) underwrite the enormously expensive media campaigns required to win elections.

In 2004, Specter was hard-pressed in the Republican primary campaign by a challenger. He called upon the Republican president, George W. Bush, who made campaign appearances on his behalf and praised the incumbent as “a man I can rely on.”

In 2010, Specter was hard-pressed in the Democratic primary campaign by a challenger. He called upon the Democratic president, Barack Obama, who made campaign appearances on his behalf and praised the incumbent for supplying critical votes on the stimulus and healthcare bills.

That the same individual could play virtually identical roles, first in one party and then the other, testifies to the complete absence of any fundamental or principled difference between the Democrats and the Republicans. Both are big business parties, unalterably committed to the defense of the profit system and the ruling elite of multi-millionaires.

There was one constant in Specter’s political evolution: he formed a relationship with the right-wing AFL-CIO bureaucracy in Philadelphia and statewide, particularly with the building trades unions, which he maintained throughout his career. He was one of the few Senate Republicans to get regular endorsement and financial contributions from the unions, and to support their pet legislative initiatives, like the Employee Free Choice Act, albeit while ensuring that none of these bills were actually passed.

Specter’s political demise demonstrates the increasingly hollow and unreal character of the official political structures in the United States. In his campaign for the Democratic primary nomination, he had the backing of President Obama, Vice President Biden, Governor Ed Rendell, Philadelphia Mayor Michael Nutter, the entire trade union apparatus, the black Democratic Party politicians of Philadelphia and the black church leaders. But he lost 80 of 83 counties, and made his concession speech to an audience of barely 100 demoralized supporters.

La trascendencia histórica de la muerte de Martí

(Tomado de CubaDebate)

Haciendo abstracción de los problemas que hoy angustian a la especie humana, nuestra Patria tuvo el privilegio de ser cuna de uno de los más extraordinarios pensadores que han nacido en este hemisferio: José Martí.

Mañana, 19 de mayo, se cumplirá el 115 Aniversario de su gloriosa muerte.

La magnitud de su grandeza no sería posible valorarla sin tener en cuenta que aquellos con los cuales escribió el drama de su vida fueron también figuras tan extraordinarias como Antonio Maceo, símbolo perenne de la firmeza revolucionaria que protagonizó la Protesta de Baraguá, y Máximo Gómez, internacionalista dominicano, maestro de los combatientes cubanos en las dos guerras por la independencia en las que participaron. La Revolución Cubana, que a lo largo de más de medio siglo ha resistido los embates del imperio más poderoso que ha existido, fue fruto de las enseñanzas de aquellos predecesores.

A pesar de que cuatro páginas del diario de Martí han estado ausentes de los materiales al alcance de los historiadores, lo que en el resto de aquel diario personal minuciosamente escrito y otros documentos suyos de aquellos días consta, es más que suficiente para conocer los detalles de lo ocurrido. Como en las tragedias griegas, fue una discrepancia entre gigantes.

La víspera de su muerte en combate escribió a su íntimo amigo Manuel Mercado: "¼ ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin."

Cuando Martí escribió esas palabras lapidarias, Marx ya había escrito El Manifiesto Comunista en 1848, es decir, 47 años antes de la muerte de Martí, y Darwin había publicado El origen de las especies en 1859, para citar sólo las dos obras que, a mi juicio, más han influido en la historia de la humanidad.

Marx era un hombre tan extraordinariamente desinteresado, que su trabajo científico más importante, El Capital, tal vez no se habría publicado nunca si Federico Engels no se hubiese ocupado de reunir y ordenar los materiales a los que su autor consagró toda su vida. Engels no sólo se ocupó de esa tarea, sino que fue autor de una obra titulada Introducción a la dialéctica de la naturaleza, en la que habló ya del momento en que la energía de nuestro sol se agotaría.

El hombre no conocía todavía cómo liberar la energía contenida en la materia, descrita por Einstein en su famosa fórmula, ni disponía de computadoras que pueden realizar miles de millones de operaciones por segundo, capaces de recoger y transmitir, a su vez, los miles de millones de reacciones por segundo que tienen lugar en las células de las decenas de pares de cromosomas que aportan la madre y el padre a partes iguales, un fenómeno genético y reproductivo del que tuve noción después del triunfo de la Revolución, buscando las mejores características para la producción de alimentos de origen animal en las condiciones de nuestro clima, que se extiende a través de sus propias leyes hereditarias a las plantas.

Con la educación incompleta que los ciudadanos de más recursos recibíamos en las escuelas, por lo general privadas, que eran consideradas como los mejores centros de enseñanza, nos convertíamos en analfabetos, con un poco de más nivel que los que no sabían leer y escribir o asistían a las escuelas públicas.

Por otro lado, el primer país del mundo donde se intentó aplicar las ideas de Marx fue Rusia, que era el menos industrializado de los países de Europa.

Lenin, creador de la Tercera Internacional, consideraba que no había en el mundo organización más leal a las ideas de Marx que la fracción Bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Aunque buena parte de aquel inmenso país vivía en condiciones semifeudales, su clase obrera era muy activa y sumamente combativa.

En los libros que escribió Lenin después de 1915, fue incansable crítico del chovinismo. En su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, escrita en abril de 1917, meses antes de la toma del poder como líder de la fracción Bolchevique de aquel Partido frente a la fracción Menchevique, demostró igualmente que fue el primero en comprender el papel que estaban llamados a jugar los países sometidos al colonialismo, como China y otros de gran peso en diversas regiones del mundo.

A su vez, la valentía y audacia de que Lenin era capaz se demostró en su aceptación del tren blindado que el ejército alemán, por conveniencia táctica, le proporcionó para trasladarse desde Suiza hasta los accesos de Petrogrado, por lo cual los enemigos dentro y fuera de la fracción Menchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia no tardaron en acusarlo de espía alemán. De no haber utilizado el famoso tren, el final de la guerra lo habría sorprendido en la distante y neutral Suiza, con lo cual el minuto óptimo y adecuado se habría perdido.

De alguna forma, por puro azar, dos hijos de España, gracias a sus cualidades personales, pasaron a jugar un papel relevante en la Guerra Hispano-Norteamericana: el jefe de las tropas españolas en la fortificación de El Viso, que defendía el acceso a Santiago desde la altura de El Caney, un oficial que combatió hasta ser mortalmente herido, causándoles a los famosos Rough Riders —jinetes duros, norteamericanos organizados por el entonces Teniente Coronel Theodore Roosevelt, que el precipitado desembarco lo tuvieron que hacer sin sus fogosos caballos— más de trescientas bajas, y el Almirante que, cumpliendo la estúpida orden del Gobierno español, zarpó de la bahía de Santiago de Cuba con la infantería de marina a bordo, una fuerza selecta, y salió con la escuadra de la única forma posible, que fue desfilar con cada barco, uno por uno, saliendo por el estrecho acceso frente a la poderosa flota yanki, que con sus acorazados en línea disparaban sus potentes cañones sobre los barcos españoles de mucho menor velocidad y blindaje. Como era lógico, los buques españoles, sus dotaciones de combate y la infantería de marina fueron hundidos en las profundas aguas de la fosa de Bartlett. Sólo uno llegó a pocos metros de la orilla del abismo. Los sobrevivientes de aquella fuerza fueron hechos prisioneros por la escuadra de Estados Unidos.

La conducta de Martínez Campos fue arrogante y vengativa. Lleno de rencor por su fracaso en el intento de pacificar la Isla como en 1871, apoyó la política ruin y rencorosa del Gobierno español. Valeriano Weyler lo sustituyó en el mando de Cuba; éste, con la cooperación de los que enviaron el acorazado Maine a buscar justificaciones para la intervención en Cuba, decretó la concentración de la población, que ocasionó enormes sufrimientos al pueblo de Cuba y sirvió de pretexto a Estados Unidos para establecer su primer bloqueo económico, lo cual dio lugar a una enorme escasez de alimentos y provocó la muerte de incontables personas.

Así se viabilizaron las negociaciones de París, en la que España renunció a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba, después de más de 400 años de su ocupación en nombre del Rey de España a mediados de octubre de 1492, tras afirmar Cristóbal Colón: "esta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron."

La versión española de la batalla que decidió la suerte de Santiago de Cuba es la más conocida, y sin duda hubo heroísmo si se analiza el número y los grados de los oficiales y soldados, que en la más desventajosa de las situaciones defendieron la ciudad, haciendo honor a la tradición de lucha de los españoles, que defendieron su país contra los aguerridos soldados de Napoleón Bonaparte en 1808, o la República española contra la embestida nazifascista en 1936.

Una ignominia adicional cayó sobre el comité noruego que otorga los premios Nóbel, al buscar ridículos pretextos para conceder ese honor en el año 1906 a Theodore Roosevelt, que fue electo dos veces Presidente de Estados Unidos en 1901 y 1905. Ni siquiera había quedado clara su verdadera participación en los combates de Santiago de Cuba al frente de los Rough Riders, y pudo haber mucho de leyenda en la publicidad que recibió con posterioridad.

Yo sólo puedo dar testimonio de la forma en que la heroica ciudad cayó en manos de las fuerzas del Ejército Rebelde el Primero de Enero de 1959.

¡Entonces las ideas de Martí triunfaron en nuestra Patria!

Fidel Castro Ruz
Mayo 18 de 2010
6 y 12 p.m.


Memoria histórica y construcción de la historia


Exposición efectuada en las Jornadas de Memoria Histórica, organizadas por la Plataforma Argentina contra la impunidad, Barcelona, 26 de marzo de 2010.


La Memoria histórica es una construcción que implica una actitud activa de sectores sociales, políticos, étnicos o culturales que tiene como finalidad valorar de una manera determinada una etapa de la historia. Referida a la historia reciente es un derecho individual de todos aquellos que han sido víctimas de graves violaciones a los Derechos Humanos o de sus familiares que tiene como consecuencia obtener verdad y justicia. Pero fundamentalmente es un derecho colectivo que ejerce el conjunto de la sociedad en el análisis de hechos que han afectado a un país, o a un conjunto de países.

No hay una sola memoria. Puede existir una memoria hegemónica pero siempre hay disputas entre diferentes memorias que tratan de imponer una valoración de los hechos.

En el análisis de las últimas dictaduras argentinas que abarca el periodo comprendido entre los años 1966 a 1983, con un gobierno constitucional intermedio, que no alcanzó a mantenerse tres años, durante el cual también se desarrollaron hechos de violencia, se establecieron tres paradigmas interpretativos.

El primero de ellos fue el que intentó imponer la última dictadura. Los actos que se cometían -gravísimas violaciones a los Derechos humanos-, estaban justificados en el objetivo del combate a la subversión. Tal interpretación no alcanzó a imponerse al conjunto de la sociedad. A partir de la restauración del sistema constitucional esa interpretación quedo reducida a pequeños grupos que justifican el terrorismo de estado.

La segunda interpretación cobró vigencia a partir de 1983 y consideraba que Argentina había sido víctima de una guerra de grupos organizados –estatales y guerrilleros- en la cual la sociedad no había intervenido. Se eliminaba así al pueblo como protagonista de la historia, como si el pueblo no hubiese participado en luchas contra las dictaduras o no hubiese sido víctima de la represión. Esta interpretación se observa en la decisión del gobierno del Presidente Raúl Alfonsín al impulsar el procesamiento selectivo de jefes militares e integrantes de las organizaciones guerrilleras. Documentos que dan cuenta de este paradigma son el primer prologo del Nunca Mas , informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Desaparición de personas en 1984 y la sentencia dictada en el juicio contra las Juntas Militares en 1985.

La tercera interpretación es la que se ha consolidado en los últimos años y reivindica el significado de las luchas contra la dictadura, con independencia de su efectividad o no, con independencia de si contribuyeron efectivamente a enfrentar a la dictadura o si se trató de formas de lucha equivocadas, no aptas para lograr su objetivo. Se rescata así la actitud de lucha de importantes sectores de la población contra las dictaduras.

Los tres paradigmas -especialmente el primero y el tercero – se fueron modificando aunque conservaron su núcleo básico.

En la primera etapa de la dictadura instaurada en 1976 quienes ejercían el poder trataban de imponer una interpretación que decía que los hechos que se producían –desapariciones, homicidios, torturas- eran producto de la acción incontrolada de grupos de derecha. Posteriormente, ante la evidencia de la represión estatal, se afirmaba que eran grupos de tarea incontrolados que cometían excesos en la represión. Cuando se restableció el sistema constitucional pretendían justificar el genocidio con el argumento de la agresión terrorista o de la lucha contra la subversión.

Cuando a partir de 1996 se vuelve a detener y procesar a los responsables de la represión, como consecuencia de la denuncia por el plan sistemático de sustracción de niños, y principalmente a partir de 2003 cuando se anularon las normas de impunidad (leyes de punto final y obediencia debida) y se declaró la inconstitucionalidad de los indultos , ante la contundencia de los hechos que se imputaban y lo aberrante de los conductas juzgadas se invocó el cumplimiento de los reglamentos militares, que efectivamente contemplaban actos como la tortura o el exterminio de los combatientes. Como si los reglamentos militares pudiesen derogar la constitución, los tratados internacionales o las leyes y contradecir las normas éticas alcanzadas por la evolución de la sociedad. Hoy, con el objetivo de obtener una ley de pacificación y amnistía, los defensores del terrorismo de estado, reclaman el juzgamiento de todos los delitos incluyendo las acciones guerrilleras y la elaboración de una memoria completa, sin considerar que quienes enfrentaron a las dictaduras y sus políticas no pueden compartir la misma valoración de la historia que aquellos que cometieron delitos de lesa humanidad. Tal ley posibilitaría una pretendida reconciliación.

Incluso, para los apologistas de la dictadura, resulta insostenible, en esta etapa, la reivindicación directa del terrorismo de estado.

El segundo paradigma, elaborado por quienes no participaron en las luchas contra la ultima dictadura y aceptado por los sectores aterrorizados por el terrorismo de estado, se ha modificado en cuanto no considera de igual gravedad a los hechos cometidos por el terrorismo de estado y la guerrilla. Reconoce, esa interpretación, que los primeros son de mayor gravedad y por eso constituyen delitos de lesa humanidad.

La tercera interpretación, la reivindicación de las luchas contra la dictadura es producto de un largo proceso. A la exigencia de información sobre el destino de los desparecidos sostenida por organizaciones de Derechos Humanos y partidos políticos en la época final de la dictadura, siguió el planteo de juzgamiento a los responsables de las desapariciones y homicidios, para finalmente defender los objetivos y las luchas de quienes se opusieron a las dictaduras. En su momento no se advirtió el significado del artículo 36 de la Constitución Nacional, incorporado en la reforma de 1994, que consagró el derecho de resistencia a la opresión. No lo advirtieron ni los propios constituyentes que establecieron así, legalmente, lo que tenía una anterior legitimidad histórica: se reivindicaban las luchas contra la dictadura cualquiera fuese la forma que esa lucha adoptó.

Tal es el cambio que esta interpretación significa para el conjunto de la sociedad que cuando se efectuó el juicio a las juntas militares en 1985 – un verdadero hecho histórico- se debía probar en cada caso concreto que las acciones represivas eran ilegales (la sentencia de la Cámara Federal que juzgó a las juntas llamaba fuerzas legales a las de la dictadura que había asaltado el poder) mientras que en la actualidad todas las acciones son consideradas por la justicia como ilegales, debiendo probarse en forma específica por parte de los imputados que en el contexto de ilegalidad, la conducta incriminada no fue ilegal.

La memoria histórica establece así una valoración de los hechos históricos. Pero memoria histórica e historia no se confunden. Por eso constituye un error tratar de imponer como verdad histórica las construcciones de la memoria.

La historia es una reconstrucción científica de los hechos del pasado, su explicación y su valoración. Para ello se utilizan las fuentes y en el caso de la historia reciente las fuentes escritas, orales y audiovisuales. Para reconstruir la historia de las dictaduras argentinas deben superarse las dificultades que presenta el carácter clandestino de la represión y de las acciones guerrilleras y la sustracción o destrucción de los documentos en los que se registraron las decisiones que determinaron las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron en el país.

Si consideramos otras etapas de la historia argentina observamos la analogía que existe entre la memoria histórica y el folclore del siglo 19. Los sectores sociales dominantes crearon una historia oficial que no tenía su correlato con el folclore como expresión del saber anónimo popular. El bandolero Felipe Varela (considerado así por la historia) era exaltado por el folclore de los pueblos del interior. La historia decía una cosa y el pueblo valoraba los hechos de una manera opuesta. Esa valoración permitió que años después se reconstruyera esa etapa de la historia sobre bases científicas.

Generalmente la memoria histórica precede a la historia. Sarmiento a través del Facundo impuso su visión de la historia argentina durante mas de cien años. Cuando se comenzaron a publicar investigaciones con la documentación perteneciente al archivo de Quiroga que refutaban los hechos que se exponían en la obra de Sarmiento se modificaron, en el análisis de los investigadores, las interpretaciones de Sarmiento. ¿ Pero como prescinde el lector de la historia del peso tremendo de las valoraciones del autor del Facundo? ¿Y como refuta el historiador aquellas afirmaciones que no tienen base documental alguna, ni de Sarmiento ni del investigador que pretende refutarlo porque son pura invención?.

La oligarquía gobernante argentina creó una visión de la historia. Lo hizo en forma inmediata a los hechos, le puso el nombre de sus próceres a los pueblos y calles del país; erigió sus monumentos. Resultaba difícil entonces cuestionar una interpretación de los hechos ya establecida que tenía la aparente conformidad del conjunto de la sociedad. Mas aún cuando nuestra sociedad tenía un alto componente inmigratorio ajeno a las tradiciones de los pueblos del interior. Cuando los historiadores cuestionaron a través de la reconstrucción científica de los hechos esa interpretación histórica, sus conclusiones no modificaron esa historia oficial impuesta. Fueron interpretaciones aisladas que no alcanzaron para cuestionar lo que la memoria histórica de la oligarquía había impuesto. Tenía mas fuerza la memoria que la historia.

En Argentina existe hoy una política del estado que contribuye a la creación de una memoria que apoya las luchas populares contra las dictaduras y marca los hechos aberrantes cometidos por la represión. Se señalizan aquellos lugares en los que ocurrieron hechos significativos como el secuestro de una persona o su muerte. Se transforman los centros clandestinos de detención y exterminio en lugares en los que se promueven los derechos humanos o la cultura. Por resolución oficial aquellos lugares de las fuerzas armadas o de seguridad que fueron campos de concentración aparecen señalizados con tres pilares con las inscripciones memoria, verdad y justicia, de tal forma que toda persona que presta servicios en esas unidades observa cual es la interpretación que la sociedad da a los hechos que otras personas, que seguramente están siendo juzgadas, cometieron en ese lugar.

Los juicios por los delitos de lesa humanidad, además de cumplir con el objetivo de justicia reclamado por una sociedad que sufrió un genocidio o prácticas genocidas, contribuyen a la formación de la memoria y a las investigaciones de la historia. A la formación de la memoria, porque una sociedad no puede dejar de analizar ese genocidio y juzgar a sus responsables si éstos se encuentran con vida como es el caso argentino. A la historia porque contribuye al esclarecimiento de los hechos. ¿Qué importancia procesal para el juzgamiento de delitos de lesa humanidad puede tener la referencia efectuada en un juicio sobre el relato perdido de Rodolfo Walsh Juan se iba por el río?. La tiene para la historia. De ahí la amplitud que debe admitirse en los procesos por delitos de lesa humanidad, mas allá de su estricto objeto procesal.

La memoria histórica no es la reconstrucción científica de los hechos. Es la valoración de la historia reciente. Por eso las construcciones de la memoria deben ser complementadas por la investigación histórica. Hay construcciones de la memoria que no son hechos históricos. Todavía ignoramos cuantos fueron los desaparecidos de la dictadura de 1976-83, cuantas fueron las víctimas de las ejecuciones sumarias, cuales fueron los combates entre las fuerzas armadas o de seguridad con las organizaciones guerrilleras o cuantos fueron los muertos en combate. Las urgencias que plantea la realidad actual, con la necesidad de responder a las exigencias del juzgamiento a los autores de los delitos de lesa humanidad aportando documentación para esos juicios, o las dificultades que surgen del ocultamiento o destrucción de los archivos de la represión dificultan la tarea histórica. Pero existen mitos de la memoria que deben ser sustituidos por la investigación. Si no hacemos esa investigación en la actualidad dentro de cincuenta o cien años vendrán los investigadores que destruirán las construcciones de la memoria que no son históricas.

En definitiva lo que se requiere es que no se construya una nueva historia oficial referida a la historia reciente basada en las construcciones de la memoria al margen de los métodos científicos de investigación.

El autor es Presidente del Partido Memoria y Movilización Social, Provincia de Buenos Aires. Presidente del Archivo Nacional de la Memoria.

www.memoriaymovilizacion.org

www.myms.org.ar

http://rebelion.org/noticia.php?id=106250