Saturday, April 04, 2009



Entrevista al periodista de investigación y premio Pulitzer, Seymour Hersh

Democracy Now!/ICH

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Democracy Now! – Emisión del 31 de marzo de 2009 – Vídeo en inglés, pulse aquí

Transcripción parcial de Information Clearing House

El periodista de investigación ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, causó sensación a comienzos de mes cuando dijo que el gobierno de Bush dirigía un “centro ejecutivo de asesinato” que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. “Por autoridad del presidente Bush, han estado yendo a países, sin hablar con el embajador o con el jefe de estación de la CIA, encontraban a personas en una lista, las ejecutaban y volvían a partir,” dijo Hersh.

AMY GOODMAN: El periodista investigativo ganador del Premio Pulitzer causó sensación el mes pasado cuando dijo que el gobierno de Bush dirigió un centro ejecutivo de asesinato que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. Hersh hizo su comentario durante un discurso en la Universidad de Minnesota el 10 de marzo. Bienvenido a Democracy Now!, Sy Hersh. Fue un placer verlo anoche en Georgetown. Hable primero sobre esos comentarios que hizo en la Universidad de Minnesota.

SEYMOUR HERSH: El Congreso no tenía control del asunto. Se trata esencialmente de un ala ejecutiva de asesinato. Y ha sido algo continuo, que sigue y sigue. Y precisamente hoy hubo un artículo en el Times que dice que su jefe, un almirante de tres estrellas llamado McRaven, ordenó detener ciertas actividades porque hubo tantas muertes colaterales.

AMY GOODMAN: Ayer, CNN entrevistó al ex consejero nacional de seguridad de Dick Cheney, John Hannah. Wolf Blitzer preguntó a Hannah sobre la afirmación de Sy Hersh.

WOLF BLITZER: ¿Hay por ahí una lista de terroristas, presuntos terroristas, que pueden ser asesinados?

JOHN HANNAH: Evidentemente hay un grupo de personas que pasan por un proceso extremadamente bien examinado, un proceso entre agencias, como creo que explicó en su artículo, que han cometido actos de guerra contra EE.UU., que están en guerra contra EE.UU., o de las que se sospecha que planifican operaciones de guerra contra EE.UU., por lo que se da autoridad a los soldados en el terreno y en ciertos teatros de operaciones bélicas para que las capturen o maten. Ciertamente es así.

WOLF BLITZER: Y por lo tanto, desde su perspectiva – y usted trabajo durante muchos años en el gobierno de Bush – sería totalmente constitucional, totalmente legal, ir y encontrar a esos sujetos y liquidarlos.

JOHN HANNAH: No cabe duda de que en un teatro de operaciones bélicas, cuando estamos en guerra, y sabemos – no cabe duda, de que estamos todavía en guerra contra al-Qaeda en Iraq, al-Qaeda en Afganistán y en la frontera paquistaní, que nuestras tropas tienen la autoridad para perseguir, capturar y matar al enemigo, incluyendo a la dirigencia del enemigo.

AMY GOODMAN: Era John Hannah, ex consejero de seguridad nacional de Dick Cheney. Seymour Hersh habla ahora conmigo aquí en Washington, D.C. Escribe para la revista The New Yorker. Su último artículo aparece en la edición actual, llamado ““Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace” [Siria llama: la oportunidad para el gobierno de Obama de involucrarse en una Paz en Oriente Próximo].

SEYMOUR HERSH: Bueno, en cierto modo fue estúpido que comenzara a hablar de cosas que no he escrito. Siempre me doy un puntapié cuando lo hago. Pero estaba con Walter Mondale, el ex vicepresidente, quien se mostró sorprendentemente abierto y como que, en su caso – había ido muy lejos – ya que lo conocí como senador renuente a oponerse a la Guerra de Vietnam. Y por lo tanto, me preguntaron sobre cosas futuras, y yo sólo – estoy estudiando cosas. He hecho – no hay realmente nada que haya dicho en Minnesota que no haya escrito en el New York Times. El verano pasado, escribí un largo artículo sobre el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas.

Y sólo para volver a lo que es – fue – John Hannah, creo que terminó por ser el máximo consejero nacional de seguridad, casi – si no jefe de gabinete, jefe de gabinete adjunto de Dick Cheney en los últimos tres o cuatro años, lo que dijo es simplemente que, sí, perseguimos a gente sospechosa – fue la palabra que utilizó – de crímenes contra EE.UU. Y tengo que decirle que hay una orden ejecutiva, firmada por Jerry Ford, el presidente Ford, en los años setenta, prohibiendo acciones semejantes. No es sólo contrario, - es ilegal, es inmoral, es contraproducente.

La evidencia – el problema de que se haga que militares vayan a matar a gentes cuanto no están directamente en combate, eso de pedir a soldados estadounidenses que vayan y busquen gente y, como usted dijo antes, en una de las declaraciones que hice, que usted reprodujo, van a países sin informar a ninguna de las autoridades, al embajador estadounidense, al jefe de la CIA, ciertamente a nadie en el gobierno donde vamos, y es mucho más que sólo en áreas de combate. Hay más – por lo menos una docena de países y tal vez más. El presidente ha autorizado ese tipo de acciones en Oriente Próximo y también en Latinoamérica; se lo diré, Centroamérica, algunos países. Han estado – a nuestros muchachos les han dicho que pueden ir y emprender el tipo de acción ejecutiva que necesiten, y eso es simplemente – no existe una base legal para hacerlo.

Y no sólo eso, si usted considera Guantánamo, el gobierno estadounidense sabía cuando – bueno, veamos, Guantánamo abrió a comienzos de 2002. “Gitmo” lo llaman, la base en Cuba para supuestos terroristas de al-Qaeda. Un informe interno sobre el que escribí en un libro que hice hace años, un informe interno hecho en el verano de 2002, estimó que por lo menos la mitad y posiblemente más, no tenían nada que ver con acciones contra EE.UU. La información de inteligencia que tenemos es a menudo muy fragmentaria, no muy buena. Y la idea de que el presidente de EE.UU. vaya a pensar que tiene el poder constitucional o el derecho legal de decir a soldados que no participan en combate inmediato que busquen a personas sobre la base de listas y las ejecuten es simplemente algo sorprendente para mí. Es sorprendente para mí.

Y no sólo eso, Amy, el tema respecto a George Bush es, todo es hecho en cierto modo a plena vista. En su discurso del Estado de la Unión, creo que fue el 28 de enero de 2003, cerca de un mes y medio antes de que fuéramos a Iraq, Bush describió el progreso en la guerra, y dijo – estoy parafraseando, pero es bastante cercano – dijo que habíamos capturado a más de 3.000 miembros de al-Qaeda y a presuntos miembros, gente sospechada de operaciones en contra nuestra. Y luego agregó con esa sonrisita que tiene: “Y quisiera decirle, algunos de esos sujetos no podrán volver a operar de nuevo. Eso se lo puedo asegurar. No estarán en condiciones de hacerlo.” Obviamente habla de matar a gente, y lo aplaude.

De modo que aquí estamos. No retiro lo que dije. Quisiera no haberlo dicho ad hoc, porque, como espero que hablemos en un minuto, paso mucho tiempo escribiendo artículos para The New Yorker, y son muy cuidadosamente investigados, y a veces cuando uno habla improvisadamente, no se es tan preciso.

AMY GOODMAN: Explique lo que es el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, y qué tipo de supervisión tiene el Congreso de esas actividades.

SEYMOUR HERSH: Bueno, es una unidad especial. Tenemos algo llamado el Comando de Operaciones Especiales que opera desde Florida, e involucra numerosas ramas. Y una de las unidades que trabaja bajo el manto del Comando de Operaciones Especiales es conocida como Operaciones Especiales Conjuntas – JSOC. Es una unidad especial. Lo que la hace tan especial, es que es un grupo de gente elite que incluye a Seals de la Armada, algunos Seals de la Armada, de la Fuerza Delta, nuestras – lo que llamamos nuestras unidades ocultas, las unidades de comando. “Comando” es una palabra que no les gusta, pero así los llamamos nosotros, la mayoría entre nosotros. Y promueven desde el interior. Es una unidad que tiene su propia estructura de promoción. Y uno de los elementos, debo decirle, para avanzar en la promoción es la cantidad de muertes que cada cual realiza. Evidentemente. Porque ha sido básicamente ideado – ha sido transformado, si se quiere, en esta unidad que va en busca de objetivos de alto valor.

Y aquí entra en escena Cheney y la idea de un círculo de asesinato – en realidad dije “rama,” pero de una rama de asesinato – que depende de Cheney se refería simplemente a que hacen aprobar las listas a través de la oficina del vicepresidente. No está ahí sentado buscando objetivos. Hacen aprobar las listas. Y ciertamente está muy involucrado, menos y menos con el pasar del tiempo, claro está, pero al principio muy involucrado. Y es la unidad de elite. Pienso que hacen tours de tres meses. Y el verano pasado, escribí un largo artículo para The New Yorker, en julio pasado, sobre cómo el funcionamiento de la operación de las JSOC simplemente no está disponible, y que no hay ninguna información suministrada por el ejecutivo al Congreso.

AMY GOODMAN: ¿Qué países, Sy Hersh – en qué países operan?

SEYMOUR HERSH: Muchos países.

AMY GOODMAN: Nombre algunos.

SEYMOUR HERSH: No, porque no he escrito al respecto, Amy. Y le diré, como digo, en Centroamérica, es más que sólo las áreas de las que ha hablado el señor Hannah – Afganistán, Iraq. Se puede entender una operación como ésta en el calor de la batalla en Iraq – asesinar – quiero decir, eliminar al enemigo. Eso es guerra. Pero cuando se va a otros países – digamos Yemen, digamos Perú, digamos Colombia, digamos Eritrea, digamos Madagascar, digamos Kenia, países como esos – y se mata a gente de la que se cree que está en una lista como al-Qaeda o vinculados a al-Qaeda o anti-estadounidenses, se viola la mayoría de los preceptos.

Somos un país que cree fuertemente en el debido proceso. De eso se trata. No damos al presidente de EE.UU. el derecho a decir a los militares, incluso en una guerra – y es una guerra contra una idea, una guerra contra el terrorismo. Y no es como si estuviésemos en guerra contra un enemigo uniformado comprometido. Estamos involucrados en una guerra muy complicada. Y con cada una de esas acciones, evidentemente, siempre hay muertes colaterales, y siempre hay más gente que se convierte en nuestros enemigos. Es la tragedia de Guantánamo. Para cuando la gente, haya estado con nosotros o contra nosotros cuando llegó allí, para cuando ha estado allí tres o cuatro meses, se ha hecho peligrosa para nosotros, por el modo cómo la hemos tratado. Pero me gustaría pasar a lo que escribí en The New Yorker.

AMY GOODMAN: Una pregunta: ¿sigue existiendo la rama de asesinato bajo el presidente Obama?

SEYMOUR HERSH: ¿Cómo lo voy a saber? Espero que no.


Seymour Hersh: Secret US Forces Carried Out Assassinations in a Dozen Countries, Including in Latin America


Pulitzer Prize-winning investigative journalist Seymour Hersh created a stir earlier this month when he said the Bush administration ran an “executive assassination ring” that reported directly to Vice President Dick Cheney. “Under President Bush’s authority, they’ve been going into countries, not talking to the ambassador or to the CIA station chief, and finding people on a list and executing them and leaving,” Hersh said. Seymour Hersh joins us to explain. [includes rush transcript]



Bushcheney-web

Guest:

Seymour Hersh, Pulitzer Prize-winning investigative journalist for The New Yorker. His latest article is titled “Syria Calling.”

Rush Transcript

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AMY GOODMAN: Pulitzer Prize-winning investigative journalist Seymour Hersh created a stir last month when he said the Bush administration ran an executive assassination ring that reported directly to Vice President Dick Cheney. Hersh made the comment during a speech at the University of Minnesota on March 10th.

    SEYMOUR HERSH: Congress has no oversight of it. It’s an executive assassination wing, essentially. And it’s been going on and on and on. And just today in the Times there was a story saying that its leader, a three-star admiral named McRaven, ordered a stop to certain activities because there were so many collateral deaths. It’s been going in—under President Bush’s authority, they’ve been going into countries, not talking to the ambassador or to the CIA station chief, and finding people on a list and executing them and leaving.


AMY GOODMAN: Yesterday, CNN interviewed Dick Cheney’s former national security adviser, John Hannah. Wolf Blitzer asked Hannah about Sy Hersh’s claim.

    WOLF BLITZER: Is there a list of terrorists, suspected terrorists out there who can be assassinated?

    JOHN HANNAH: There is clearly a group of people that go through a very extremely well-vetted process, inter-agency process, as I think was explained in your piece, that have committed acts of war against the United States, who are at war with the United States, or are suspected of planning operations of war against the United States, who authority is given to the troops in the field and in certain war theaters to capture or kill those individuals. That is certainly true.

    WOLF BLITZER: And so, this would be, and from your perspective—and you worked in the Bush administration for many years—it would be totally constitutional, totally legal, to go out and find these guys and to whack ’em.

    JOHN HANNAH: There’s no question that in a theater of war, when we are at war, and we know—there’s no doubt, we are still at war against al-Qaeda in Iraq, al-Qaeda in Afghanistan and on that Pakistani border, that our troops have the authority to go after and capture and kill the enemy, including the leadership of the enemy.


AMY GOODMAN: That’s John Hannah, Dick Cheney’s former national security adviser. Seymour Hersh joins me now here in Washington, D.C., staff writer for The New Yorker magazine. His latest article appears in the current issue, called “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace.”

OK, welcome to Democracy Now!, Sy Hersh. It was good to see you last night at Georgetown. Talk about, first, these comments you made at the University of Minnesota.

SEYMOUR HERSH: Well, it was sort of stupid of me to start talking about stuff I haven’t written. I always kick myself when I do it. But I was with Walter Mondale, the former vice president, who was being amazingly open and sort of, for him—he had come a long way in—since I knew him as a senator who was reluctant to oppose the Vietnam War. And so, I was asked about future things, and I just—I am looking into stuff. I’ve done—there’s really nothing I said at Minnesota I haven’t written in the New York Times. Last summer, I wrote a long article about the Joint Special Operations Command.

And just to go back to what John Hannah, who is—was—I think ended up being the senior national security adviser, almost—if not the chief of staff, deputy chief of staff for Dick Cheney in the last three or four years, what he said is simply that, yes, we go after people suspected—that was the word he used—of crimes against America. And I have to tell you that there’s an executive order, signed by Jerry Ford, President Ford, in the ’70s, forbidding such action. It’s not only contrary—it’s illegal, it’s immoral, it’s counterproductive.

The evidence—the problem with having military go kill people when they’re not directly in combat, these are asking American troops to go out and find people and, as you said earlier, in one of the statements I made that you played, they go into countries without telling any of the authorities, the American ambassador, the CIA chief, certainly nobody in the government that we’re going into, and it’s far more than just in combat areas. There’s more—at least a dozen countries and perhaps more. The President has authorized these kinds of actions in the Middle East and also in Latin America, I will tell you, Central America, some countries. They’ve been—our boys have been told they can go and take the kind of executive action they need, and that’s simply—there’s no legal basis for it.

And not only that, if you look at Guantanamo, the American government knew by—well, let’s see, Guantanamo opened in early 2002. “Gitmo,” they call it, the base down in Cuba for alleged al-Qaeda terrorists. An internal report that I wrote about in a book I did years ago, an internal report made by the summer of 2002, estimated that at least half and possibly more of those people had nothing to do with actions against America. The intelligence we have is often very fragmentary, not very good. And the idea that the American president would think he has the constitutional power or the legal right to tell soldiers not engaged in immediate combat to go out and find people based on lists and execute them is just amazing to me. It’s amazing to me.

And not only that, Amy, the thing about George Bush is, everything’s sort of done in plain sight. In his State of the Union address, I think January the 28th, 2003, about a month and a half before we went into Iraq, Bush was describing the progress in the war, and he said—I’m paraphrasing, but this is pretty close—he said that we’ve captured more than 3,000 members of al-Qaeda and suspected members, people suspected of operations against us. And then he added with that little smile he has, “And let me tell you, some of those people will not be able to ever operate again. I can assure you that. They will not be in a position.” He’s clearly talking about killing people, and to applause.

So, there we are. I don’t back off what I said. I wish I hadn’t said it ad hoc, because, like I hope we’re going to talk about in a minute, I spend a lot of time writing stories for The New Yorker, and they’re very carefully vetted, and sometimes when you speak off the top, you’re not as precise.

AMY GOODMAN: Explain what the Joint Special Operations Command is and what oversight Congress has of it.

SEYMOUR HERSH: Well, it’s a special unit. We have something called the Special Operations Command that operates out of Florida, and it involves a lot of wings. And one of the units that work under the umbrella of the Special Operations Command is known as Joint Special Op—JSOC. It’s a special unit. What makes it so special, it’s a group of elite people that include Navy Seals, some Navy Seals, Delta Force, our—what we call our black units, the commando units. “Commando” is a word they don’t like, but that’s what we, most of us, refer to them as. And they promote from within. It’s a unit that has its own promotion structure. And one of the elements, I must tell you, about getting ahead in promotion is the number of kills you have. Of course. Because it’s basically devised—it’s been transmogrified, if you will, into this unit that goes after high-value targets.

And where Cheney comes in and the idea of an assassination ring—I actually said “wing,” but of an assassination wing—that reports to Cheney was simply that they clear lists through the Vice President’s office. He’s not sitting around picking targets. They clear the lists. And he’s certainly deeply involved, less and less as time went on, of course, but in the beginning very closely involved. And this is the elite unit. I think they do three-month tours. And last summer, I wrote a long article in The New Yorker, last July, about how the JSOC operation is simply not available, and there’s no information provided by the executive to Congress.

AMY GOODMAN: What countries, Sy Hersh—what countries are they operating in?

SEYMOUR HERSH: A lot of countries.

AMY GOODMAN: Name some.

SEYMOUR HERSH: No, because I haven’t written about it, Amy. And I will tell you, as I say, in Central America, it’s far more than just the areas that Mr. Hannah talked about—Afghanistan, Iraq. You can understand an operation like this in the heat of battle in Iraq, killing—I mean, taking out enemy. That’s war. But when you go into other countries—let’s say Yemen, let’s say Peru, let’s say Colombia, let’s say Eritrea, let’s say Madagascar, let’s say Kenya, countries like that—and kill people who are believed on a list to be al-Qaeda or al-Qaeda-linked or anti-American, you’re violating most of the tenets.

We’re a country that believes very much in due process. That’s what it’s all about. We don’t give the President of United States the right to tell military people, even in a war—and it’s a war against an idea, war against terrorism. It’s not as if we’re at war against a committed uniformed enemy. It’s a very complicated war we’re in. And with each of those actions, of course, there’s always collateral deaths, and there’s always more people ending up becoming our enemies. That’s the tragedy of Guantanamo. By the time people, whether they were with us or against us when they got there, by the time they’ve been there three or four months, they’re dangerous to us, because of the way they’ve been treated. But I’d love to move on to what I wrote about in The New Yorker.

AMY GOODMAN: One question: Is the assassination wing continuing under President Obama?

SEYMOUR HERSH: How do I know? I hope not.

AMY GOODMAN: We’re talking to Sy Hersh. We’re going to go to break, and then we’ll be back with him, the Pulitzer Prize-winning journalist. His piece in The New Yorker is called “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace.” Stay with us.




Seymour Hersh on “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace”


In the latest issue of The New Yorker, investigative journalist Seymour Hersh looks at Syria’s emerging role in the politics of Middle East peace. He also reveals new details on the behind-the-scenes dealings of the Bush administration and the then-incoming Obama camp during the Israeli attack on Gaza. The article is called “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace.” [includes rush transcript]



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Seymour Hersh, Pulitzer Prize-winning investigative journalist for The New Yorker. His latest article is titled “Syria Calling.”

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AMY GOODMAN: Our guest is the Pulitzer Prize-winning journalist Seymour Hersh. His piece in the latest issue of The New Yorker magazine is called “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace.”

Sy, you begin, “When the Israelis’ controversial twenty-two-day military campaign in Gaza ended, on January 18th, it also seemed to end the promising [peace] talks between Israel and Syria.” What were those talks?

SEYMOUR HERSH: There was a series of more or less secret talks. They initially were secret, but they became known. The Turkish government intervened. And Turkey and Syria have not always been good friends, but there’s a great relationship between the leadership of Turkey and President Bashar Assad of Syria now. And they began talks about—the Turks have also great relationships, very close relationships—or did, until Gaza—with the Israelis. So it was a natural sort of mix.

The Turks mediated or brokered a series of—I think there were four long meetings about getting the Golan Heights, which was an area, a large area, seized by the Israelis after the ’67 war and, contrary to international law, not returned to the Syrians. The Syrians have always wanted it back, as any country would. You know, it’s native soil. And so, the talks were very—what I was writing about, I started doing this last fall, because I was told how far along the talks were. They had resolved a lot of questions. There were always going to be complicated questions of water, because the Golan Heights is a mountainous region, and there’s a great deal of water that pours into the Jordan Valley and into Israel. But once the riparian rights—even those rights were discussed and worked out. And they were on a track to begin almost direct negotiations, when Gaza broke out. So the story I had worked on for months at The New Yorker was sort of scrapped, obviously, because of Gaza.

And then, to my surprise, a few weeks after the war, after both the Turkish president, Erdogan, and Bashar Assad both were incredibly harshly critical of Israel for the overzealous bombing, etc., etc., we all know about at Gaza and the collateral deaths—they were so critical. I had sent an email message to Assad, President Assad, who I’ve seen three or four times in the past six or so years. And to my surprise, he responded with an email, saying essentially, “Look, I want to go ahead with talks.” And he is still talking that way. And his goal is—it’s not just some sort of quixotic thing. The Israelis want to go ahead with talks, despite Gaza.

And the Syrian goal is simply, I think—as I write, the Syrian goal was to get President Obama, who is the great hope of everybody in the Middle East and, I think, everybody in the world—we’re all worried about Afghanistan, for sure, but nonetheless, the Syrians want Obama and the Americans to broker talks, and the idea being, if you can get this administration, our White House, into a possible settlement of the Golan Heights dispute, land for peace, we can get a regional peace process going.

And then the United States would have to—in Bashar Assad’s view, it would be not—very logical for the Americans to also accept the idea that Iran should participate. And we just heard in your news broadcast today Richard Holbrooke talking about the inevitability of using—having Iran involved, because for the United States, you have to look at the idea of having Syria, Turkey and Iran all together, all border countries playing an enormous role in making sure that the Iraqi—as we walk out of Iraq, and making sure that that happens safely—they have a lot to say about what’s going to happen inside Iraq. They can be moderating influences. And so, you see the potential for an enormous sort of a change in the paradigm.

AMY GOODMAN: Sy Hersh, can you talk about Vice President Cheney’s comments about Obama to Israeli officials after he was elected but before he was inaugurated?

SEYMOUR HERSH: What I wrote about, in doing my reporting, I did discover that Cheney, of course, to no one’s surprise, if you certainly read what I wrote about Cheney and the White House’s involvement in the Israeli attack on Lebanon three years ago—Cheney was deeply involved with the Israelis in the planning for Gaza, resupplying them with weapons and also providing intelligence through our—the offices we have in Egypt, our intelligence offices there. So we were deeply involved in helping the Israelis do the attack on Gaza, with intelligence, etc., and weaponry.

And he was, not surprisingly, very hostile to the election of Obama. And he called him a lot of pejorative names, but one of them that we published that dealt with—I think he said, “He will never make it in the major leagues,” and that kind of language.

And more specifically, what I wrote about that actually is, I think, far more interesting is that Obama—and when he was in transition, his transition team let the Israelis know that—if you remember, the bombing of Gaza began in late December of ’08 and ended around the 18th of January, 18th. That wasn’t an accident. Obama told the Israelis, “I do not want bombing in Gaza or Israeli troops in Gaza at the time of my inauguration.” And that was—it’s not clear whether the Israelis were going to stay there. But the hunch is, they planned to go another week. They stopped short.

And as I write, they complained bitterly to Cheney, who communicated that distress to General Jones, who is the new head of the National Security—former Marine General Jim Jones, who’s head of now the National—as I said, national security adviser. And Jones was the national security adviser in waiting, and he worked out a deal, which was that the Israelis would stop short, as Obama wanted; in return, the Obama administration, once in office, would not interfere with a prearranged flow of arms that was going to Israel. In other words, we were going to keep the supply of smart bombs and other weaponry going past the inauguration. And so, the message to Israel, perhaps, was, “Well, we’re still your friends, but not a blank check.” And so, that was a very interesting—it’s just a couple of graphs in my piece, but a very interesting couple of graphs.

AMY GOODMAN: Yeah. I wanted to play for you, Sy Hersh, the comments of the Syrian president, Bashar al-Assad. He was in Doha Monday attending a summit of the Arab League. Arab leaders are reportedly set to warn Israel time is running out to accept a longstanding peace offer. Syrian President Assad endorsed future peace talks with Israel but said the incoming Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu is not a serious partner.

    PRESIDENT BASHAR AL-ASSAD: [translated] Since we released the Arab Peace Initiative, we do not have a real partner in the peace process. Israel has killed the Arab initiative and not the Doha summit, as some people are trying to suggest.


AMY GOODMAN: Your response, Sy Hersh?

SEYMOUR HERSH: Well, that’s not inconsistent. His argument all along has been that the only way you can really get a systematic peace process going now is bringing in America to broker it. And the American role would be important. It’s a tremendous challenge for the Obama administration diplomatically, which is to nurse an agreement over the Golan Heights, which everybody seems to want, and use that to start talking about regional peace.

And that would mean bringing in Iran, countries like Iran, into the process, at the same time trying to hold off the Israelis, who—I think the main reason Israel would be interested in the Golan Heights settlement is they see a settlement with Syria over the Golan Heights as an issue that would isolate the Iranians from the Syrians and, therefore, give the Israelis more leverage to go after Iran, if they choose to do so, if, this year or next year, the Israelis view Iran as a strategic threat. They don’t view—this is, I would say, certainly Ehud Barak, the defense minister, he does—who’s into the government now. He does not view the Palestinian issue, whether Hamas or Fatah, as strategic. That’s a tactical issue.

The main goal for this government in Israel now is going to be to try and do something to take care of the Iranians. And if they have to deal with Israel—I mean, with Syria and seal that part of the border off and protect themselves and get a settlement there to put more pressure on Iran, that’s the way they view it. The problem is that the Syrians have a different motive for dealing with Israel. They’re not interested in walking away from the Iranian agreement.

So Bush—or, the Obama administration has to somehow walk its way through all of these issues and keep the Israelis happy and also go forward, because, as I said, it’s almost impossible to consider you could—you’re going to be able to extract ourselves from Iraq as peacefully as we want to. We’ve got a lot of boys to get out of there and a lot of damage to repair there. And the idea of having all three of the countries—as I said, Turkey, Syria and Iran—supporting us in that operation is overwhelmingly attractive.

AMY GOODMAN: Let me play a clip for you of President Carter. I wanted to ask you about the emerging positions of the Hamas leadership on accepting a long-term agreement with Israel. Carter has met with Hamas officials and relayed their willingness to accept a peace deal with Israel. This is President Carter speaking last April.

    JIMMY CARTER: They said that they would accept a Palestinian state on the 1967 borders, if approved by Palestinians, and that they would accept the right of Israel to live as a neighbor next door in peace, provided the agreements negotiated by Prime Minister Olmert and President Abbas were submitted to the Palestinians for their overall approval.


AMY GOODMAN: Can you talk about what President Carter is saying and also President Carter’s relationship with President Obama, Sy?

SEYMOUR HERSH: Yeah, sure. That’s one of the most amazing things. You know, Jimmy Carter has been a pariah for the American Jewish community and for Israel ever—in recent years because of just the kind of conversations you’ve heard. He’s gone and made visits to the Hamas leadership, and he’s gone to see Bashar Assad of Syria.

It turns out he has a pretty profound relationship with Obama. He met with him privately about ten, twelve days before the inauguration. I wrote about that meeting. It was just the—Carter and his wife and the President, Obama, and his aide David Axelrod. And since then, I think there’s even been more—perhaps even more private meetings. And so, I do understand that it seems inevitable, of course, they would discuss Hamas.

And the fact of the matter is that what Mr. Carter said, Khaled Meshaal, the head who runs the Hamas office in Damascus—I actually interviewed in this piece in The New Yorker—he says literally the same thing. In a sense, he said he would be—Hamas leadership would be willing to leave Syria, as Bush always wanted, if there was an agreement on the Golan Heights. He said he would not stand in the way of Bashar Assad. And he also said, Khaled Meshaal, who said that Iran would be against this kind of an agreement, they would be isolated, as the Israelis think. It was pretty straightforward stuff. What we may—and Meshaal has said to me, in that visit and previous visits, “The Israelis keep on wanting me to talk about Israel publicly and say I recognize Israel. For a man of the resistance, that would be suicidal. But what I do say is—and I’ve said this, too, publicly”—and he said it to Carter—“I understand there’s a state called Israel.” And he’s not—he just won’t say what the Israelis want him to say.

The whole question of how Bush presented things and how Obama presents things, I really—it’s quite amazing. Obama talks about mutual respect. And again, in this article, I mention that instead of going to the Syrians and demanding that they kick Hamas out of Syria—the Hamas has had an office there for years in Syria, much to our anger, the Bush administration’s anger—Hillary Clinton, to her everlasting credit, sent two of her aides to see the Syrians a few weeks ago, and their message was so different. They said, “Look, we know you won’t kick out Hamas. That’s an act you won’t do. We won’t shame you and ask you to shame yourself. What we want you to do, instead of kicking them out, is to try and help us be—help us to get Hamas to be more moderate.” Similarly, about Hezbollah, instead of demanding that Syria, as part of any agreement, disavow Hezbollah, disavow Hamas or disavow Iran, what the Obama people, the message they passed in Syria was, “Look, we think that perhaps the Bush administration was wrong or overzealous in thinking how much control Syria has over Hezbollah. We’re reevaluating that. There may not be as much direct control.”

So you have a new government in place that, I must tell you, for all of the caviling and for all of the concerns I have about Afghanistan and other actions of Mr. Obama, what he’s doing in this part with Syria and Hamas is pretty interesting. He seems to be more willing to accept the reality than the Bush administration was. They saw a world that I don’t think existed.

AMY GOODMAN: Seymour Hersh, I want to thank you very much for being with us. I do want to ask, you never got to talk to David Axelrod about this article? We have ten seconds.

SEYMOUR HERSH: I talked to him about Carter. He was very open. But once I started talking about what Obama wanted to do with the—in terms of getting the Israelis to stop the war short of the inauguration, the war on Gaza, I was treated exactly as Bush would treat me, you know, which is, “Are you kidding?” No response, no response, make appointments, don’t do it. But that’s normal for White Houses. They like the press only—every White House wants the press exactly the way they want it, which is, they want to feed you and take care of you. If you raise questions, they don’t like you. Big deal.

AMY GOODMAN: Pulitzer Prize-winning journalist Seymour Hersh, joining us today. His latest article in The New Yorker magazine is called “Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace.”






Cambios en BM y FMI, necesarios, dice el presidente boliviano


Rosa Rojas
Corresponsal

La Paz, 3 de abril. El presidente boliviano, Evo Morales, afirmó este viernes que la decisión del Grupo de los 20 de destinar un millón de millones de dólares para la economía mundial es parte de la crisis financiera internacional, y apuntó: no es posible que las naciones del capitalismo, que provocaron la crisis financiera, ahora ellas sean la solución.

En rueda de prensa con medios internacionales, el mandatario propuso que se realice una reunión en la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que los cerca de 180 países que tienen que enfrentar la crisis creada por el capitalismo especulativo propongan soluciones a la misma.

Criticó además que esa inyección monetaria se haga mediante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) sin que haya una profunda reforma a esas instituciones. Es como entregar la plata al lobo y que el lobo cuide las ovejas; el lobo jamás va a cuidar a las ovejas, las va a devorar, agregó.

Enfatizó: el FMI siempre pone condiciones para que el país acceda a los créditos, y generalmente estos condicionamientos son para la privatización de nuestros recursos naturales, para la privatización de los recursos básicos, condicionamientos para aplicar los modelos económicos que son parte del sistema capitalista, y así no se resuelve la crisis.

Por tanto, si queremos resolver los problemas económicos, primero hay que acabar con el libre mercado; segundo, con el capitalismo especulativo y sus efectos colaterales. Mientras no acabemos con el capitalismo será difícil resolver la crisis financiera, dijo.

Saludó la posición de Argentina, Brasil y México, de hacer profundas reformas en el BM y el FMI, así como los planteamientos de Francia y Alemania de acabar con los paraísos financieros.

Son buenas propuestas, pero que la plata se entregue al FMI y al BM no es ninguna solución, insistió el mandatario.

En otro orden, en respuesta a un periodista que le planteó que ha tratado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, igual que al ex presidente Bush, y le preguntó si tiene algún mensaje directo para él, Morales señaló: Si me acuerdo, jamás lo comparé con Bush. Jamás. Ahora lo que yo siento es que las estructuras de Bush siguen vigentes, y eso es totalmente diferente.

Explicó que en tres años de gobierno él no ha podido cambiar las estructuras en Bolivia y que ha llegado a definir que la burocracia y la corrupción son los enemigos de los estados; es difícil cambiar la mentalidad de los funcionarios públicos, apuntó, y señaló que si el presidente Obama realmente quiere cambiar, transformar, le va a costar muchísimo.

Luego se refirió a la política boliviana de combate al narcotráfico y mencionó que hasta finales de febrero no se había podido avanzar en la erradicación de los cultivos ilícitos de hoja de coca porque la NAS (Sección de Asuntos sobre Narcóticos de la embajada estadunidense en La Paz) estuvo retrasando el apoyo logístico comprometido, como forma de chantaje, de condicionamiento.

Lo anterior para decir “que Evo Morales se cocaliza, se cocainiza”, porque el gobierno de Bush manejaba el tema de la droga desde el punto de vista político, afirmó el gobernante.

Añadió: Por lo menos hasta ahora siento que tiene interés de cambiar, pero si realmente tuviera gran interés de cambiar tampoco debería seguir enviando tropas al Medio Oriente, escucharía a todas las naciones del mundo para levantar el bloqueo económico a Cuba. En la ONU, sólo Israel y una pequeña isla junto con Estados Unidos votaron por el bloqueo económico a Cuba.

“Si yo fuera Obama –continúo–, querría que me aprobara todo el mundo, y eso es levantar el bloqueo económico a Cuba… yo preferiría ganarme el apoyo de todo el mundo y no sólo de Israel, eso haría”, aseveró Morales.



El programa de infraestructura es adecuado pero insuficiente, dice el ex titular de Hacienda


Israel Rodríguez J.

El ex secretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog, propuso la creación de un plan emergente de empleo para contrarrestar uno de los principales efectos de la crisis financiera internacional en la economía mexicana: el desempleo. Consideró que el programa de infraestructura gubernamental es una medida contracíclica adecuada pero aun insuficiente.

En entrevista, el también ex embajador de México en Estados Unidos durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, consideró que el próximo año el país enfrentará un entorno más díficil en materia de finanzas públicas, por lo que recomendó hacer una reforma fiscal integral que incluya un impuesto al valor agregado (IVA) generalizado, pero de menor proporción al 15 por ciento.

Señaló que debe aumentarse el gasto en infraestructura y allanar las trabas burocráticas para hacer más eficiente el gasto que debería fluir a las actividades productivas del país. Es necesario, dijo, respaldar todo lo que genere empleo.

El también ex embajador de México en España recordó que el país ha tenido un crecimiento mediocre en los últimos 20 años y este año será la nación que menor crecimiento registre en América Latina, incluso por debajo de países como Haití. Recordó que las previsiones de la Secretaría de Hacienda eran de un crecimiento superior a 3 por ciento en 2009, para luego ajustarlo periódicamente hasta llegar a una contracción de 2.8 por ciento, según la última estimación gubernamental.

Sin embargo, refirió que otros grupos de analistas menos optimistas prevén que la economía mexicana podría registrar una caída de hasta 5 por ciento del producto interno bruto (PIB), por ello, reslató que es necesario establecer un plan emergente de empleo que ayude a paliar los efectos del desempleo. Anticipó que solamente en 2009 los cálculos más conservadores prevén la pérdida de al menos 500 mil puestos de trabajo formales que aunado al clima de inseguridad plantean un gran desafío en el futuro inmediato.

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El ex secretario de Hacienda Jesús Silva HerzogFoto La Jornada

Al analizar el actual entorno económico, quien fuera secretario de Hacienda durante una de las crisis económicas más grandes de la historia de México, al final del gobierno de José López Portillo y durante la primera mitad de Miguel de la Madrid, afirmó que el país tendrá un entorno más complicado en 2010.

Explicó que esto derivará de una caída en los ingresos petroleros, baja en la plataforma de exportación petrolera, descenso en las remesas de conacionales a México, así como una menor captación tributaria por la desaceleración de la economía mexicana, entre otras.

El ex candidato a jefe de Gobierno para el Distrito Federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) insistió en la necesidad de realizar una verdadera reforma fiscal que eleve la captación tributaria porque México, dijo, padece desde algunas décadas un gran lastre que es precisamente los ínfimos niveles de recaudación. Mientras en América Latina la tasa impositiva se ubica en un promedio de 20 por ciento, en el país apenas alcanza 11 por ciento como proporción del PIB.

Sobre las líneas de crédito puestas a disposición del gobierno de México por 30 mil millones de dólares por parte de la Reserva Federal del Tesoro de Estados Unidos y los 47 mil millones provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido muy útiles para darle un respiro al tipo de cambio y proveer liquidez al mercado, que lleva dos días con cotizaciones por abajo de los 14 pesos por dólar.

Indicó que hasta donde se sabe no ha habido condiciones del FMI para otorgar estos créditos como en el pasado, cuando a los países candidatos a recibir un préstamo se le condicionaba a realizar ajustes y mantener un balance presupuestal o demandaba la desincorporación de empresas paraestatales. Aunque todavía no se informa sobre las condiciones de este crédito lo que se sabe es que no ha habido condicionales, subrayó.




Rechazan rescate de grandes empresas

Activistas marcharon en Wall Street; piden ayuda para la gente


Nueva York, 3 de abril. Cientos de activistas se manifestaron hoy frente a Wall Street en protesta porque el gobierno estadunidense ha rescatado a grandes corporaciones mientras que los apoyos a las personas que sufren por la crisis financiera han sido insuficientes, dijeron.



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Manifestantes ayer en el circuito financiero de Nueva YorkFoto Ap
Agencias

Nueva York, 3 de abril. Cientos de activistas se manifestaron hoy frente a Wall Street en protesta porque el gobierno estadunidense ha rescatado a grandes corporaciones mientras que los apoyos a las personas que sufren por la crisis financiera han sido insuficientes, dijeron.

Bajo la consigna ¿De quién es esta calle? Esta calle nos pertenece, Monica Moorehead, directora gerente del periódico izquierdista Workers World, dijo que la multitud, que se congregó en medio de una intensa lluvia, protestaba contra el sistema que ayuda al gigante de las aseguradoras AIG y a otras empresas a robarnos el dinero.

La manifestación ocurre pocas semanas después del escándalo desatado en Estados Unidos en torno a la aseguradora American Internatinal Group (AIG), que luego de recibir un rescate por 170 mil millones de dólares de los contribuyentes, dio bonos a varios de sus ejecutivos por 165 millones.

Los manifestantes agitaba pancartas en las que se leía: No más dinero para Wall Street y Que rescaten al pueblo, en respuesta a los planes de salvar a las grandes corporaciones.

Cuatro personas fueron arrestadas por intentar bloquear el tránsito en Broadway.

Los manifestantes se proponían marchar a lo largo de Broadway, en el centro de Manhattan, rumbo a la sede de AIG y de varios bancos que se mantienen a flote gracias al dinero de los contribuyentes.



Arundhati Roy

El horror que se desenvuelve en Sri Lanka es posible debido al silencio que lo rodea. Lo que allá ocurre casi no se registra en los medios mainstream en India o, de hecho, en la prensa internacional. Es un asunto muy preocupante que esto sea así.

A partir de la poca información que se filtra, parece que el gobierno de Sri Lanka utiliza la propaganda de la guerra contra el terrorismo para encubrir el desmantelamiento de toda semblanza de una democracia en el país y cometer indescriptibles crímenes contra el pueblo tamil. Basándose en el principio de que todo tamil es un terrorista hasta que se pruebe lo contrario, las áreas civiles, hospitales y refugios son bombardeados y convertidos en zonas de guerras. Cálculos confiables estiman el número de civiles atrapados en más de 200 mil personas. El ejército de Sri Lanka avanza, armado con tanques y aeronaves.



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Personal naval de Sri Lanka vigila a cooperantes médicos que llevan a un tamil herido al hospital temporal Pulmudai, en Trincomalee, aproximadamente 257 kilómetros al este de la capital Colombo. El Comité Internacional de la Cruz Roja trasladó a aproximadamente 480 insurgentes heridos y enfermos de los Tigres de Liberación Tamil Eelam hacia la localidad de Puthukkudiyirippu, área controlada por el gobierno, dijo ayer la marina
Foto Reuters


Mientras, según informes oficiales, se han establecido varios pueblos que viven de la asistencia gubernamental para albergar a tamiles desplazados, en los distritos de Vavuniya y Mannar. Según un informe publicado en The Daily Telegraph (14 de febrero de 2009), estos pueblos serán centros de detención para todos los civiles que huyan de los enfrentamientos. ¿Es éste un eufemismo para referirse a campos de concentración? El ex ministro del exterior de Sri Lanka Mangala Samaraveera le dijo a The Daily Telegraph: Hace unos meses, el gobierno comenzó a fichar a todos los tamiles en Colombo, alegando que podían ser una amenaza para la seguridad; pero ésto podría ser explotado para otros propósitos, como los nazis en los años 30. Básicamente, va a etiquetar a toda la población civil tamil como potenciales terroristas.

Debido a su declarado objetivo de borrar al LTTE [los rebeldes independentistas de los Tigres Tamiles. N de la T], esta malévola equiparación de civiles y terroristas parece indicar que el gobierno de Sri Lanka está a punto de cometer lo que podría terminar en un genocidio. Según un cálculo de Naciones Unidas, ya han sido asesinadas varias miles de personas. Miles más están gravemente heridas. Los escasos informes de testigos de primera mano que han salido son descripciones de una pesadilla del infierno. De lo que somos testigos, o quizá deberíamos decir, lo que ocurre en Sri Lanka y que esconden tan efectivamente del escrutinio público, es una guerra descarada y abiertamente racista. La impunidad con la que el gobierno de Sri Lanka logra cometer estos crímenes revela un profundamente arraigado prejuicio racista, que es, en primer lugar, precisamente lo que llevó a la marginación y alienación de los tamiles de Sri Lanka. Ese racismo tiene una larga historia, de ostracismo social, bloqueos económicos, pogroms y tortura. Ahí están las raíces de la naturaleza brutal de la guerra civil que ha durado décadas y que comenzó como una protesta pacífica no violenta.

¿Por qué el silencio? En otra entrevista, Mangala Samaraveera dice: Hoy, en Sri Lanka, los medios de comunicación libres son prácticamente inexistentes. Y continúa, y habla sobre los escuadrones de la muerte y los secuestros en camionetas blancas, que han hecho que la sociedad se paralice del miedo. Las voces disidentes, incluyendo a varios periodistas, han sido secuestradas y asesinadas. La Federación Internacional de Periodistas acusa al gobierno de Sri Lanka de utilizar una combinación de leyes antiterroristas, desapariciones y asesinatos para silenciar a los periodistas.

Hay reportes preocupantes, pero no confirmados, de que el gobierno de India le ofrece apoyo material y logístico al gobierno de Sri Lanka en estos crímenes contra la humanidad. Si es verdad, es escandaloso. ¿Qué pasa con los gobiernos de otros países? ¿Pakistán? ¿China? ¿Qué están haciendo para ayudar o dañar la situación?

En Tamil Nadu, la guerra en Sri Lanka ha nutrido pasiones que llevaron a que más de 10 personas se inmolaran. La ira y la angustia públicas, mucha de la cual es genuina, aunque una parte es obviamente cínica manipulación política, se ha convertido en tema electoral.

Es extraordinario que esta preocupación no se haya extendido al resto de India. ¿Por qué hay silencio aquí? No hay secuestros de camionetas blancas, al menos no en torno a este tema. Dada la escala de lo que pasa en Sri Lanka, el silencio es imperdonable. Más aún por la larga historia del gobierno de India de irresponsables escarceos en el conflicto, primero poniéndose de un lado y luego del otro. Varios de nosotros, incluso yo, deberíamos habernos pronunciado antes al respecto, y no lo hicimos simplemente por falta de información sobre la guerra.

Así que mientras la matanza continúa, mientras decenas de miles de personas son encerradas en campos de concentración, mientras más de 200 mil personas enfrentan una hambruna y está a la espera de un genocidio, desde esta gran nación hay un silencio sepulcral.

Es una colosal tragedia humanitaria. El mundo debe tomar cartas en el asunto. Ahora. Antes de que sea demasiado tarde.

Traducción: Tania Molina Ramírez





Ilán Semo

Del imperio a la comunidad. En el siglo I a.C., después de las Guerras Púnicas y una vez derrotada Cartago, aparece entre los legisladores romanos la definición del imperio que terminará cobrando consenso en los siglos posteriores. En los textos de Tito Livio, por ejemplo, el imperio se define por todo lo que está contenido en el imperio mismo. Y aquello que no forma parte de él es todo lo que, en un tiempo predecible, está por ser incluido en sus fronteras. Esta irónica tautología describe a Roma con precisión casi matemática. Hacia el siglo V d.C. la idea de que la ciudad imperial no tenía límites se había convertido prácticamente en una vaga memoria. En rigor, quedaba poco o nada del viejo esplendor; los relatos de la época hablan incluso de un simple caserío. Su población se había diseminado, de la antigua urbe sólo permanecían ruinas dispersas. Como si el imperio nunca hubiera existido.

Y sin embargo, San Agustín se refiere a Roma, en La Ciudad de Dios, como si siguiera fungiendo en tanto que el centro del universo. Contrastada con el caserío en que había devenido Roma, las referencias del monje deben haberse escuchado como auténticas alucinaciones. En rigor, lo que Agustín codificó no fue la fisonomía de esa metaurbe, sino algo que acabó resultando mucho más poderoso con el paso del tiempo: no el imperio mismo, sino la idea del imperio. Entre los siglos V y XII no existe en Europa nada que se asemeje no digamos a Roma, sino a los intentos posteriores de dar forma imperial a ciertos reinos. Y sin embargo, la idea del imperio, sostenida y exaltada por la narrativa eclesiástica, fue lo suficientemente poderosa como para inspirar a la dinastía de los carolingios para emprender su primera edificación, digamos, física. Los dominios de Carlo Magno representan una confusa y vaga organización de los ingredientes que siglos después Castilla y Aragón transformarían en el primer gran imperio después de Roma: la corona española. A éste lo desplazarían (y lo seguirían) el vasto edificio levantado por la monarquía inglesa y el fallido intento de Federico II. Sin la idea del imperio, la fallida aventura de Napoleón sería inexplicable y acaso habría que reflexionar si el concepto de revolución mundial que, un siglo después, inspiró a los bolcheviques no tiene su sede en él. Después de la debacle de la pesadilla nazi del III Reich en 1945, ese antiguo fantasma fue sustituido por otro concepto radicalmente nuevo que le dio a Europa un sentido inédito de identidad: la comunidad. La Comunidad Europea es una entidad que lleva medio siglo construyéndose y que nadie sabe a ciencia cierta de qué tipo de formación social, política y jurídica se trata. Es obvio que ha acercado a los países europeos entre sí como nunca antes en su historia. Pero también es muy claro que es una estructura absolutamente vulnerable a las grandes crisis.

Cuando en días pasados Barack Obama llegó a la reunión del G-20, lo que encontró fue una Europa esencialmente escindida frente a la pregunta de qué hacer ante la depresión económica.

¿Regular o reformar? Como se ha señalado con bastante insistencia, el centro de la división europea reside en el desacuerdo en torno a las estrategias a seguir para remontar una implosión que apenas empieza a mostrar sus primeras facturas sociales. Alemania, Francia e Italia, entre otros países dirigidos por bloques conservadores, hacen énfasis en que la política anticrisis debe localizarse en la regulación del sistema financiero y no en la reforma de las estructuras que han distinguido hasta la fecha las relaciones entre lo público y lo privado. Estados Unidos, España e Inglaterra, cuyos gobiernos emanan de coaliciones con mayores compromisos sociales, hacen hincapié en que es la hora de reformular la relación entre el Estado y la sociedad, dando mucho más relevancia al orden de lo público. El resultado del desencuentro fue un acuerdo visiblemente limitado que revive a la entelequia del Fondo Monetario Internacional para asegurar que los mercados secundarios globales (como el mexicano, por ejemplo) puedan seguir adquiriendo productos e importancias a un nivel mínimo.

La muerte (no) accidental de un anarquista. El deceso de un activista altermundista frente a las puertas del G-20, así como los acontecimientos que conmovieron a Génova y Atenas hace algunos meses, hablan de la angustia que se expande en algunas franjas sobre todo de jóvenes europeos. Pero lo que realmente puede desatar la ira social de sectores mayoritarios en el viejo continente es el súbito desgaste del estado de derecho, que ha sido una de las piezas clave en el edificio de su equilibrio.

Cuando en Alemania, a una trabajadora de un almacén la envían a la cárcel por haber ocultado –ni siquiera robado– un euro, a pesar de todos los intentos de sus poderosas centrales sindicales por impedirlo, y a un inversionista que ha quebrado a centenares lo exoneran a través de procedimientos no convencionales, las cosas no andan bien. La nueva elite de gerentes que manejan la economía global parece lograr escapar a los poderes en los que se ha fincado la noción de justicia de esas sociedades. Un dato, sin duda, nuevo.





Los empresarios de siempre, beneficiarios del blindaje

Todos los mexicanos pagarán la deuda de los amigos

Carlos Fernández-Vega

Por si alguien tuviera dudas sobre el destino que tendrán los dólares del blindajeel propósito es proveer financiamientos a participantes del sector privado que enfrenten presiones para obtener recursos en dólares a plazo, de tal suerte que una vez más los mexicanos deberán pagar la factura por los excesos del gran capital, de los grupos monopólicos y oligopólicos que se han apropiado de las finanzas nacionales, y por el descarado contubernio gubernamental con los barones. pomposamente anunciado por la trinca infernal (Calderón, Carstens y Ortiz), el propio gobernador del Banco de México rápidamente se encargó de despejarlas:

El burro dando vueltas a la noria, porque a partir de ya, aunque formalmente la primera subasta se llevará a cabo el próximo día 21, el Banco de México y el gobierno calderonista pusieron a caminar la nueva época del Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (Ficorca) –con una generosa bolsa de cuando menos 30 mil millones de dólares (los de línea swap de la Reserva Federal de Estados Unidos, más lo que se llegue a necesitar de los 47 mil millones del FMI–, en una versión reeditada, pero ahora disfrazada de blindaje, de aquel voluminoso programa de subsidio cambiario al gran capital –obvio es que a costillas del erario– que armó Miguel de la Madrid, como inquilino de Los Pinos, y operó Ernesto Zedillo, como director de tal fideicomiso, quien a la postre terminó en Los Pinos y armó el Fobaproa.

En ambos casos (Ficorca y Fobaproa) activamente participó Guillermo Ortiz Martínez, el mismo gobernador del Banco de México que hoy despeja dudas, por si las hubiera, sobre cuál es el destino de los dólares del blindaje financiero, y a quienes deben pasar la factura, esto es, a los mexicanos. Ahora queda clarísimo cuál fue el tema principal del encuentro Calderón-Zedillo en Davos, y la razón por la cual ambos no dejaron de reír.

Como es costumbre en esto de los rescates privados con recursos públicos, el nuevo capítulo del Ficorca (versión siglo XXI) se enfocará a los grupos económicos allegados al inquilino de Los Pinos. Por ejemplo, Cemex, con Lorenzo Zambrano a la cabeza, ya resolvió su crisis de deuda externa, producto de la enloquecida práctica de su dueño de comprar, sin dinero, todas las cementeras del mundo. Qué no se preocupe LZ, que mediante puntual blindajeamigas de la casa. el Felipillo ya le arregló el desperfecto. Lo mismo para Alfa, Vitro, Visa, Cydsa, Corporativo Durango, Comercial Mexicana, Coppel (el de la carta por Felipe en tiempos de campaña electoral), Soriana, Iusacell y demás

Se repite el numerito de Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo: en el Ficorca original (1983-1992) alrededor de 30 grupos privados concentraron el 80 por ciento de los recursos y el subsidio cambiario garantizado por el gobierno, algo así como 10 mil millones de dólares de los cerca de 12 mil millones originalmente considerados, monto que fue creciendo al paso de los años. Poco más de cinco lustros después, llega la nueva temporada de dicho fideicomiso, y el gobierno federal ha puesto miles de millones de dólares a disposición de prácticamente los mismos grupos rescatados por MMH.

Desde su puesta en operación, en 1983, el Ficorca ofreció cobertura (subsidio) cambiaria a casi 4 mil empresas privadas, según la versión oficial; sin embargo, 209 de ellas (5 por ciento del universo a subsidiar) pertenecían a 30 poderosos grupos económicos, que con la venia gubernamental se dieron vuelo con los recursos públicos. Pero dentro de la concentración, se dio otra concentración: nueve de esos 30 grupos fueron los que mayor beneficio obtuvieron de este fideicomiso, entre ellos (¡sorpresa!) Alfa, Visa, Cemex y Cydsa, las mismas que hoy de nueva cuenta aparecen, con la mano extendida, en los primeros lugares de la lista para recibir más dólares subsidiados por las arcas nacionales. Este patético cuadro demuestra fehacientemente cómo es que se democratiza el capital en el país.

¿Cómo le hizo Miguel de la Madrid, en medio de la crisis, para echar a caminar un mecanismo tan oneroso como el Ficorca, en 1983? Sencillo: blindó la economía y garantizó un excedente de divisas, por medio de un crédito externo, mismo que íntegramente destinó al rescate del gran capital altamente endeudado en moneda foránea; es decir, los citados 30 grupos empresariales, aunque hay de grupos a grupos. ¿No se oye muy actual?

A finales de 1982 la deuda externa del sector privada ascendía a cerca de 25 mil millones de dólares. Cuando concluyó el sexenio de Miguel de la Madrid apenas si rebasaba los 3 mil millones de dólares. Al cierre de 1990, ya con Salinas en Los Pinos, el saldo de la deuda privada amparada por el Ficorca, se había reducido a sólo 423.9 millones de dólares, y para mediados de 1992 la Secretaría de Hacienda (con Pedro Aspe a la cabeza) anunció la liquidación del Ficorca, toda vez que este organismo cumplió con el fin para el cual fue creado y ya no se considera necesaria su existencia. Pues resulta que no, porque los de siempre son insaciables.

En los últimos 26 años, por medio del generoso subsidio cambiario y el Ficorca, Miguel de la Madrid los rescató de la crisis de la deuda privada y les regresó 34 por ciento de la banca estatizada, más las empresas en ella involucradas; con la entrega total de la economía y el regalo de las paraestatales, los bancos de forma destacada, Salinas los hinchó de dinero y los elevó a Forbes; con un nuevo subsidio cambiario en la crisis de los Tesobonos, el indiscriminado uso de las arcas nacionales, mediante el Fobaproa, los rescató de la crack bancario, amén del carretero, del azucarero y el de las líneas aéreas, entre otros, e inició la extranjerización del sistema financiero; descaradamente Fox les permitió la evasión fiscal, la especulación abierta, les volvió a rescatar las carreteras y los incorporó al gobierno de empresarios y por empresarios, amén de extranjerizar prácticamente en su totalidad el sistema nacional de pagos; y ahora Calderón los vuelve a rescatar a costillas de la nación, y todavía tiene el cinismo de presumir (ya sacrificados 20 mil millones de dólares en reservas internacionales) que los especuladores ya están perdiendo.

Las rebanadas del pastel

Lo cierto y lamentable es que con un gran capital como el que opera en México (nacional o extranjero, que en cualquiera de los casos son consumidores compulsivos de recursos públicos), más la vergonzosa complicidad del gerente que despache en Los Pinos, ningún país puede salir adelante, por sólido que sea, y el caso mexicano es una muestra exacta de ello.


¿Terminó la era del secreto bancario?

¿Conoceremos las cuentas de ahorro de los chuchos?

¿Investigará Elliot Ness a Lotería Nacional?

Jaime Avilés

Al mismo tiempo que Eduardo Galeano, pasó por México un verdadero ferrocarril de información, que se fue dejándome envuelto en la polvareda del asombro ante tantas cosas que no sabía. Por ejemplo, que en este planeta, hoy por hoy, nacen 10 mil blogs cada minuto. O que, en 2006, la humanidad escribió un número de palabras igual a todas las que había escrito a lo largo de los siglos, desde que aprendió a comunicarse con jeroglíficos. Toda la producción literaria del mundo fue duplicada en 12 meses gracias a las nuevas tecnologías y al tamaño de la población mundial.

Internet puede convertirse en la máxima esperanza de los árboles. A mayor volumen de escritura virtual habrá menor demanda de papel y, por tanto, de libros. Sin embargo, la savia que fluye por las venas de las computadoras nace fundamentalmente del petróleo, que se acaba; del carbón abundantísimo, pero mucho más costoso para generar electricidad; del agua que gira en las turbinas de las presas y del viento que mueve las hélices de los molinos alternativos, así como de las celdas que almacenan energía solar.

Estamos ante una paradoja en proceso de desarrollo. A medida que se reduzca el consumo de papel para la industria editorial, la academia y el correo, se incrementará el de luz eléctrica y, por tanto, el de petróleo, que a diferencia de todas las demás fuentes energéticas es, todavía, la única que puede hacer volar un avión. Hoy en día muchos automóviles se desplazan impulsados por gasolina de alcohol, de maíz o de otras semillas ricas en aceites vegetales, pero ninguna aeronave, que se sepa, ha despegado jamás con otro combustible que no sea turbosina o, como se llamaba antes, gasavión. Lo mismo ocurre con los grandes barcos.

Por supuesto que no lo veremos pero, más tarde que temprano, amanecerá el día en que por falta de petróleo el transporte aéreo volverá a ser privilegio para unos cuantos, y las compañías navieras se verán obligadas a fabricar nuevamente barcos de vapor, de carga y de pasajeros, de modo tal que ir de América a Europa, o de Veracruz a Buenos Aires, o de Tampico a Nueva York, o de Acapulco a Shanghai, será una tarea que, además de exigirnos mucho dinero y mucho tiempo, nos proporcionará la oportunidad de leer muchos libros de papel.

Elliot Ness en Shanghai

A propósito de Shanghai, quienes saben dicen que está resultando un fracaso la ruta que Aeroméxico abrió desde Tijuana hacia aquella ciudad china, debido a la rigidez de las autoridades migratorias de nuestro país que rechazan, por principio, casi todas las solicitudes de visa emitidas en la otra orilla del Pacífico. La idea de los visionarios que adquirieron Aeroméxico no era tanto que los mexicanos volaran en masa al gigante asiático, sino que los ricos hombres de negocios de allá vinieran a invertir aquí, lo que no está sucediendo, tal vez por los compromisos del gobierno pelele con Estados Unidos.

Los intolerables de Migración, coordinados por una señora panista de ultraderecha llamada Cecilia Romero, deberían enterarse de que si algo ha impedido el total hundimiento de la economía estadunidense es la fortaleza o, si se prefieren otras palabras, las gigantescas dimensiones de la economía china. Mientras esa clientela de mil 200 millones de consumidores tenga la necesidad de abastecerse en el mercado gringo, el país al que nosotros los mexicanos le vendemos 80 por ciento de todo lo que producimos se mantendrá en pie o, por lo menos, no se nos caerá encima.

Si al frente de la Secretaría de Hacienda no estuviera esa montaña de veneración y sometimiento a los dicterios del Banco Mundial, que han desmantelado a México en los últimos 27 años, la diversificación de nuestras exportaciones hacia China, y también a la India, reduciría nuestra dependencia de la frontera norte. Pero no, todo lo contrario, el espuriato ha optado por la vía del endeudamiento, contratando créditos por 47 mil millones de dólares, mucho más del doble de los 20 mil millones de dólares que, de acuerdo con el programa de emergencia de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno (o lo que sea) de Calderón podría reunir bajando a la mitad los sueldos de los altos funcionarios de los tres poderes.

Éstos no sólo conservarán sus insultantes salarios, bonos, primas, ahorros, atención médica gratuita, compensaciones por fatiga, y las propinas que les dejen los enjuagues por debajo de la mesa –como el que tramó la Lotería Nacional de Elba Esther Gordillo para financiar la campaña electoral del candidato panista al gobierno de Campeche–, sino que pronto se repartirán ese botín de 47 mil millones de dólares frescos para rescatar las empresas de sus amigos (cobrando, discretamente, módicas comisiones por ello).

Para algunos analistas, la reunión del Grupo de los 20 (más un fallido Elliot Ness) en Londres fue un fracaso, porque el billón de dólares que el Banco Mundial dará para reactivar la economía del globo no será suficiente: 750 mil millones de dólares irán a las arcas del Fondo Monetario Internacional –que así triplicará sus reservas–, y serán destinados a la industria y el empleo de los 20 países más poderosos, mientras los 250 mil millones de dólares restantes de ese paquete financiarán el comercio internacional, beneficiando, entre otros, a Brasil, China, México, India y Estados Unidos. ¿Quiere esto decir que los días de Cecilia Romero al frente del Instituto Nacional de Migración están contados? Como dijo Descartes, no lo descartes…

¿Nace el consenso de Londres?

Según el primer ministro británico, Gordon Brown, las decisiones adoptadas en Londres marcan el fin del Consenso de Washington, es decir, del esquema bajo el cual operaron los últimos cuatro gobiernos mexicanos y lo que queda del felipato. ¿Qué van a hacer ahora si, según el documento final que suscribieron todos los convidados a Londres, la era del secreto bancario ha terminado? ¿De veras? ¿De confirmarse tan maravillosa noticia los mexicanos podremos conocer qué hay en las cuentas bancarias de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, o de Carlos Navarrete, o de Roberto Hernández, o de Francisco Gil Díaz, o de Jesús Reyes Heroles González Garza, o de César Nava, o de Germán Martínez, o de los hijos de Marta Sahagún, o de los cuñados de Elliot Ness?

Habrá que ver si tales medidas no fueron meros placebos para calmar a millones de desempleados de mediano nivel que, antes de esta crisis, en Estados Unidos, por ejemplo, tenían un salario, una tarjeta de crédito y estaban pagando una casa, mientras ahora, por culpa de los banqueros, hacen cola en la calle para recibir un plato de sopa al día y sueñan con matar al cretino que los arruinó, quien por su parte ya no se atreve a comer en los restaurantes de Manhattan donde antes se cebaba, por miedo a que alguno de sus ex clientes lo esté esperando con una pistola dentro de la camisa.

Más de cien lectores de esta columna escribieron para avisarle a Silvio Rodríguez que el son montuno Comes y te vas es de la autoría de Guillermo Zapata, un músico de larga trayectoria y reconocido talento. Muchas gracias a todas y a todos. ¡Felices vacaciones!






El Congreso es el único facultado para autorizar la deuda


Ciro Pérez Silva

Los créditos por 77 mil millones de dólares que contrató el gobierno federal son violatorios de la Constitución porque el Congreso es el único facultado para autorizar el endeudamiento del país, aseguró Andrés Manuel López Obrador, quien exigió a los legisladores revisar la legalidad del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Ayer (jueves) tuvo entrevista con diputados y senadores que aplaudieron la contratación de esos créditos, ignorando que no se cumplió con un precepto constitucional, del mismo modo prácticamente todos los medios de comunicación aplaudieron la contratación de esos créditos, ocultándole al pueblo que se hicieron a espaldas del Congreso, enfatizó el tabasqueño.

Junto con la exigencia de que sea el Congreso quien verifique si procede o no este endeudamiento, advirtió que estará atento para evitar que nuevamente se rescate con recursos públicos a la oligarquía que llevó al pelele a la Presidencia, y repito que no es un insulto, es una descripción, porque para que esta oligarquía continuara mandando en el país necesitaba colocar a un pelele en Los Pinos, que es el papel que le dieron a Calderón.

Insistió en que no era necesaria la contratación de ese crédito porque basta con que el gobierno espurio reduzca el salario de los altos funcionarios públicos y algunas de las prestaciones que reciben para tener un ahorro suficiente para apoyar a las medianas y pequeñas empresas, a los obreros y a los campesinos.

La austeridad no es una cuestión administrativa, sino de principios y eso es lo que queremos nosotros, insistió.

Este viernes, Andrés Manuel López Obrador continuó la serie de visitas por las demarcaciones políticas del Distrito Federal, primero en Miguel Hidalgo y por la noche en Coyoacán. Ante centenares de simpatizantes enfatizó que la contratación de deuda para proteger los intereses de banqueros y empresarios deja en claro que no importa a los gobiernos de la derecha ayudar a las clases populares.

Es por esto que no podemos esperar que el cambio se haga de arriba hacia abajo. El cambio de la vida pública se tiene que hacer de abajo hacia arriba, ese es el propósito de este movimiento y se puede puntualizar con una sola frase: ¡arriba los de abajo!, ¡arriba los pobres y abajo los privilegios!

Subrayó que no está en contra de hombres y mujeres que con trabajo honrado y apegado a la ley acumulen una fortuna, sino que está en contra de aquellos que la obtienen ilegalmente, por eso, si continúa mandando esta mafia de la política no vamos a poder sacar adelante al país, aseveró López Obrador.

Dijo también: no podemos permitir que la derecha llegue al GDF, eso sería un retroceso porque tienen una mentalidad retrógrada, no lo dicen abiertamente porque su verdadera doctrina es la hipocresía, pero son de los que piensan que si hay pobreza es porque la gente no trabaja y porque son flojos, nada más hay que acordarse de que cuando pusimos en marcha el programa de apoyo a adultos mayores, Vicente Fox dijo que en lugar de apoyarlos tendríamos que ponerlos a trabajar, como si no hubieran trabajado ya la mayor parte de su vida y no merecieran vivir el último tramo en mejores condiciones.


Pide AMLO revisar constitucionalidad del préstamo del FMI


ROSALíA VERGARA


MÉXICO, D.F., 3 de abril (apro).- Andrés Manuel López Obrador exhortó este viernes a los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) a revisar la constitucionalidad de las líneas de crédito que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó al gobierno del "espurio" Felipe Calderón, por 77 mil millones de pesos.



En su cuarto día de gira por las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal, el exjefe de gobierno capitalino hizo mofa de los diputados y senadores que celebraron este crédito, pues según él debió haber sido autorizado por el Congreso de la Unión.


"Seguro que no sabían" eso, dijo, por lo que pidió a los diputados y senadores del FAP, conformado por el PT, PRD y Convergencia, que "pidan cuentas sobre el crédito, bajo qué condiciones se pidió y con qué objetivo", porque el Banco de México adelantó hoy que es para rescatar empresarios.


El "presidente legítimo" reiteró que parte del crédito, alrededor de 15 mil millones de pesos, serán destinados para rescatar de la quiebra a Cemex.


"Estaremos vigilantes de esto, porque no queremos que las deudas privadas de unos bancos se conviertan en deuda pública", señaló el tabasqueño ante cientos de simpatizantes que atiborraron la explanada del metro San Joaquín, en la delegación Miguel Hidalgo, así como en la avenida Papalotl, frente al Centro Comunitario Cuauhtémoc, en la delegación Coyoacán.



Al referirse a la inseguridad que priva en el país, López Obrador culpó al gobierno de la impunidad de los asesinatos, mismos que justifica, dijo, con su lucha contra el narcotráfico.


Así mismo, criticó el desempleo en el país, que de acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afectará a cerca de 950 mil personas este año. Ello, según el exjefe de Gobierno del DF, responde a que no ha habido crecimiento económico desde hace 26 años.


Luego de ensalzar, una vez más, la labor de Marcelo Ebrard en la capital, demandó a los presentes "no permitir que la derecha llegue a la ciudad de México, eso sería un retroceso".


Y argumentó que la derecha tiene una mentalidad retrógrada, de manera que "si sigue esa mafia, no podremos sacar al pueblo de la pobreza; tenemos que derrotarlos en el terreno político".


En esta ocasión, el tabasqueño estuvo acompañado del excandidato a la dirigencia nacional del PRD, Alejandro Encinas; el candidato a la jefatura delegacional en Coyoacán, Raúl Flores; las escritoras Elena Poniatovska y Laura Esquivel; la maestra Ifigenia Martínez, y el secretario de Desarrollo Social en el DF, Martí Batres.


Este fin de semana, el excandidato presidencial recorrerá las delegaciones Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Tláhuac, Iztapalapa, Iztacalco y Benito Juárez.