Elecciones en OAXACA. Aquí se renueva el congreso del Estado. Lejos de ser una batalla encarnizada, la transición puede ser de terciopelo en el sur del país. Y es que Oaxaca es uno de los termómetros de la vida política en México. Lo que comenzó como un conflicto de una sección del sindicato magisterial se ha transformado, gracias a la perfidia del gobernador de esa entidad, en uno de los movimientos pacíficos más vanguardistas del planeta.



Así es, de los pulsos que miden los cambios sociales que se aproximan a una velocidad vertiginosa, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca es clave. En ella se expresa la organización de diferentes bases, la autonomía, la decisión comunitaria, el pacifismo, la voluntad inquebrantable, la solidaridad, entre otras innovadoras características que subsisten entrelazadas. Además el esquema es reinventado cada vez que es necesario, vanguardista por naturaleza, pues.



Tal vez han cometido un par de errores menores como el querer transformarse en una organización política, arriesgándose a ser absorbidos por el corrupto sistema que persiste en nuestro México; o el apostar ingenuamente a que el gobierno federal está dispuesto a dialogar y que llevo a uno de sus interlocutores al penal del altiplano. Las condiciones para ese tipo de jugadas no están lamentablemente dadas todavía en nuestro país .



Los movimientos sociales en Oaxaca, a pesar de esos pequeños retrocesos nos van mostrando diariamente un camino inédito, que se pavimenta diariamente con esperanza. La experiencia, que es imprescindible para lograr el triunfo final, se va ganando jornada a jornada con el pacifismo como bandera. Oaxaca será uno de los factores principales en el cambio de régimen que intuimos los que observamos desde el exterior.

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