Acuerdos de cristal...
ROSALIA VERGARA
MEXICO, DF
/AGOSTO 25, APRO
En su X Congreso Nacional Extraordinario, los delegados perredistas defendieron dos estrategias aparentemente irreconciliables:
Las corrientes Nueva Izquierda (NI, conocida como Los Chuchos), Alianza Democrática Nacional (ADN) y Movimiento por la Democracia, del senador Pablo Gómez, representaron la tendencia negociadora, mientras que el Frente Político de Izquierda, afín al "presidente legítimo" Andrés Manuel López Obrador, que se opone a todo trato con Calderón, así sea un debate el día del primer informe presidencial.
Aun cuando en dicho Congreso, que se llevó a cabo del jueves 16 al domingo 19 en el hotel Sheraton de la ciudad de México, el PRD llegó a algunos acuerdos para definir su línea política, la reforma estatutaria, el programa y los principios partidistas, el investigador de El Colegio de México, Jean Francois Prud’homme --especializado en el estudio de este partido-- considera que sólo es una solución temporal.
"El asunto de la no confrontación o no cooperación con el gobierno o las instituciones (federales) se planteará hasta la elección del nuevo presidente del PRD", prevé Prud’homme, ya que los coordinadores parlamentarios del PRD, el senador Carlos Navarrete (de NI) y el diputado Javier González Garza (Movimiento por la Democracia), "en algún momento deberán buscar influir en la agenda legislativa" y no sólo "votar propuestas de confrontación con el gobierno".
Debido a ello, "habrá múltiples ocasiones para que resurja esto (la confrontación interna). Se hará todas las veces que el PRD deba asumir una participación en el Legislativo, habrá tentación de negociar para que se incluyan puntos de vista de las bancadas, porque en el fondo es el papel de los legisladores y será la ocasión para que el grupo que no está a favor de la cooperación con el gobierno se vuelva a manifestar".
Por lo mismo, destaca el investigador, "la tensión interna estará presente hasta la renovación de la dirigencia en marzo de 2008".
Por lo pronto Alejandro Encinas, de la facción lopezobradorista, y el líder de Los Chuchos, Jesús Ortega, coinciden en que el balance general del congreso es positivo, aunque ya se advierte el desgaste de la vida interna del partido.
Tanto Encinas, ex jefe de Gobierno capitalino, como Ortega, coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP) que incluye al PT, Convergencia y el PRD, son considerados los aspirantes más fuertes a dirigir el partido.
A punto de la fractura
La polarización interna del PRD afloró en la reunión plenaria del domingo 19. Primero, por un acuerdo entre corrientes se planteó un resolutivo que pedía la "sustitución del llamado ‘informe presidencial’ por un debate parlamentario y republicano entre poderes sobre el estado de la nación, en el marco de un nuevo régimen político".
Sin embargo, el secretario de Comunicación perredista, Gerardo Fernández Noroña, propuso añadirle a ese resolutivo la frase: "manteniendo nuestro rechazo a debatir con quien usurpa la Presidencia de la República".
Entonces el congreso se dividió entre quienes gritaban "es un honor estar con Obrador" y otros que corearon porras al PRD. Los senadores Pablo Gómez y Carlos Navarrete argumentaron en contra de la inclusión de la frase, misma que defendieron el propio Fernández Noroña y el secretario de Desarrollo Social del gobierno capitalino, Martí Batres.
NI y Movimiento por la Democracia ganaron la votación respectiva, lo que provocó el enojo de 180 delegados (del total de casi 2 mil), entre los que estaban Fernández Noroña, Batres, Dolores Padierna, Armando Quintero y Clara Brugada, quienes acusaron a sus contrarios de traidores y se retiraron del congreso con sus simpatizantes.
Ya sin la mayoría de esos votos contrarios, las corrientes predominantes aprobaron el documento de línea política y sometieron a votación los estatutos, el programa y los principios que regirán al partido. En total hicieron 14 modificaciones importantes.
Así mismo decidieron formar un nuevo Comité Político Nacional y aprobaron una cláusula de paridad de género en las candidaturas a puestos de dirección partidista y de elección popular.
Entre otros acuerdos tomados de esa forma, se ratificó que el PRD es un partido de "izquierda socialista", se especificó que la elección de su próximo dirigente será a padrón cerrado y se hizo el compromiso de apoyar la credencialización para la Convención Nacional Democrática (CND), el movimiento social que encabeza López Obrador.
Sin embargo, el X Congreso Nacional Extraordinario estaba roto. En un intento por atenuar las consecuencias, el senador Carlos Navarrete pidió aprobar de último momento un resolutivo especial acordado en los pasillos por él, Encinas --quien se quedó en la sesión-- y el actual presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño.
El texto, escrito a mano en una hoja de papel, dice: "El X Congreso Nacional se pronuncia por rechazar el debate en la sesión del Congreso de la Unión el 1 de septiembre próximo, propuesto por Felipe Calderón. Los legisladores del PRD no aceptarán la presencia en la tribuna del Congreso de quien no cuenta con la legitimidad que sólo da una elección limpia".
El lunes 20, después de la reunión con López Obrador, los dirigentes del partido le quitaron la fecha del 1 de septiembre para dar a entender que nunca habría diálogo con Calderón. Pese a todo Saúl Escobar, quien redactó los nuevos postulados de la línea política, siguió sosteniendo que no se había modificado nada de lo acordado en la plenaria.
En la lectura de miembros del Frente Político de Izquierda, este resolutivo especial implica que efectivamente no habrá debate con Calderón, pero también suponen que el presidente legal se sujetará a la aprobación de una eventual reforma del Estado en el Congreso de la Unión, a fin de crear la figura de jefe de Gabinete. Si el cargo recayera en el senador priísta Manlio Fabio Beltrones, especulan, la nueva línea política aprobada por Nueva Izquierda le permitiría al PRD participar en "un debate entre poderes" en el marco de un "nuevo" régimen político.
Miembros del Frente como Martí Batres y Dolores Padierna consideran que NI reculó en este acuerdo porque implicaba un alto costo político en la lucha por la dirigencia del PRD, en marzo de 2008.
Alejandro Encinas opina distinto. En entrevista vía telefónica, realizada el jueves 23, asegura que el resolutivo especial es un acuerdo sólido y que muestra la definición política congruente adoptada por el partido tras la elección presidencial de 2006. Por lo tanto, dijo, ese punto no está sujeto a ningún acuerdo adicional, "es tajante".
Para Ortega, entrevistado el viernes 24, también por teléfono, ambos dirigentes permanecieron fuera de la ciudad toda la semana... esta interpretación es incorrecta. Y agrega que es "miserable" lo que han difundido "Batres y Fernández Noroña": "la locura" de que en el programa del partido se plantea la figura de gabinete porque Beltrones ocuparía el cargo. "Es una estupidez, una calumnia. No existe información de eso, es una vulgar calumnia", reitera Ortega.
Otro punto de discordia fue la autocrítica del partido respecto de la elección presidencial. La discusión versó en asumir errores durante la campaña; asumir cuestionamientos a las estructuras paralelas que se crearon como apoyo del partido, es decir, las Redes Ciudadanas; la movilización postelectoral y la creación de la Convención Nacional Democrática.
Ortega admite que en el congreso del PRD hubo dos posturas "tremendamente encontradas" en los temas mencionados, aunque coincide con Encinas en que al final llegaron a acuerdos para la línea política, y en ésta debe fincarse la unidad "de acción" del partido.
Ninguno de ellos habla de desunión. Para Encinas, la salida de delegados del congreso es el reflejo de que "se agotó el sistema de corrientes y grupos de interés en la vida del partido". Por su parte, Ortega atribuye esa actitud a la intolerancia de esos militantes "que así se comportan siempre".
Con todo, insisten en que el PRD está cohesionado porque se lograron avances en la definición de su línea política, en la reforma de sus estatutos, en el programa y en los principios. Según ellos, se avanzó también en la modernización del partido, que habría confirmado su carácter socialista y democrático.
Entre los pendientes, Alejandro Encinas destacó el fortalecimiento de la línea institucional, la reglamentación de la actividad de las corrientes internas y que se apliquen los estatutos. Para Ortega, falta decidir sobre los planes para enfrentar procesos electorales, iniciar los procedimientos de afiliación y preparar el proceso para elegir a los presidentes estatales y al nacional del PRD.
El papel de los medios
El miércoles 22, en una inusual inserción pagada en el diario La Jornada, Jesús Ortega criticó a columnistas y caricaturistas de ese diario, cuyos nombres no mencionó, pues dice que "en lugar de contribuir a la reflexión y análisis, como elementos de la democracia, no informan con veracidad y profesionalismo y están actuando en razón de sus identidades con algunas corrientes y expresiones del PRD".
El coordinador del FAP se quejó de que las opiniones de esos "columnistas y caricaturistas tienen destinatario. En lugar de informar se transmiten posiciones políticas y se envían posicionamientos políticos que no tienen relación con la situación y el debate interno del PRD".
El propio López Obrador, al iniciar los trabajos del congreso el jueves 16, introdujo el tema. Como lo ha hecho desde la campaña de 2006 y luego en numerosos actos de protesta, el "presidente legítimo" reiteró su postura sobre los medios de comunicación:
"La mayoría, con muy pocas y honrosas excepciones, han sido reducidos a instrumentos de control y manipulación de la opinión pública. ¿Dónde está el derecho a la información, la equidad, la pluralidad y el profesionalismo que deben caracterizar a los medios de comunicación? La libertad de expresión no consiste en que algunos tengan derecho a externar sus opiniones, es que la crítica sea patrimonio colectivo".
Encinas y Ortega coinciden que los medios de comunicación deben transformarse y garantizar el derecho a la información fidedigna; el derecho de réplica y actuar con responsabilidad social. "No queremos una prensa uniforme, sino diversificada, plural que no se someta a los designios de los dueños de los medios o del Estado", especifica Encinas.
El lunes 20, Encinas y Ortega leyeron los resolutivos finales del congreso, incluyendo el especial ya sin fecha.
En el documento, el PRD se define como una organización de izquierda, plural, socialista y democrática; ratifica su integración en el FAP, su participarán en la movilización social pacífica, en la lucha electoral y en los espacios institucionales.
De igual forma, reconocerá el programa de la Convención Nacional Democrática; no avalará a Calderón como presidente "bajo ninguna circunstancia y no habrá diálogo ni negociación alguna con él"; apoyará a sus legisladores con una nueva agenda; defenderá el patrimonio nacional en materia energética. También evaluará a los gobiernos surgidos de sus filas y crea el Comité Político Nacional, así como un Secretariado Nacional de 15 miembros.
Para el académico Jean Francois Prud’homme, no obstante esos acuerdos y cambios de estrategia, el PRD deberá superar su confrontación interna, de lo contrario seguirá perdiendo elecciones "y sería terrible que perdiera Michoacán", la tierra natal de Calderón y bastión político perredista.
Y en efecto, en vísperas del primer informe de gobierno de Felipe Calderón hay posturas encontradas en el PRD. Para definir lo que harán el 1 de septiembre en San Lázaro, los diputados federales y senadores perredistas se reunieron en Morelia y Uruapan del jueves 23 al sábado 25. De forma extraoficial manifestaron que están buscando acuerdos con las otras fracciones parlamentarias para que Calderón entregue su informe por escrito y se retire del recinto legislativo.
En la mañana del mismo jueves Luis Sánchez Jiménez, vocero de la fracción perredista en la Cámara de Diputados, anunció a la prensa que impedirán a Calderón dar un mensaje el 1 de septiembre. Sin embargo, el senador Carlos Navarrete no estuvo de acuerdo y, con base en el resolutivo del Congreso, esa misma tarde aclaró desde Uruapan que no aceptarán la presencia de Calderón en la tribuna, pero eso "es muy diferente a decir que no permitiremos" que dé su mensaje.
El senador y también líder de Nueva Izquierda, René Arce, matizó: "Calderón nunca va a tener de nuestra parte un reconocimiento de legitimidad, aunque nosotros tenemos que reconocer que en la realidad es el presidente legal".
Lo único cierto hasta el momento es que el PRD prepara una concentración en el Zócalo capitalino para el 1 de septiembre a las 17:00 horas, y anunció que el "presidente legítimo" ofrecerá su primer informe el 20 de noviembre.
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