4/FEBRERO/2008
Apro / Rodrigo Vera / México
Ahora centrarán sus acusaciones contra la propia Legión, principalmente por incurrir en los delitos de “encubrimiento” y “asociación delictuosa”, pues, sostienen, la institución solapó los actos de pederastia de su fundador.
Así, a raíz del deceso, el grupo –encabezado por ocho ex legionarios– prepara nuevas estrategias legales para llevar su caso no sólo a los tribunales civiles, sino también a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, en última instancia, a los tribunales de la Santa Sede, que hasta el momento han sido renuentes a dar cabida a sus quejas.
En contrapartida, es muy probable que los Legionarios de Cristo abran el proceso de canonización de Marcial Maciel, con el fin de lavar su imagen y ponerlo a la altura de otros fundadores de importantes congregaciones religiosas, como Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei que acaba de ser llevado a los altares.
Contra la Legión
José Barba-Martín, quien encabeza al grupo de denunciantes, adelanta a Proceso:
“Sería demasiado simplista pensar que con la muerte de Maciel terminan nuestras demandas. ¡De ninguna manera! Ahora nuestras acusaciones irán dirigidas contra la Legión de Cristo, porque es la institución que encubrió durante años a Maciel y acalló las protestas de sus víctimas. Y aclaro que no nos anima un espíritu de venganza, sino de justicia”.
Mientras que Alejandro Espinosa Alcalá, autor del libro El legionario –en el que narra los abusos sexuales que dice haber sufrido por parte de Maciel– asegura:
“Nuestra lucha no ha terminado. Aquí no vale el refrán de que muerto el perro se acabó la rabia. Nada de eso. Nuestras demandas estarán enfocadas contra los Legionarios de Cristo, que es una especie de Cosa Nostra que sigue protegiendo delincuentes, es una secta fanatizada que ha cometido muchas tropelías.
“Debemos estar muy alertas, pues ahora los Legionarios utilizarán todos sus recursos políticos y económicos para abrir el proceso de canonización de Marcial Maciel, con lo que intentarán lavar la imagen y reivindicar la figura de su líder, a quien seguramente ensalzarán como un mártir que padeció nuestras calumnias”.
¿Será una manera de denostarlos a ustedes?
Sí, por supuesto. ¡Imagínese! Podríamos quedar en la historia eclesiástica como los calumniadores de un santo, lo cual no es cierto. Tenemos pruebas irrefutables, como 97 testimonios de víctimas de Marcial Maciel. Y mi libro El legionario, donde expongo mi caso, es también incontrovertible. De manera que los legionarios se irán por la vía de la reivindicación moral de Maciel, y nosotros principalmente por la vía judicial. Esta es la lucha que se avecina tras la muerte de Marcial.
Encubrimiento y asociación delictuosa
¿Qué acusaciones concretas podrán hacerle a la Legión?
Bueno, aunque todavía no definimos una estrategia legal, pues acaba de ocurrir el deceso, nuestras acusaciones serán básicamente por los delitos de encubrimiento y asociación delictuosa. ¡Caray! Los legionarios conforman una mafia organizada que sigue violando los derechos humanos de muchos menores de edad, a quienes llevan a sus casas de formación desligándolos de sus familias.
¿Recurrirán entonces a los tribunales civiles?
Acudiremos a los tribunales civiles mexicanos, pero también a instancias internacionales, como la ONU, pues el Vaticano ha firmado acuerdos internacionales en materia de derechos humanos. Ya en una ocasión nos quejamos ante la ONU.
Espinosa Alcalá se refiere a la queja que, el 9 de octubre de 2002, interpusieron en Ginebra, Suiza, en la sede del Comité de los Derechos del Niño y de la Juventud, de las Naciones Unidas. Entonces demandaron a Marciel Maciel ante la cerrazón del Vaticano, que no quería abrirle un proceso canónico.
José Barba señalaba entonces en Ginebra que la Iglesia “trasmutaba el crimen en pecado”, por lo que dejaba sus delitos “fuera del alcance de las leyes civiles”. Ahora la acusación será contra los Legionarios de Cristo.
¿También demandarán por la vía canónica a la Legión? —se le pregunta a Espinosa.
Sí, pues aún estamos esperanzados en que nos haga caso la Congregación para la Doctrina de la Fe. A ver qué pasa, ya que el Vaticano abría y cerraba a su capricho los procesos contra Marcial Maciel. Finalmente el Papa Benedicto XVI le impuso, en 2006, una sanción que nos dejó insatisfechos, porque no se le juzgó realmente. Nosotros creíamos que habría un juicio y un veredicto en forma.
No es por dinero
¿Ustedes como víctimas buscarán una indemnización económica de la Legión?
¡No! ¡No! Nuestra demanda será muy parecida a la que el joven Joaquín Aguilar interpuso en la Corte de Los Ángeles contra el Cardenal Norberto Rivera, a quien acusó de encubrir a un sacerdote pederasta y de operar en mafia. Pero nosotros no buscamos indemnización económica, sino que se tomen medidas para proteger a posibles víctimas y, por supuesto, que se nos pida perdón públicamente para reivindicarnos.
Aparte de José Barba y Espinosa Alcalá, el grupo de exlegionarios que se dicen víctimas de Maciel, y que ahora demandarán a la Legión, también lo integran Arturo Jurado, José Antonio Pérez Olvera, Fernando Pérez Olvera, Saúl Barrales, Juan José Vaca y Félix Alarcón Hoyos. Aseguran que cuentan con el apoyo de otras víctimas de los abusos de Maciel que no quieren dar la cara, así como de organizaciones civiles, académicos y defensores de derechos humanos.
Para el experto constitucionalista Elisur Arteaga Nava, es muy viable la demanda que estas personas emprenderán contra los Legionarios de Cristo:
“La responsabilidad penal cesa con la muerte, pero no la responsabilidad civil, que queda vigente. De manera que los demandantes podrían cobrarse con bienes que integran el caudal hereditario de Maciel. Y respecto a quienes lo encubrieron, efectivamente, pueden incurrir en delincuencia organizada, que es un delito federal. Y en las leyes civiles no hay impunidad para los religiosos”, explica Arteaga.
Condena papal
El 19 de mayo de 2006, Benedicto XVI castigó a Maciel a llevar “una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público”. Fue la condena papal a las acusaciones de pederastia que pesaban sobre él desde los años cincuenta.
Desde el momento en que fue sancionado por el Pontífice, Marcial vivió en retiro, recluido en los espaciosos jardines de una lujosa residencia encaramada sobre una loma y desde la que dominaba todo Cotija, el pueblo donde nació en 1920. Se decía que de pronto viajaba a Roma, y de pronto a Houston, Texas, donde se realizaba chequeos médicos y donde, según la versión oficial, falleció de “muerte natural”, en una casa de su comunidad religiosa.
Javier Bravo, vocero de los Legionarios en México, anunció el viernes 1:
“Al morir, él estaba viviendo en tranquilidad y paz espiritual. Pidió que sus funerales fueran sencillos y muy privados, en un clima de intensa oración”.
¿Cuándo abrirán su proceso de canonización?
Ahorita estamos en pleno duelo, por lo que nadie habla de eso.
–¿La sanción del Papa será un escollo para llevarlo a los altares?
Lo único que puedo decir al respecto es que el padre Maciel siempre trabajó incansablemente al servicio de la Iglesia, llevó una relación cercana con Joseph Ratzinger, a quien, ya como Papa, lo obedeció con humildad cristiana. Acató todas sus disposiciones.
Presionados
En los círculos eclesiásticos hay expectativas ante la apertura del proceso, sobre todo porque los Legionarios tienen la presión de sus competidores del Opus Dei, quienes ya lograron llevar a los altares a su fundador Escrivá de Balaguer.
Como un primer paso, la Legión emprendió el proceso de canonización de la madre de Maciel, doña Maura Degollado Guízar, conocida como Mamá Maurita y a quien el Vaticano ya le dio el rango de “sierva de Dios”. Además, a monseñor Rafael Guízar y Valencia, tío de Marcial, acaban de canonizarlo.
El sacerdote legionario Juan Pablo Ledesma, postulador en Roma de la causa de Mamá Maurita, dice a este semanario:
“No descarto la posibilidad de que se abra la causa de canonización de nuestro fundador. De hecho, a casi todos los fundadores en la Iglesia los han hecho santos. A ellos les es más fácil llegar a los altares porque son los padres de una gran familia. Es como dar el espaldarazo a esa congregación o institución y decir: ‘Los hijos de esta persona tienen un guía, un camino seguro a seguir’”.
–¿A qué santos podría incluir en esta categoría?
–A san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús; a la madre Teresa de Calcuta, que creó las Hijas de la Caridad; a San Francisco de Asís, fundador de los franciscanos; a santo Domingo de Guzmán, de los dominicos; o a san Juan Bosco, de los salesianos. Incluso, sé que la madre de este último, mamá Margarita, está en proceso de canonización al igual que Mamá Maurita.
–¿No serían un obstáculo para Marcial Maciel las acusaciones de pederastia?
–No. Si revisamos la vida de los grandes fundadores, encontraremos que prácticamente se repite la misma historia. Ellos también fueron calumniados, despreciados y amenazados. De manera que esas calumnias contra el padre Maciel yo las veo como algo muy positivo, no representan ningún problema porque son injustas. La verdad saldrá a flote. Sólo se requiere tiempo (Proceso 1498).
Recursos y relaciones
Alejandro Espinosa –quien está por publicar su último libro, Marcial Maciel, el ilusionista– no tiene duda de que los Legionarios usarán todos sus recursos con tal de hacer santo a su fundador:
“En el Vaticano muchas cosas se mueven con dinero, algo que les sobra a los Legionarios. Además, Marcial les heredó una amplia red de influencias en Roma y entre las élites políticas y empresariales de varios países. Ahí está el último caso de la ex primera dama de México, Marta Sahagún, quien apoyó muchísimo a Maciel, y a la vez, éste fue el contacto de Marta con el Papa Juan Pablo II para resolver sus conflictos conyugales”.
En efecto, el último y espectacular alarde de influencias de Maciel penetró hasta las intimidades de Los Pinos durante el sexenio foxista: la primera esposa de Vicente Fox, Lilian de la Concha, se reunió con Juan Pablo II gracias a los buenos oficios de Maciel, quien luego intercedió para que Marta también se reuniera con el Pontífice. El poderoso celestino hizo hasta lo imposible para que el Presidente anulara su matrimonio eclesiástico con Lilian y luego pudiera casarse por la Iglesia con Marta, lo que no consiguió.
Al igual que Maciel, el padre de Marta, Alberto Sahagún de la Parra, nació en Cotija. Ambos eran muy amigos desde niños.
“De chicos íbamos, Marcial y yo, a cazar güilotas y patos. Después, él siguió su propia vida y yo la mía”, reveló a Proceso Sahagún de la Parra.
La promoción y la foto
Para el analista Bernardo Barranco, Marta –fundadora en Celaya del Regnum Christi, el brazo laico de la Legión– fue “la puerta de entrada de los Legionarios de Cristo al equipo foxista”; ella es “la prototípica legionaria: una militante que no profundiza mucho en las cosas. Se va más por el lado asistencialista, le encanta el aspecto de la promoción y de la foto con los pobres”.
Según el libro La prodigiosa aventura de los Legionarios de Cristo, de Alfonso Torres Robles, el habilidoso Marcial Maciel, “un viejo zorro en la práctica de olfatear el poder”, fue muy allegado a los presidentes mexicanos, desde Miguel Alemán hasta Vicente Fox.
Maciel jugó un “papel decisivo” entre el presidente Carlos Salinas y el Vaticano para la reanudación de las relaciones diplomáticas. Inclusive, “su intervención fue definitiva” para que se pudiera llevar a cabo la primera visita de Juan Pablo II a México, durante el Gobierno de López Portillo. Luego el Pontífice lo mantuvo a su lado en sus posteriores visitas.
Agrega el libro que Marciel también supo ganarse a la cúpula empresarial mexicana:
“No falta ninguno: Carlos Slim, banquero y empresario, considerado el hombre más rico de América Latina; la poderosa familia Azcárraga casi al completo, incluidos los tres Emilio, abuelo, padre e hijo, fundador y continuadores del imperio Televisa, respectivamente; la multimillonaria familia Garza Sada, principal accionista del Grupo Alfa; los hermanos Servitje, propietarios del grupo panificador Bimbo; Plácido Arango, fundador de cadenas comerciales como Vips y Aurrerá… Ellos son los primeros de una larga lista de bienhechores con que cuentan los Legionarios de Cristo entre la crema de la burguesía mexicana”.
Con influencias
Asegura el libro que Marcial era “El sacerdote de cámara de la familia Slim”. Y agrega:
“Fue el líder de los Legionarios, quien en febrero de 2000 ofició el funeral por el fallecimiento de la esposa de Carlos Slim, Soumaya Domit. La mujer del millonario, también de origen libanés, estudió ciencias de la comunicación en la Universidad Anáhuac (de los Legionarios), donde, además, realizó la carrera una de las hijas del matrimonio”.
Prosigue:
“En cuanto a la relación de Maciel con los Azcárraga, ésta data de finales de los cuarenta, cuando el sacerdote se hizo amigo de Emilio Azcárraga Vidaurreta, patriarca de la familia. Después sostuvo amistad con su hijo, ‘El Tigre’ Azcárraga Milmo. Los oficios religiosos durante el funeral de éste, realizados en la Basílica de Guadalupe en abril de 1997, fueron presididos por Maciel”, quien continuó “la buena relación con el joven Azcárraga Jean, formado en el Instituto Cumbres, de los Legionarios”.
Y va detallando la “casi interminable nómina de colaboradores” con la que cuentan los Legionarios, muchos de ellos prominentes hombres de la banca, la empresa y las finanzas: Alfonso Romo, Jorge Hank Rhon, el ya fallecido Manuel Espinosa Yglesias, Manuel Senderos Irigoyen, Agustín Legorreta, Carlos Trouyet, Fernando Santibáñez, Manuel Somoza Alonso, Carlos Cabal Peniche.
Tan fuertes son los nexos de la clase empresarial con los Legionarios que el vicario general de la orden es Luis Garza Medina, miembro de la familia Garza Sada, que maneja al Grupo Alfa.
Así, difícil será la batalla legal que emprenderán las víctimas de Maciel contra la pujante Legión de Cristo, empecinada en ponerle una aureola de santidad a su fundador recién fallecido.
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