García Medina exige mayor coordinación para contrarrestar acción de grupos criminales
Gustavo Castillo y Gerardo Flores (Reportero y corresponsal)
La Procuraduría General de la República (PGR) investigará la ejecución de los siete policías de Zacatecas, perpetrada la tarde del viernes frente al Hospital de Especialidades del municipio de Jerez por integrantes del grupo de sicarios conocido como Los Zetas, al tiempo que la gobernadora de la entidad, Amalia García Medina, demandó a las autoridades federales mayor coordinación para contrarrestar las acciones delictivas de los grupos criminales.
Funcionarios del gobierno federal revelaron que los siete uniformados fueron emboscados cuando trasladaban a Alejandro Gallegos López, Nicolás Pérez Alvarado y Jorge Hernández Pineda a la capital zacatecana, luego de que habían sido detenidos en el momento en que llevaban a un secuestrado.
En ese contexto, la versión obtenida por La Jornada es que los tres integrantes de Los Zetas permanecieron detenidos en instalaciones policiacas de Tlaltenango, y que se organizó su traslado a la capital zacatecana para su posterior entrega a autoridades federales.
Según los funcionarios entrevistados, el operativo policial estuvo integrado por alrededor de 50 elementos, dividido en tres células, para evitar cualquier intento de rescate de los tres delincuentes. Sin embargo, el convoy en que viajaba Jorge Hernández Pineda y sus dos secuaces fue interceptado por alrededor de 12 camionetas en las que viajaban más de 60 hombres fuertemente armados. El convoy policial sostuvo entonces un enfrentamiento con los sicarios del cártel del Golfo, que dejó un saldo de siete policías muertos.
La historia de los hechos empezó el pasado jueves, cuando Los Zetas secuestraron a una persona y fueron detectados por agentes de Tlaltenango.
En un primer choque, los integrantes del cártel del Golfo trataron de evitar ser capturados pero, al final, el secuestrado fue rescatado con vida, uno de los plagiarios resultó muerto y los otros tres delincuentes fueron trasladados a instalaciones policiacas de Tlaltenango. Según la información obtenida, la policía local planeó entregar a los tres sicarios a funcionarios federales ante la presunción de que estaban relacionados con la delincuencia organizada, pero falló el operativo de traslado.
Integrantes del cártel del Golfo que viajaban a bordo de las 12 camionetas, abatieron a tiros a siete uniformados y rescataron a dos de los tres detenidos, quedando en manos de los agentes únicamente Jorge Hernández Pineda.
Según reportes oficiales, desde 2005 grupos de sicarios al servicio del cártel del Golfo extendieron sus áreas de influencia de Tamaulipas y Nuevo León hacia Zacatecas, y ahora tienen redes de distribución de drogas, traslado de indocumentados y casas de seguridad (para casos de secuestro) en las zonas limítrofes con Jalisco, San Luis Potosí, Durango, Coahuila y Aguascalientes.
Respecto a lo sucedido en Jerez, la PGR informó que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) será la encargada de las investigaciones, y a petición del gobierno de Zacatecas ejerció la facultad de atracción.
La PGR empezó una averiguación previa, en la que se acumularon los delitos de homicidio, secuestro y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Jorge Hernández Pineda quedó a disposición de la SIEDO y rinde su declaración ministerial en la ciudad de México.
Por otra parte, García Medina condenó los hechos delictivos en los que perdieron la vida los siete agentes y exigió a las autoridades federales mayor coordinación para contrarrestar las acciones delictivas de los grupos criminales que operan en esa entidad.
“Reitero la necesitad de la coordinación total y absoluta para que México pueda ser un país seguro en el que se viva con tranquilidad”, dijo la mandataria estatal durante el homenaje de cuerpo presente a los elementos caídos, el cual se realizó en la sede de la Policía Ministerial.
Frente a elementos de la diversas corporaciones del estado, así como de familiares y amigos de los policías que perdieron la vida el pasado viernes 28, García Medina mencionó que su compromiso es “no parar un solo día para que no haya impunidad y que se aplique la ley a la delincuencia, de manera estricta y total”.
Funcionarios del gobierno federal revelaron que los siete uniformados fueron emboscados cuando trasladaban a Alejandro Gallegos López, Nicolás Pérez Alvarado y Jorge Hernández Pineda a la capital zacatecana, luego de que habían sido detenidos en el momento en que llevaban a un secuestrado.
En ese contexto, la versión obtenida por La Jornada es que los tres integrantes de Los Zetas permanecieron detenidos en instalaciones policiacas de Tlaltenango, y que se organizó su traslado a la capital zacatecana para su posterior entrega a autoridades federales.
Según los funcionarios entrevistados, el operativo policial estuvo integrado por alrededor de 50 elementos, dividido en tres células, para evitar cualquier intento de rescate de los tres delincuentes. Sin embargo, el convoy en que viajaba Jorge Hernández Pineda y sus dos secuaces fue interceptado por alrededor de 12 camionetas en las que viajaban más de 60 hombres fuertemente armados. El convoy policial sostuvo entonces un enfrentamiento con los sicarios del cártel del Golfo, que dejó un saldo de siete policías muertos.
La historia de los hechos empezó el pasado jueves, cuando Los Zetas secuestraron a una persona y fueron detectados por agentes de Tlaltenango.
En un primer choque, los integrantes del cártel del Golfo trataron de evitar ser capturados pero, al final, el secuestrado fue rescatado con vida, uno de los plagiarios resultó muerto y los otros tres delincuentes fueron trasladados a instalaciones policiacas de Tlaltenango. Según la información obtenida, la policía local planeó entregar a los tres sicarios a funcionarios federales ante la presunción de que estaban relacionados con la delincuencia organizada, pero falló el operativo de traslado.
Integrantes del cártel del Golfo que viajaban a bordo de las 12 camionetas, abatieron a tiros a siete uniformados y rescataron a dos de los tres detenidos, quedando en manos de los agentes únicamente Jorge Hernández Pineda.
Según reportes oficiales, desde 2005 grupos de sicarios al servicio del cártel del Golfo extendieron sus áreas de influencia de Tamaulipas y Nuevo León hacia Zacatecas, y ahora tienen redes de distribución de drogas, traslado de indocumentados y casas de seguridad (para casos de secuestro) en las zonas limítrofes con Jalisco, San Luis Potosí, Durango, Coahuila y Aguascalientes.
Respecto a lo sucedido en Jerez, la PGR informó que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) será la encargada de las investigaciones, y a petición del gobierno de Zacatecas ejerció la facultad de atracción.
La PGR empezó una averiguación previa, en la que se acumularon los delitos de homicidio, secuestro y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Jorge Hernández Pineda quedó a disposición de la SIEDO y rinde su declaración ministerial en la ciudad de México.
Por otra parte, García Medina condenó los hechos delictivos en los que perdieron la vida los siete agentes y exigió a las autoridades federales mayor coordinación para contrarrestar las acciones delictivas de los grupos criminales que operan en esa entidad.
“Reitero la necesitad de la coordinación total y absoluta para que México pueda ser un país seguro en el que se viva con tranquilidad”, dijo la mandataria estatal durante el homenaje de cuerpo presente a los elementos caídos, el cual se realizó en la sede de la Policía Ministerial.
Frente a elementos de la diversas corporaciones del estado, así como de familiares y amigos de los policías que perdieron la vida el pasado viernes 28, García Medina mencionó que su compromiso es “no parar un solo día para que no haya impunidad y que se aplique la ley a la delincuencia, de manera estricta y total”.
... Zeta-tecas.
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