Sunday, July 27, 2008

Soberanía de México por encima de cualquier cosa

  • Quienes tienen un país donde existe pobreza crítica y cualquier cantidad de necesidades de salud pública, educación, ciencia y tecnología, lo normal es pensar que los recursos de los que se disponen son para dar bienestar social a quienes habiten ese país, pero las transnacionales no ven el problema de esa manera, señala el integrante de Estudios Energéticos de América Latina, Carlos Sanvicente
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Ir a un tribunal internacional es llegar a un lugar en donde entrega un documento y le ponen un sello de recibido y ya. Entonces no se pueden considerar tribunales eficientes para países como los nuestros, afirma Carlos Sanvicente. (Foto: Cecilia Vargas)

CECILIA VARGAS

De 1908 a 1936, Venezuela dirimió diez conflictos con transnacionales petroleras en tribunales internacionales, de los cuales perdió ocho, en uno quedó “tablas” o empatado y el otro fue declarado desierto, “esa es la experiencia de Venezuela con los tribunales internacionales”, dice Carlos Sanvicente.
En base a lo anterior, el trabajador petrolero venezolano -sociólogo e integrante del Instituto de Estudios Energéticos de los Trabajadores de América Latina y del Caribe- conocedor de la posibilidad de que la industria petrolera mexicana se encamine a su total privatización, advierte:
“Lo que le podemos decir al pueblo mexicano es que debe ser bastante acucioso en la búsqueda de respuestas alternativas para su industria petrolera, colocando por encima de cualquier cosa la soberanía y su relevancia para la sociedad”.
Cuestionado en relación a los posibles riesgos de que los conflictos con transnacionales petroleras se ventilen en tribunales internacionales, en caso de que las fracciones de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional aprueben reformas privatizadoras para Petróleos Mexicanos, Carlos Sanvicente dijo:
Ampliando lo que afirmó mi compañero Fidel Hernández, creo que el problema con los tribunales internacionales, no es semántico ni de frases, sino de contenido.
Cualquiera con sana lógica puede pensar que un país que hace trato con otro necesita un arbitraje neutro, menciona, pero esa no es la lógica que exactamente opera en los tribunales a los que acuden las empresas trasnacionales.
Ahí se opera con cosas que tienen que ver con una estrategia internacional en donde la idea de soberanía, de estados nacionales y autodeterminación, se sustrae de la discusión y decisiones de ese marco de necesidades nacionales de los países.
Todo lo anterior, lo consideran una especie de obstáculo para maximizar lo que hoy llaman el atractivo de la inversión, que para los inversionistas extranjeros es que, ningún país ofrezca ningún tipo de condicionante, en cuanto a las necesidades sociales que existan en sus territorios.
Para ellos el objetivo es invertir, el espacio físico en el que se localiza la inversión para maximizarla llamada tasa de retorno de la inversión, las razones de los países no les interesan.
Quienes tienen un país en cuyo seno existe pobreza crítica y cualquier cantidad de necesidades de salud pública, educación, ciencia y tecnología, lo normal es pensar que los recursos de los que disponen son para dar bienestar social a quienes habiten ese país, pero las transnacionales no ven el problema de esa manera.
Estas empresas buscan mecanismos internacionales que disocian a los estados de este tipo de necesidades, el ciudadano común, el ciudadano “de a pie”, que enfrenta todas las angustias de la vida diaria, no forman parte de sus necesidades.
La única manera de lograr maximizar sus inversiones, son transacciones que en los términos de las decisiones permitan que la soberanía pierda relieve, porque para ellos la soberanía es algo que perturba sus rentabilidades.
Entonces, “cuando se dice por ahí” que los países deben recurrir a los tribunales internacionales, lo primero que hay que hacer, es decirles que nos expliquen el contenido de cómo se toma una decisión internacional.
El ejemplo nosotros lo tenemos a la mano, afirma Carlos Sanvicente.
De 1908 a 1936, Venezuela ha llevado diez casos en los tribunales internacionales, de los cuales perdió ocho, uno quedó tablas (empatado) y el otro desierto, es el antecedente que tenemos nosotros.
Ir a un tribunal internacional es llegar a un lugar en donde entrega un documento y le ponen un sello de recibido y ya. Entonces no se pueden considerar tribunales eficientes para países como los nuestros, afirma.
Eso es nuestro drama, expresa, por eso:
“Nosotros le sugerimos a la sociedad mexicana que estamos a la orden para informarle lo que ha sido para Venezuela, el caso Pedevesa- Exxon Mobile, al que todavía no le ganamos, quien afirme eso, es falso.
Lo que estamos haciendo es tratar de la verdad que ellos no dicen, y lo que no mencionan es que nunca tuvo procedencia jurídica el que nos embargaran unas cuentas que no existían, en principio.
“Es decir, sobre la base de la mentira, lo que hemos hecho es aclarar la mentira. Sin embargo, hay que reconocer que el primer objetivo de esa mentira, lo lograron, debilitar financieramente a Pedevesa, colocarla como una empresa de alto riesgo, a nivel de los mercados internacionales, de lo que son las acciones de Pedevesa en el exterior, porque Petróleos de Venezuela tiene que ver con todo lo relacionado al proceso de refinación internacional y se refleja en el Down Jones, en forma de acciones”.
Había que quitarle valor a las acciones de Pedevesa, y si tu logras ese objetivo ¿cómo queda Pedevesa en el mundo financiero? Como una empresa de alto riesgo, y por lo tanto, no atractiva, en consecuencia todo lo que tenemos pierde valor, y esa primera fase de la trampa la lograron, asegura Carlos Sanvicente.
Lo que nos permitió salir de esa situación fue que el tribunal de Londres reconociéramos que teníamos razón, “pero el daño, ya nos lo habían hecho”, comentó el petrolero sudamericano.
Ese es parte del balance de lo que son esos arbitrajes para nuestros países, y es que no le dicen a la sociedad de su historia y del contenido del arbitraje que ejercen. Y es como mencioné, pareciera muy lógico que si se hace un contrato con alguien, deben buscarse arbitraje neutro, pero esos tribunales no lo son.
El conflicto entre Pedevesa y Exxón Mobile, no se dio en un momento causal.
Venezuela hizo su presupuesto sobre la base de una proyección de un precio por barril de petróleo de 35 dólares, Una vez que comenzó a aumentar, considerando que una abundante circulación de dinero, haría elevar la inflación, si no se tiene respaldo productivo como es el caso de Venezuela.
En Venezuela, explica Sanvicente, la correlación de fuerzas a partir del sector energético, de la actividad económica entre privados y estatales, el Estado tiene el 40 por ciento y el privado el 60 por ciento.
Entonces lo que sucede en ese momento, es que el gobierno venezolano decide crear los bonos de Pedevesa, con la idea de recoger los excedentes que empezaban a circular, producto de la subida del precio del petróleo, que está por encima de la estimación del presupuesto nacional.
Entonces, qué casualidad que luego de implementar esa medida, como una acción antinflacionaria para evitar exceso de liquidez, aparece publicitada mediáticamente en todo el mundo, que Pedevesa había sido es embargada por Exxon Mobile, es decir, las cosas no son casuales.
Por eso, “lo que podemos decir al pueblo mexicano, es que, hay que ser bastante acucioso en la búsqueda de respuestas alternativas, colocar, por encima de cualquier cosa, la soberanía y su relevancia para la sociedad”, agregó Sanvicente.

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