Saturday, August 02, 2008



Elson Concepción Pérez
elson.cp@granma.cip.cu

Ya se está extinguiendo en el éter el nombre del caballerito que hizo carrera —y quiere seguir viviendo de ella—, por su genuflexión ante los gobernantes de Estados Unidos.

José María Aznar, tristemente recordado como el presidente del Gobierno español que quizás haya impuesto récord por sus visitas a Washington y sus reuniones —en cualquiera de los confines de la tierra—, con su mayor amigo: George W. Bush, recibió ahora un premio en Praga (¿por casualidad?) y de una institución norteamericana (¿también por casualidad?).

Aznar como persona y Praga como centro europeo escogido y utilizado por Washington para aupar la política anticubana de la Casa Blanca, constituyen símbolos de lo más retrógrado y repugnante en cuanto a las posturas neoconservadoras y entreguistas. Así lo admiten y celebran las más altas autoridades checas.

Por eso no es de extrañar que, según la agencia EFE, el ex mandatario recibiera este viernes, en Praga, el premio Vasek y Anna María Polak por su "defensa de la democracia", que otorga anualmente el American Institute on Political and Economic Systems (AIPES).

En su alocución, a puerta cerrada y que duró 20 minutos, Aznar destacó "la importancia de la cooperación de EE.UU. con Europa", y reiteró la necesidad de que las fuerzas armadas yankis continúen la ocupación de Iraq y Afganistán, explicó Lukas Budin, representante de los organizadores checos.

La entrega del galardón tuvo lugar durante el acto privado de clausura del curso de verano organizado en la capital checa por el Fund for American Studies, la Universidad Carolina de Praga y la neoyorquina Georgetown University.

En el despacho de la citada agencia se reconoce que el curso tiene "un fuerte componente de la ideología republicana", y que "la mayoría de los participantes proceden de antiguas repúblicas soviéticas". Sobran los comentarios.

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