http://www.jornada.unam.mx/2007/05/17/index.php?section=deportes&article=a28n1dep
Su hijo Jhonny, Edgar Sosa y Ana María Torres, sus joyas
Ratón González cultivó tres perlas y las hizo campeonas
Son entrenados en un gimnasio al aire libre, en la zona de Aragón
"Somos de izquierda", suelta sin pensarlo demasiado Miguel Angel Ratón González, hacedor de tres campeones mundiales de boxeo, quien nunca pensó que le llegarían los títulos tan rápido, aunque siempre "estuve seguro de que lo lograrían mis perlas", como se refiere a su hijo Jhonny; a quien ve como si lo fuera, Edgar Sosa, y a su niña consentida, Ana María Torres.Todavía no es mediodía, pero el sol pega fuerte en el gimnasio al aire libre Díaz Mirón-José Luis Grillo González (nombre de su hermano fallecido).
Lugar apenas cubierto por una lona y tres techumbres de lámina, donde entrenan más de 20 púgiles desde las 7 de la mañana hasta entrada la tarde, "casi todos con el sueño de ser grandes", comenta el Ratón.
De 1.59 metros de estatura, peso pluma (59 kilogramos), barba y bigotes ralos, Miguel Angel cumplió una carrera más bien discreta sobre los cuadriláteros de 1970 al 81, cuando por una decepción, que no amorosa, sino boxística, decidió colgar los guantes el 19 de diciembre de ese año.
Pero inquieto como era, escurridizo sobre el enlonado, de donde surgió su mote, se quedó con la idea de escalar hasta lo más alto en el negocio de los golpes.
De allí que pronto aprovechó las enseñanzas del legendario mánager fallecido Arturo Cuyo Hernández, de quien aprendió el doloroso oficio de enseñar boxeo y aplicó sus conocimientos en dos de, a la postre, sus más destacados pupilos; Jhonny y Edgar, "aunque sólo quería enseñarles defensa personal, nada más", afirma con cara de "es cierto".
No hay secretos ni recetas mágicas
Mientras una veintena de jóvenes varones y dos mujeres hacen sonar todos los aparatos del gimnasio y bailan al ritmo que marca la cadencia del pugilismo, Mike, como le dice Carlos Zárate, comenta que no hay secretos ni recetas mágicas para triunfar en este deporte, "a menos que la disciplina, la entrega y el compromiso sean algo que la gente no sepa que los llevará al éxito", lo que siempre recomienda a quienes lo rodean en casa o prepara día a día en el gimnasio.
-Mira, si tienes condición física y una buena preparación le puedes ganar a quien sea, pero si estás en la flojera, te desvelas, andas con chavas o le entras al alcohol o fumas, ni le hagas porque no vas a rendir, te va a ir mal -responde con interminable movimiento de manos.
-Por desgracia a varios promotores y mánagers eso no les preocupa, quieren el dinero, la ganancia rápida...
-Pues sí, eso es cierto, pero aquí lo único que nos interesa es que los muchachos hagan un buen papel, que trabajen bien, porque si piensas que eso será tu carta de presentación, imagínate que mandemos, como dicen por ahí, carne de cañón.
"No, eso no se vale -reflexiona sin quitar la vista de encima a uno de sus futuras perlas, Oscar Ceviche Ibarra, quien pronto hará su primera contienda a 10 episodios.
Jhonny González, monarca gallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), no sólo respeta a su padre como tal, sino que lo admira por el camino que le ha abierto en el pugilismo.
"Es de lo mejor, pero fíjate que en la casa dejamos todas las diferencias que puede haber entre padres e hijos. Sin embargo aquí -responde mientras señala con el índice al suelo del gimnasio- soy su entrenador y obedece en todo, porque sabe que sólo así podrá salir adelante. Es muy noble... buena gente, pues."
De Edgar Sosa sólo tiene palabras amables. "Lo veo como si fuera mi otro hijo. Los dos empezaron a trabajar desde chicos. A veces los pongo a hacer guantes entre ellos y el Edgar me dice 'no Miguel, ese Jhonny es bien cabrón, me pone mis chingadazos (Sosa es monarca minimosca del CMB) y ni cómo defenderme'. Sólo les recomiendo que se cuiden, porque los dos van p'arriba".
Contento con la promoción de los hermanos Kuchle del norte del país, pero más con la ayuda que le ha brindado a Jhonny el ahora ex campeón mundial superwelter del (CMB), Oscar de la Hoya, el Ratón no cree que pase mucho tiempo antes de que el mexicoestadunidense se fije también en Sosa, "porque finalmente, como también está metido en el boxeo, conoce bien cómo debe ser manejado el pugilista".
Vestido con una playera roja, pantalón de mezclilla azul y tenis blancos, Miguel Angel atiende la plática, pero de reojo observa a sus muchachos. A veces lanza un recto a un rival imaginario, como para enseñarle al novato cómo debe golpear la pera fija.
Después mueve la cintura, se flexiona hacia delante o atrás. Y al sorprenderse a sí mismo haciendo esos movimientos se da cuenta de que no hay como estar al lado del aprendiz para corregirlo.
-Y de Ana María qué me dice -se le pregunta.
-Es como mi niña consentida. No tengo nada que quejarme de ella porque cuando se decide a conseguir algo, lo logra, como lo ha hecho hasta ahora.
-¿Qué le hace falta en el gimnasio, Mike?
-Un poco de todo. Que algún periódico nos regale una lona, aunque tenga su marca. Que nos hagan unos baños, un vestidor.
"Aunque te diré, algunos comercios de por aquí nos dan que la perita, que el costalito, que la gobernadora y así cositas, aunque, la verdad, aquí ya nos acostumbranos a trabajar así, con lluvia, aire, ruido..."
Agrega que los del centro comercial (de enfrente) "nos dan chance de cambiarnos y hacer del uno o del dos. Nos dijeron que nos iban a echar la mano los de la delegación, creo que ya vienen trabajando desde por allá, señala con el índice a lo lejos.
"El que ya nos ayudó fue Marcelo Ebrard (jefe de Gobierno del Distrito Federal). Bueno, espero que no se olviden de nosotros y menos ahora que allí están los resultados -dice para terminar la plática y regresar a lo que dice "son mis clasecitas de boxeo".
* - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - * - *M@rcuadrilátero,
Norwich, U(n) K(nock-Out),
17/5/07
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