Tariq Ali dará una conferencia mañana en el contexto de la FIL
El historiador y analista político paquistaní celebra que la región de nuevo esté en movimiento
Inadmisible, la censura en Irán contra novela de Gabo
Ericka Montaño Garfias (Enviada)
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. Latinoamérica es un subcontinente que de nuevo está en movimiento, las cosas están cambiando, pero México –con Felipe Calderón– no representa ninguna esperanza para la región por su dependencia de Estados Unidos, afirmó el escritor, historiador y analista político Tariq Ali, quien ofrecerá el domingo la conferencia Literatura mundial y compromiso.
“Este es un continente donde hay debates y discusiones. Nada de esto ocurriría sin el movimiento bolivariano en Venezuela, Bolivia y Ecuador.”
En Latinoamérica, añadió, hay dos caminos: “uno es el del movimiento bolivariano y otro el de los países del Consenso de Washington; no hay una tercera posición, aunque algunos señalan a Lula y Bachelet, en Brasil y Chile, respectivamente”.
Las ideas anteriores las plantea en su nuevo libro Los piratas del Caribe: el eje de la esperanza, de reciente publicación en castellano.
El apoyo de Washington
A un año de la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de México, el ensayista estimó que el mandatario no tiene ninguna intención de hacer de su gobierno algo bueno para América Latina.
“Es un hombre del consenso de Washington y eso ustedes lo saben. Ganó las elecciones por eso, porque estaba apoyado por Washington, se comporta como (Vicente) Fox y los gobiernos del PRI.
“No creo que haga nada diferente y eso es a final de cuentas lo que quiere Estados Unidos.”
El periodista reconoce que “no hay ningún líder en el mundo que sea completamente positivo”, en respuesta a su opinión acerca del presidente venezolano Hugo Chávez.
“Chávez para mí tiene mucho coraje, es muy sólido, ha emprendido reformas sociales en su país que han beneficiado a los pobres. Esto en un momento se consideraba normal, pero hoy crea controversia.”
Tariq Ali atribuyó a presiones de Estados Unidos la decisión del presidente colombiano Alvaro Uribe para que diera por concluida la mediación de Chávez ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
La razón: “Estados Unidos no quería nada que levantara la figura política de Chávez”.
Además de que ese país está determinado a no tolerar la idea bolivariana, de una región con una riqueza y una voz común. El Plan Colombia tampoco ayudará a que se logre esa idea de Simón Bolívar.
Algo para resaltar es la diversidad que existe dentro del movimiento bolivariano. “Los políticos, los líderes políticos, son diferentes: Chávez, (Evo) Morales. Y lo que existe es un movimiento que va más allá de Hugo Chávez y eso es esencial y muy positivo desde mi punto de vista. Es un subcontinente donde hay debate y estas cosas no habrían pasado sin ese movimiento”.
Un periodista venezolano, del diario Tal Cual –fundado por el dirigente político Teodoro Petkoff–, encaró al intelectual pakistaní y le dijo que no estaba de acuerdo con lo que decía de Chávez, bajo cuyo gobierno, aseguró, han muerto más personas que las ultimadas en 1989, durante el caracazo.
Y cómo va a estar usted de acuerdo, atajó Ali, si su periódico es parte de la oligarquía y durante el fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez sus titulares fueron “¡Adiós Chávez!”
Sin solución en Irak
Acerca del movimiento zapatista, Tariq Ali, señaló que “cuando surgió fue extremadamente importante, porque mostró que hay personas que están preparadas para hacer algo y tuvo gran impacto, porque ocurrió cuando nada estaba pasando en América.
“Sin embargo, ahora no puede estar aislado de la política. Los zapatistas deben organizarse políticamente, porque sin eso nada cambia.”
Otro tema fue Irak e Irán. De la situación iraquí estimó que no existe una solución, y hasta ahora el único resultado de la invasión británico-estadunidense ha sido un millón de muertos y 3 millones de refugiados.
De Irán: “No creo que Estados Unidos vaya a invadir o atacar a Irán, porque las consecuencias se-rían totalmente desastrosas. (Dick) Cheney y Bush quieren invadirlo, pero creo que se van a detener porque saben que van a sufrir demasiado si ocurre la invasión”.
Relevancia de Chomsky
Tarik Ali también se manifestó en desacuerdo por la censura contra la novela Memoria de mis putas tristes, del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, impuesta en Irán.
“Es una desgracia y no se puede aceptar. Es un novelista que se lee en Irán y en el mundo árabe, y que no se publique por el título es algo absurdo y contraproducente porque se leerán los libros pirata.”
Siempre crítico, el historiador y cineasta afirmó que “hasta ahora ninguna autoridad ha tenido éxito en limitarme. Digo lo que quiero y a veces uno dice muchas cosas que no se publican, pero eso no significa que hay que dejar de escribirlas.
“Por ejemplo, en Estados Unidos no publican a Noam Chomsky, pero lo que dice éste es muy importante.”
“Este es un continente donde hay debates y discusiones. Nada de esto ocurriría sin el movimiento bolivariano en Venezuela, Bolivia y Ecuador.”
En Latinoamérica, añadió, hay dos caminos: “uno es el del movimiento bolivariano y otro el de los países del Consenso de Washington; no hay una tercera posición, aunque algunos señalan a Lula y Bachelet, en Brasil y Chile, respectivamente”.
Las ideas anteriores las plantea en su nuevo libro Los piratas del Caribe: el eje de la esperanza, de reciente publicación en castellano.
El apoyo de Washington
A un año de la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de México, el ensayista estimó que el mandatario no tiene ninguna intención de hacer de su gobierno algo bueno para América Latina.
“Es un hombre del consenso de Washington y eso ustedes lo saben. Ganó las elecciones por eso, porque estaba apoyado por Washington, se comporta como (Vicente) Fox y los gobiernos del PRI.
“No creo que haga nada diferente y eso es a final de cuentas lo que quiere Estados Unidos.”
El periodista reconoce que “no hay ningún líder en el mundo que sea completamente positivo”, en respuesta a su opinión acerca del presidente venezolano Hugo Chávez.
“Chávez para mí tiene mucho coraje, es muy sólido, ha emprendido reformas sociales en su país que han beneficiado a los pobres. Esto en un momento se consideraba normal, pero hoy crea controversia.”
Tariq Ali atribuyó a presiones de Estados Unidos la decisión del presidente colombiano Alvaro Uribe para que diera por concluida la mediación de Chávez ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
La razón: “Estados Unidos no quería nada que levantara la figura política de Chávez”.
Además de que ese país está determinado a no tolerar la idea bolivariana, de una región con una riqueza y una voz común. El Plan Colombia tampoco ayudará a que se logre esa idea de Simón Bolívar.
Algo para resaltar es la diversidad que existe dentro del movimiento bolivariano. “Los políticos, los líderes políticos, son diferentes: Chávez, (Evo) Morales. Y lo que existe es un movimiento que va más allá de Hugo Chávez y eso es esencial y muy positivo desde mi punto de vista. Es un subcontinente donde hay debate y estas cosas no habrían pasado sin ese movimiento”.
Un periodista venezolano, del diario Tal Cual –fundado por el dirigente político Teodoro Petkoff–, encaró al intelectual pakistaní y le dijo que no estaba de acuerdo con lo que decía de Chávez, bajo cuyo gobierno, aseguró, han muerto más personas que las ultimadas en 1989, durante el caracazo.
Y cómo va a estar usted de acuerdo, atajó Ali, si su periódico es parte de la oligarquía y durante el fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez sus titulares fueron “¡Adiós Chávez!”
Sin solución en Irak
Acerca del movimiento zapatista, Tariq Ali, señaló que “cuando surgió fue extremadamente importante, porque mostró que hay personas que están preparadas para hacer algo y tuvo gran impacto, porque ocurrió cuando nada estaba pasando en América.
“Sin embargo, ahora no puede estar aislado de la política. Los zapatistas deben organizarse políticamente, porque sin eso nada cambia.”
Otro tema fue Irak e Irán. De la situación iraquí estimó que no existe una solución, y hasta ahora el único resultado de la invasión británico-estadunidense ha sido un millón de muertos y 3 millones de refugiados.
De Irán: “No creo que Estados Unidos vaya a invadir o atacar a Irán, porque las consecuencias se-rían totalmente desastrosas. (Dick) Cheney y Bush quieren invadirlo, pero creo que se van a detener porque saben que van a sufrir demasiado si ocurre la invasión”.
Relevancia de Chomsky
Tarik Ali también se manifestó en desacuerdo por la censura contra la novela Memoria de mis putas tristes, del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, impuesta en Irán.
“Es una desgracia y no se puede aceptar. Es un novelista que se lee en Irán y en el mundo árabe, y que no se publique por el título es algo absurdo y contraproducente porque se leerán los libros pirata.”
Siempre crítico, el historiador y cineasta afirmó que “hasta ahora ninguna autoridad ha tenido éxito en limitarme. Digo lo que quiero y a veces uno dice muchas cosas que no se publican, pero eso no significa que hay que dejar de escribirlas.
“Por ejemplo, en Estados Unidos no publican a Noam Chomsky, pero lo que dice éste es muy importante.”
Lo ponía nervioso la llegada de López Obrador, asegura el ensayista paquistaní
Castañeda escribía artículos pidiendo ayuda para que el tabasqueño no fuera electo, dice
Los movimientos sociales de México, Ecuador y Bolivia dan esperanza al continente
Ericka Montaño Garfias (Enviada)
Guadalajara, Jal., 1º de diciembre. En México, “Estados Unidos tuvo que laborar arduamente para que su candidato (Felipe Calderón) ganara y trabajaron muy duro, porque estaban muy nerviosos. Los ponía nerviosos que López Obrador hiciera cambios en la política. Por eso es que (Jorge) Castañeda escribía artículos en Foreign Affairs pidiendo ayuda, diciendo ‘no dejen que sea electo”’, dijo el escritor y analista político Tariq Ali, quien es más conocido en el mundo como ensayista crítico que por su obra narrativa o fílmica.
“George W. Bush me ha distraído demasiado de la escritura de novelas. Tengo un nuevo libro en la cabeza, con el que terminaría la serie del Quinteto Musulmán, pero cada vez que comienzo a escribirlo pasa algo, y por eso me he dedicado a los ensayos acerca del mundo creado por Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre”, dijo.
“Quizá por eso se me conoce más como ensayista que como escritor de ficción”. Conocedor y analista de la situación en Medio Oriente, tiene además especial interés en América Latina y el movimiento bolivariano. Una de sus preocupaciones es conocer acerca de los países que visita, por eso lee todo cuanto puede, y también, en los espacios entre la lectura de periódicos, busca el tiempo para regresar a los clásicos, como Proust y Miguel de Cervantes.
En realidad “yo no pienso en mí como intelectual ni como nada. Eso es más bien la forma en la que me ve la gente. No me molesta que me digan intelectual o novelista en tanto sienta que lo estoy haciendo; en estos malos momentos digo la verdad, sobre todo en un periodo en el que las empresas de comunicación controlan todo, por lo que muchas veces no hay lugar para la verdad. Pelear contra las atrocidades que se están cometiendo es lo que realmente importa”.
Sé que esto podría parecerse a dibujar en la arena, pero es algo que se tiene que hacer, añade el cineasta nacido en Pakistán en 1943 y radicado en Londres. “Tenemos una revista que se llama The new left review que se publica también en español. Tan sólo en la página web en inglés tenemos hasta 2 millones de entradas a un solo artículo. Así que no estamos dibujando en la arena. Sí estamos haciendo algo, al tratar de crear y formar una nueva generación de jóvenes intelectuales radicales en todo el mundo”.
Habla de su trabajo como escritor: “Cuando escribí las novelas del Quinteto Musulmán no pensé que el mundo islámico se convertiría en un tema tan importante a nivel internacional. Hay quien dice que fueron visionarios pero no es lo que quería hacer, sólo quise escribirlos y disfruté haciéndolo, lo mismo que otra novela que se llama Mirrors (que se publicará el próximo año) y es sobre la caída del comunismo, lo que le hizo a los seres humanos y todas las esperanzas que destruyó”.
–Hablando del final del comunismo, ¿veremos el final de la hegemonía estadunidense?
–Así que regresamos a la política, ¿eh? –dice entre risas.
“No veo el fin del imperio, la gente lo piensa porque Estados Unidos sufre retrocesos, como el que tuvo en Vietnam, pero míralos ahora. En mi opinión es muy peligroso dejar que lo que deseamos nos domine hasta tal punto que imaginemos que es realidad, esa es una forma de pensar peligrosa.
“Creo que Estados Unidos no está en una buena condición en este momento ni interna ni económicamente, además están los retrocesos que tiene en Medio Oriente, pero es un imperio muy fuerte, es el imperio más fuerte que el mundo ha visto jamás, militarmente podría aplastar a sus opositores y en orden de protegerse a sí mismo podría hacer cosas aún más horribles que no podemos imaginar. La única manera en la que este imperio podría ser derrotado es si alguna de sus acciones provoca una reacción interna y haya rebeliones dentro de Estados Unidos.
“Por eso lo que está sucediendo en Sudamérica es extremadamente importante. La situación es muy diferente ahora: tenemos en Estados Unidos una población hispana muy grande Samuel Huntington en un ensayo decía que la población hispana es el enemigo interno, porque dice que vienen de diferentes culturas y tradiciones y hay que controlarlos, así que hay esta nueva paranoia”.
“Mira al continente, a finales de los 80 y principios de los 90 la gente pensaba que no había alternativas y surgieron esos grandes movimientos sociales como los zapatistas o aquellos contra las privatizaciones en Bolivia y en Perú; o el de indígenas en Ecuador y de repente todo el continente cambió y la gente despertó”.
Con estos movimientos sociales que permean Sudamérica hay esperanza para este continente.
“George W. Bush me ha distraído demasiado de la escritura de novelas. Tengo un nuevo libro en la cabeza, con el que terminaría la serie del Quinteto Musulmán, pero cada vez que comienzo a escribirlo pasa algo, y por eso me he dedicado a los ensayos acerca del mundo creado por Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre”, dijo.
“Quizá por eso se me conoce más como ensayista que como escritor de ficción”. Conocedor y analista de la situación en Medio Oriente, tiene además especial interés en América Latina y el movimiento bolivariano. Una de sus preocupaciones es conocer acerca de los países que visita, por eso lee todo cuanto puede, y también, en los espacios entre la lectura de periódicos, busca el tiempo para regresar a los clásicos, como Proust y Miguel de Cervantes.
En realidad “yo no pienso en mí como intelectual ni como nada. Eso es más bien la forma en la que me ve la gente. No me molesta que me digan intelectual o novelista en tanto sienta que lo estoy haciendo; en estos malos momentos digo la verdad, sobre todo en un periodo en el que las empresas de comunicación controlan todo, por lo que muchas veces no hay lugar para la verdad. Pelear contra las atrocidades que se están cometiendo es lo que realmente importa”.
Sé que esto podría parecerse a dibujar en la arena, pero es algo que se tiene que hacer, añade el cineasta nacido en Pakistán en 1943 y radicado en Londres. “Tenemos una revista que se llama The new left review que se publica también en español. Tan sólo en la página web en inglés tenemos hasta 2 millones de entradas a un solo artículo. Así que no estamos dibujando en la arena. Sí estamos haciendo algo, al tratar de crear y formar una nueva generación de jóvenes intelectuales radicales en todo el mundo”.
Habla de su trabajo como escritor: “Cuando escribí las novelas del Quinteto Musulmán no pensé que el mundo islámico se convertiría en un tema tan importante a nivel internacional. Hay quien dice que fueron visionarios pero no es lo que quería hacer, sólo quise escribirlos y disfruté haciéndolo, lo mismo que otra novela que se llama Mirrors (que se publicará el próximo año) y es sobre la caída del comunismo, lo que le hizo a los seres humanos y todas las esperanzas que destruyó”.
–Hablando del final del comunismo, ¿veremos el final de la hegemonía estadunidense?
–Así que regresamos a la política, ¿eh? –dice entre risas.
“No veo el fin del imperio, la gente lo piensa porque Estados Unidos sufre retrocesos, como el que tuvo en Vietnam, pero míralos ahora. En mi opinión es muy peligroso dejar que lo que deseamos nos domine hasta tal punto que imaginemos que es realidad, esa es una forma de pensar peligrosa.
“Creo que Estados Unidos no está en una buena condición en este momento ni interna ni económicamente, además están los retrocesos que tiene en Medio Oriente, pero es un imperio muy fuerte, es el imperio más fuerte que el mundo ha visto jamás, militarmente podría aplastar a sus opositores y en orden de protegerse a sí mismo podría hacer cosas aún más horribles que no podemos imaginar. La única manera en la que este imperio podría ser derrotado es si alguna de sus acciones provoca una reacción interna y haya rebeliones dentro de Estados Unidos.
“Por eso lo que está sucediendo en Sudamérica es extremadamente importante. La situación es muy diferente ahora: tenemos en Estados Unidos una población hispana muy grande Samuel Huntington en un ensayo decía que la población hispana es el enemigo interno, porque dice que vienen de diferentes culturas y tradiciones y hay que controlarlos, así que hay esta nueva paranoia”.
“Mira al continente, a finales de los 80 y principios de los 90 la gente pensaba que no había alternativas y surgieron esos grandes movimientos sociales como los zapatistas o aquellos contra las privatizaciones en Bolivia y en Perú; o el de indígenas en Ecuador y de repente todo el continente cambió y la gente despertó”.
Con estos movimientos sociales que permean Sudamérica hay esperanza para este continente.
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