Tuesday, February 26, 2008
Máximo responsable de la estrategia de los mensajes y la imagen del presidente Calderón, el nuevo jefe de la Oficina de la Presidencia, Gerardo Ruiz Mateos, fue corresponsable de que al PAN se le impusieran millonarias multas por las anomalías encontradas en las campañas de Fox y Calderón. Especialista en la recaudación de fondos de empresarios para llevar a la derecha a la silla presidencial, así como en la presentación de los informes correspondientes a las autoridades electorales, no pudo en ambos casos ocultar todas las irregularidades ni hacer “cuadrar” todas las cifras… Frío, duro, de difícil trato y pocas palabras, el sustituto de Juan Camilo Mouriño en la Oficina de la Presidencia, Gerardo Ruiz Mateos, no sólo ha sido uno de los hombres clave del PAN para financiar las campañas de Vicente Fox y Felipe Calderón a la Presidencia de la República, sino también uno de los causantes de que ese partido fuera multado por las autoridades electorales. Mientras que el 4 de mayo de 2004, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) impuso al PAN una multa por 399 millones 135 mil pesos originada por la intervención y operación paralela de Amigos de Fox en el financiamiento, apenas este 30 de enero el tribunal confirmó otra multa al partido, por 17 millones 182 mil 381 pesos, a consecuencia de irregularidades en los registros de donativos en especie, pagos a los medios de comunicación y colocación de espectaculares en la campaña de Felipe Calderón. Unos días antes, el 21 de enero, el propio Calderón había puesto la Oficina de la Presidencia en manos de Ruiz Mateos, célebre por su discreción y sigilo para tejer y operar redes de donadores de dinero para las campañas políticas. Aunque los panistas consultados aseguran no saber mucho de él y sus fotografías publicadas son escasas, Ruiz Mateos tuvo primero entre sus funciones centrales la de “cuadrar” el dinero que Amigos de Fox canalizaba al PAN y, luego, en la campaña de Calderón, la de usar todas sus habilidades y contactos –en 2000 fue presidente de la Unión Social de Empresarios de México (USEM), fundada por uno de los hombres más ricos del país, Lorenzo Servitje– para captar los cuantiosos recursos que los grandes empresarios destinaron a su candidato Calderón, además de preparar los reportes adecuados.En la Oficina de la Presidencia, manejada por Juan Camilo Mouriño antes de ser nombrado secretario de Gobernación, Gerardo Ruiz Mateos se desempeñaba como coordinador de Gabinetes y Proyectos Especiales. Y en la nueva estructura, Maximiliano Cortázar quedó como director de Comunicación Social de la Presidencia, en tanto que la Secretaría Particular le fue asignada a otro miembro de la cofradía calderonista: César Nava.Antes de los cambios, los tres dependían de la Oficina de la Presidencia. Tras la salida de Mouriño, rota la estructura de mando inicial y repartido en tres el territorio, Ruiz, Cortázar y Nava tienen, por separado, derecho de picaporte con Calderón, ya que en Los Pinos se pasó de una estructura de mando vertical a una horizontal, con tres cabezas.Aun cuando por la Oficina de la Presidencia ya no transitarán los empresarios, dueños de medios de comunicación, gobernadores y alcaldes que buscan audiencia con Calderón –esta atribución quedará ahora en manos de la Secretaría Particular–, sí pueden manejarse desde ahí otras zonas no menos relevantes para Calderón.Gerardo Ruiz, de acuerdo con la reestructuración publicada en el Diario Oficial de la Federación el 21 de enero, tendrá bajo su mando el manejo financiero, los resultados de las encuestas, los sondeos de opinión, la estrategia de mensajes oficiales, la imagen presidencial y el grupo de asesores del jefe del Ejecutivo. De modo que, por ejemplo, la actual campaña de spots en la radio sobre la detención de uno de los líderes del cártel de Sinaloa, Arturo Beltrán Leyva, está bajo la responsabilidad de Gerardo Ruiz, aunque en primera instancia el diseño corresponda a Alejandra Sota, una de las amigas más cercanas a Calderón.Aún más, también quedará a sus órdenes la nueva Coordinación de Opinión Pública, encabezada por Rafael Giménez Valdés, quien fue socio y director general de Análisis y Resultados en Comunicación y Opinión Pública (ARCOP), una de las más prestigiadas empresas de encuestas en México. Giménez Valdés ha estado junto a Calderón desde la precampaña, y sus conclusiones resultaron vitales para el triunfo de éste en 2006, según relata el periodista Salvador Camarena en su libro El presidente electo. Ahora Giménez se encuentra bajo las órdenes de Gerardo Ruiz, a quien el propio Salvador Camarena apenas cita un par de veces en su investigación como “un administrador nato”.
La recaudación
En la precampaña de Calderón, aún siendo miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PAN (2002-2005), Gerardo Ruiz Mateos movió sus contactos entre los empresarios para reforzar a Calderón en su batalla contra Santiago Creel, a pesar de que éste era el delfín del presidente Fox y del líder nacional panista Manuel Espino. El 26 de septiembre de 2005, el propio Ruiz Mateos aportó 214 mil 288 pesos para ayudar a Calderón en su precampaña –según consta en el recibo RM-PAN-CEN 08299, integrado a las listas de donantes manejadas por el IFE– para pagar los platillos servidos en una cena con empresarios. Esa noche, en el Casino del Bosque de Chapultepec, los calderonistas cobraron 10 mil pesos el cubierto y hubo 500 sitios disponibles. “Se arrebatan boletos para cenar con Calderón”, tituló entonces La Jornada.Al igual que en ese diario, en Reforma y El Universal se relató cómo llegaron a la cita empresarios catalogados entre los más ricos de México, como Pedro Checa, libanés del ramo inmobiliario; Salvador Padilla Cano, dedicado a la venta de joyas y funcionario de la Cruz Roja; Carlos Álvarez, de Cablemás; Ángel Lozada, de Gigante; Óscar Cáceres, de Pepsico; Marcela Arreguín, de Banamex, y Guillermo Martorell, de Farmacias del Ahorro.Al salir, Calderón festejó su acercamiento con los hombres y las mujeres del dinero. “A todos se les pidió un recibo para abonar a la transparencia”, dijo ya casi a punto de irse. Unos días antes, había ganado la primera de las tres rondas de votaciones dentro del PAN.Proceso revisó la lista de simpatizantes y militantes entregada al IFE y no aparecieron allí los personajes citados por los reporteros. Por aquellas fechas –noviembre de 2005–, Calderón iba recibiendo gradualmente el apoyo de quienes antes estaban con Creel.Al concluir una reunión con empresarios en el Club de Industriales, el 23 de noviembre de 2005, Calderón había revelado: “Les informé que se reciben donativos, que tienen que ser nominativos a nombre del PAN, y le dije a la gente que está habilitada para eso en el comité Gerardo Ruiz”.El cubierto para el desayuno costó esa vez 300 pesos y los calderonistas tuvieron cupo para unos 900 empresarios, entre quienes destacaron Lino Korrodi, creador de Amigos de Fox; Gilberto Borja, fundador de ICA; Manuel Rubiralta, expresidente y director general de Bacardí; Manuel Arango, dueño de Wal-Mart y Superama; Héctor Rangel Domene, presidente del Consejo de Administración de Bancomer, y Lorenzo Servitje, propietario de Bimbo.Los periodistas que siguieron la precampaña de Calderón mencionaron esos nombres en sus crónicas, pero en los registros que el PAN entregó al IFE la mayoría de ellos no aparecieron en calidad de donantes, como tampoco en las listas de militantes y simpatizantes. Uno que sí fue anotado, el militante Manuel Arango, dueño de Wal-Mart, donó 1 millón de pesos en efectivo, mientras que otra empresaria, María Aramburuzabala, socia mayoritaria de Grupo Modelo y esposa del embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, entregó 960 mil pesos.En su trayectoria como ejecutivo, Gerardo Ruiz fue en el año 2000 dirigente de la Unión Social de Empresarios de México (USEM), fundada por Lorenzo Servitje, acaudalado personaje vinculado a la Iglesia católica al que se atribuyen nexos con el grupo Pro-Vida que, encabezado por Jorge Serrano Limón, ha desplegado infructuosas campañas contra el uso del condón, la interrupción legal del embarazo, la distribución de la pastilla del día siguiente y la ley de sociedades de convivencia.Aunque al inicio de las precampañas por el PAN Servitje apoyó al jalisciense Alberto Cárdenas –hoy convertido en secretario de Agricultura–, luego se volcó hacia Calderón con todo su poderío. En los registros de donaciones al PAN durante el año 2006, el dueño de Bimbo entregó primero un cheque por 200 mil pesos –registrado el 16 de mayo– y más tarde, en cascada, envió cuatro remesas más hasta completar 7 millones 500 mil pesos.Una revisión detallada de los donadores del PAN muestra que Servitje no entregó ese dinero a la casa de campaña de Calderón, sino a través del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), pues de acuerdo con las reglas del IFE, de manera directa el encargado de las finanzas, Gerardo Ruiz, sólo podía aceptar y registrar una cifra que no superara el millón de pesos.Carlos Castillo Peraza, icono del panismo y mentor de Calderón, escribió en la revista interna de la USEM –afiliada a la Unión Internacional de Asociaciones Patronales Católicas (UNIPAC, por sus siglas en francés)–, donde Gerardo Ruiz hizo un diplomado en Formación Social Empresarial creado por uno de los líderes históricos del panismo: Efraín González Morfín.El fundador de Bimbo –empresa que en el primer trimestre de 2007 obtuvo ganancias por 3 mil 533 millones de pesos– también organizó la Fundación Mexicana de Desarrollo Rural (FMDR), que apoya a campesinos prestándoles asesoría técnica y administrativa. Y, en 1995, Gerardo Ruiz fue presidente de la FMDR en el Estado de México.Ambidiestro como otros panistas que con una mano operan una empresa y con otra hacen política, Gerardo Ruiz dirigió hasta septiembre de 2006 la empresa Linde Pullman de México –que no aparece en el Registro Público de la Propiedad– mientras ocupaba cargos en el CEN del PAN y recaudaba fondos para campañas políticas.Actualmente, el salario de Gerardo Ruiz es de 149 mil pesos mensuales, según los tabuladores oficiales, pero nada puede saberse de sus propiedades, cuentas bancarias y automóviles, porque no transparentó su declaración patrimonial.
Las anomalías
En su papel de encargado de los donativos en la precampaña y luego de las finanzas en la campaña, Gerardo Ruiz –quien hizo un posgrado de alta dirección en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), perteneciente al Opus Dei– nunca tuvo un papel protagónico, siempre estaba en sus oficinas y pocos recuerdan haberlo visto en los mítines de Calderón.Pero el 10 de marzo de 2006, de gira por Cuernavaca, Felipe Calderón habló de una comida que tuvo con Robert J. Dotson, socio de Coca-Cola en Guerrero y dueño de la refresquera Yoli. –¿Le pidió dinero? –preguntaron al michoacano.–El empresario –respondió Calderón– me invitó a comer, pero no me ha apoyado, aunque espero que me apoye. Hay gente de un Comité de Finanzas, que encabeza Gerardo Ruiz en la casa de campaña, quien se encarga de que los donativos recibidos sean apegados a la ley, y de personas con solvencia moral. Según el Informe sobre el origen, monto y destino de los recursos para las campañas electorales del Partido Acción Nacional entregado ante el IFE, las donaciones en efectivo hasta el 28 de junio de 2006 –unos cuantos días antes de la elección presidencial– llegaron apenas a 780 mil 285 pesos, tanto de militantes como de simpatizantes.Las sumas en este documento no convencieron al IFE, y finalmente le aplicó al PAN una multa por 17 millones 182 mil 381 pesos acusándolo de graves irregularidades.Entre las anomalías descubiertas por la Comisión de Fiscalización destacaron, por ejemplo, el hecho de que no se presentaron 72 recibos de donaciones hechas por militantes ni otros documentos relativos a simpatizantes.Además, el IFE encontró cheques que superaron el tope de aportaciones en efectivo (200 salarios mínimos) y observó que sólo se entregaron fotocopias de pautas de spots en radio. Pero una de las mayores irregularidades en la campaña presidencial consistió en que algunas veces el dinero de los militantes se inscribió en la lista de simpatizantes, y el de éstos en la lista de aquéllos. Según el IFE, no se reportaron los servicios adicionales otorgados en radio y televisión ni se aclaró la procedencia de 71 desplegados monitoreados en la prensa. No pudo el Comité de Finanzas justificar otras erogaciones importantes, como las relativas a la página en internet de Calderón, ni aparecieron nunca los reportes sobre encuestas telefónicas. Esto consta en la sentencia emitida por la Sala Superior del TEPJF, que desechó los argumentos defensivos del PAN y, contra el recurso del partido, ratificó la multa impuesta por el IFE. Para las elecciones del 2 de julio de 2006, el Comité de Finanzas estuvo integrado por el tesorero, Marcos Pérez; el consejero Gabriel Llamas y el coordinador de campañas electorales, José Luis Salas, así como por los calderonistas Noemí Valerio, Gabriela Ruiz del Rincón y Gerardo Ruiz. En su libro Me la jugué, Lino Korrodi refiere que fue en el Comité de Finanzas del PAN donde se tomó la decisión de mantener en el anonimato a los empresarios que participaron en Amigos de Fox.“Por supuesto –asienta Korrodi–, el trabajo de Amigos de Fox y del fideicomiso fue conocido por el PAN. Semanalmente se realizaban reuniones en las que la campaña era evaluada, y existía, específicamente, un Comité de Finanzas en el que participaban Gabriela Ruiz, que fungía como tesorera; Ramón Corral, secretario de Finanzas; José Luis Salas y Gerardo Ruiz Mateos, un hombre de confianza del presidente del partido, Luis Felipe Bravo Mena. Ellos aceptaron que corriéramos el riesgo de jugárnosla a la hora de asegurar la confidencialidad a quienes aportaran fondos y, además, supieron que no sólo soportamos financieramente la campaña, sino que recolectamos recursos que se emplearon a mediados de enero del año 2000, una vez que se inició la campaña.” Miembros de Amigos de Fox y panistas consultados por Proceso comentaron que, a manera de donaciones de empresarios, a la campaña de Fox ingresaron no menos de 90 millones de pesos, los cuales trataron de disfrazarse mediante supuestas rifas, concentraciones masivas, cenas privadas y hasta por la venta de Botas Fox. En este mecanismo, Gabriela Ruiz recogía los billetes y los cheques, en tanto que Gerardo Ruiz se encargaba de “cuadrar” las cuentas ante el IFE…
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