Tuesday, October 14, 2008




Poco menos de dos años después de abandonar la presidencia del IFE, Luis Carlos Ugalde decide hacer revelaciones. Un ejemplo, entre muchos: El 2 de julio de 2006, ella y Vicente Fox –quien buscó impedir a toda costa el triunfo de López Obrador e insistió en no retirar los spots de la campaña negativa–, así como el propio Felipe Calderón, lo presionaron para que anunciara prematuramente tendencias electorales en favor del michoacano. En su libro de memorias, titulado Así lo viví. Testimonio de la elección presidencial de 2006, la más competida de la historia moderna de México, de cuyo original Proceso obtuvo una copia, Ugalde se pregunta si el actual ocupante de Los Pinos pudiera haber ganado sin la intervención de Fox, los virulentos spots y las campañas inequitativas…En una selección de Alvaro Delgado, presentamos fragmentos del texto, que será publicado por la editorial Grijalbo


Poco menos de dos años después de abandonar la presidencia del IFE, Luis Carlos Ugalde decidió hacer revelaciones



Luis Carlos Ugalde/ Proceso


MEXICO, D.F., 12 DE OCTUBRE/ Eran las 10:30 de la noche del jueves 30 de octubre del 2003. Estaba con mi novia, Lía Limón, en una cena en casa de su amiga Lorena Reveles, en la colonia Del Valle de la Ciudad de México. Esa noche era particularmente relevante para mí. Al día siguiente la Cámara de Diputados elegiría y votaría a los nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral que, de acuerdo con la Constitución, fungirían en el cargo hasta el 2010.

(…) Sonó mi celular. Contesté. Del otro lado de la línea estaba Elba Esther Gordillo, coordinadora del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados.

(…) Me dijo que le daba mucho gusto informarme que “los compañeros del PRI” me querían proponer para ser presidente del IFE. (...)

–Te agradezco mucho la deferencia y, por supuesto, acepto ser considerado y votado como nuevo consejero presidente del IFE –contesté a Elba Esther. (…)

Concluida la conversación, regresé a la sala donde Lía y sus amigas continuaban disfrutando de la cena. Le pedí que nos fuéramos. (…) Mientras nos despedíamos, sonó nuevamente el celular. Una voz me dijo:

–Háblale a Roberto Madrazo, a la suite del hotel Four Season, y dile lo que le tienes que decir.

La voz anónima colgó sin dejar rastro ni señas de lo que significaba hablarle a Madrazo y decirle “lo que le tienes que decir”.

(…) Hablar con Madrazo era importante porque, en ese mes de octubre de 2003, crecía la versión de un creciente distanciamiento entre él y Elba Esther Gordillo (…) Era indispensable, por lo tanto, contar con el aval de ambos para generar confianza en el PRI.

(…) Ya en el coche, en el trayecto a mi casa, finalmente llamé al Four Seasons (…) y contestó la voz de Roberto Madrazo. “¿Qué era lo que le tenía que decir?”, pensé nuevamente. No iba a ofrecer nada a cambio (…)

–Roberto, habla Luis Carlos Ugalde. Te llamo para agradecer tu confianza para ser considerado como nuevo presidente del IFE. Ten la seguridad de que el IFE se conducirá con legalidad e imparcialidad, y que siempre existirá un canal de diálogo con todos los partidos políticos. (…)

–Muchas felicidades, Luis Carlos –dijo Madrazo antes de colgar. No sabía entonces que, tiempo después, al amparo de una interpretación legal, el PRI de Madrazo pediría al IFE y a mi persona aliviar y “facilitar” el pago de su deuda (multa de mil millones de pesos por el Pemexgate), y que la negativa a hacerlo contribuiría a sembrar la distancia.


Los recomendados *

A pesar de que, sin lograrlo, intentó influir en algunas decisiones del IFE, mi experiencia con Elba Esther Gordillo fue cordial durante esos primeros meses. Sólo años después, el 2 de julio de 2006, intentaría presionarme. Maldeciría mi nombre.

(…) Pocas semanas después de haber llegado al IFE, cuando discutíamos el nombre del nuevo secretario o secretaria ejecutiva, luego de revisar decenas de nombres hubo una candidata finalista: María del Carmen Alanís, directora de Capacitación Electoral y Educación Cívica del IFE. Poco antes de votar el nombramiento, Fernando González, yerno de Elba Esther, me llamó. Me expresó que su jefa estaba preocupada por la cercanía de Alanís con el diputado Manlio Fabio Beltrones. Temían que por medio de ella el diputado interviniera en la vida interna del instituto. (…)

Le dije a Fernando que, al margen de la cercanía de Alanís y Beltrones, la propuesta de ella era mía, no de él. Le narré que la conocía de años (…) Después de escucharme, Fernando reiteró que si nombraba a Alanís como secretaria ejecutiva habría molestia y desconfianza. “Dile a Ugalde que Alanís les va a hacer mucho daño”, habría dicho Elba Esther en esos días, según me narró Fernando tiempo después.

(…) En los primeros meses del 2005 el entonces diputado del PRI Manlio Fabio Beltrones me mandó un mensaje con el nombre de un candidato para que fuera nombrado contralor del IFE. (…) Entrevisté al enviado de Manlio Fabio. Se trataba de José Manuel Moreno Aguiñiga (…)

Avisé al recomendador que no había apoyo para la designación (…) Un amigo me dijo: “Manlio nunca olvida, cuídate”. En esta ocasión, además, había un dato muy peculiar. José Manuel Moreno Aguiñiga era concuño del diputado Beltrones. Estaba casado con Carmina Sánchez, hermana de Sylvia Sánchez, esposa de Beltrones.


Castañeda y Elba Esther

(…) (Jorge) Castañeda me platicó tiempo después que Elba Esther Gordillo “coqueteó” en varias ocasiones con la idea de que él fuera el candidato de Nueva Alianza. En 2005, según él, tanto el presidente Fox, como su esposa y Santiago Creel, secretario de Gobernación, le habían dicho a Elba Esther que Castañeda le quitaría votos al PAN y que era necesario desechar la idea. No obstante, ella jugó con la posibilidad, incluso la víspera de que (Roberto) Campa fuera postulado. No sólo eso: El 30 de mayo del 2006, a pocas semanas de la jornada electoral, Elba Esther le dijo a Castañeda por última vez que, si aceptaba la candidatura, ella quitaba a Campa. La condición implícita era que declinara a favor de Calderón antes de la jornada electoral. Castañeda podía ser un candidato exitoso, pero nada justificaría que esa candidatura afectara la candidatura del PAN.

(…) Miguel Ángel Jiménez, operador muy cercano a “la maestra”, me narró algo semejante: Castañeda había sido el candidato natural de “la maestra”, pero las encuestas mostraban que le “robaría” votos a Calderón: de acuerdo con las encuestas internas que Jiménez revisaba, generaba 6% de la intención del voto, pero le reducía votos al futuro candidato del PAN. Y por esa razón, según Jiménez, porque le restaba votos a Calderón, “la maestra” optó por la candidatura de Roberto Campa.



Fox contra AMLO

(…) Poco antes de que iniciaran las campañas presidenciales, el gobierno de Vicente Fox lanzó, en enero del 2006, una campaña masiva en radio y TV para presumir los logros de su administración. Los spots buscaban influir en el ánimo de los ciudadanos (…) Nunca se refirió a López Obrador por su nombre, pero el destinatario de sus críticas era claro.

Rubén Aguilar, vocero del presidente Fox, me platicó tiempo después que el presidente actuaba por iniciativa propia, porque estaba convencido de que había que defender su proyecto de gobierno (…)

“Fox pensaba que México no podía regresar a la época del PRI, bajo la sombra de un populista como López Obrador”. Más que un asunto de favorecer a Calderón, lo esencial era que AMLO no ganara.

“Para Fox no importaba si Calderón estaba de acuerdo o no con su estrategia. Para él lo importante era garantizar que se mantuviera su proyecto de gobierno y que AMLO no llegara a Los Pinos. Fox pensaba que era su derecho actuar y que no violaba ninguna ley al hacerlo”, me dijo Rubén Aguilar.

(…) La mañana del domingo 19 de febrero de 2006, antes de acudir al IFE para presidir la reunión en la que se aprobaría el acuerdo de neutralidad, fui a Los Pinos, motu proprio, a conversar con el presidente de la República (…) Supe, por su rostro adusto y distante, que la conversación sería álgida.

(...) Recuerdo que la primera vez que comí con él en Los Pinos, en julio del 2004, me aseguró que sería plenamente neutral en 2006.

(…) Su rostro de aquella primera comida contrastaba con el que tenía esa mañana, mientras ingresaba en la sala acompañado de Carlos Abascal, secretario de Gobernación.

Sus primeras palabras fueron de reclamo. Me dijo que no le veía sentido a esa reunión. Que acababa de leer en los periódicos que ya estaba todo listo para prohibirle hablar, decir, actuar. Si su opinión no contaba, dijo, ¿cuál era el propósito de ese encuentro? Ante su pregunta dije: “Señor presidente, al margen de que ya esté todo acordado, vengo a exponerle las razones por las cuales hemos decidido aprobar las medidas de neutralidad”. No había concluido mi primera idea cuando me interrumpió. Se quejó de que el presidente de la República no pudiera hablar ni decir lo que pensaba, incluso si atacaban a su esposa, Marta (…) Me dijo que era respetuoso de la ley y de las instituciones. Que respetaría al IFE el 2 de julio, pero me reclamó: “No se valen estas prohibiciones”.

–Señor presidente, hace seis años, como candidato opositor, usted exigió que el gobierno se mantuviera al margen de las elecciones y acusó al entonces presidente de la República y al PRI de querer organizar un fraude y manipular la elección. Me parece que para ser congruente debe usted ser sensible a las acusaciones que ahora le hacen el PRD y el PRI –le dije a Fox. Ante mi cuestionamiento, dijo que las condiciones del país eran muy diferentes: “Antes había abusos, ahora no”.

Ninguno de mis argumentos parecía convencerlo. Sus derechos políticos y su deseo de influir en el electorado le importaban más que su obligación de mantener la gobernabilidad del país.

(…) Esa mañana supe que el presidente no sería un activo para el proceso electoral y que el IFE y demás autoridades electorales tendrían que ir solos a la contienda más conflictiva de la historia moderna de México.

La interrogante central es si el conflicto después del 2 de julio es consecuencia de que las contiendas fueron inequitativas. Si Fox no hubiera hablado y los empresarios no hubieran transmitido sus spots, ¿López Obrador habría aceptado el resultado que no le favoreció? Y, más importante quizá, ¿habría ganado Felipe Calderón?


Lo que a Ugalde le faltó

Hacia las 11:40 de la noche (del 2 de julio de 2006), poco antes de entrar a la última sesión del Consejo General, cuando iba a bordo de la camioneta que me transportaba a la sala de sesiones, hablé con el presidente. La charla fue ríspida y desagradable.

–Señor presidente, como ya lo ha escuchado, la elección está tan cerrada que no pudimos anunciar quién ha ganado la elección para presidente de la República.

Esperaba una respuesta de apoyo institucional. No la hubo. Con tono seco y altivo me dijo que era una lástima que no hubiera anunciado ganador. Según él, todas las encuestas “serias” mostraban un ganador claro (…) Me dijo que estaba colocando al país en una situación de ingobernabilidad por no haber dado ganador.

En ese momento me enojé y exalté. ¡Cómo era posible que Fox le reclamara a la autoridad electoral y, con sus palabras, sugiriera como error no dar ganador! El IFE es una autoridad que da resultados si los hay, y nuestra función no era anunciar triunfos “para que hubiera gobernabilidad”, sino dar resultados, aunque éstos fueran que, con base en la información dura, todavía no había ganador. (…)

Con su tono y actitud, Fox pretendía transferirme a mí la culpa de la posible ingobernabilidad del país. Olvidaba que sus declaraciones durante las campañas habían contribuido a construir un clima conflictivo. Molesto, le dije:

–Mi función como presidente del IFE es respetar los acuerdos del Consejo General y acatar la decisión del Comité del Conteo Rápido. El comité me informó que la elección está tan cerrada que es imposible saber quién ganó. Y así lo hice.

Colgamos de manera abrupta. Yo estaba bastante molesto. Supongo que él lo estaba más.

Cuando estaba bajando de la camioneta (…) Ríos Camarena recibió en su teléfono una llamada de Elba Esther Gordillo.

–Habla Elba Esther Gordillo. Comuníqueme con Luis Carlos Ugalde –le dijo la lideresa magisterial.

–El doctor Ugalde no puede tomar la llamada, está a punto de entrar a la sesión del Consejo General.

–¡Cómo que no puede tomar la llamada! Usted no sabe quién soy.

Mientras caminábamos para ingresar a la sala de sesiones, observé a Alejandro contrariado. En ese momento no sabía con quién hablaba. Elba Esther le decía:

–Necesito hablar con él, porque está poniendo al país en una situación muy grave. Necesito hablar con él antes de que inicie la sesión.

Ríos Camarena insistió:

–No puedo comunicárselo.

La doble negativa de Alejandro enfureció a “la maestra”. Ella había sido gestora de mi elección como presidente del IFE en 2003 y en el momento más crítico de mi gestión mi secretario particular le negaba hablar conmigo. Lo insultó y le dijo que se arrepentía de haber votado por mí como presidente del IFE años antes.

–Ha sido el peor error de mi vida –dijo Elba Esther.

Alejandro cortó la llamada. (…) Eran las 11:45 de la noche. Mientras entrábamos en el salón de sesiones sentí un ambiente tenso. Muy diferente de la sesión de esa mañana. Sonó nuevamente el teléfono de Ríos Camarena.

–Necesito hablar con el consejero presidente.

Era nuevamente Elba Esther Gordillo.

–No puede tomarle la llamada –reviró Ríos Camarena.

–Dígale que le faltó valor para decir quién ganó.

(…) Tiempo después una persona que había presenciado la conversación de Elba Esther con mi secretario particular me narró que estaba furiosa. Quería que anunciara que Calderón había ganado. Al colgar (…) habría dicho:

–Le faltaron huevos a Ugalde.


La incongruencia de Calderón

(Ese mismo 2 de julio, antes de que Ugalde hablara con Fox, Ríos Camarena había contestado otra llamada.)**

(Ríos Camarena) me dijo: “Felipe Calderón quiere hablar contigo”. Hice una exclamación silenciosa con los brazos, en tono de rechazo. (…) Todas las reglas eran conocidas y estaban a la vista. (...)

–El doctor Ugalde no está tomando llamadas de ningún candidato –contestó de manera inmediata Ríos Camarena, al observar mi reacción. Del otro lado de la línea insistían en que Calderón quería hablar conmigo.

–Lo lamento –dijo Ríos Camarena–, es una decisión tomada hace días y no hablará con ningún candidato. Desde las 4 de la tarde Felipe Calderón tenía la certeza de que había ganado la elección, y quería que el presidente del IFE lo anunciara (…) Sin embargo, partía de un error. Efectivamente, iba literalmente arriba en la mayoría de las encuestas de salida, pero la distancia que lo separaba era tan pequeña que el conteo rápido sería insuficiente para determinar, con plena certeza, que el candidato del PAN era el triunfador esa noche.

(Durante la campaña, cuando el TEPJF ordenó al IFE suspender los spots donde se calificaba a López Obrador como “un peligro para México”, Calderón también había hablado telefónicamente con Ugalde.)

Argumentó que si el IFE los prohibía (los spots), se estaría limitando la libertad de expresión y se daría un golpe a la democracia. Su tono de voz reflejaba molestia. Expresó que era inadmisible que los consejeros cediéramos frente a las pretensiones del PRD. Me dijo que tenía derecho a decir lo que pensaba, y que el IFE no se lo podía prohibir. (…)

Le dije que la señal del Tribunal Electoral era muy clara. “Los magistrados quieren que se detengan las campañas negativas. Si no lo hacemos nosotros –explicaba–, lo harán ellos, y yo no puedo permitir que el IFE sea omiso frente a un mensaje claro de los magistrados”. (…)

El tono de la charla era áspero. Calderón insistía en que no teníamos derecho a retirar sus spots.

–Lo lamento mucho, pero mi voto es a favor del retiro de los spots y no lo cambiaré –reiteré al candidato del PAN.

Con el paso del tiempo he recordado varias veces esa conversación. He reflexionado sobre el contraste entre el Felipe Calderón que como candidato era defensor de la libertad de expresión, a costa de lo que fuera, y el Felipe Calderón que como presidente publicó una reforma constitucional, en noviembre de 2007, que prohíbe el tipo de publicidad política que él mismo empleó contra AMLO y que defendió ante mí en abril de 2006.

(El 28 de agosto de 2007, por la noche, Ugalde se reunió con el presidente Calderón.)

Sabía que, dadas las posturas claras de los actores, PRD y Manlio Fabio Beltrones (PRI), la decisión final (de remover a los consejeros) dependía de él y de su partido. (…) En contraste con la última vez que habíamos conversado, ahora lo notaba dubitativo y ambivalente.

(…) Mientras yo hablaba, observaba su gesticulación y su actitud. Se veía preocupado. Antes de entrar en su oficina esperaba una ratificación de su promesa de diciembre de 2006, de que defendería la independencia del instituto (…)

–Presidente, mi cargo me obliga a defender al IFE. No es correcto ni bueno para el país que para lograr una reforma fiscal y lograr una aparente reconciliación nacional, ficticia y pasajera, se sacrifique al IFE y a sus consejeros. Esperaba que el presidente me atajara para decirme que defendería al IFE. Esperaba que el Calderón demócrata que yo recordaba saliera a darme la garantía de que cuidaría a las instituciones. Esperaba la empatía del jefe del Estado mexicano. Esperé en vano (…)

* Cabezas intermedias, de Proceso

** Observaciones entre paréntesis y en cursivas, de Proceso


CASTAÑEDA GUTMAN: DE ESPÍA CARIBEÑO A "AVIADOR" DE LA UNAM




LA LUPA POLÍTICA


POR ALFREDO JALIFE-RAHME
(Exclusivo para Voces del Periodista)



El ex canciller Don Jorge Castañeda, traicionado por su hijo.

Por lo visto no ha sido un buen mes para el exhibicionista locuaz Jorge Castañeda Gutman, quien fue descubierto en una parte del abrumador lado oscuro de su polémica personalidad que desconocía la opinión pública, primordialmente debido al encubrimiento del putrefacto "viejo régimen" y a la desmedida cobertura que siempre le proporcionaron los multimedia locales sin el menor juicio crítico.

Quien esto escribe ya sabía las andanzas de multiespía de Castañeda Gutman, a lo cual nos referiremos en la parte final de este escrito y lo que más me ha impactado de los descubrimientos de su macabra personalidad es que haya sido expulsado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM después de haber sido detectado como un vulgar "aviador"; es decir, devengaba un salario por el que no cumplía, lo cual contravienen la mas mínima ética académica de cualquier profesor que se respete.

Ya le habíamos descubierto al doblemente espía y aviador Castañeda Gutman las inconsistencias de su supuesta carrera académica con la que el putrefacto viejo régimen, carente de rigor y de recursos humanos ad hoc, cuando supuestamente realizó en París estudios muy mediocres de "Historia de la Economía", ya ni siquiera Economía ni Historia, sino una vulgar materia de pasatiempo que supuestamente realizó como maestría el mismo año del que alardea haberse doctorado -lo cual es imposible en un sistema tan estricto como el francés.

Inclusive, alguno de sus compañeros cuando realizó la licenciatura de Sociología en la UNAM nos comentan que en realidad nunca fue un buen estudiante, sino que la materia que llevaba más que Sociología era "Ociología", lo cual encubría con una memoria privilegiada que le permitía dominar muy bien el inglés y el francés, que conoce mucho mejor que el español, lo cual es ostensible al mínimo escrutinio de sus aburridos y onanistas artículos, en los que se pasa auto-alabándose y denigrando a rivales superiores a él.

Pero mas grave aún que haber sido atrapado como un vulgar aviador, como lo exhibió espléndidamente el columnista Julio Hernández López de La Jornada, fue que haya ido a amenazar con las peores imprecaciones al director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Pérez Correa, quien no se espanta de cualquier vampiro después de haber sido subsecretario de Gobernación.

Desde luego que conocemos otras anécdotas nada edificantes sobre la presunta personalidad psicopatológica de Castañeda Gutman, quien compensa su presunto complejo de inferioridad mediante una conducta permanentemente megalomaniaca y que, por lo visto ha seducido a varios "apantalla-bobos", como suelen decir magistralmente los franceses, ya que el doblemente espía y aviador Castañeda Gutman no resiste el más mínimo análisis de rigor académico. Nos viene a la mente un libro que escribió con Robert Pastor (yerno de Robert Mac Namara) de título Los Límites de la Amistad en referencia a la relación bilateral de México con Estados Unidos.

Sobra señalar que años más tarde el mismo Castañeda Gutman había desbancado todos los límites inimaginables cuando prácticamente, desde su paso fugaz por la cancillería foxiana aciaga, deseaba convertir a México en una franquicia texana, aparte de haber propuesto la venta del petróleo mexicano a los fondos de pensiones de California.

Poco se sabe -sobre lo que no vamos a ahondar sino solo referir tangencialmente por el momento-, de la triple alianza que se fraguó en París bajo la sombra del Partido Socialista Francés entre el bribón Jacques Attali (atrapado en un fraude en el Banco de Reconstrucción Europeo), el siniestro Joseph-Marie Córdoba Montoya (presunto autor intelectual de los asesinatos de Colosio y el cardenal Posadas Ocampo) y el mismo Castañeda Gutman, quien seguramente sabe demasiado de varios asesinatos por los que debería ser citado a declarar en caso de existir una PGR solvente (que no es el caso por desgracia). Pero algún día se sabrá, como ahora se sabe casi treinta año después de las andanzas juveniles de Castañeda Gutman, quien bajo la sombra de su padre, una verdadera personalidad de la diplomacia pero muy ingenuo y débil de carácter frente a sus hijos, se consagró a extraer documentos sensibles de la seguridad nacional mexicana para proporcionárselos a la DGI cubana.

Quien ha de estar temblando es el medio hermano de Castañeda Gutman, el ruso-venezolano nacionalizado mexicano, Andrés Rozental Gutman, quien no solamente tiene varios cadáveres en el clóset (mejor dicho en el Río Támesis , donde se descubrió un cadáver que le es adjudicado presuntamente cuando era "embajador" de México en Gran Bretaña), sino que también, nos comentan, que nada menos que el poeta galardonado con el premio Nobel de literatura Octavio Paz, lo calificaba como el "joven KGB", ya que al parecer, insiste nuestras fuentes, gran parte de los secretos diplomáticos mexicanos eran transmitidos por Rozental Gutman a la URSS, como tributo genético a su madre rusa (la misma madre de Castañeda Gutman) y que deja a relucir la presunta conducta de su degeneración sexual, en caso de resultar ciertas las aseveraciones propaladas por sus incontables enemigos en la esfera cupular del poder.

Como notarán los dilectos lectores, quien esto escribe se pudiera consagrar a redactar la enciclopedia de la infamia en México de los hermanos Gutman, tanto Castañeda como Rozental, pero tampoco desperdiciamos nuestro tiempo con tantos eventos trascendentales en el radar geoestratégico por analizar.

Antes de abordar la labor de socavamiento de la seguridad nacional de Castañeda Gutman, hecho irresponsablemente canciller por el locuaz Fox, quien debió conocer la ficha criminalística de los servicios de seguridad del Estado mexicano, es justo recordar algunos eventos que siempre marcaron a Castañeda Gutman como un multiespía anti-mexicano.


Castañeda, espía locuaz
y exhibiocinista.


En una ocasión, el entonces presidente López Portillo citó a su entonces canciller Jorge Castañeda y Álvarez De la Rosa para hacerle escuchar algunas grabaciones telefónicas que demostraban el espionaje de su hijo Castañeda Gutman (no de su hijastro Castañeda Rozental). Al finalizar la escucha, estupefacto el padre y padrastro de los Gutman, rubicundo y humillado presentó su renuncia que le fue rechazada por el entonces presidente quien lo conminó a vigilar mejor la cancillería y su hogar.

En una ocasión, el ex embajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe Pierce, me invitó a presentar su voluminoso libro En el Filo, junto al entonces senador por el PAN Carlos Medina Plascencia (a quien sus enemigos le llaman "Placenta" por ser producto del "pelón" y del "barbón" ) y el castañedista Rafael Fernández de Castro, director de las Relaciones Internacionales del ITAM y miembro del Consejo Consultivo del Instituto de Migración que preside la "Ceci" Romero (suegra de César Nava Vázquez, el secretario muy particular de Felipe Calderón). Cuando quien esto escribe aludió a una de las páginas del libro revisado que versaba sobre Castañeda Gutman y su espionaje a favor de la CIA, el castañedista Fernández de Castro -por cierto, atrapado por plagio en el ITAM- lo defendió con capa pero sin espada ya que tuvo que salir abucheado del recinto universitario donde se presentaba el libro cuando éste servidor leyó la página textualmente.

Recuerdo que me volteé a ver al senador Medina P., para exigirle una investigación de parte del Senado de la República ante tan grave acusación de parte de un ex embajador de México. Naturalmente que el foxiano Medina P. se hizo el occiso para encubrir, como todo el gabinete foxiano, al multiespía Castañeda Gutman.

Más aún, en las embajadas árabes e islámicas de México se daba por asentado que Castañeda Gutman era un espía del Mossad. ¿Será?

Para finalizar, el extraordinario reportaje del periódico El Universal -"Jorge Castañeda-De traidor a la patria a canciller" por Juan Arvizu- ha puesto a la luz pública lo que muchos sabíamos, y por lo que no haremos leña personal del árbol caído.

Arvizu destaca que "desde 1979 y por más de tres años, Castañeda Gutman espió para Cuba. Tras tachar de ‘estúpidos’ a los líderes del régimen al que servía rompe con ellos. A su paso por la cancillería destruye los puentes diplomáticos entre México y la isla".

El expediente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la antecesora del CISEN, comprende los años de 1979 a 1985: es decir, de solamente seis años, ¿Qué no habrán hecho los hermanos Gutman después? ¿Cómo poder saberlo?

Al parecer, el siempre arrogante Castañeda Gutman tildó a sus antiguos amos de la DGI de "estúpidos", un epíteto que usa con suma frecuencia para denostar a quienes no le hacen caso como si él fuese un genio inmerecido en toda la Vía Láctea. De sus andanzas posteriores a 1985, en abril del 2002 cuando Fox se portó de manera majadera en su carácter de anfitrión con Fidel Castro, éste último nos regaló con algunas luces al señalar que "el señor Castañeda se dedicó a intrigar y a conspirar contra Cuba". ¿Puede una personalidad tan psicopática y abrumada de venganzas por cobrar como el multiespía Castañeda Gutman, ser nombrado canciller por un día siquiera en un país serio?

Aquí cabe resaltar la corresponsabilidad del locuaz Fox, quien encubrió la ficha criminalística del multiespía Castañeda Gutman realizada por los servicios de seguridad nacional del país. En realidad. Castañeda Gutman, lleva 54 años de edad traicionando al país: desde que nació. No es nada nuevo.

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