El narco, hasta en los confines de Europa
ALEJANDRO GUTIéRREZ
"Este texto viene publicado en el número 1678 de la revista Proceso, que está en circulación".
Con operaciones detectadas en 38 países, varios cárteles latinoamericanos han hecho de África un puente para introducir droga e Europa, principalmente a través de la península ibérica; estas organizaciones criminales, sobre todo las mexicanas, por sí mismas son un riesgo de seguridad regional para la Unión Europea, al margen de sus alianzas con los capos colombianos.
Madrid.- Entre las islas Azores y las costas de Portugal, en el Atlántico, un buque del Servicio de Vigilancia Aduanera de España interceptó al barco Oceanía cuando le restaban cuatro días de navegación para desem¬barcar en las costas de Galicia las cuatro toneladas de cocaína que traía de América. Era julio de 2007 y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) había advertido a España que el cargamento era propiedad de cárteles colombianos y mexicanos.
Aunque esto confirmó las alianzas que han tejido los grupos del crimen organizado de ambos países en su invasión a Europa, a través de rutas que utilizan sobre todo las costas de África, los narcotraficantes mexicanos han logrado incursionar en ese mercado de forma autónoma y se han constituido por sí mismos en un problema de seguridad para la Unión Europea.
Por ejemplo, en la actualidad, la Policía Nacional española trabaja con la Procuraduría General de la República (PGR) en la investigación del reciente envío de más de 150 kilogramos de cocaína camuflada en un contenedor lleno de envases de frutos en polvo, que procedía de México y que arribó a una zona industrial de Madrid, según una ficha policial a la que tuvo acceso Proceso. En su venta al menudeo en las calles de España, apunta el documento, esa droga valdría 13.4 millones de euros.
La incesante expansión de los cárteles mexicanos en el mundo -que ya operan en 38 países, incluyendo varios de Europa, África y Medio Oriente- provoca "gran preocupación" entre autoridades de España, Alemania e Italia, no sólo por el grado de violencia y los niveles de infiltración entre las autoridades responsables de su combate en México, sino por su creciente presencia en Europa, propiciada por la "debilidad relativa de la economía de los Estados Unidos", revela Edgardo Buscaglia, director del Centro de Desarrollo Económico y Derecho Internacional y miembro del Hoover Institution, ambos de la Universidad de Stanford.
Buscaglia dice haber recibido de viva voz la preocupación de algunas autoridades de los tres países y de funcionarios de la Unión Europea, por el impacto que este escenario "corrosivo" del narco mexicano pueda causar en Europa.
"No olvidemos que México tiene inversiones de 2 mil 700 empresas españolas, y lo más probable es que alguna ya haya sido infiltrada de manera significativa por el narco para facilitar su objetivo de traficar drogas o lavar sus recursos, lo cual obliga a México a tener más interacción con las empresas europeas para prevenirlas del modus operandi de los cárteles", considera el también catedrático del ITAM.
Y si bien a nivel diplomático "todavía se muestra apoyo" a las acciones del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico, "en contactos más cercanos, los funcionarios judiciales y de inteligencia europeos expresan su gran preocupación por la crisis de seguridad en México y por la presencia cada vez mayor de los cárteles mexicanos en muchos países fuera de América, como en África, en asociación con los colombianos, para seguir penetrando el mercado europeo", advierte.
Contacto en África
El pasado viernes 19, Buscaglia participó como ponente junto con Samuel González, exfiscal en la PGR y asesor de Naciones Unidas, en un curso sobre terrorismo y delincuencia organizada global con la Fundación Helsinki-España. Ahí abordó estos temas con miembro de la Audiencia Nacional y con un asesor del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Un diplomático mexicano que conoce los entresijos de la relación con España y otros países europeos, y que solicitó el anoni-
mato, asegura que "esa preocupación aún es limitada, porque en Europa no acaban de dimensionar el problema que tienen con las drogas. Incluso, miembros de la inteligencia española erróneamente creen que el narcotráfico americano no es problema suyo, pero tarde o temprano acabará siéndolo".
Sin embargo, luego de sus encuentros con jueces y funcionarios españoles, Buscaglia dice en entrevista que "hay un reconocimiento de que la frontera con África es ya un problema de seguridad nacional para España y de seguridad regional para la Unión Europea", justo por el tema del tráfico de personas y de drogas, aunque "los fiscales, los jueces y la policía española tienen limitadas posibilidades de detener ese tsunami por la relativa ausencia de cooperación internacional" con las autoridades del norte y de la costa oeste de África.
El pasado 28 de octubre, el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio María Costa, advirtió que "África occidental corre el riesgo de convertirse en epicentro del tráfico de drogas y de la corrupción que conlleva", en su objetivo de alcanzar el mercado europeo.
Durante una conferencia de alto nivel sobre el tráfico de drogas con autoridades de los países africanos, celebrada en Praia, Cabo Verde, el especialista advirtió que el narcotráfico está "transformando a la Costa de Oro en la Costa de la Coca".
En su comparecencia presentó su informe Tráfico de droga, un tema de seguridad para África Occidental, el cual destaca el fallido intento por introducir 700 kilos de cocaína a Sierra Leona, en un avión con emblemas falsos de la Cruz Roja. Los ocho tripulantes y personal de apoyo de la mafia colombo-mexicana fueron detenidos (Proceso 1662).
En el operativo, que atrajo la atención de la ONU, la DEA e Interpol, aprehendieron a los mexicanos Gerardo Quintana Pérez y Leonardo Fernández Bustamante, además de a varios colombianos, venezolanos, estadunidenses y africanos, cuando trataban de huir a Guinea Conakry. Es frecuente encontrar narcotraficantes de distintos países en estas operaciones ilegales, y en la que los mexicanos tienen una participación, dice el diplomático mexicano consultado.
Se estima que 90% de la droga que ingresa al mercado europeo lo hace por África. Anualmente, por lo menos 50 toneladas de cocaína llegan a países como Guinea Bissau, Sierra Leona o Ghana. Ya en las calles europeas alcanzan un valor de alrededor de 2 mil millones de dólares, señala el informe de Naciones Unidas.
La droga llega en grandes cargamentos en vuelos trasatlánticos ilegales o en buques nodriza, para después ser transportada a España o Portugal en cargas pequeñas en embarcaciones de carga, de pesca o veleros turísticos. Buena parte arriba a Barcelona o a las costas de Galicia, principalmente a puertos como Vigo o Pontevedra, o bien por medio de vuelos rasantes desde Marruecos hasta Andalucía o Extremadura, donde se utilizan pequeñas pistas para el aterrizaje, según el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de la Guardia Civil, que opera en las costas de Andalucía y las Canarias.
La asistencia brindada por los africanos es pagada con cocaína, lo que no sólo ha incrementado el consumo en la región, sino que ha creado rutas adicionales de tráfico hacia las principales ciudades europeas. Una de las formas es mediante el uso de "mulas" que se trasladan en vuelos comerciales de Guinea Conakry, Malí, Nigeria y Senegal, con destino a Francia, España y Reino Unido, principalmente. Desde 2004, han sido decomisadas 3.4 toneladas de cocaína en estos vuelos comerciales y han sido detenidos mil 357 "correos" o "mulas", según Naciones Unidas.
Una muestra del crecimiento del fenómeno del tráfico de Latinoamérica a Europa es que las incautaciones de droga se han duplicado cada año: de mil 323 kilogramos decomisados en 2005 pasaron a 3 mil 161 en 2006 y a 6 mil 458 kilogramos en 2007, apunta el informe.
Esta es sólo "la punta del iceberg", dice Antonio María Costa, porque la policía africana está mal equipada para hacer frente a la amenaza. Además, "los fiscales y jueces carecen de pruebas o de voluntad para acusar ante la justicia a delincuentes poderosos que cuentan con amigos también poderosos".
Presión compartida
En Washington, el subadministrador adjunto de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Joseph T. Rannazzisi, declaró al Comité de Finanzas del Senado que la expansión de los cárteles mexicanos ha llegado a África y Medio Oriente, para adquirir sustancias químicas para la producción de drogas sintéticas, escribió el corresponsal Jesús Esquivel, en la agencia Apro.
A partir de la confiscación de cargamentos de precursores químicos en la primera mitad del año, la DEA se percató de que existen "esfuerzos comunes y concertados" entre organizaciones mexicanas y colombianas para establecer contactos en esas regiones con el propósito de obtener esas sustancias químicas.
En la operación denominada "Flujo de Cristal", la agencia antidrogas detectó lazos del narco mexicano en la República Democrática del Congo, Ghana, Mozambique, Somalia, Nigeria, Burundi y Sudán, en África; y también en el Medio Oriente, en Siria, Irán, Irak y los Emiratos Árabes Unidos.
Desde hace dos años, la DEA estableció que Europa recibe 80% de la droga que no llega al mercado estadunidense, hacia donde han volteado los cárteles colombianos y mexicanos que utilizaban principalmente puertos en la península ibérica, pero también en Reino Unido, Holanda y Bélgica.
Además, la DEA registra desde 1990 el trasiego de cantidades limitadas de droga al mercado europeo desde aeropuertos mexicanos, principalmente del Distrito Federal y de Cancún, lo que se refleja en el registro de detenciones en los aeropuertos europeos, principalmente en el de Barajas, en Madrid, y del Prat, en Barcelona. Hasta julio pasado, había 305 mexicanos detenidos en España (más de 270 de ellos por delitos contra la salud); otros 50 están en cárceles del Reino Unido, 30 en Alemania y siete en Italia. En España, 60% de los detenidos está sentenciado y el resto en proceso, según datos de las autoridades penitenciarias del país.
Los alcances de las operaciones del narco mexicano incluyen operaciones financieras, como ejemplifica el desmembramiento en Barcelona de una célula relacionada con Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Coronel, que logró blanquear 236 millones de euros. La investigación, que lleva ya casi cuatro años y en la que participaron autoridades de España, Estados Unidos y México, es el segundo caso de lavado de dinero de mayor importancia después de la llamada Operación Ballena Blanca, realizada en la costa de Mallorca.
En 2008, José Arturo Ponce Medina, supuesto operador financiero del líder minero Napoleón Gómez Urrutia, fue pedido en extradición por España a México como presunto implicado. El procedimiento está aún pendiente de resolver por parte de México.
Ante tal expansión del narco, Edgardo Buscaglia sostiene que los gobiernos de México y la Unión Europea tienen el reto de "meter más presión" a la cooperación mutua no sólo en el ámbito policiaco, sino en el judicial y el de inteligencia, "para desmantelar las redes patrimoniales y financieras de los cárteles mexicanos en esos 38 países, como lo posibilita la convención de Palermo".
También considera que debe haber avances firmes en el combate "a la corrupción política y su vínculo con la delincuencia organizada", que es un tema pendiente en México, "hueco que aún lo coloca en un modelo típico de los países subsaharianos de África".
Con operaciones detectadas en 38 países, varios cárteles latinoamericanos han hecho de África un puente para introducir droga e Europa, principalmente a través de la península ibérica; estas organizaciones criminales, sobre todo las mexicanas, por sí mismas son un riesgo de seguridad regional para la Unión Europea, al margen de sus alianzas con los capos colombianos.
Madrid.- Entre las islas Azores y las costas de Portugal, en el Atlántico, un buque del Servicio de Vigilancia Aduanera de España interceptó al barco Oceanía cuando le restaban cuatro días de navegación para desem¬barcar en las costas de Galicia las cuatro toneladas de cocaína que traía de América. Era julio de 2007 y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) había advertido a España que el cargamento era propiedad de cárteles colombianos y mexicanos.
Aunque esto confirmó las alianzas que han tejido los grupos del crimen organizado de ambos países en su invasión a Europa, a través de rutas que utilizan sobre todo las costas de África, los narcotraficantes mexicanos han logrado incursionar en ese mercado de forma autónoma y se han constituido por sí mismos en un problema de seguridad para la Unión Europea.
Por ejemplo, en la actualidad, la Policía Nacional española trabaja con la Procuraduría General de la República (PGR) en la investigación del reciente envío de más de 150 kilogramos de cocaína camuflada en un contenedor lleno de envases de frutos en polvo, que procedía de México y que arribó a una zona industrial de Madrid, según una ficha policial a la que tuvo acceso Proceso. En su venta al menudeo en las calles de España, apunta el documento, esa droga valdría 13.4 millones de euros.
La incesante expansión de los cárteles mexicanos en el mundo -que ya operan en 38 países, incluyendo varios de Europa, África y Medio Oriente- provoca "gran preocupación" entre autoridades de España, Alemania e Italia, no sólo por el grado de violencia y los niveles de infiltración entre las autoridades responsables de su combate en México, sino por su creciente presencia en Europa, propiciada por la "debilidad relativa de la economía de los Estados Unidos", revela Edgardo Buscaglia, director del Centro de Desarrollo Económico y Derecho Internacional y miembro del Hoover Institution, ambos de la Universidad de Stanford.
Buscaglia dice haber recibido de viva voz la preocupación de algunas autoridades de los tres países y de funcionarios de la Unión Europea, por el impacto que este escenario "corrosivo" del narco mexicano pueda causar en Europa.
"No olvidemos que México tiene inversiones de 2 mil 700 empresas españolas, y lo más probable es que alguna ya haya sido infiltrada de manera significativa por el narco para facilitar su objetivo de traficar drogas o lavar sus recursos, lo cual obliga a México a tener más interacción con las empresas europeas para prevenirlas del modus operandi de los cárteles", considera el también catedrático del ITAM.
Y si bien a nivel diplomático "todavía se muestra apoyo" a las acciones del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico, "en contactos más cercanos, los funcionarios judiciales y de inteligencia europeos expresan su gran preocupación por la crisis de seguridad en México y por la presencia cada vez mayor de los cárteles mexicanos en muchos países fuera de América, como en África, en asociación con los colombianos, para seguir penetrando el mercado europeo", advierte.
Contacto en África
El pasado viernes 19, Buscaglia participó como ponente junto con Samuel González, exfiscal en la PGR y asesor de Naciones Unidas, en un curso sobre terrorismo y delincuencia organizada global con la Fundación Helsinki-España. Ahí abordó estos temas con miembro de la Audiencia Nacional y con un asesor del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Un diplomático mexicano que conoce los entresijos de la relación con España y otros países europeos, y que solicitó el anoni-
mato, asegura que "esa preocupación aún es limitada, porque en Europa no acaban de dimensionar el problema que tienen con las drogas. Incluso, miembros de la inteligencia española erróneamente creen que el narcotráfico americano no es problema suyo, pero tarde o temprano acabará siéndolo".
Sin embargo, luego de sus encuentros con jueces y funcionarios españoles, Buscaglia dice en entrevista que "hay un reconocimiento de que la frontera con África es ya un problema de seguridad nacional para España y de seguridad regional para la Unión Europea", justo por el tema del tráfico de personas y de drogas, aunque "los fiscales, los jueces y la policía española tienen limitadas posibilidades de detener ese tsunami por la relativa ausencia de cooperación internacional" con las autoridades del norte y de la costa oeste de África.
El pasado 28 de octubre, el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio María Costa, advirtió que "África occidental corre el riesgo de convertirse en epicentro del tráfico de drogas y de la corrupción que conlleva", en su objetivo de alcanzar el mercado europeo.
Durante una conferencia de alto nivel sobre el tráfico de drogas con autoridades de los países africanos, celebrada en Praia, Cabo Verde, el especialista advirtió que el narcotráfico está "transformando a la Costa de Oro en la Costa de la Coca".
En su comparecencia presentó su informe Tráfico de droga, un tema de seguridad para África Occidental, el cual destaca el fallido intento por introducir 700 kilos de cocaína a Sierra Leona, en un avión con emblemas falsos de la Cruz Roja. Los ocho tripulantes y personal de apoyo de la mafia colombo-mexicana fueron detenidos (Proceso 1662).
En el operativo, que atrajo la atención de la ONU, la DEA e Interpol, aprehendieron a los mexicanos Gerardo Quintana Pérez y Leonardo Fernández Bustamante, además de a varios colombianos, venezolanos, estadunidenses y africanos, cuando trataban de huir a Guinea Conakry. Es frecuente encontrar narcotraficantes de distintos países en estas operaciones ilegales, y en la que los mexicanos tienen una participación, dice el diplomático mexicano consultado.
Se estima que 90% de la droga que ingresa al mercado europeo lo hace por África. Anualmente, por lo menos 50 toneladas de cocaína llegan a países como Guinea Bissau, Sierra Leona o Ghana. Ya en las calles europeas alcanzan un valor de alrededor de 2 mil millones de dólares, señala el informe de Naciones Unidas.
La droga llega en grandes cargamentos en vuelos trasatlánticos ilegales o en buques nodriza, para después ser transportada a España o Portugal en cargas pequeñas en embarcaciones de carga, de pesca o veleros turísticos. Buena parte arriba a Barcelona o a las costas de Galicia, principalmente a puertos como Vigo o Pontevedra, o bien por medio de vuelos rasantes desde Marruecos hasta Andalucía o Extremadura, donde se utilizan pequeñas pistas para el aterrizaje, según el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de la Guardia Civil, que opera en las costas de Andalucía y las Canarias.
La asistencia brindada por los africanos es pagada con cocaína, lo que no sólo ha incrementado el consumo en la región, sino que ha creado rutas adicionales de tráfico hacia las principales ciudades europeas. Una de las formas es mediante el uso de "mulas" que se trasladan en vuelos comerciales de Guinea Conakry, Malí, Nigeria y Senegal, con destino a Francia, España y Reino Unido, principalmente. Desde 2004, han sido decomisadas 3.4 toneladas de cocaína en estos vuelos comerciales y han sido detenidos mil 357 "correos" o "mulas", según Naciones Unidas.
Una muestra del crecimiento del fenómeno del tráfico de Latinoamérica a Europa es que las incautaciones de droga se han duplicado cada año: de mil 323 kilogramos decomisados en 2005 pasaron a 3 mil 161 en 2006 y a 6 mil 458 kilogramos en 2007, apunta el informe.
Esta es sólo "la punta del iceberg", dice Antonio María Costa, porque la policía africana está mal equipada para hacer frente a la amenaza. Además, "los fiscales y jueces carecen de pruebas o de voluntad para acusar ante la justicia a delincuentes poderosos que cuentan con amigos también poderosos".
Presión compartida
En Washington, el subadministrador adjunto de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Joseph T. Rannazzisi, declaró al Comité de Finanzas del Senado que la expansión de los cárteles mexicanos ha llegado a África y Medio Oriente, para adquirir sustancias químicas para la producción de drogas sintéticas, escribió el corresponsal Jesús Esquivel, en la agencia Apro.
A partir de la confiscación de cargamentos de precursores químicos en la primera mitad del año, la DEA se percató de que existen "esfuerzos comunes y concertados" entre organizaciones mexicanas y colombianas para establecer contactos en esas regiones con el propósito de obtener esas sustancias químicas.
En la operación denominada "Flujo de Cristal", la agencia antidrogas detectó lazos del narco mexicano en la República Democrática del Congo, Ghana, Mozambique, Somalia, Nigeria, Burundi y Sudán, en África; y también en el Medio Oriente, en Siria, Irán, Irak y los Emiratos Árabes Unidos.
Desde hace dos años, la DEA estableció que Europa recibe 80% de la droga que no llega al mercado estadunidense, hacia donde han volteado los cárteles colombianos y mexicanos que utilizaban principalmente puertos en la península ibérica, pero también en Reino Unido, Holanda y Bélgica.
Además, la DEA registra desde 1990 el trasiego de cantidades limitadas de droga al mercado europeo desde aeropuertos mexicanos, principalmente del Distrito Federal y de Cancún, lo que se refleja en el registro de detenciones en los aeropuertos europeos, principalmente en el de Barajas, en Madrid, y del Prat, en Barcelona. Hasta julio pasado, había 305 mexicanos detenidos en España (más de 270 de ellos por delitos contra la salud); otros 50 están en cárceles del Reino Unido, 30 en Alemania y siete en Italia. En España, 60% de los detenidos está sentenciado y el resto en proceso, según datos de las autoridades penitenciarias del país.
Los alcances de las operaciones del narco mexicano incluyen operaciones financieras, como ejemplifica el desmembramiento en Barcelona de una célula relacionada con Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Coronel, que logró blanquear 236 millones de euros. La investigación, que lleva ya casi cuatro años y en la que participaron autoridades de España, Estados Unidos y México, es el segundo caso de lavado de dinero de mayor importancia después de la llamada Operación Ballena Blanca, realizada en la costa de Mallorca.
En 2008, José Arturo Ponce Medina, supuesto operador financiero del líder minero Napoleón Gómez Urrutia, fue pedido en extradición por España a México como presunto implicado. El procedimiento está aún pendiente de resolver por parte de México.
Ante tal expansión del narco, Edgardo Buscaglia sostiene que los gobiernos de México y la Unión Europea tienen el reto de "meter más presión" a la cooperación mutua no sólo en el ámbito policiaco, sino en el judicial y el de inteligencia, "para desmantelar las redes patrimoniales y financieras de los cárteles mexicanos en esos 38 países, como lo posibilita la convención de Palermo".
También considera que debe haber avances firmes en el combate "a la corrupción política y su vínculo con la delincuencia organizada", que es un tema pendiente en México, "hueco que aún lo coloca en un modelo típico de los países subsaharianos de África".
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