Sunday, April 04, 2010


Amenazas a la soberanía energética

Acusa a la empresa de tratar de pulverizar la nación y deslegitimar su sistema jurídico

Correa plantea frente común de Unasur contra Chevron, enemiga de Ecuador

Un tribunal ordenó a Quito pagar 700 mdd a la firma; es una monstruosidad, dice el presidente

Periódico La Jornada
Domingo 4 de abril de 2010, p. 3

Quito, 3 de abril. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, anunció este sábado que propondrá a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) crear un frente común contra las trasnacionales como la estadunidense Chevron, a la que acusó de intentar pulverizar a su país.

Correa calificó de escandaloso un laudo arbitral emitido por un tribunal internacional con sede en La Haya, Holanda, en favor de Chevron y Texaco porque, dijo, destroza la soberanía, la institucionalidad y la seguridad jurídica del país sudamericano.

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Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Hugo Chávez, presentaron recientemente un lubricante de motores, el cual es producto de la colaboración petroquímica binacional. Correa señaló ayer que los imperios existen y hay trasnacionales que se creen imperios
Foto Notimex
Afp y Pl

Como presidente (pro témpore) de Unasur, voy a enviar una carta a todos los miembros de la organización, porque aquí debemos unirnos para enfrentar a estas trasnacionales, declaró Correa en su informe semanal de labores.

El mandatario hizo el anuncio tras conocerse que la Corte Permanente de Arbitraje (CPA), en La Haya, ordenó a Quito pagar unos 700 millones de dólares a Chevron por supuestamente violar el tratado bilateral de inversiones entre Estados Unidos y Ecuador.

La decisión de la CPA, conocida el martes pasado, está relacionada con siete denuncias comerciales presentadas por la entonces Texaco (hoy Chevron) entre 1991 y 1993.

La corte de La Haya asumió que un país soberano, como es Ecuador, debe someterse a un tribunal extranjero.

Es usual que algunos gobiernos firmen contratos en los que aceptan someterse a la jurisdicción de un tribunal fuera de sus fronteras. Sin embargo, otro tipo de gobiernos más nacionalistas rechazan este tipo de arreglos.

Ni un paso atrás, sabremos defender al país. Vamos a pedir la nulidad de esta monstruosidad, que es el revertir sentencia, dijo Correa al cuestionar el fallo internacional y añadió que los imperios existen y hay trasnacionales que se creen imperios.

El martes pasado, un tribunal de arbitraje en La Haya estimó que las cortes ecuatorianas violaron un tratado bilateral de inversión con Estados Unidos, al demorar fallos en disputas comerciales entre Chevron y Ecuador, y le impuso pagar una indemnización por 700 millones de dólares.

Nada de eso es casual; es todo parte de una estrategia para acorralar al país, porque esta trasnacional (Chevron) quiere deslegitimar al sistema jurídico (de Ecuador) por el juicio que le siguen algunas comunidades de la Amazonia, recalcó Correa.

El mandatario señaló, respecto de su llamado a la Unasur para enfrentar estos litigios: unidos somos más, pero tenemos que unirnos para poder enfrentar a estos monstruos que nos creen todavía su patio trasero, colonia, que creen que pueden pisotear nuestra dignidad y soberanía.

Recalcó que el fallo de la CPA es tremendamente grave, y anunció que va a pedir la nulidad y a luchar a nivel de Unasur y a nivel internacional.

Estimó que hay una persecución encarnizada de Chevron hacia el país por un juicio en el que nada tiene que ver el gobierno nacional, y acusó a la petrolera de tratar de deslegitimar la justicia ecuatoriana y de ser una enemiga abierta del país.

Esta trasnacional quiere pulverizar al país, deslegitimar su sistema jurídico por ese juicio que le pusieron algunas comunidades de la Amazonia (ecuatoriana), manifestó el jefe de Estado.

Unos 30 mil pobladores de la Amazonia reclaman a Chevron indemnizaciones por 27 mil millones de dólares mediante un juicio ambiental que desde 2003 se tramita en una corte ecuatoriana.

El reclamo es ocho veces superior a lo que ExxonMobil, principal grupo petrolero estadunidense, gastó (3 mil 400 millones de dólares) para descontaminar y resarcir a unas 32 mil personas por el derrame de 50 mil toneladas de crudo luego de que el buque Exxon Valdez chocara contra un arrecife en Alaska en 1989.

Chevron, entonces Texaco, operó en Ecuador entre 1964 y 1990, y un tribunal de Nueva York le ordenó en 2001 someterse a la jurisdicción ecuatoriana, siendo el primer proceso en la historia que obliga a una petrolera estadunidense a responder ante la justicia de otro país.





Ecuador: defensa soberana y contrastes preocupantes

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció ayer que propondrá a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) –de la que el propio mandatario ejerce la presidencia pro tempore– la creación de un frente común para paliar el creciente poder de las trasnacionales, "que nos creen todavía su patio trasero, (su) colonia; que creen que pueden pisotear nuestra dignidad y soberanía". El correlato de tales señalamientos es un fallo emitido por la Corte Penal de Arbitraje de la Haya, en Holanda, que obliga al gobierno de Quito a pagar 700 millones de dólares a la petrolera estadunidense Chevron –la cual enfrenta una demanda millonaria por daños ambientales en territorio ecuatoriano– luego de determinar supuestas violaciones al tratado bilateral de inversiones entre Estados Unidos y Ecuador.

Este escenario de confrontación entre los intereses de una nación y los de una trasnacional tiene su origen en el desconocimiento, cada vez más recurrente, de los principios básicos de la soberanía de los estados por parte de las grandes corporaciones, y permite ponderar el enorme peso y la capacidad de presión y de chantaje que éstas han alcanzado en años recientes como consecuencia de su vasto poder económico, en un contexto mundial en que el volumen de ventas de las empresas más grandes del mundo supera el tamaño de las economías de muchos estados. Por no ir más lejos, debe mencionarse que las ganancias totales de Chevron durante 2009 –unos 10 mil 500 millones de dólares– resultan muy superiores al producto interno bruto de Haití –ubicado en 7 mil millones de dólares, según cifras de 2008–, el país más pobre del hemisferio occidental y actualmente devastado por el terremoto del pasado 12 de enero.

En ese sentido, el discurso del presidente ecuatoriano constituye un contrapeso por demás saludable al potencial depredador de multinacionales que, como Chevron, actúan de espaldas a las sociedades y al bien común, en función de los intereses económicos de sus accionistas, y con plena desatención de los principios soberanos.

Por otro lado, el conflicto que hoy vive Ecuador debiera constituir un referente alarmante para nuestro país, cuya industria petrolera se encuentra, como lo advirtó el Comité Nacional de Estudios de la Energía, bajo la amenaza que representa la firma de tratados internacionales y las obligaciones que éstos pudieran significar en términos de resoluciones de controversias ante instancias internacionales, cuyas reglas sustantivas y procesales tienden a favorecer sistemáticamente a los capitales privados. Hoy día, y contrariamente a lo que ocurre de Ecuador –que con expresiones como las comentadas da pasos en firme para consolidar su soberanía–, México enfrenta un riesgo adicional de sufrir un retroceso en cuanto a las potestades del Estado sobre los hidrocarburos, si se toma en cuenta que el actual grupo en el poder ha dejado entrever nuevamente sus intenciones de entregar total o parcialmente la industria petrolera nacional a los intereses privados, nacionales y extranjeros, como ocurrió el pasado miércoles en el contexto del Foro Internacional de Energía que se desarrolló en Cancún.

En suma, es deseable y necesario que las autoridades mexicanas vean el conflicto actual entre Ecuador y Chevron como un precedente nefasto y como un llamado de atención, y que cesen en sus intentos por ceder girones de la soberanía nacional a particulares.

http://www.jornada.unam.mx/2010/04/04/index.php?section=edito

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