Wednesday, April 07, 2010


Frente a Irán y Corea del Norte todas las posibilidades están sobre la mesa, advierte

Ataques nucleares sólo en casos extremos, ofrece EU; países sin armas atómicas, a salvo

En las nuevas directrices del país el terrorismo representa el mayor y más inmediato peligro

Es la tercera vez desde el fin de la guerra fría que Washington revisa su política en la materia

Afp, Reuters y Dpa

Periódico La Jornada
Miércoles 7 de abril de 2010, p. 19

Washington, 6 de abril. Estados Unidos descartó un ataque nuclear contra países sin armas atómicas, y dijo que sólo emplearía ese tipo de arsenal en condiciones extremas, al dar a conocer este martes su nueva doctrina nuclear y reiterar que todas las opciones están sobre la mesa frente a Irán y Corea del Norte.

El presidente demócrata Barack Obama, calificó de paso significativo la estrategia anticipada ayer mismo por la Casa Blanca y presentada este martes de manera oficial por el jefe del Pentágono, Robert Gates, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

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La secretaria estadunidense de Estado Hillary Clinton durante una conferencia de prensa con el secretario de Defensa, Robert Gates (al centro) y el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, para explicar, ayer en Washington, la revisión de la nueva postura nuclear del país
Foto Reuters

El eje de la Revisión de la Postura Nuclear (NPR, por sus siglas en inglés) es que a futuro Estados Unidos le asigne un papel menor a las armas nucleares para su defensa. De esta forma, un primer ataque con estas armas sólo se contemplará bajo determinadas circunstancias.

Estados Unidos no fabricará nuevas cabezas nucleares y seguirá renunciando a hacer pruebas atómicas. Con estas medidas se supone que se acercaría el anhelo de Obama de un mundo libre de armas atómicas.

De todas maneras, el presidente quiere prolongar la vida útil del arsenal existente e impulsar modernizaciones con base en diseños existentes. De esta forma se busca hacer más seguras las armas pero también posibilitar otras reducciones.

Defensa de intereses vitales, o de aliados y socios

Por lo pronto, en un cambio de su política actual, Estados Unidos desechó la posibilidad de un ataque nuclear contra estados sin armas atómicas que se ajusten a las obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Estados Unidos desea subrayar que sólo considerará el uso de armas nucleares en circunstancias extremas para defender los intereses vitales de Estados Unidos o de sus aliados y socios, señala la NPR.

Sin embargo, Obama advirtió que podría haber excepciones al referirse a los estados fuera de la ley como Irán y Corea del Norte, en una entrevista con el diario New York Times.

Al respecto Gates aseguró: Si hay un mensaje para Irán y Corea del Norte aquí, es que si van a seguir las reglas, si van a unirse a la comunidad internacional, vamos a asumir ciertas obligaciones con ustedes.

Pero si ustedes no van a seguir las reglas, si van a ser proliferadores, entonces todas las opciones están sobre la mesa en términos de cómo vamos a tratarlos, agregó en rueda de prensa.

Las nuevas directrices de la NPR también señalan que el terrorismo nuclear representa el mayor y más inmediato peligro, mientras que Al Qaeda y sus aliados extremistas buscan dotarse de armas atómicas.

Además, fija normas para la construcción de nuevas armas nucleares, y prevé millonarios recursos para la modernización del arsenal existente. Es la tercera vez que Estados Unidos revisa su doctrina nuclear desde el fin de la guerra fría.

La renovada estrategia de Obama probablemente generará críticas de sectores conservadores que consideran que su enfoque podría comprometer la seguridad nacional de Estados Unidos y decepcionará a los liberales que querían que el presidente profundizara el control de armas y demandan que se limite el papel estadunidense a la disuasión frente a estados con arsenal nuclear u organizaciones terroristas.

Y es que con esta estrategia Estados Unidos renuncia por primera vez al uso de armas atómicas contra países sin arsenal nuclear, diferenciándose de la época del republicano George W. Bush de represalias nucleares ante un potencial ataque químico o biológico.

La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, aseguró que su país seguirá ejerciendo un papel estabilizador en cuanto a la utilización de armas atómicas.

Desde hace lustros, el papel disuasivo del arma nuclear estadunidense contribuyó a evitar la proliferación asegurando garantías y seguridad a nuestros aliados de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), del Pacífico y otros lugares que no están dotados del arma nuclear, declaró Clinton. Y agregó: las nuevas medidas nos permitirán conservar este papel estabilizador.

La nueva doctrina se enmarca en una agitada campaña diplomática sobre el tema, que incluye el jueves la firma de un nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés) de reducción de armas atómicas entre Obama y el presidente ruso Dimitri Medvediev.

Rusia y Estados Unidos convinieron limitar su arsenal a mil 550 cabezas nucleares estratégicas cada uno.

Si bien la nueva política limita el uso de armas nucleares, Estados Unidos dará una respuesta convencional devastadora en caso de ataques químicos provenientes de Estados sin arsenal atómico.

Si algún Estado que califique para esta garantía usara armas químicas o biológicas contra Estados Unidos o sus aliados o socios, enfrentaría la posibilidad de una respuesta militar convencional devastadora, enfatizó Gates.

Obama instó a los líderes mundiales a comprometerse durante la cumbre nuclear de los próximos días 12 y 13 en Washington a garantizar la seguridad de todo material nuclear vulnerable en un plazo de cuatro años.

El secretario general la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-monn acogió con beneplácito la reafirmación de Obama de su compromiso hacia un mundo libre de armas nucleares, mientras el Instituto Internacional de Estocolomo de Investigación para la Paz, conocido como SIPRI, señaló que se trata del mayor cambio significativo de política de Washington en este rubro desde 1994.

Para Kevin Martin, director de Peace Action, un grupo estadunidense que rechaza la armas nucleares, dijo que la estrategia divulgada hoy “parece ser también la tutela de anticuados pensamientos de la guerra fría, y no está a la altura de su visión de un mundo libre de armas nucleares. Ciertamente es mejor que la divulgada por el gobierno de (George W.) Bush, la cual exhortó a la posibilidad de usar armas nucleares contra estados no nucleares. La administración Obama cambió eso”.

Kirk Leopold, ex comandante del USS COLE y miembro de las Familias Militares Unidas, indicó que la meta del presidente de un mundo libre de armas nucleares es una idea noble. Desafortunadamente, sigue siendo poco realista e ingenua en un mundo que todavía abraza esta noción.

Y añadió: Mientras naciones como Corea del Norte e Irán hacen caso omiso a acuerdos internacionales, y otras como Rusia y China mejoran e incrementan sus arsenales nucleares, Estados Unidos debe mantener el uso integral y flexible de las armas nucleares como un componente vital de su estrategia disuasoria.


http://www.jornada.unam.mx/2010/04/07/index.php?section=edito


Desarme nuclear: incongruencias y doble moral
E

n víspera de la reunión entre los presidentes de Rusia, Dimitri Medvediev, y Estados Unidos, Barack Obama, a efectuarse en Praga el próximo jueves, en la que se suscribirá un nuevo acuerdo de armas nucleares que sustituya al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas –firmado en 1991–, el gobierno estadunidense presentó ayer su Revisión de la Postura Nuclear, documento que delinea las directrices a seguir en el manejo de su arsenal atómico. En ese texto, Washington se compromete a no fabricar nuevas ojivas nucleares, así como a no emplear las existentes contra países que no posean armas atómicas y que respeten el Tratado de No Proliferación Nuclear, circunstancia que excluye, a decir del gobierno del vecino país, a Irán y Corea del Norte.

El documento mencionado encierra elementos positivos, como la disposición del gobierno de Washington a predicar con el ejemplo en el desmantelamiento de los arsenales nucleares existentes. No puede omitirse, sin embargo, que tales anuncios coinciden con la incapacidad o la falta de voluntad del gobierno encabezado por Obama para revertir algunas pulsiones belicistas y hostiles que caracterizaron a su antecesor, las cuales constituyen un acicate para la carrera armamentista, como queda demostrado con su pretensión de instalar un escudo antimisiles en Rumania y Bulgaria, similar al que el propio mandatario había descartado en República Checa y Polonia. Es significativa, al respecto, la respuesta dada ayer mismo por Moscú, cuyo representante ante la OTAN, Dimitri Rogozin, pidió a Estados Unidos dar más detalles de su nueva política nuclear. Un día antes, el ministro del Exterior ruso, Sergei Lavrov, señaló que su país tiene derecho a retirarse del Tratado de Armas Nucleares Estratégicas si un incremento cuantitativo y cualitativo en la defensa antimisiles estratégica estadunidense influye significativamente en la eficacia de las fuerzas nucleares estratégicas rusas.

Además, llama la atención que el documento que se comenta plantee una clara advertencia a los regímenes de Irán y Corea del Norte –pese a que no hay pruebas concluyentes de que el primero emplee uranio enriquecido en el desarrollo de armas de destrucción masiva– y no haga lo propio con gobiernos que han construido arsenales atómicos con la aceptación implícita de Estados Unidos y de Europa occidental: India, Israel y Pakistán. La tolerancia con que Washington y sus aliados se han comportado frente a los proyectos armamentistas de esas tres naciones ha propiciado un proceso de proliferación y dispersión de las armas atómicas que multiplica los factores de tensión mundial, y convierte la condena a Corea del Norte e Irán en un acto de doble moral.

Por lo demás, cabe insistir que los programas de desarrollo de armas nucleares de Pyongyang, así como los que Washington imputa sistemáticamente a Teherán, tienen como correlatos ineludibles el proceder hostil del propio Estados Unidos contra naciones consideradas enemigas, y la aplicación, del anterior gobierno de ese país, de la doctrina de la guerra preventiva en Afganistán e Irak. Paradójicamente, hoy es claro que la invasión estadunidense a territorio iraquí no se debió a la posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen encabezado por Saddam Hussein, sino a la carencia de éstas; tal circunstancia hace lógico suponer que las autoridades iraníes y norcoreanas hayan por lo menos considerado dotarse de arsenales nucleares y evitar –o al menos dificultar–, en esa medida, una eventual agresión bélica estadunidense.

Con estas consideraciones en mente, el compromiso manifestado ayer por Estados Unidos –que en principio constituye un avance inequívoco y saludable– tendría que ir acompañado del fin de la incongruencia, el faccionalismo y el doble rasero con que la superpotencia suele conducirse en lo que se refiere al desarme nuclear.

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