Sunday, September 26, 2010
Legionarias de Cristo
Al igual que las monjas, profesan votos de castidad, pobreza y obediencia/ Opera en Estados Unidos, México, España, Filipinas y una decena de diez países más/ Es una organización laica, vinculada a los Legionarios de Cristo/ Operan como una secta que ya causó alarma al papa
CIUDAD DEL VATICANO, Roma, 25 de septiembre (AP).- Su vida está reglamentada hasta en los menores detalles, incluso cómo comen una naranja. El silencio es la norma, la información es poca, sus correos electrónicos son vigilados, las amistades cercanas van contra lo recomendado y sus familiares deben mantenerse a la distancia. Todo, en nombre de Dios.
Así es la vida de las mujeres consagradas de Regnum Christi, una organización laica vinculada con la orden conservadora de los Legionarios de Cristo. Dedican su existencia íntegramente a la iglesia y, al igual que las monjas, profesan votos de castidad, pobreza y obediencia.
Sin embargo, las condiciones en que viven, semejantes a las de una secta, causaron alarma al Papa Benedicto XVI, que en mayo ordenó que la Santa Sede condujera una profunda investigación _una medida extraordinaria_ de presuntos abusos cometidos dentro del grupo, que opera en Estados Unidos, México, España, Filipinas y una decena de diez países más. La pesquisa comenzará en las próximas semanas.
Los abusos salieron a la luz en una investigación de ocho meses de los Legionarios, la oscura orden religiosa que el papa Juan Pablo II amaba, pero que en los últimos años ha caído en el descrédito debido a las revelaciones de que su fundador, el obispo mexicano Marcial Maciel, abusó sexualmente de seminaristas y tuvo al menos tres hijos.
Regnum Christi es una organización global con unos 70.000 integrantes en más de 30 países, que tienen familias y trabajos ordinarios pero además son parte de la misión de acercar a la gente a Cristo.
Apenas unos 900 miembros son consagrados, casi todos _salvo un puñado_ mujeres. Estos abandonan sus posesiones y los lazos a su vida anterior al igual que las monjas y los sacerdotes.
Aceptan los estatutos aprobados por el Vaticano que los obligan a ``renunciar voluntariamente al uso de su capacidad de tomar decisiones’’ y juran obediencia absoluta a sus superiores.
En entrevistas con The Associated Press, ocho ex integrantes del grupo provenientes de Estados Unidos y México narraron el prolongado abuso psicológico, emocional y espiritual que sufrieron de sus superiores, que les decían que vulnerarían la voluntad de Dios si violaban las reglas. Sus experiencias en la orden las volvieron, al menos por un tiempo, incapaces de enfrentar el mundo exterior.
``Siento como que me hubieran lavado el cerebro’’, dijo J., una estadounidense que se sumó al movimiento poco después de graduarse de una universidad católica en 1997. Pidió ser identificada sólo por su segunda inicial por miedo a las represalias de la Legión, un temor que compartía la mayoría de las mujeres.
``Realmente pensé que era un pecado mortal vulnerar cualquiera de las pequeñas reglas que estaban en los estatutos o directivas’’, dijo.
Cuatro integrantes actuales negaron que el movimiento sea un culto y defendieron las reglas que, dijeron, buscan crear uniformidad e impulsar la espiritualidad. Aún así, reconocieron que el método de reclutamiento es problemático, ya que jóvenes de 18 años no deberían tener que hacer promesas vitalicias tras apenas seis semanas en un programa para postulantes.
``Creo que lo que nos está pasando, aunque sea doloroso, para ser muy sincera creo que era necesario’’, dijo Silvia Vernudez, una docente venezolana de 37 años que dirige una casa para mujeres consagradas en Filipinas y visitó hace poco la casa matriz en Roma.
``Esto es una crisis, no hay manera en que podamos negarlo’’, dijo. ``Pero es un momento de crecimiento’’.
La investigación del Vaticano es el más reciente paso en una serie de medidas contra los Legionarios, fundados por Maciel en México en 1941. A pesar de décadas de acusaciones de que abusaba de seminaristas, Maciel permaneció inmune hasta 2006, cuando el Vaticano le ordenó pasar el resto de su vida en penitencia y oración, sin decir por qué.
Recién en 2008, luego de la muerte de Maciel, la orden admitió en público que su fundador había tenido hijos y que las acusaciones de abuso eran ciertas, lo que llevó a la investigación de la Iglesia.
En un anuncio el 1 de mayo, el Vaticano dijo que intervenía la orden y modificaría sus estatutos constitutivos. Un renglón que no llamó la atención en ese comunicado anunciaba la pesquisa sobre los miembros consagrados de Regnum Christi.
Este tipo de investigación es muy infrecuente. Una de ellas se hizo en seminarios de Estados Unidos luego que explotó el escándalo de sacerdotes pederastas en el 2002. Aunque no habido acusaciones de actos sexuales impropios dentro de Regnum Christi, los problemas que aquejaban a la Legión _abuso de autoridad, represión del disenso y una estructura de poder basada en la obediencia ciega_ también eran comunes entre los laicos consagrados.
Ex integrantes del movimiento dijeron que sus vidas eran manipuladas por las estrictas reglas que controlaban casi todos los minutos de su día y por la búsqueda incesante de nuevos reclutas.
Nueve años después de dejar el movimiento, J. todavía puede recitar el horario que manejaba su vida cotidiana, desde las 5:20 de la mañana, cuando una mujer entraba al dormitorio común y gritaba: ``Cristo nuestro rey!’’ y todas debían contestar: ``Venga a nosotros tu reino’’.
``5:20 de la mañana a 5:50 de la mañana, alistarse’’, relató. ``Plegaria matinal de 5:50 a 6. Seis a 6:30, meditación matinal. Seis y media a 7:05, misa. Siete y diez a 7:30, desayuno, 7:30-7:35 tiempo libre, luego a las 7:35, tareas’’.
Malise Lagarde, que dejó el movimiento en agosto de 2009 tras 13 años, dijo que sus superiores la reprendieron cuando preguntó sobre la doble vida de Macial y le dijeron que si seguía así, pondría su vocación en riesgo y abandonaría la voluntad de Dios.
``Los miembros no pueden cuestionar ni pensar por fuera de lo que piensa el grupo’’, dijo. ``Sé que los miembros descartan totalmente hablar de la Legión y de Regnum Christi como una secta. Yo lo hacía cuando era uno de ellos. Pero sin duda es lo que parece, una vez que sales’’.
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