Capturan al presunto jefe militar de ETA en un pueblo del Pirineo francés

■ Lo acusan, entre otros cargos, de haber ordenado el atentado en el aeropuerto de Madrid

■ Un juez norirlandés concede la libertad bajo fianza al ex etarra Iñaki de Juana Chaos

Armando G. Tejeda (Corresponsal)

Madrid, 17 de noviembre. Las policías francesa y española detuvieron esta madrugada a Garakoitz Aspiazu Rubina, conocido por el alias de Txeroki, a quien se le atribuye la condición de jefe militar de ETA y, por tanto, la persona más buscada del grupo armado vasco. Dos cuentas de correo electrónico utilizadas de manera periódica y las placas del coche robado en el que se movía por el sur de Francia, fueron determinantes para su localización y posterior detención en Cauterets, un pueblo del Pirineo.

Txeroki se había convertido en una obsesión para los responsables de la lucha contra ETA del Ejecutivo español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ya que, según los informes de sus sistemas de inteligencia, este activista etarra –de 35 años– fue uno de los principales responsables de la ruptura de la tregua de 2007 y quien habría dado la orden de perpetrar los posteriores atentados. A Txeroki se le atribuyen, entre otras acciones, la orden de detonar el cochebomba en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, donde murieron dos migrantes ecuatorianos, y de ser el autor material de los asesinatos de dos guardias civiles españoles al sur de Francia.

Pero el supuesto jefe militar y de comandos de ETA era, según el gobierno español, el máximo responsable de coordinar las actuaciones de las células de la organización, pero también de adiestrar a los nuevos militantes y de distribuir entre ellos las armas, el dinero y el material explosivo necesario para sus acciones criminales.

Txeroki fue detenido junto a Leire López Zurutuza, supuesta miembro de ETA, con quien había rentado un pequeño departamento de 40 metros cuadrados en el pueblo de Cauterets, donde suelen acudir muchos turistas a esquiar durante el invierno. En el inmueble la policía incautó armamento, una peluca, unos lentes, dos computadoras, tres mil euros en efectivo y varios alfileres para guardar información. Según el gobierno español, Txeroki y su acompañante fueron localizados desde hace unos 15 días.

Rodríguez Zapatero señaló que “ha caído quien desde hace tiempo dirigía las acciones operativas de ETA, lo que significa un avance importante por dos motivos: porque salvará vidas y por tratarse de uno de los protagonistas del atentado sanguinario contra los dos guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero el primero de diciembre de 2007”.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, señaló que la detención demuestra “el fuerte compromiso de los servicios franceses de policía y de gendarmería y la excelente colaboración entre Francia y España en la lucha contra el terrorismo vasco”.

El juez norirlandés Tom Burgess, con jurisprudencia en Belfast, decretó la libertad bajo fianza de 5 mil libras esterlinas al ex miembro de ETA, Iñaki de Juana Chaos, procesado por la justicia española por enaltecimiento de terrorismo. De Juana se presentó voluntariamente en el complejo judicial de Langaside, en respuesta a la orden europea de detención que pesa sobre él desde la semana pasada.

El magistrado de Belfast manifstó su incomprensión respecto del supuesto delito que imputan las autoridades españolas a Iñaki de Juana. Ni en la legislación británica ni en la irlandesa está tiíficado el supuesto “delito de colaboración para el enaltecimiento del terrorismo” que el juez Eloy Velasco le imputa. Y más extrañado se dijo cuando le explicaron que ese presunto delito en el Estado español está catalogado con una pena de entre uno y dos años de cárcel; se dijo incrédulo porque la aplicación de la euro orden está fijada para los delitos que superan los tres años de prisión.

De Juana estuvo en la cárcel durante 18 años, cumpliendo condena por su participación en diversos atentados de ETA, y su última etapa estuvo marcada por dos huelgas de hambre, cada una de más de cien días.

El ex etarra no podrá salir del territorio norirlandés –donde reside– y deberá permanecer en casa de las siete de la noche a las ocho de la mañana, y acudir diario a la comisaría en espera para ver si es extraditado a España.