Entrevista al director de cine Michael Winterbotton, autor de un documental basado en La doctrina shock, de Noemi Klein
Begoña Donat
Público
El director británico lleva al cine el libro de la activista Naomi Klein, 'La doctrina del shock'.
Tras alzarse con el Oso de Oro en 2006 por Camino a Guantánamo, el tándem de directores formado por Michael Winterbottom y Mat Whitecross, regresa a la Berlinale con un nuevo y controvertido proyecto, que articula la historia reciente a través de la implantación del neoliberalismo en el mundo. Basado en el best seller de la activista Naomi Klein, La doctrina del shock (Paidós), este work in progress, proyectado fuera de concurso en la sección Panorama, analiza la puesta en práctica de las teorías del libre mercado formuladas por el Premio Nobel Milton Friedman.
La película plantea cómo las crisis sociales facilitan la entrada en vigor de medidas económicas impopulares, al sacar provecho de la anulación de la voluntad de los ciudadanos. Chile y Argentina, dictaduras de Pinochet y Varela mediante, aparecen en un filme que también examina la Inglaterra huelguista de Thatcher o la Rusia neoliberal. El epílogo retoma el 11-S y la reconstrucción de Irak, y finaliza con cierta esperanza: la investidura de Obama y una llamada de Klein a la movilización.
¿No teme que esta película sea descalificada como pura teoría de la conspiración?
No, La doctrina del shock aporta información para que cada cual decida si este es el mundo en el que quiere vivir, dado que la ideología dominante se ha convertido en el estado natural de las cosas. El libre mercado se ha asumido como idóneo y, por eso, las corporaciones privadas gestionan los recursos del Estado. La creencia es que democracia y liberalismo caminan de la mano; pero si analizas los ejemplos, no es así.
Establece una relación causal entre las declaraciones de Donald Rumsfeld en contra de los burócratas opuestos a las ideas de la Escuela de Chicago y la muerte de alguno de ellos en el Pentágono durante los atentados del 11-S.
Obviamente, estos hechos son ciertos, pero no estamos afirmando que Rumsfeld asesinó a las voces disidentes. Forma parte de una forma dinámica de relatar los hechos y, al mismo tiempo, de ser provocativo para que la gente reflexione.
¿Era su intención satanizar a Milton Friedman?
Él tuvo la idea de que en momentos de crisis era más sencillo aplicar sus políticas neoliberales. La cuestión es que, si pensaba que era una forma de mejorar la vida de toda la población, fracasó. Si era la justificación para que los adinerados se enriquecieran más y las multinacionales se hicieran más fuertes, acertó. El documental explicita cuáles son las consecuencias de su tesis, ya que la información es un arma de resistencia.
¿Por qué piensa que a nadie se le había ocurrido antes analizar la historia desde este punto de vista?
El libro de Klein ha demostrado ser visionario. Esta crisis es tan devastadora y está tan vinculada a la desregulación del mercado y a la falta de control estatal que va a abrir un debate. Pero lo que suceda va a depender de la capacidad de movilización de la gente y participación en la discusión mundial.
¿Ha pensado derivar su carrera hacia el documental?
No, estoy exhausto. Ahora preparo un proyecto de ficción, El asesino dentro de mí, adaptación del libro de Jim Thompson, en el que Cassey Affleck interpreta a un sheriff que asesina a los que ama.
http://www.publico.es/culturas/199402/informacion/arma/resistencia
Road to Guantanamo (Winterbottom, 2006)
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