Esa instalación fue punta de lanza para el Plan Colombia y el bombardeo contra las FARC
Afp e Ips
Quito, 19 de mayo. En lo que el gobierno de Ecuador celebró con júbilo
, las autoridades de Estados Unidos anunciaron hoy oficialmente su retiro en septiembre de la base de Manta, dos meses antes de lo establecido en un controvertido convenio de 10 años en materia de narcotráfico, pero que no estuvo exento de críticas por su uso presuntamente en apoyo al Plan Colombia y de espionaje en la región.
El canciller ecuatoriano, Fander Falconi, al informar de la decisión estadunidense expresó que a su gobierno le llena de júbilo recuperar una parte del territorio y de la soberanía
nacional. Explicó que actualmente se están generando los mecanismos de coordinación y de diálogo
con Estados Unidos para organizar el traspaso.
Estados Unidos tenía previsto desalojar el llamado puesto militar de avanzada
(FOL, por sus siglas en inglés) en noviembre, pero decidió anticipar su salida tras la decisión del presidente Rafael Correa de no renovar el convenio que permitía la presencia de sus militares en suelo ecuatoriano desde 1999, explicó el jefe de la diplomacia ecuatoriana.
Los norteamericanos saldrían de la base en septiembre. Es decir, adelantarían en dos meses su salida. Está notificado oficialmente
, declaró a radio Sonorama. Los estadunidenses prevén realizar una última operación en julio y luego habrá un mecanismo de traspaso de las instalaciones y la infraestructura
, agregó.
Con esto debe terminar una historia magra en nuestro país
, subrayó Falconi. Aseguró que nunca volverá a surgir una política de entreguismo
, en relación al FOL que ocupa 27 hectáreas, 5 por ciento del área total de la base, en donde se hallan 22 edificaciones, que incluyen comedores, dormitorios, oficinas, bodegas, rampas para aeronaves, hangar y una estación de bomberos.
Insistió en la importancia de que en temas de relaciones internacionales nosotros deseamos que esto no vuelva a ocurrir nunca más en nuestro país
, en torno al convenio de la base de Manta firmado por 10 años en 1998 por el presidente Jamil Mahuad, su canciller Benjamín Ortiz y el líder de la comisión de asuntos internacionales del Congreso, Heinz Moeller.
Desde entonces el convenio fue cuestionado al señalarse que no fue aprobado en sesión plenaria del Parlamento como lo establece la Constitución; los movimientos sociales, los medios de prensa y organizaciones no gubernamentales siempre han sostenido que es inconstitucional.
El presidente Rafael Correa prometió en su primera campaña electoral (2006) poner fin al convenio con Estados Unidos, y ya en el poder promovió una reforma constitucional –aprobada en referendo– que prohíbe la instalación de bases extranjeras en Ecuador, contrariamente a las pretensiones del entonces gobierno del presidente George W. Bush, que quería extenderlo al menos hasta 2012.
Desde Manta, un puerto pesquero ubicado en el suroeste de Ecuador, Estados Unidos rastrea con aviones radar embarcaciones y minisubmarinos que transportan droga por el Pacífico, operaciones que desde 2000 han permitido incautar mil 617 toneladas de cocaína, según sus autoridades. En la actualidad, unos 120 militares estadunidenses operan la base.
Denuncias y razones
Entre las denuncias contra la base destaca la captura de un pesquero ecuatoriano con 190 indocumentados a bordo que buscaban llegar a Estados Unidos. La acción, a mediados de 2000 y efectuada por un buque de guerra estadunidense, nada tenía que ver con el combate al narcotráfico.
Otra fuerte denuncia contra el uso de Manta como plataforma para el contrainsurgente Plan Colombia fue el apoyo que presuntamente brindó en el bombardeo colombiano contra un campamento de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en que murió el comandante rebelde Raúl Reyes, el primero de marzo de 2008, ataque en el que además fallecieron otras 24 personas, de ellas cinco ciudadanos mexicanos, y que llevó a la ruptura de las relaciones entre Quito y Bogotá.
Fuentes militares en Ecuador hablaron del uso de bombas inteligentes
utilizadas por Estados Unidos en la guerra del golfo Pérsico y un margen de error de un metro de noche en aviones a gran velocidad, que constituyen equipos de los que carecen las fuerzas armadas latinoamericanas.
Una fuente consultada por Ips aseguró que militares estadunidenses habrían hecho el trabajo y sólo “dijeron a los colombianos, ‘ahora vayan a buscar los cuerpos’”, por lo que entonces aparecieron los helicópteros y las tropas colombianas en el lugar.
El periódico Expreso de Guayaquil aseguró en agosto de 2006 que pilotos colombianos operaban en conjunto con colegas ecuatorianos en vuelos desde la base de Manta, ubicada a 320 kilómetros al suroeste de Quito.
En cualquier caso, el gobierno de Correa concluyó que esa base no obedece a los intereses nacionales y de soberanía nacional, por lo que decidió ponerle fin en definitiva y constitucionalmente, en su decisión de no verse arrastrado en el conflicto colombiano, ni de participar de las políticas militaristas de Estados Unidos en la región.
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