Blanche Petrich
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 14 de diciembre. El subcomandante Marcos apuntó ayer a Cuba como “un referente cuya experiencia será vital para los pueblos que luchan”. Siguiendo el tema de “los calendarios y las geografías” que eligió para la serie de intervenciones que realiza como “telonero” –según dijo– en las conferencias del coloquio internacional Planeta Tierra: movimientos antisistémicos, anoche abordó extensamente la defensa de la revolución cubana y expresó que en la isla hay “un calendario de esperanza”.
La resistencia del pueblo cubano –subrayó– “no sólo requiere de conocimiento y análisis sino también de apoyo”. Y recordó que, como gesto de solidaridad de las comunidades zapatistas, enviaron “un poco de maíz no transgénico y otro más poco de gasolina”.
En otra parte de su intervención, criticó fuertemente a los gobiernos federal (panista), estatal de Tabasco (priísta) y de algunos municipios perredistas de ese estado por la negligencia y falta de prevención que provocaron la catástrofe del desbordamiento de las presas que ocasionaron la inundación de 70 por ciento de ese estado.
También denunció el enfoque clientelar y utilitario con el que el gobierno federal y el del Distrito Federal manejan la asistencia a los damnificados. “Ni a Felipe Calderón ni a Marcelo Ebrard les importa nada la situación de los damnificados en Tabasco”, dijo después de leer ante un auditorio repleto un reportaje de Claudia Herrera, reportera de La Jornada, sobre una de las giras del Presidente a la zona de desastre. En contraste, encomió la “ayuda de pobres a pobres” que se extendió desde los municipios autónomos del norte de Chiapas hacia la región colindante con Tabasco, que fue “una respuesta al estilo zapatista, rápida, segura, efectiva”. Hizo hincapié en que los camiones zapatistas cargados de alimentos fueron los primeros en llegar a las comunidades más aisladas, e incluso donde no entraban los vehículos, hombres, mujeres y niños caminaron durante días con sacos en la espalda para socorrer a las víctimas.
La resistencia del pueblo cubano –subrayó– “no sólo requiere de conocimiento y análisis sino también de apoyo”. Y recordó que, como gesto de solidaridad de las comunidades zapatistas, enviaron “un poco de maíz no transgénico y otro más poco de gasolina”.
En otra parte de su intervención, criticó fuertemente a los gobiernos federal (panista), estatal de Tabasco (priísta) y de algunos municipios perredistas de ese estado por la negligencia y falta de prevención que provocaron la catástrofe del desbordamiento de las presas que ocasionaron la inundación de 70 por ciento de ese estado.
También denunció el enfoque clientelar y utilitario con el que el gobierno federal y el del Distrito Federal manejan la asistencia a los damnificados. “Ni a Felipe Calderón ni a Marcelo Ebrard les importa nada la situación de los damnificados en Tabasco”, dijo después de leer ante un auditorio repleto un reportaje de Claudia Herrera, reportera de La Jornada, sobre una de las giras del Presidente a la zona de desastre. En contraste, encomió la “ayuda de pobres a pobres” que se extendió desde los municipios autónomos del norte de Chiapas hacia la región colindante con Tabasco, que fue “una respuesta al estilo zapatista, rápida, segura, efectiva”. Hizo hincapié en que los camiones zapatistas cargados de alimentos fueron los primeros en llegar a las comunidades más aisladas, e incluso donde no entraban los vehículos, hombres, mujeres y niños caminaron durante días con sacos en la espalda para socorrer a las víctimas.
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