Monday, April 07, 2008



Jaime Avilés



■ Repsol: el contrato que cambió la historia de México

Cuando Evo Morales nombró procuradora de justicia de Bolivia a una indígena, Carlos Loret de Mola dijo a través de su micrófono concesionado: “¡Imagínense! Es como si una chacha estuviera al frente de la PGR”. Ese es el pensamiento que brilla tras la imborrable sonrisa que la mañana del martes disparó un tableteo incesante de preguntas sin dejar que ninguna recibiera respuesta, para evitar que Andrés Manuel López Obrador explicara a los ciudadanos del país en qué consiste la estafa del gas peruano que Repsol venderá en México a precio de oro.

El sábado pasado, Desfiladero reveló la existencia de un video grabado el 11 de noviembre de 2003 en La Jolla, California, que reproduce una charla entre el ex embajador estadunidense Jeffrey Davidow y el entonces secretario de Energía, Felipe Calderón. En el tramo final de esa cinta (que se puede ver en YouTube tecleando “Encuentros: Davidow and Calderon November 2003), el ahora Presidente espurio detalla el esquema de la compra del gas peruano, que él y su coordinador de asesores, Juan Camilo Mouriño, ya estaban preparando para Repsol.

“México necesita gas natural y sólo podemos traerlo por tierra desde Estados Unidos o por barco desde otras regiones”, le dijo Calderón a Davidow, hay que repetirlo, el 11 de noviembre de 2003. La fecha es significativa porque el 16 de octubre de 2003, es decir, tres semanas y media antes del encuentro en California, Calderón le otorgó su primer contrato a Repsol “por un monto de 2 mil 437 millones 196 mil 256 dólares americanos”, como consta en el boletín número 258 expedido por Pemex a las 20:25 horas de aquel 16 de octubre. Cito:

“Petróleos Mexicanos dio a conocer que la empresa petrolera más grande de España, Repsol, resultó ganadora del contrato para la ejecución de las obras de desarrollo, infraestructura y mantenimiento de campos de gas no asociado en la Cuenca de Burgos en el Bloque Reynosa-Monterrey, bajo el esquema de contratos de servicios múltiples (CSM)”.






Esa fue la base de la privatización de toda la industria petrolera que hoy Calderón y Mouriño promueven con la hipócrita anuencia de Manlio Fabio Beltrones y las mafias del PRI. Al referirse a los CSM, el boletín 258 señaló que “agrupan, en un solo contrato, los servicios que Pemex siempre ha contratado (sic). El contratista recibe un pago en efectivo basado en los precios unitarios”, obviamente, del gas natural, que se mide en millones de unidades térmicas británicas (btu en inglés).



Calderón renunció a la Secretaría de Energía en junio de 2004, pero dejó en marcha el proyecto de construir una planta de regasificación en Colima. ¿De regasificación para qué? Para descongelar el gas natural que venga desde Sudamérica por barco. Un año y medio más tarde, el 12 de diciembre de 2005 y de manera completamente sorpresiva, Repsol anuncia que acaba de firmar un contrato con el gobierno de Perú para comprar gas natural en la región Pampa Melchorita de aquel país y revenderlo en México.

Sin embargo, mucho ojo, México no había divulgado su intención de comprar gas peruano ni de poner una planta regasificadora en Manzanillo para los barcos que llegaran del Pacífico sur. Era un asunto de importancia estratégica, vital para la seguridad del país, que Calderón le adelantó a Davidow en 2003 (está en el video de YouTube) y, como ahora resulta evidente, comprometió con Repsol antes de buscar la candidatura a la Presidencia a partir de junio de 2004.

Examinemos otras fechas. El 23 de octubre de 2005, el PAN unge como su abanderado a Calderón. El 12 de diciembre de ese año Repsol anticipa que venderá gas peruano a México. El 6 de junio de 2006 –26 días antes de los comicios presidenciales– el Diario Oficial publica las licitaciones para el suministro de gas natural y la construcción de la planta de regasificación en Manzanillo. Con esa medida, Fox le avisa a la petrolera española que su candidato ganará las elecciones del 2 de julio por las buenas o por las malas. Es la confirmación abierta, pero en clave, de que habrá fraude para impedir el triunfo de López Obrador, que hubiera echado abajo el abusivo negocio.

Otra evidencia: la licitación precisa que el contrato será por un plazo de 25 años y que la junta de aclaraciones, o sea, la reunión en que los interesados presentarán su oferta, se llevará a cabo el 25 de septiembre de 2006. Ese día, en efecto, Repsol entregó su propuesta con una salvedad: sólo podía garantizar el abasto de gas peruano por 20 años, no 25. Al día siguiente, según consta en un documento que Loret de Mola no permitió que le mostrara López Obrador, la Comisión Federal de Electricidad modificó la licitación para que el contrato fuera por sólo 20 años. Y quien firmó ese cambio fue el señor Juan Granados, que en ese momento fungía como “encargado de proyectos” de la paraestatal.

El 18 de septiembre de 2007, la CFE asignó el contrato a Repsol pero por sólo 15 años, debido a que Perú redujo su convenio con la empresa ibérica a 18 años, de los cuales los primeros tres se destinarían a construir la planta en el puerto de Camisea, donde el gas será congelado y embarcado a México. Fue, en suma, un traje a la medida, en cuya confección Calderón y Mouriño violaron reiteradamente la Constitución general del país, con la muy notable complicidad de Fox.

Como se trataba de un traje a la medida hubo todavía otro ajuste. El 18 de septiembre de 2007, la CFE asignó el contrato a Repsol pero por sólo 15 años, debido a que Perú redujo a 18 su convenio con la empresa ibérica, tres de los cuales serán dedicados a levantar la planta en el puerto de Camisea, donde el gas será congelado y embarcado a México. Y aquí viene lo más interesante.

Perú le venderá el gas a Repsol a precios de Perú y Repsol se lo dará a México a precios de Texas, que son los más altos del mundo, sujetos a un tabulador llamado índice de Henry Hub. ¿Qué hizo Repsol para ganar la licitación? Ofrecer a la CFE que le proporcionaría gas peruano a 91 por ciento del índice Henry Hub menos 3 centavos de dólar. ¿Por qué México no le compró el gas directamente a Perú? ¿Por qué contrató los servicios de intermediario de Repsol, que sólo beneficiaron a Repsol?

Elías Ayub, director de la CFE, ha salido a los medios a declarar que México “ahorró” mil 500 millones de dólares gracias a la supuesta rebaja. Pero eso es falso. Perú ganará 6 mil millones de dólares por entregarle ese gas natural a Repsol durante 15 años. Y Repsol se lo revenderá a CFE en 21 mil millones de dólares, por lo que su utilidad neta, descontando lo que pagará a Perú, será de 15 mil millones de dólares, mismos que México hubiera podido destinar a cosas útiles.

El movimiento de López Obrador debe no sólo frustrar la privatización de Pemex, sino exigir que se anule el contrato con Repsol por su ilegalidad manifiesta. Ese contrato es la clave del fraude electoral de 2006, que cambió la historia de México, y explica por qué Mouriño se ha vuelto un cadáver viviente.

Para comunicarse con esta columna jamastu@gmail.com

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