Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Apariencias

■ Al servicio de la tele

■ Imprecisión, especulación


El anuncio de que se ha encontrado la pieza principal de la red secuestradora que habría asesinado al adolescente Fernando Martí fue afectado por un mal manejo mediático de la procuraduría capitalina. Como si lo que se buscara fuera quedar bien con la empresa de televisión que ha tomado la bandera de la inseguridad pública como instrumento de presión política hacia las autoridades, el procurador Mancera se desvivió por ir a los estudios de Chapultepec de Televisa para ser entrevistado por Carlos Loret de Mola, luego que minutos atrás había sido discriminatorio con los medios de información no privilegiados, a los que convocó a una rueda de prensa que consistió en la lectura de un boletín y la desautorización expresa para que se hicieran preguntas al funcionario sobre un tema de elevado interés público.

Mancera concurrió ante el poder televisivo con una argumentación explicablemente constreñida a la necesidad de guardar discreción sobre puntos importantes de la indagación en curso, pero además con una historia que confirma que la realidad policiaca del México actual rebasa los mejores guiones de ficción: según lo dado a conocer ayer, el jefe de la deplorablemente famosa Banda de la Flor estaba hospitalizado desde un mes atrás, luego de un supuesto atentado que presuntamente habrían cometido sus propios compañeros de correrías delictivas que supuestamente habrían tenido “desencuentros” con quien apodaban, entre otras maneras y con poca imaginación y originalidad, El Jefe. El elemento clave para desenmarañar la historia del secuestro y asesinato de Fernando Martí no podrá, por lo demás, hablar en lo inmediato para confirmar o negar las acusaciones, pues se encuentra en situación “delicada” de salud e imposibilitado de hablar.

Una revisión cuidadosa del lenguaje usado por el procurador para informar del asunto muestra a un funcionario que con justificada razón se cuida de no hablar de más, pero en los puntos en los que dejó asomar algunas cartas pareciera haber demasiada imprecisión y especulación. Es una lástima que investigaciones y resultados tan esperados por una sociedad deseosa de que se esclarezcan aunque sea ciertos crímenes de resonancia –aunque la generalidad anónima y sin fuerza económica sigan abandonados o resueltos en falso– sean manejadas con criterios de rentabilidad periodística y sin explícitos asideros firmes en un país que ha visto demasiadas historietas policiacas manipuladas.

Astillas

Denuncias varias, recibidas a propósito de Querétaro y los panistas que lo gobiernan: “están robando como ni siquiera los priístas lo hicieron: con los topes de circulación de las calles negocian con los que quitan y con los defectuosos que ponen; roban quitando y poniendo fuentes; presionan al comercio para que quite letreros y les venden otros que ellos ‘aprueban’; hostigan a marías, ambulantes y gente que pretende ganarse la vida sin robar ni mendigar; traen empresas de León que anuncian la instalación de cables ‘sin zanjas’ que acaban dejando hoyos, hacen negocio con construcciones hidráulicas fallidas. Nadie los para. Tienen embobada a la gente con los medios controlados y amedrentados por ellos”. Y una precisión: el principal sospechoso del crimen de la BMW negra ha sido Federico Ruiz Lomelí, hijo de Federico Ruiz Rubio y Norma Lomelí, y nieto de Roberto Ruiz Obregón, familia concesionaria de la distribución de la Coca-Cola y dueña de varias empresas importantes de la entidad… El forcejeo por el poder en la Universidad de Guadalajara, ganado por el grupo caciquil de Raúl Padilla, hizo que desde distintos lugares del país se enviaran a esta columna comentarios sobre situaciones parecidas que se viven en otras universidades públicas. Por ejemplo, el doctor Sergio Elenes, profesor-investigador del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima, señala “la indiferencia y el poco interés de las autoridades universitarias por mantener e impulsar la investigación científica. Nosotros, los científicos, somos vistos como un mal necesario para llenar estadísticas en los informes rectorales, pero en la práctica las autoridades prefieren que nos mantengamos callados. La única forma de fortalecer las universidades públicas del país es eliminando la corrupción, el autoritarismo y las mafias universitarias. Una forma de lograrlo es teniendo una ‘ley orgánica universitaria nacional’, que regule todos los procesos de esas casas de estudios de manera transparente y democrática. Ya es tiempo de que los tres poderes de la Unión tomen en serio este problema, para que las universidades públicas dejen de funcionar como trampolines políticos y ‘cajas chicas’ de los gobiernos estatales”… Por cierto, el estilo apresurado e irregular de “revocación de mandato” que se usó recientemente en la UdeG para que el padillismo se deshiciera de Carlos Briseño está haciendo escuela, pues ayer los consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal hicieron la misma maniobra, introduciendo a la agenda del día asuntos que no estaban programados, provocando la salida de la autoridad constituida y procediendo a votar sobre destituciones y nuevos nombramientos. En el caso de IEDF se trata de una remoción largamente buscada por la alianza del panismo y el chuchismo perredista, que consideran demasiado cercano a los intereses de AMLO y Ebrard a Isidro Cisneros, el consejero presidente que estaba en funciones. Meses atrás, la asamblea legislativa capitalina pretendió remover a Cisneros y otros consejeros. En los hechos, la decapitación política es una venganza, porque el directivo electoral coopeló con la organización y convalidación de la consulta pública capitalina sobre el petróleo. En este episodio, como en el de la universidad tapatía, la última palabra la tendrán los tribunales que analizarán la validez jurídica de los procedimientos de sustitución de funcionarios… Y mientras aparece, a principios del año entrante, el primer diario electrónico portátil, fabricado por Plastic Logic, ¡hasta mañana, en esta columna que ve el mecanismo del Fobaproa aplicado a las hipotecarias gringas!