Las amenazas contra De la Madrid
RAúL MONGE
México D.F., 15 de mayo (apro).- En el súbito "arrepentimiento" del expresidente Miguel de la Madrid en relación con las declaraciones que hizo a la periodista Carmen Aristegui,en las que acusa a Carlos Salinas de Gortari y a sus hermanos Raúl y Enrique de haberse enriquecido al amparo del poder, participaron Francisco Rojas, Emilio Gamboa y los hijos del exmandatario Enrique y Federico de la Madrid, en una operación orquestada desde Londres, Inglaterra, por el propio Salinas.
Al menos esa es la versión que difunde hoy en sus páginas el semanario electrónico Reporte Indigo que dirige Ramón Alberto Garza. Según dicha versión, Rojas y Gamboa, hombre de todas la confianza de Salinas, habrían hecho llegar a De la Madrid y a sus hijos los mensajes necesarios para retractarse de las afirmaciones hechas a Aristegui, en una entrevista realizada el pasado 15 de abril como parte de un libro, pero que, por la trascendencia de sus dichos, la periodista decidió difundir, el pasado miércoles 13, en su espacio de noticias de MVS parte del contenido de la conversación que sostuvo con el expresidente.
Con esa maniobra, dice Reporte Indigo, Salinas intentaría neutralizar las severas acusaciones de inmoralidad y corrupción que De la Madrid hizo sobre él y sus hermanos.
Agrega Ramón Alberto Garza en su texto: "La estrategia habría sido simple y directa: 'Me pueden matar, pero se van conmigo': O en otras palabras, 'de aquel lado, del que hace las delaciones, también existen historias que contar…y si no hay desistimiento, van a salir".
De acuerdo con el periodista, la reunión celebrada en la casa de De la Madrid se prolongó por más de siete horas y en ella Rojas, exdirector de Pemex, en el gobierno salinista, habría operado como el diplomático disuasivo a favor de la causa de Carlos Salinas.
En el caso de Emilio Gamboa, dice, fue la conciencia de De la Madrid, igual que Ramón Aguirre. El primero fue secretario particular del exmandatario y, el segundo, jefe del Departamento del Distrito Federal.
Sigue Garza: "Comenzaron poco después de las nueve de la mañana del miércoles 13. Habían pasado apenas unos minutos después de que Aristegui sacudiera a la opinión pública con la difusión de la entrevista en Noticias MVS. Y el acuerdo terminó de concretarse cerca de las tres de la tarde pactando la redacción de un comunicado.
"La arrepentida secreta se consumaba, y la sentencia, que como epitafio cerraba el comunicado lo decía todo: 'Después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud". Firma: Miguel de la Madrid.
Inmediatamente después de la difusión de ese desmentido, recuerda, a las redacciones de todos los diarios llegó una carta del Salinas dirigida a Aristegui, en la que le reprocha "la falta de respeto" y el "abuso de confianza" por exhibir "testimonios de personas que padecen limitaciones".
Horas después, Raúl Salinas hizo llegar a Aristegui otra carta, en la que se limita a narrar el desenlace de los distintos procesos penales que lo mantuvieron en prisión casi 11 años.
En su edición de este viernes, el diario Reforma pública otra versión sobre la claudicación de De la Madrid.
Según la nota firmada por la reportera Claudia Guerrero, la operación cicatriz comenzó en la sala de juntas del PRI en el senado, cuando Emilio Gamboa recibió, a eso de las 10:30 horas, del pasado miércoles 13, una llamada telefónica que lo descompuso.
--"Si señor Presidente"--, respondió Gamboa.
El interlocutor no era Felipe Calderón, era nada menos el expresidente Carlos Salinas.
Gamboa se levantó de la mesa donde los priistas analizaban el escándalo generado por las revelaciones del expresidente De la Madrid.
Según la nota, Gamboa aparentemente no había escuchado la entrevista que su exjefe le había dado a Carmen Aristegui, por lo que Manlio Fabio Beltrones tuvo que ponerlo al tanto.
Minutos después, Gamboa abandonó el salón y se dirigió a la casa de De la Madrid, en Coyoacán.
En el Senado, mientras tanto, los priistas pactaron mantener la boca cerrada y anular lo dicho por De la Madrid exhibiendo ante la opinión pública su "precario estado de salud".
Una tercera versión sobre el repentino desistimiento de De la Madrid aparece hoy en el diario La Jornada.
Firmada por los reporteros Roberto Garduño, Enrique Méndez y Víctor Ballinas, la nota detalla cómo Gambia fue clave en la trama para que De la Madrid se desdijera.
Con base en versiones obtenidas de distintas fuentes, los reporteros reconstruyen parte de la plenaria que sostuvieron los priistas en el salón de juntas del PRI del Senado y dan cuenta de las varias llamadas telefónicas que atendió Gamboa en un lapso relativamente corto.
La última de ellas, dicen, fue para avisarle a su vocero, Héctor Lie, para que lo acompañara a la casa del titular del Ejecutivo de 1982 a 1988.
"Llegaron al mediodía a la casa El león rojo. De la Madrid no estaba porque asistido al médico. Gamboa y Lié lo esperaron. Una vez que llegó el expresidente, él y Gamboa se encerraron en el despacho por hora y media.
Cinco horas después, Federico de la Madrid envió a los medios informativos el comunicado y las órdenes de inserción que se publicaron en los principales diarios, donde su padre se desdice de las acusaciones que lanzó contra Salinas y sus hermanos.
Al menos esa es la versión que difunde hoy en sus páginas el semanario electrónico Reporte Indigo que dirige Ramón Alberto Garza. Según dicha versión, Rojas y Gamboa, hombre de todas la confianza de Salinas, habrían hecho llegar a De la Madrid y a sus hijos los mensajes necesarios para retractarse de las afirmaciones hechas a Aristegui, en una entrevista realizada el pasado 15 de abril como parte de un libro, pero que, por la trascendencia de sus dichos, la periodista decidió difundir, el pasado miércoles 13, en su espacio de noticias de MVS parte del contenido de la conversación que sostuvo con el expresidente.
Con esa maniobra, dice Reporte Indigo, Salinas intentaría neutralizar las severas acusaciones de inmoralidad y corrupción que De la Madrid hizo sobre él y sus hermanos.
Agrega Ramón Alberto Garza en su texto: "La estrategia habría sido simple y directa: 'Me pueden matar, pero se van conmigo': O en otras palabras, 'de aquel lado, del que hace las delaciones, también existen historias que contar…y si no hay desistimiento, van a salir".
De acuerdo con el periodista, la reunión celebrada en la casa de De la Madrid se prolongó por más de siete horas y en ella Rojas, exdirector de Pemex, en el gobierno salinista, habría operado como el diplomático disuasivo a favor de la causa de Carlos Salinas.
En el caso de Emilio Gamboa, dice, fue la conciencia de De la Madrid, igual que Ramón Aguirre. El primero fue secretario particular del exmandatario y, el segundo, jefe del Departamento del Distrito Federal.
Sigue Garza: "Comenzaron poco después de las nueve de la mañana del miércoles 13. Habían pasado apenas unos minutos después de que Aristegui sacudiera a la opinión pública con la difusión de la entrevista en Noticias MVS. Y el acuerdo terminó de concretarse cerca de las tres de la tarde pactando la redacción de un comunicado.
"La arrepentida secreta se consumaba, y la sentencia, que como epitafio cerraba el comunicado lo decía todo: 'Después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud". Firma: Miguel de la Madrid.
Inmediatamente después de la difusión de ese desmentido, recuerda, a las redacciones de todos los diarios llegó una carta del Salinas dirigida a Aristegui, en la que le reprocha "la falta de respeto" y el "abuso de confianza" por exhibir "testimonios de personas que padecen limitaciones".
Horas después, Raúl Salinas hizo llegar a Aristegui otra carta, en la que se limita a narrar el desenlace de los distintos procesos penales que lo mantuvieron en prisión casi 11 años.
En su edición de este viernes, el diario Reforma pública otra versión sobre la claudicación de De la Madrid.
Según la nota firmada por la reportera Claudia Guerrero, la operación cicatriz comenzó en la sala de juntas del PRI en el senado, cuando Emilio Gamboa recibió, a eso de las 10:30 horas, del pasado miércoles 13, una llamada telefónica que lo descompuso.
--"Si señor Presidente"--, respondió Gamboa.
El interlocutor no era Felipe Calderón, era nada menos el expresidente Carlos Salinas.
Gamboa se levantó de la mesa donde los priistas analizaban el escándalo generado por las revelaciones del expresidente De la Madrid.
Según la nota, Gamboa aparentemente no había escuchado la entrevista que su exjefe le había dado a Carmen Aristegui, por lo que Manlio Fabio Beltrones tuvo que ponerlo al tanto.
Minutos después, Gamboa abandonó el salón y se dirigió a la casa de De la Madrid, en Coyoacán.
En el Senado, mientras tanto, los priistas pactaron mantener la boca cerrada y anular lo dicho por De la Madrid exhibiendo ante la opinión pública su "precario estado de salud".
Una tercera versión sobre el repentino desistimiento de De la Madrid aparece hoy en el diario La Jornada.
Firmada por los reporteros Roberto Garduño, Enrique Méndez y Víctor Ballinas, la nota detalla cómo Gambia fue clave en la trama para que De la Madrid se desdijera.
Con base en versiones obtenidas de distintas fuentes, los reporteros reconstruyen parte de la plenaria que sostuvieron los priistas en el salón de juntas del PRI del Senado y dan cuenta de las varias llamadas telefónicas que atendió Gamboa en un lapso relativamente corto.
La última de ellas, dicen, fue para avisarle a su vocero, Héctor Lie, para que lo acompañara a la casa del titular del Ejecutivo de 1982 a 1988.
"Llegaron al mediodía a la casa El león rojo. De la Madrid no estaba porque asistido al médico. Gamboa y Lié lo esperaron. Una vez que llegó el expresidente, él y Gamboa se encerraron en el despacho por hora y media.
Cinco horas después, Federico de la Madrid envió a los medios informativos el comunicado y las órdenes de inserción que se publicaron en los principales diarios, donde su padre se desdice de las acusaciones que lanzó contra Salinas y sus hermanos.
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