Thursday, May 27, 2010


“Greg” sabía


Reveló al coordinador general de POR ESTO! la investigación de la SIEDO en su contra

CANCUN, Q.ROO, 26 de mayo.-El hoy detenido candidato del PRD, Convergencia, PT, Gregorio Sánchez Martínez, sabía que estaba siendo investigado por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), pues en una charla sostenida con el POR ESTO! De Quintana Roo, el pasado cuatro de mayo del presente, en mi oficina, comentó de una declaración que lo involucraba en su posible participación en el asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñones y de su presunta relación con Héctor “El Barbas” Beltrán Leyva, el asesinado líder del cártel de los Beltrán Leyva.
Preocupado desde ese entonces por una posible detención, el hoy acusado de vínculos con el narcotráfico, repetía con insistencia que era un complot para dejarlo fuera de la elección al gobierno de Quintana Roo, y que el testigo protegido con clave “Pitufo” lo señalaba de haber recibido dinero de Héctor Beltrán Leyva “El Barbas” (líder del cártel de Los Beltrán Leyva) para financiar su campaña a la presidencia municipal de Benito Juárez, en el 2008. Ese dinero según “El Pitufo” se le había entregado a Gregorio Sánchez por “El Barbas” en una casa de seguridad ubicada en el municipio de Huixquilucan, Estado de México.
Se veía tenso, malhumorado, evasivo en la mirada y culpando a todos de estar en su contra. Tenía arranques de ira y en algunas ocasiones hasta de violencia, narraban sus colaboradores. Se había amparado contra 180, instancias judiciales y hasta en su círculo cercano desconocían a fondo en contra de quien o las razones por las cuales mantenía a sus abogados siempre en los juzgados.
En esa reveladora charla Gregorio Sánchez, mencionó de igual forma que había un compromiso entre Jesús Ortega, Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, que esos expedientes no serían utilizados en su contra durante todo el proceso electoral para no deslegitimar y afectar la imagen de las coaliciones PAN-PRD en otras entidades y que le pidió que de no ser culpable de las graves imputaciones que le hacían, limpiara su expediente para no tener ninguna implicación posterior.
Hoy los mismos perredistas locales, culpan a Cesar Nava y/o Felipe Calderón Hinojosa, de no haber cumplido el pacto de tocar a Greg Sánchez Martínez, mientras duraran las campañas políticas y que conflictos personales en la cúpula panista, volvieron a dejar a un lado los acuerdos políticos del Secretario de Gobernación como se había evidenciado con el tema de la aprobación fiscal con el PRI.
No cumplió Gómez Mont, como tampoco le cumplieron en sus convenios en lo oscurito que hicieron con el PRI, por los problemas personales de Cesar Nava, con el secretario de Gobernación, decían la noche de la detención de Greg, los confundidos perredistas que fueron consultados por este reportero.
Algunos miembros de las dirigencia perredista estatal, dijeron conocer las graves acusaciones que pesaban en contra del hoy detenido, sin embargo, decidieron correr el riesgo de aprobar la candidatura de Greg, pues no había otro personaje que pudiera enfrentar a la maquinaria priísta.
Si no lo hacemos corremos el riesgo de que desaparezca el PRD en Quintana Roo, no tenemos un cuadro fuerte que pueda consolidar nuestro proyecto en la entidad.
Las señales de lo que podría ocurrirle a Greg Sánchez se dieron en abril pasado, durante la visita de Felipe Calderón Hinojosa a Quintana Roo, en Cancún, prohibió que se le acercara Gregorio Sánchez Martínez durante los eventos que se realizaron en esa gira.
El Estado Mayor Presidencial, solicitó que la posición que ocupara el entonces presidente municipal de Benito Juárez en el presídium fuera lo más retirado del “señor Presidente”. Calderón Hinojosa repetía con insistencia, “Dónde está Licha, dónde está Licha (por Alicia Ricalde Magaña, candidata a la gubernatura por el PAN) la quiero a mi lado” repetía con insistencia Calderón, en al menos dos eventos. En tanto, el entonces alcalde de Benito Juárez, lo mantenían distante y alejado de las fotógrafos de Los Pinos y de la prensa en general.
Ya se encontraban en su fase final las investigaciones en contra del hoy detenido alcalde con licencia. Por eso Calderón no querían ninguna gráfica junto a Gregorio Sánchez Martínez, sabía que su aprehensión estaba cercana, dado que la investigación había sido realizada por el Ejército y que no había fallas ni tintes políticos para beneficiar a ningún partido. Tan sólo el esclarecimiento de la muerte del general Mauro Enrique Tello Quiñones como se lo habían exigidos las cúpulas del Ejército, caiga quien caiga. Elementos de prueba abundaban, como la relación de Getulio y el sobrino de Gregorio con la cúpula del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, a quienes habían conocido en Cocoyoc, Morelos. Según uno de los testigos protegidos, el sobrino ejecutado había sido el contacto para llegar hasta el entonces candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez en el 2005.
La tortura y muerte del general, Mauro Enrique Tello Quiñones, obedeció a que la administración de Gregorio Sánchez Martínez había incumplido su palabra de mantener la dirección de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública, bajo el mando de uno de sus aliados y habían cedido ante la solicitud de la Secretaría de la Defensa Nacional, de poner a un militar retirado en el cargo, para frenar la escalada de ejecuciones y narcotráfico que se estaban incrementado en Quintana Roo y en particular la ciudad de Cancún.
Los resultados ya se conocen y la muerte del sobrino, así como la del teniente Getulio, se habían escrito, desde el momento en que no pudieron controlar los informes que de inmediato a su llegada empezó a enviar a la Sedena, el general Tello Quiñones, quien venía dispuesto a limpiar la cloaca en que se había convertido la policía municipal de Cancún.
No hay equívocos en la investigación, las declaraciones de los cuatro testigos protegidos que inculpan a Gregorio Sánchez Martínez, se amarraron en abril pasado, cuando los militares irrumpieron en las casas de espionaje y decomisaron valioso y sofisticado equipo de intervención de llamadas telefónica, y en donde hasta el mismo alcalde con licencia espiaban y grababan, lo que propició que todo el archivo decomisado en el lugar por los militares sirviera en parte para “amarrar” en definitiva las graves imputaciones que pesaban en su contra. Pero esa, es otra historia…
(Renán Castro Madera)


No comments: