Sunday, July 18, 2010



Nueva dimensión de terror


CIUDAD JUAREZ, Chihuahua, 17 de julio (AP y PERIODICOS) _ El primer ataque con carro-bomba realizado con éxito por un cártel de drogas trae una dimensión nueva de terror a la región de la frontera mexicana, ya conmocionada por tiroteos frecuentes en las calles, cadáveres colgados de puentes y retenes carreteros montados por criminales fuertemente armados.
El ataque, al parecer ejecutado con base en un manual de al-Qaida, demostró una vez más que los cárteles están un paso adelante tanto de una ciudadanía ya atemorizada como de la policía federal, que recientemente tomó de los militares el mando en la lucha contra los narcotraficantes en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, Texas.
``Es muy parecido a Irak’’, dijo Claudio Arjón, propietario de un restaurante cerca del lugar del ataque, quien estaba mirando la mañana del sábado el daño ocasionado. ``Ahora las cosas son muy diferentes. Está muy feo’’.
La gente en Ciudad Juárez ya vive en un virtual estado de sitio. Al igual que muchos propietarios de restaurantes, Arjón cierra su negocio mucho antes de que oscurezca para evitar a bandas criminales que lo amenazan a él y a su clientela.
Los padres viajan en autos separados hacia el mismo lugar para que uno pueda advertir al otro sobre peligros por delante. Conductores de ambulancias y médicos de salas de urgencias quedan atrapados en el fuego cruzado de pandilleros que tratan de rematar a sus adversarios heridos.
Un carro-bomba era algo que nadie esperaba. Fue un ataque cuidadosamente planeado y diseñado para tomar con la guardia baja a una población extremadamente cautelosa y a las fuerzas de seguridad.
Una pandilla callejera vinculada al cártel de Juárez atrajo a agentes de la policía federal y paramédicos al sitio de la explosión, vistiendo con uniforme de policía a un hombre atado y herido, y haciendo una llamada telefónica, la cual reportaba falsamente que un policía había sido baleado, dijo el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes.
Entre las tres personas que murieron por el ataque estaba un médico privado que acudió a atender al hombre herido. Entre los lesionados estuvo un camarógrafo de una televisora local, quien grababa a los paramédicos cuando atendían al hombre. Incluso en una ciudad donde las decapitaciones y balaceras desde vehículos en movimiento son algo cada vez más común, pocos se podían imaginar que los cárteles escogerían ese momento vulnerable para atacar.
La Cruz Roja de Ciudad Juárez ya instruyó a su personal para esperar hasta que la policía acordone el lugar de un ataque antes de atender a los heridos, pero eso no fue suficiente el jueves, cuando los atacantes claramente esperaron a que todos estuvieran en posición antes de atacar.
Ahora, directivos de la Cruz Roja señalaron que estaban instruyendo a sus rescatistas para observar cualquier cosa inusual: un auto estacionado o una bolsa abandonada que pudiera ser una bomba.
``Ellos necesitan pensar con sus cabezas, y no son sus corazones’’, dijo Gilberto Contreras, presidente de la Cruz Roja en la ciudad.
Por otra parte, trasciende que a Ciudad Juárez arribaron elementos del Buró Federal de Investigaciones (FBI) para coadyuvar a la investigación de este primer acto que algunos catalogan ya como narcoterrorismo.

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