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Esteban David Rodríguez/ Proceso
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Jesús Reyes Heroles González Garza, representaba en oscuros negocios a empresas relacionadas con Petróleos Mexicanos (Pemex), la paraestatal que muy pronto dirigiría |
A comienzos del foxismo, Felipe Calderón condenaba “la brutal presión” que ejercían cabilderos para “obtener subsidios oficiales”. Sin embargo, cuando fue secretario de Energía contrató a los “expertos en privatizaciones” de StructurA y lo siguió haciendo como presidente electo e incluso como presidente constitucional.
Además de su nutrida clientela de la iniciativa privada, en la actualidad StructurA brinda servicios a la Presidencia de la República, por lo menos a nueve secretarías de Estado, a numerosos organismos desconcentrados y a gobiernos estatales. ISA, su socia, cubre un espectro similar. Entre ambas venden servicios a 11 secretarías de Estado, a un tercio de los gobiernos estatales y a una decena de organismos descentralizados. Es, sin lugar a dudas, todo un éxito.
Expertos privatizadores
Antes de la llegada de Reyes Heroles a la cabildera, ésta tenía pocos contratos con el gobierno. Al inicio de la era Fox, por ejemplo, GEA trabajaba para el entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y hoy procurador general de la República, Eduardo Medina Mora. Reyes Heroles y su equipo tomaron medidas para ganar la confianza oficial: StructurA empató su discurso con las inclinaciones del gobierno, sintonizado a su vez con los intereses de algunos de sus clientes potenciales.
A principios de 2002, Jonathan Heath –entonces ejecutivo de la cabildera y ahora economista en jefe de HSBC– y Ernesto Cervera (GEA) plantearon la urgente necesidad abrir Pemex a la inversión privada porque la paraestatal no tenía “ni el efectivo ni la tecnología para desarrollar nuevos yacimientos” (El Universal, 01-02-02).
Al inicio de 2003, en referencia a los servicios de StructurA para el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Intelite, empresa especializada en procesamiento de información y servicios, anunció: “Entre septiembre y diciembre de 2002 el grupo desarrolló el que bien podría ser considerado su primer proyecto conjunto: una propuesta de relanzamiento de la iniciativa oficial para reformar la legislación en materia eléctrica”.
Ese fue un año excelente para StructurA. La Presidencia de la República le encargó dos proyectos y Carlos Abascal, entonces secretario del Trabajo, le solicitó la realización de tres trabajos.
Para 2004 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), por medio de la Dirección General de Puertos, a cargo de Ángel González Rul, ahora socio de StructurA, pidió a la empresa la elaboración de un “Programa de Gran Visión para el Desarrollo Litoral 2007-2030”.
En 2005, Transportación Marítima Mexicana (TMM), consorcio cuestionado por sus relaciones con el gobierno de Vicente Fox, y en especial con la administración de Luis Ramírez Corzo en Pemex (El Universal, 30-10-07), contrató a StructurA para que renegociara ante la SHCP un certificado de IVA por más de 2 mil millones de pesos a favor de Transportación Marítima Mexicana (TMM). La gestión concluyó de manera exitosa el 12 de septiembre de ese año.
En el sector privado, StructurA cobró prestigio por su efectividad ante el gobierno. La contrataron entonces las empresas Mexssub, “líder en transporte y en energía”, con sede en Houston y operaciones en Canadá, Estados Unidos y México, así como la canadiense Embridge, operadora de ductos. Estas compañías se asociaron en julio de 2005, a fin de obtener un contrato de Pemex para “el aseguramiento e integridad de ductos” en el sureste del país.
El director de la cabildera, Jesús Reyes Heroles, actuó con diligencia. Elaboró estudios, promovió reuniones de los ejecutivos de las empresas que representaba con directivos de la paraestatal y se entrevistó con Ramírez Corzo para presentar el proyecto (La Jornada, 21-09-07, 11-07-08). La licitación –18575111/06/07– fue liberada a mediados de 2007, cuando Reyes Heroles ya era director de Pemex. Todo indicaba que el contrato se asignaría a Mexssub-Embridge, pero no ocurrió así.
Según el economista Mario Di Costanzo, Reyes Heroles tuvo tiempo de arreglar el proceso de licitación y reasignar el contrato a una empresa diferente de las que él había representado. Ante los señalamientos en su contra, el funcionario se defendió diciendo que había cabildeado el asunto “de manera gratuita”.
Alfiles
En enero de 2001, el parto de la alternancia aún estaba fresco. Cuatro periodistas, entre ellos el autor de este texto, se reunieron con Felipe Calderón, entonces coordinador parlamentario del PAN en San Lázaro, para averiguar cómo cambiarían las relaciones entre poderes en la “nueva era”.
A pesar de la abundancia de temas, Calderón se limitó a uno solo: “Hay que definir lo que es ético y lícito y lo que no lo es, en el Congreso. No podemos permitir que los cabilderos presionen de tal forma a los legisladores para conseguir subsidios para los grupos económicos que representan”. Incluso señaló “incautos”, con nombres y apellidos: “Estos lobbyistas quieren aplicarnos ‘manita de puerco’ a través de legisladores que actúan de buena fe, como Natividad González (PRI) o Fernando Margáin (PAN)”.
Esta posición no duró mucho tiempo. En diciembre de 2003, ya como secretario de Energía, Calderón contrató a StructurA para que realizara un análisis de las perspectivas económicas y políticas del año que se avecinaba.
Durante la sucesión presidencial las relaciones de Calderón con StructurA se consolidaron. En febrero de 2006 StructurA-GEA-ISA publicó su encuesta electoral dando a Calderón la delantera. El PAN se apresuró a difundir los resultados del sondeo. Vendrían otros sondeos con resultados parecidos, así como la llamada “guerra sucia” del Consejo Coordinador Empresarial, sólido cliente de la cabildera.
El fideicomiso del Banco del Ejército (Banjército) que administró los recursos del equipo de transición de Calderón (El Universal, 29-10-07) registró que éste erogó, en sólo tres meses, al menos 2 millones de pesos que fueron a parar a la caja de StructurA.
En cuanto asumió la Presidencia, Calderón designó a Reyes Heroles director de Pemex. MBD desapareció, pues ya no era necesaria. Julio Carrasco (ISA) asumió la dirección del Cisen, y otros ejecutivos fueron emigrando en los meses subsecuentes. Raúl Livas Elizondo, de MxV, que también fue liquidada, ocupó diversos cargos en Pemex. Roberto Ortega Lomelín (GAE) llegó a la coordinación ejecutiva de la dirección general de la petrolera, y Mariano Ruiz Funes Macedo (GEA) a la Coordinación General de la misma paraestatal.
La cabildera abrió sus puertas con mayor generosidad a numerosos exfuncionarios calderonistas.
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