Tuesday, April 20, 2010


El consenso del BRIC posterior a Washington

Asia Times Online


Los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se juntaron con éxito el jueves en la capital brasileña, Brasilia. Después de reunirse con el presidente chino Hu Jintao, y de condenar una vez más una “globalización asimétrica y disfuncional,” el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva se mostró entusiasta: “Ha nacido una nueva geografía económica global.” Bueno, no en realidad. No todavía.

Cualquiera en el mundo que esté aburrido con los problemas del comercio global causados por piratas somalíes en trajes Zegna está interesado en lo que se proponen (potencialmente) los miembros del BRIC. Los mayores países en desarrollo del mundo, que sin duda serán el motor de la economía global durante los próximos cuatro decenios, se proponen esencialmente lo que el presidente ruso de entonces, Vladimir Putin, describió en su famoso discurso en Múnich en 2007: formar un nuevo consenso global. Llámese el ascenso de la periferia (los mundos “Segundo” y “Tercero”. Llámese el alba del consenso posterior a Washington.

No deja de ser irónico que los principales protagonistas de la actual arquitectura financiera global estén siendo obligados a reconocer que las “placas tectónicas económicas y políticas [globales] se están desplazando”. No, no fue Lula, sino el jefe del Banco Mundial nombrado por George W. Bush, Robert Zoellick, quien incluso se sintió obligado a dar el golpe de gracia al concepto condescendiente de “Tercer Mundo.”

¿Despierta finalmente el Banco Mundial ante el/los mundo(s) reales? Los miembros del BRIC se reunieron en Brasil aproximadamente una semana antes del festival de amor anual del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en Washington. Puede que el viejo orden lo resienta, pero la voz del BRIC es y seguirá siendo cada vez más insistente. No es sorprendente, están contribuyendo con más fondos al FMI, por lo tanto deberían tener más influencia en la decisión sobre el uso del dinero. Quieren una antítesis de Wall Street: transparencia. La crisis financiera de 2008 –que de ninguna manera ha terminado– fue desencadenada por un casino financiero con un sesgo de Wall Street.

Estratégico y transparente

El BRIC se reunió por primera vez oficialmente en Ekaterinburgo, Rusia, en junio de 2009. Entonces ahondaron profundamente en la discusión de la crisis financiera global y plantearon la posibilidad de dejar de lado el dólar como moneda de reserva mundial.

Ahora su estrategia común es mucho más sutil. Los dirigentes de esos cuatro países saben que todavía es demasiado temprano para pensar en una moneda común; primero necesitan un potente ideal unificador. El resultado inevitable será un mercado común, y luego una moneda común. El nacimiento del euro tardó 50 años.

Por lo tanto no es sorprendente que, por el momento, como lo describió el ministerio de exteriores de China, el ambiente sea todavía algo suave, con mucha retórica sobre “cooperación Sur-Sur”. Pero el llamado a “más transparencia” es muy concreto; se insistirá una y otra vez ante estadounidenses y europeos durante la próxima reunión del Grupo de 20 (G-20) en Canadá en junio.

A diferencia de EE.UU., la salud del BRIC es buena; no hay una crisis financiera crónica, hay tasas de crecimiento decentes. Todos estos países son líderes regionales. A diferencia de EE.UU. –y el resto del mundo se ha dado cuenta– todos han preservado un rol muy privilegiado para la inversión pública en su modelo de desarrollo.

El BRIC puede representar un 42% de la población mundial, aproximadamente un 15% del producto interno bruto del mundo, y casi un 30% del comercio mundial. Pero ni siquiera está constituido como un bloque comercial como los bloques comerciales de la Unión Europea o del Mercosur. Por lo menos no todavía.

De modo que el camino será largo. El BRIC comienza a ajustar su labor comercial –como el establecimiento de una colaboración más estrecha entre los bancos de desarrollo en Brasil, India y China para una serie de proyectos de cooperación.

Por ejemplo, los expertos discutieron en Brasilia la experiencia entre Brasil y Argentina de comercio en monedas locales, el real y el peso – y no en dólares de EE.UU. La próxima etapa, como ha señalado con entusiasmo el presidente ruso Dmitry Medvedev, incluye acuerdos múltiples de cooperación en tecnología agrícola, energía nuclear, ingeniería aeronáutica, exploración espacial y nanotecnología.

El nuevo orden mundial.

El BRIC está repleto de contradicciones internas. China e India se enfrentan por la preeminencia en Asia. A China no le complace exactamente que India trate de obtener un sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU. China e India compiten encarnizadamente por obtener tanto petróleo y gas de Asia Central como sea posible. Rusia es muy consciente de la expansión china en Siberia. A India no le complace demasiado que Brasil –uno de los principales exportadores de alimentos del mundo– quiera reducir los aranceles para productos agrícolas. El ministro de finanzas brasileño Guido Mantega suena como un funcionario del Tesoro de EE.UU. cuando llama a que el yuan sea revalorizado; importaciones baratas destruyen a fabricantes brasileños como lo han hecho con los de EE.UU.

Pero esas contradicciones internas palidecen en comparación con la agenda común de los miembros del BRIC de no enemistarse con Washington. Porque saben perfectamente que el nuevo mundo multipolar no puede tener un centro –que por el momento está en Washington que, con la excepción de la hegemonía militar, es en gran parte impotente– China, por ejemplo, ha edificado una economía en competencia con Japón para convertirse en la segunda economía del mundo por su tamaño, aprovechando el actual sistema centrado en EE.UU.

Los miembros del BRIC se pueden complementar mutualmente en numerosos aspectos (Brasil y China son el mejor ejemplo; China ha superado a EE.UU. como el mayor socio comercial de Brasil). Pero un problema clave es que no pueden hablar por el resto del mundo en desarrollo y subdesarrollado –China seguirá exportando exitosamente su “modelo” de poder suave, su creencia en la multipolaridad, en la no interferencia política, en el desarrollo integrado y la transferencia de tecnología.

En todo caso el mundo nunca llegará a ser “plano” – es una absurda fantasía neoliberal y simplista. Un nuevo consenso político global tendría que ser formulado por las Naciones Unidas –pero no por una ONU dominada por EE.UU.; idealmente tendría que ser una ONU reformada, con un Consejo de Seguridad expandido y plenamente representativo. Una cosa es segura: las elites arraigadas tanto en EE.UU. como en Europa (que para todos los propósitos prácticos es ahora un enano en la arena global) se resistirán a brazo partido a la dilución de su poder.

En todo caso los países del BRIC seguirán insistiendo en la reestructuración de la arquitectura financiera global –y eso comienza por profundas reformas de las instituciones de Bretton Woods. Serán cada vez más poderosos dentro del G-20 –y eso ya ha reducido al Grupo de Ocho a la irrelevancia. Es muy instructivo ver cómo han desarrollado su posición común sobre temas candentes como el expediente nuclear iraní: una vez más han subrayado en Brasilia que quieren diálogo, no confrontación, sanciones y amenazas.

De modo que el nombre del juego del BRIC puede ser evolución –no revolución. Pero el juego en sí está claro; a toda velocidad hacia el consenso post-Washington.

…………..

Pepe Escobar autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su nuevo libro, que acaba de aparecer es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009).

Para contactos: pepeasia@yahoo.com.

(Copyright 2010 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Central_Asia/LD17Ag01.html



THE ROVING EYE


The BRIC post-Washington consensus

By Pepe Escobar

The BRIC countries (Brazil, Russia, India and China) got together in the Brazilian capital, Brasilia, on Thursday with a bang. After meeting Chinese President Hu Jintao, and once again condemning an "asymmetric, dysfunctional globalization", Brazilian President Luiz Inacio Lula da Silva was at his ebullient best: "A new global economic geography has been born." Well, not quite. Not yet.


Anyone across the world fed up with Somali pirates in Zegna suits disrupting global trade is interested in what the BRICs are (potentially) up to. The world's largest developing countries, bound to be the engine of the global economy for the next four decades, are essentially up to what then Russian president Vladimir Putin

outlined in his famous speech in Munich in 2007; forming a new global consensus. Call it the rise of the periphery (the "Second" and "Third" worlds). Call it the dawn of the post-Washington consensus.

It's nothing short of ironic that major players in the current global financial architecture are being forced to acknowledge that the global "economic and political tectonic plates are shifting". No, that was not Lula, but the George W Bush-appointed head of the World Bank, Robert Zoellick. Zoellick even felt compelled to deliver the coup de grace to the patronizing concept of "Third World".


Is the World Bank finally waking up to the real world(s)? The BRICs met in Brazil roughly one week before the World Bank and International Monetary Fund annual love fest in Washington. The old order may resent it, but the BRIC voice is and will continue to be ever more
insistent. No wonder; they are shelling more funds to the IMF, thus they should have more say on where the money is going. They want an antithesis of Wall Street: transparency. The 2008 financial crisis - which by no means is over - was unleashed by a Wall Street-biased financial casino.

Strategic and transparent

The BRICs officially met for the first time in Yekaterinburg, Russia, in June 2009. At the time they delved deep into discussing the global financial crisis and advanced the possibility of dumping the US dollar as the world's reserve currency.

Now their common strategy is much more subtle. The leaders in these four countries know it's still too early to think about a common currency; first they need a potent unifying ideal. The inevitable outcome will be a common market, and then a common currency. The euro took 50 years to be born.


So no wonder, at the moment, as China's Foreign Ministry would put it, the mood is still kind of mellow, with plenty of rhetoric about "South-South cooperation", "
strategic partnerships", "common development" and "common understanding". But the call for "more transparency" is very substantial; it will be hammered over and over again at the Americans and Europeans during the next Group of 20 (G-20) meeting in Canada in June.

Unlike the US, the BRICs' health is sound; no lingering financial crisis, decent growth rates. All of these countries are regional leaders. Unlike the US - and the rest of the world has noticed it - they have all preserved a very privileged role for public investment in their development model.


The BRICs may represent 42% of the world's population, roughly 15% of the world's gross domestic product, and almost 30% of world trade. But they're not even constituted as a commercial bloc such as the European Union or Mercosur trade blocs. At least not yet.


So the road will be long. BRICs are starting by getting their commercial act together - like setting up closer cooperation between development banks in Brazil, India and China for an array of partnership projects.


In Brasilia, experts for example discussed the Brazil-Argentina experience of trading in local currencies, the real and the peso - and not in US dollars. The next stage, as Russian President Dmitry Medvedev has enthusiastically pointed out, includes multiple cooperation deals on agricultural technology, nuclear energy,
aircraft engineering, space exploration and nanotechnology.

The new world order

BRIC is rife in internal contradictions. China and India are on a collision course in terms of Asian preeminence. China is not exactly fond of India trying to get a seat at the UN Security Council. China and India fiercely compete to get as much oil and gas from Central Asia as possible. Russia is acutely aware of Chinese expansion in Siberia. India is not exactly fond of Brazil - one of the world's top food exporters - wanting to slash tariffs on agricultural products. Brazilian Finance Minister Guido Mantega sounds like a US Treasury official when he calls for the yuan to be revalued; cheap imports are killing Brazilian manufacturers as much as it killed America's.

But these internal contradictions pale compared to the BRICs' common agenda of being very careful not to antagonize Washington. As much as they know that the new multipolar world cannot have a center - which at the moment is in a Washington that, with the exception of military hegemony, is largely
impotent - China, for instance, has built an economy battling with Japan to become the world's second-largest economy by profiting from the current US-centered system.

The BRICs may complement each other in many aspects (Brazil and China are the best example; China has toppled the US as Brazil's largest trading partner). But a key problem is that they cannot speak for the rest of the developing and undeveloped world - as much as China will keep successfully exporting its "model" of soft power, belief in multi-polarity, non-political interference, integrated development and technology transfer.


The world anyway will never become "flat" - this is a silly neo-liberal, simplistic fantasy. A new global political consensus would have to be formulated by the United Nations - but not a UN dominated by the US; ideally this should be under a reformed UN, with an expanded and fully representative UN Security Council. One thing is certain; entrenched elites in both the US and Europe (which for all practical purposes is now a midget in the global arena) will fight the
dilution of their power tooth and nail.

BRICs anyway will keep insisting on remaking the global financial architecture - and that starts with profound reforms at the Bretton Woods institutions. They will be increasingly more powerful inside the G-20 - and that has already reduced the Group of Eight to irrelevancy. It's very enlightening to see how they have evolved their common position on burning issues such as the Iranian nuclear dossier: once again they have
stressed in Brasilia they want dialogue, not confrontation, sanctions and threats.

So the BRIC name of the game may be evolution - not revolution. But the game itself is clear; full speed ahead towards the post-Washington consensus.


Pepe Escobar is the author of
Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) and Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. His new book, just out, is Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009).

He may be reached at
pepeasia@yahoo.com.

(Copyright 2010 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved. Please contact us about
sales, syndication republishing.) and

No comments: