Thursday, August 12, 2010

La auténtica trama de Google y Verizon

Historia de dos Internet (actualizada)


Wired.com

Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez


El lunes, Google y Verizon presentaron una propuesta conjunta que permitiría a los proveedores de servicios de Internet ofrecer paquetes de contenidos de alta calidad para una red global no especificada; una jugada inesperada que parecería requerir la existencia de varias Internet independientes y desiguales.

Las dos empresas afirman que las líneas maestras garantizarán que no se dé prioridad a ningún tipo de tráfico de Internet con respecto a otro (con la excepción de virus, correo basura y similares).

«Debería haber normativa nueva que prohíba de forma eficaz las prácticas discriminatorias», dice parte de su propuesta, presentada en las páginas web tanto de Verizon como de Google . «Por primera vez, los proveedores de banda ancha por cable no podrán discriminar ni conceder prioridad a contenidos, aplicaciones o servicios de Internet legales , y así no podrán atentar contra la libre competencia ni perjudiquen a los usuarios.»

«Nuestra propuesta también incluye garantías para asegurar que este tipo de servicios en la red se pueda distinguir de los servicios de acceso a Internet de banda ancha tradicionales, y no están concebidos para burlar las normas», prosigue. «La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, Federal Communications Commission) también supervisaría el desarrollo de los servicios para garantizar que no interfieren con el desarrollo sostenido de los servicios de acceso a Internet.»

La otra cara de la moneda del borrador de Google y Verizon garantizaría a las empresas de contenidos, a través de un segundo grupo de líneas de cable, la prestación de servicios que requieren un ancho de banda demasiado grande para que se pueda hacer en la Internet «habitual» mediante pago.

Ese bombazo es la zanahoria con la que se pretende convencer a los proveedores de servicios de Internet para que suscriban los principios básicos de neutralidad en la red de la Internet que conocemos. Pero la propuesta injustificada de anticipar una autopista de la información absolutamente nueva para «carriles rápidos» llega en medio del ya polémico debate sobre la neutralidad de la red y, a primera vista, parece más probable que exacerbe la discusión que la FCC trata de conducir en lugar de orientarla hacia una conclusión más rápida.

La reacción de los defensores de la neutralidad de la red ha sido instantánea y, en su mayoría, negativa; al final de esta noticia se reproducen sus palabras extensamente. La FCC no parecía demasiado complacida con la propuesta en sí, ni con el hecho de que se haya redactado al margen de un proceso muy delicado con los agentes del sector que estalló el viernes pasado después de que The New York Times informara de que Google y Verizon estaban trabajando en una vía paralela .

«Algunos dirán que este anuncio hace avanzar la discusión. Ese es uno de los muchos problemas que plantea», afirmó en una declaración Michael J. Coops, miembro de la FCC. «Ha llegado el momento de dar un paso al frente para tomar una decisión; una decisión que reafirme la autoridad de la FCC sobre las telecomunicaciones de banda ancha, que garantice de una vez por todas una Internet abierta y que anteponga los intereses de los consumidores frente a los de las grandes corporaciones.»

Y esa sería la primera pregunta, suponiendo que esta historia de dos Internet se llegue a escribir alguna vez: ¿Hasta qué punto una red intrínsecamente más privada llegaría a fundirse con la Internet pública? ¿Sería como la televisión de pago por cable y vía satélite, que ahora ofrece algunos contenidos que antes se podían ver en la televisión «gratuita», sin que hayan desaparecido por completo las emisiones abiertas? ¿O sería como la televisión y la distribución de contenidos en red, que han aniquilado la producción y la innovación de las cadenas de televisión locales?

En este momento la propuesta no incluye otorgar mediante pago prioridad al tráfico de una empresa con respecto al de otra, lo que representa una victoria para los defensores de la neutralidad de la red. Pero sí demanda la existencia de los denominados «carriles rápidos» que los proveedores de servicios de Internet vienen pidiendo a gritos y en unas modalidades que ni siquiera son capaces de prever las dos empresas, tanto según el presidente de Google, Eric Schmidt, como el consejero delegado de Verizon, Ivan Seidenberg.

«Nuestra propuesta permitiría que los proveedores de banda ancha ofrecieran servicios adicionales y diferenciados en la red, además del acceso a Internet y los servicios de video (como Fios TV, de Verizon) que ya ofrecen», prosigue la propuesta. «Eso quiere decir que los proveedores de banda ancha pueden trabajar con otros agentes para desarrollar servicios nuevos. Es demasiado pronto para augurar cómo evolucionarán esos nuevos servicios, pero algunos ejemplos podrían ser la atención médica, la red eléctrica inteligente, los servicios educativos avanzados o nuevas alternativas de entretenimiento y juego.»


Dicho de otro modo, para evitar crear categorías de acceso distintas a Internet y poder hacer trámites oficiales asociados, Google y Verizon han propuesto crear una segunda Internet, exclusivamente de pago; y las redes móviles quedan excluidas de la propuesta, de modo que el concepto de neutralidad de la red no se aplicaría necesariamente en este aspecto.

«El acuerdo entre Verizon y Google sobre cómo gestionar el tráfico de Internet no es más que un pacto privado entre dos mastodontes empresariales, y no debería constituir una pauta ni un fundamento para ninguna acción, ni del Congreso ni de la FCC», señaló Gigi B. Sohn, presidente y cofundador de Public Knowledge. «Es imposible implantarla, y apenas sirve para preservar una Internet abierta. Y lo más espinoso, sacrifica el futuro de la Internet móvil inalámbrica cuando este tipo de plataforma ha pasado a ocupar una posición más central en la vida de todos los estadounidenses.»

El modo más fácil de crear esta segunda Internet de pago sería establecer líneas de cable física o lógicamente diferenciadas, del mismo modo que Verizon ya diferencia hoy día los servicios de Fios a través de fibra óptica, señaló el consejero de políticas públicas de Free Press, Chris Riley.

«Se puede codificar la información en longitudes onda [de fibra óptica] distintas con el fin de enviarla a través de lo que, en esencia, es un único cable dividido en secciones aisladas», indicó a Wired.com. «Así es como se discriminan los canales de televisión por cable de los servicios de Internet por cable... pero también se podría hacer, además, con técnicas de software más flexible.»

¿No será que los proveedores de servicios de Internet como Verizon encuentran algún incentivo para desarrollar una Internet de pago mientras descuidan la Internet «abierta»? Schmidt dijo que además de que su propuesta indica que la FCC supervisaría la situación, Verizon jamás sería capaz de priorizar el tráfico de pago frente al tráfico abierto de Internet.

«Parece haber cierta preocupación por si, debido a esto, la inversión se desplazara de algún modo desde la Internet abierta hacia otras cosas», señaló Schmidt. «Tal como está redactada [la propuesta], no es posible. Además, Verizon y otros tienen muchos incentivos económicos para que la Internet abierta —la Internet pública— sea más útil, sencillamente porque eso es lo que quieren sus clientes.»

«Con toda franqueza, si fueran a degradarla, entrarían en el mercado otros competidores. Pero, como es natural, han prometido no hacerlo en todo caso... ya hay suficiente exceso de oferta para que sean capaces de manejar ambas. Y según esto, no están autorizados a darle prioridad frente a la Internet abierta. Y le he dicho a nuestros amigos de Verizon que seguiremos imponiendo estos principios.»

Por su parte, Google seguirá con la Internet abierta, según Schmidt.

«Nos encanta Internet y no tenemos la menor intención de utilizar nada más que Internet», dijo Schmidt; a lo que añadió que YouTube y todos los demás servicios de Google viajarán «siempre» a través de la Internet abierta.

Según la propuesta de Google y Verizon, la FCC tendría una autoridad de la que hoy día no goza para velar por la transparencia de los proveedores de servicios de Internet en todas sus ofertas y para que la distribución de contenidos sea honesta en la «Internet abierta», para lo que podrían llegar a imponer a los infractores multas de hasta 2 millones de dólares.

Ninguna de estas normas de banda ancha por cable se aplicarían a la Internet inalámbrica, con la excepción de la «transparencia», de modo que el concepto de neutralidad de la red en la Internet pública inalámbrica habría muerto nada más nacer (actualizado).

¿Qué pasa con el acuerdo entre Google y Verizon de que Google pagará a Verizon para que acelere sus contenidos a través de las líneas de Internet de Verizon? Sí, ese del que informaba The New York Times . Schmidt dijo que no existía semejante acuerdo.

«No hay ningún acuerdo empresarial [entre Google y Verizon] y las noticias de que lo había son falsas, engañosas e incorrectas», dijo Schmidt respondiendo a la pregunta de un periodista de Reuters. «Confío en que esta respuesta a su pregunta sobre el acuerdo empresarial sea muy clara.»

Hace mucho tiempo que algunos hablan de «las Internet» haciendo una especie de broma para enterados, porque claro que solo hay una Internet (pese a cierto GeorgeBushismo ).

Pero si la propuesta de Google y Verizon avanza, tendremos realmente dos Internet al precio de una: una gratuita, donde Google promete quedarse, y otra de pago, donde aparecerían servicios como televisión en 3D, tratamientos médicos a distancia o juegos de banda ancha intensivos.

Las reacciones a la propuesta de Google y Verizon empiezan a aparecer. Hasta el momento, los defensores de la neutralidad de la red no plantean más que críticas sólidas a la propuesta.

Extractos de declaraciones:

Andrew Jay Schwartzman, vicepresidente director de políticas de Media Access Project:

El plan que Google y Verizon han anunciado hoy no logra preservar las necesidades de los usuarios estadounidenses de Internet. La propuesta plantea más preguntas que respuestas. Por ejemplo: ¿Impediría a las autoridades de la FCC prohibir, en relación con la neutralidad de la red, prácticas concretas como las empleadas por Comcast para bloquear el tráfico P2P? Otra pregunta que el plan no responde de forma concluyente es que no habrá ningún tipo de protección para los usuarios inalámbricos. Solo esto ya convierte al plan en inviable.

Otra disposición particularmente inaceptable es la exigencia de que las reclamaciones deben demostrar el perjuicio real del consumidor. En la práctica, coloca un obstáculo casi insuperable, puesto que a los consumidores les resulta a menudo imposible saber qué prácticas se están empleando. El hecho de que haya una supuesta exigencia de transparencia ofrece pocas garantías. Como ha demostrado el caso Comcast, algunas empresas mienten a sus clientes. Y el tope de 2 millones de dólares en las multas es un error de cálculo acerca de la cuenta de resultados de empresas como Verizon. Otro defecto del plan es que eliminaría toda autoridad de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, Federal Trade Commission) para ejercer su tradicional función de defensa del consumidor.

Gigi B. Sohn, presidente y cofundador de Public Knowledge:

El acuerdo entre Verizon y Google sobre cómo gestionar el tráfico de Internet no es más que un acuerdo privado entre dos mastodontes empresariales, y no debería constituir una pauta ni un fundamento para ninguna acción, ni del Congreso ni de la FCC. Es imposible implantarla, y apenas sirve para preservar una Internet abierta. Y lo más grave, sacrifica el futuro de la Internet móvil inalámbrica cuando este tipo de plataforma ha pasado a ocupar una posición más central en la vida de todos los estadounidenses.»

Según la definición de neutralidad de la red de Google y Verizon, las empresas inalámbricas sólo tendrían que ser transparentes con sus prácticas en la red; lo que significa que podrían bloquear cualquier aplicación, contenido o servicio siempre que les dijeran a los usuarios que lo estaban haciendo. Y aunque no hubiera pago por tener prioridad en la Internet de buena fe, casi no habría límites sobre los denominados «servicios de gestión externa» de Internet, aparte de que tendrían que tener «una finalidad y un alcance diferenciados». Así pues, con el acuerdo parece concebible que un proveedor de red dedique el 90 por ciento de su banda ancha a estos servicios prioritarios y un 10 por ciento a la Internet de la buena fe. Si se permite que la gestión de servicios externos se coma a la Internet de la buena fe, toda protección que se establezaca para esta última será, pese a todos los intentos e intenciones, inútil.

La indignación pública ante las primeras noticias de este acuerdo debería ser una señal para la FCC y el Congreso: el público quiere que la FCC proteja a la Internet abierta y garantice que la próxima Google, el próximo Facebook, el próximo Twitter y la próxima Wikipedia puedan triunfar. Con la reciente desaparición de las negociaciones de la FCC sobre neutralidad de la red se ha acabado el tiempo para la demora o la inacción. La FCC debería concluir con prontitud su proceso abierto, público y global para decidir el fundamental asunto de la autoridad de la FCC sobre la banda ancha, una cuestión que no sólo es de aplicación en lo relativo a la neutralidad de la red, sino que también es crucial para saber si todos los estadounidenses podrán disponer de acceso asequible al servicio de banda ancha.»

Joel Kelsey, asesor político de Free Press:

Google y Verizon pueden intentar de todas las formas que se les ocurra disfrazar este acuerdo de senda razonable para avanzar, pero el hecho claro es que este marco, si lo suscriben el Congreso y la Comisión Federal de Comunicaciones, transformaría la Internet libre y abierta en una plataforma cerrada, como la televisión por cable. Es mucho peor que un acuerdo empresarial entre dos compañías. Es un marco político firmado, sellado y entregado con lagunas gigantescas que santifican el reparto de Internet para unas cuantas empresas y emisores de contenidos de Internet acaudalados...

Mucho peor; este acuerdo propone impedir que la FCC establezca siquiera las reglas. En lugar de un terreno de juego igual para todos, propone analizar las reclamaciones caso a caso, o incluso dejar que otros grupos empresariales decidan cuáles deberían ser las reglas. La única buena noticia es que ninguna de estas empresas es en realidad responsable de redactar las normas que rigen el futuro de Internet. Esa se supone que es la misión de nuestros dirigentes en Washington.

El Congreso y la FCC deberían rechazar los planes de Verizon y Google de repartirse Internet para el lucro privado de intereses lucrativos especiales, y dar un paso adelante con medias que preserven la Internet abierta para todos. Eso requiere, en primer lugar, que la FCC reafirme su autoridad sobre la banda ancha para garantizar que puede proteger la Internet abierta y promover el acceso universal a banda ancha de calidad, asequible y de alcance mundial.

Internet es uno de los recursos más importantes de nuestro país, y los legisladores de todo el mundo deberían reconocer que el futuro de nuestra economía de innovación es demasiado importante como para que se decida en un acuerdo alcanzado en un cuarto oscuro entre mastodontes de la industria.

Coalición SavetheInternet.com (MoveOn.Org Civic Action, Credo Action, the Progressive Change Campaign Committee, ClorofChange.org y Free Press):

El pacto entre Google y Verizon no sólo es tan malo como temíamos; es mucho peor. Están atacando a Internet mientras afirman preservarla. Los usuarios de Google no se van a dejar engañar.

Están prometiendo neutralidad ev la red sólo para una determinada parte de Internet, esa en la que seguramente dejaran de invertir. Pero también están allanando el camino para una nueva «internet» a través de fibra óptica y teléfonos inalámbricos, donde no se aplicará la neutralidad de la red y las empresas podrán seleccionar y escoger qué sitios puede ver con facilidad la gente en sus móviles o en cualquier otro dispositivo con conexión a Internet que utilice esas redes.

Abrirá la puerta al bloqueo rotundo de aplicaciones, exactamente igual que hizo Comcast con BitTorrent; o al bloqueo de contenidos, como hizo Verizon con los mensajes de texto de NARAL Pro-choice America. Dividirá la súper autopista de la información y creará nuevos carriles rápidos privados para los grandes agentes, mientras que dejará al tipo pequeño varado en un camino ventoso y polvoriento.

Y lo que es peor, este pacto convertirá a la Comisión Federal de Comunicaciones en un perro guardián desdentado, al que sólo se le permitirá seguir la pista de las reclamaciones infructuosamente y será incapaz de establecer normas por sí misma.

Eso no es una red auténticamente neutral. Y este pacto perjudicará a los millones de estadounidenses que han suplicado a nuestros dirigentes de Washington que defiendan la Internet libre y abierta. El Presidente Obama, el Congreso y la FCC deberían rechazar este acuerdo, restablecer la autoridad de la agencia que se supone que protege a los usuarios de Internet y salvaguardar de una vez por todas la neutralidad de la red.»

Pincha aquí para ver el texto completo de la propuesta de Google y Verizon:

Fuente:

http://www.wired.com/epicenter/2010/08/google-verizon-propose-open-vs-paid-internets/all/1

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