patricia dávila México, D.F., 1 de octubre (apro).- Familiares de Francisco Paredes Ruiz, miembro de la Fundación “Diego Lucero” y desaparecido el pasado miércoles en Morelia, Michoacán, denunciaron que han enfrentado una serie de obstáculos para presentar una denuncia formal sobre el caso.
Señalaron que, el viernes pasado, trataron de presentar una denuncia en la delegación de la PGR en Michoacán, la cual no fue aceptada por falta de “personal competente”, por lo que tuvieron que trasladarse a esta ciudad.
Sin embargo, explicaron que en la misma Unidad Especializada en Investigación de Secuestros, de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) de la Procuraduría General de la República (PGR), tampoco quisieron recibir la querella.
Paredes Ruiz es miembro de la Fundación “Diego Lucero”, organización civil que promueve la defensa de los derechos humanos. Se especializa en la lucha por la presentación con vida de los detenidos- desaparecidos en México.
Al llegar a esa Unidad Especializada de la Siedo, explicaron, se les informó que iban a llamar por teléfono a la Policía Federal Preventiva (PFP), para que presentaran la denuncia en esa corporación.
Añadieron que, al llamar y a través de una clave, fueron comunicados al Registro Nacional de Personas Extraviadas, organismo al que rindieron una declaración vía telefónica (número de reporte 734624). Señalaron que la persona que atendió la llamada se identificó a través del “número de clave 2023”.
Luego, indicaron, se trasladaron a la sede de la PGR, ubicada en Reforma, número 211, donde sólo estaba un agente de guardia, quien no les permitió el acceso al edificio, ni recibió el escrito dirigido al procurador General de la República, Genaro García Luna., Tampoco se les permitió presentar la denuncia.
De ahí, los familiares acudieron a la Delegación Metropolitana de la PGR, ubicada en Plaza de la República, donde se les notificó que sólo atendían casos del Distrito Federal y que, por tratarse de un caso de Michoacán, no les permitieron interponer la querella.
Al respecto, Adrián Ramírez López, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), censuró la “falta de sensibilidad” de las autoridades “ante un caso tan grave”, para garantizar la integridad física de Francisco Paredes Ruiz.
El miércoles pasado, antes de salir de su domicilio, en Morelia, Paredes Ruiz dijo a su hija que iba a lavar su camioneta, pero hasta la fecha no ha regresado y se ignora su paradero.
Según la denuncia, ese mismo día, a las 16:22 horas se comunicó con un familiar, al que le dijo que estaba comiendo. Luego, a las 16:57 horas, Paredes Ruiz llamó al celular de su hija, quien sólo pudo escuchar las voces de su padre y de una mujer platicando en un ambiente tranquilo, parecido al de una oficina.
Dos minutos después de colgar, su hija trató de inmediato de comunicarse de nuevo, pero la llamada siempre fue mandada al buzón. Insistió hasta las tres de la madrugada del día siguiente, sin obtener respuesta.
Dos días después, cuando se dirigía al centro de Morelia, la hija de Paredes Ruiz encontró la camioneta de su padre, una Nissan Pick-up, placas de circulación NF 97965, estacionada en la carretera que va a Salamanca.
La camioneta estaba abierta, con las ventanas abajo, el radio prendido y la chamarra y la gorra de su padre en los asientos. Su hija esperó unas dos horas en el lugar antes de llamar a un mecánico para echar a andar la camioneta, la cual tenía la batería baja. Vecinos del lugar confirmaron que la camioneta estuvo en ese lugar durante dos días.
Una vecina manifestó haber visto y saludado a Francisco Paredes a las 19:40 horas del pasado 26 de septiembre, mientras caminaba a dos cuadras después del libramiento donde se encontró la camioneta.
Familiares e integrantes de Limeddh temen que se trate de involucrar a Paredes Ruiz en los ataques perpetrados por el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Señalaron que, el viernes pasado, trataron de presentar una denuncia en la delegación de la PGR en Michoacán, la cual no fue aceptada por falta de “personal competente”, por lo que tuvieron que trasladarse a esta ciudad.
Sin embargo, explicaron que en la misma Unidad Especializada en Investigación de Secuestros, de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) de la Procuraduría General de la República (PGR), tampoco quisieron recibir la querella.
Paredes Ruiz es miembro de la Fundación “Diego Lucero”, organización civil que promueve la defensa de los derechos humanos. Se especializa en la lucha por la presentación con vida de los detenidos- desaparecidos en México.
Al llegar a esa Unidad Especializada de la Siedo, explicaron, se les informó que iban a llamar por teléfono a la Policía Federal Preventiva (PFP), para que presentaran la denuncia en esa corporación.
Añadieron que, al llamar y a través de una clave, fueron comunicados al Registro Nacional de Personas Extraviadas, organismo al que rindieron una declaración vía telefónica (número de reporte 734624). Señalaron que la persona que atendió la llamada se identificó a través del “número de clave 2023”.
Luego, indicaron, se trasladaron a la sede de la PGR, ubicada en Reforma, número 211, donde sólo estaba un agente de guardia, quien no les permitió el acceso al edificio, ni recibió el escrito dirigido al procurador General de la República, Genaro García Luna., Tampoco se les permitió presentar la denuncia.
De ahí, los familiares acudieron a la Delegación Metropolitana de la PGR, ubicada en Plaza de la República, donde se les notificó que sólo atendían casos del Distrito Federal y que, por tratarse de un caso de Michoacán, no les permitieron interponer la querella.
Al respecto, Adrián Ramírez López, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), censuró la “falta de sensibilidad” de las autoridades “ante un caso tan grave”, para garantizar la integridad física de Francisco Paredes Ruiz.
El miércoles pasado, antes de salir de su domicilio, en Morelia, Paredes Ruiz dijo a su hija que iba a lavar su camioneta, pero hasta la fecha no ha regresado y se ignora su paradero.
Según la denuncia, ese mismo día, a las 16:22 horas se comunicó con un familiar, al que le dijo que estaba comiendo. Luego, a las 16:57 horas, Paredes Ruiz llamó al celular de su hija, quien sólo pudo escuchar las voces de su padre y de una mujer platicando en un ambiente tranquilo, parecido al de una oficina.
Dos minutos después de colgar, su hija trató de inmediato de comunicarse de nuevo, pero la llamada siempre fue mandada al buzón. Insistió hasta las tres de la madrugada del día siguiente, sin obtener respuesta.
Dos días después, cuando se dirigía al centro de Morelia, la hija de Paredes Ruiz encontró la camioneta de su padre, una Nissan Pick-up, placas de circulación NF 97965, estacionada en la carretera que va a Salamanca.
La camioneta estaba abierta, con las ventanas abajo, el radio prendido y la chamarra y la gorra de su padre en los asientos. Su hija esperó unas dos horas en el lugar antes de llamar a un mecánico para echar a andar la camioneta, la cual tenía la batería baja. Vecinos del lugar confirmaron que la camioneta estuvo en ese lugar durante dos días.
Una vecina manifestó haber visto y saludado a Francisco Paredes a las 19:40 horas del pasado 26 de septiembre, mientras caminaba a dos cuadras después del libramiento donde se encontró la camioneta.
Familiares e integrantes de Limeddh temen que se trate de involucrar a Paredes Ruiz en los ataques perpetrados por el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
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