Monday, March 23, 2009


La Lupa Política

ALFREDO JALIFE RAHME

(Exclusivo para Voces del Periodista)


La devaluación de Calderón, Ortiz y Carstens




LA NOTORIA disfuncionalidad del régimen calderonista ha entrado a la zona de advertencia roja de la ingobernabilidad. No existe rubro de su actividad en la que tenga un desempeño menos que mediocre. La guerra contra el narcotráfico ha sido perdida por la ineptitud de la estrategia adoptada; lo dicen todas las fuentes militares de EU.

La economía se ha desplomado y ha entrado a la fase negativa, después de 27 años de estancamiento y con el peor crecimiento del PIB de toda Latinoamérica (peor, incluso, que Haití.)

El desastre panista resplandece a todos los niveles de la economía cuando el PIB de México se encontraba en el noveno lugar al inicio del sexenio foxiano y a los dos años de Calderón se ubica en el quinceavo lugar, según datos del FMI. !Ya antes de la crisis, se había desplomado seis lugares en el ranking mundial del PIB!

Todos los parámetros económicos conspiran en contra del régimen calderonista que, de entrada, no goza aún de legitimidad y que todavía se atreve a actuar como una vulgar dictadura bananera. en particular, mediante el férreo control totalitario de los multimedia consagrados de lleno a la plena desinformación.

Hasta los empresarios le dicen “Lipe” porque ya perdieron la “Fe” en Calderón, como es el caso abierto de las críticas feroces tanto de Lorenzo Servitje, el mandamás de Bimbo, como del mexicano-libanés Carlos Slim Helu.

Servitje aseveró en forma sorprendente que Calderón había acabado muy pronto su sexenio que finalmente duró dos años. Por su parte, Slim, en una ponencia muy lúcida ante el no menos disfuncional Congreso, expuso la triste hecatombe que sufre México.

En forma interesante, la fauna de los multimedia controlados por el calderonismo totalitario y sovietizado salieron a ladrar en contra de Slim, pero callaron ante el aserto fulminante y más severo de Servitje.
Es sumamente grave que Calderón se ande peleando con medio mundo, pero más grave aún es que irrite ya a dos de los principales empresarios de México, quienes lo apoyaron en su imposición muy controvertida en Los Pinos.
La mayor parte de los empresarios, sus aliados naturales y artificiales, lo dicen sotto voce: “Lipe” no tiene los tamaños para ser presidente, aserto que deslumbra más en medio del cataclismo financiero, económico, social, político y hasta en materia de seguridad.
México requiere de un presidente que armonice a todos los sectores de la sociedad; no presidente peleonero quien, para acabarla de amolar, como se dice coloquialmente, carece de base popular.
Son los momentos únicos de un pacto social: no de la fracturación y facturación sociales que han favorecido a la parasitaria plutocracia desde hace 27 años (desde Miguel de la Madrid Hurtado, cuando Emilio Gamboa Patrón operaba como su secretario muy “particular”.)
El panorama es aterrador y no consigue ser ocultado por todas las mendacidades de la dictadura de los multimedia que controla el gobierno panista. Urge instaurar la pluralidad y la diversidad en los medios masivos de comunicación que han sucumbido en las garras del neoliberalismo caduco y del “sionismo financiero” (léase del proto-fascista Enrique Krauze Kleinbort, para citar al mas conspicuo y belicoso desde Televisa, la máxima expresión del neototalitarismo postmoderno, y donde alardea controlar la selección unilateral de los comentaristas adiestrados y “cómodos” a CEMEX, a Roberto Hernández Ramirez, a Wall Street y a Israel.)
En una sola semana asistimos perplejos a la descomposición del gabinetito de discapacitados, los “cuates” de Calderón. Parecía una competencia de varios secretarios calderonistas y hedonistas sobre quién espetaría la más estúpida declaración de los primeros años del gobierno en plena putrefacción.


Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores, sabe muy poco de política exterior, como fue notorio en su ex abrupto al haber tildado al heroico gobierno palestino de Hamas en Gaza como “terrorista”, con el fin de favorecer al “sionismo financiero” que tiene controlado a México desde Salinas, gracias a la entrega del aventurero francés-israelí Joseph Marie Córdoba.
Pero ahora resultó que la neo-amazona de pacotilla para asuntos medio-orientales, que empieza a mostrar una preocupante arabofobia e islamofobia (contrarias a la neutralidad y serenidad que debe mantener un país de la talla de Mexico, en lugar de atizar la hoguera), la canciller al servicio del panismo tampoco conoce nada de la realidad mexicana al haber alucinado que solamente tres localidades manifiestan los brotes del narcotráfico cuando en realidad han infectado al país entero.
El “cuñado” Rodolfo Elizondo Torres perdió la cabeza (que muchos dirán nunca ha tenido; menos a las seis de la mañana a partir de cuando, aseguran sus enemigos, se encuentra tambaleantemente discapacitado) al señalar que los medios masivos de comunicación eran los culpables de la baja del turismo (declaración que luego negó) en medio del cementerio nacional y de los centenares de decapitados. ¿Desea el primer “cuñado” del país, el panista Elizondo Torres, promover el “turismo necrófilo”?
Javier Alarcón (alias “Lozano”), secretario del Trabajo, increpó en forma demencial de que la causal de la crisis financiera global era la “Ley Federal del Trabajo” de México.
La puja por la declaración más alocada parecía haber llegado a su paroxismo pero fueron rebasadas por declaraciones todavía más psicóticas (porque aún en la locura existen grados), cuando apareció en París el dizque “secretario de Economía”, Ruiz Mateos, anterior vendedor de moldes (pero, más que nada,”cuate” de Calderón), para declarar de que la lucha contra el narcotráfico que había emprendido su jefe en turno era para impedir la llegada de un narcotraficante a la presidencia.


Muchos analistas sonrieron en forma sardónica y expresaron en comentarios privados de que no había necesidad de que llegase un narcotraficante a la presidencia, ya que, por lo menos, desde Miguel de La Madrid Hurtado, presuntamente, todos los presidentes han encubierto de cierta manera al fenómeno de moda, llegando algunos, según estas mismas fuentes aviesas y traviesas, a apadrinar a alguno de los cárteles también de moda del sexenio en turno.
Más allá de la descomposición acelerada que sufre el gabinetito de discapacitados del régimen de Felipe el Brevísimo, cabe destacar en medio de la putrefacción ambiental psicopolítica y socioeconómica, la grave y vertiginosa devaluación del otrora super-peso panista que ha exhibido toda la ineptitud de los “mejores financieros del mundo” (como los catalogó el mandatario panista en Davos, la necrópolis del neoliberalismo global.)
En el pasado, la sola devaluación del peso mexicano desencadenaba una enorme inestabilidad en el país, como se recuerda sucedió a finales de los sexenios de Echeverría, López-Portillo, De La Madrid, y Salinas, quienes pudieron sortear los intensos vendavales gracias a la prodigiosa estabilidad política que había legado el PRI auténtico y original (porque el PRI actual del cripto-panista Emilio Gamboa Patrón se parece más al partido blanquiazul que al partido tricolor.)
Hoy, con los parámetros en todos los rubros de la actividad humana en contra del “barco ebrio” calderonista (para citar metafóricamente al inolvidable poema del genial Rimbaud), se agrega la devaluación del superpeso panista que puede llevar al país a su naufragio.
En momentos de escribir estas líneas el superpeso panista había rebasado el umbral psicológico de “resistencia” de 15 pesos por un dólar, y eso que el dólar estadounidense tampoco es una referencia de estabilidad cuando EU sufre los embates de su peor crisis financiera y económica desde la Gran Depresión de la década de los treinta del siglo pasado.
A propósito, el ex gobernador de la Reserva Federal de EU, Paul Volcker, y el megaespeculador George Soros, durante una conferencia en la Universidad de Columbia, coincidieron en que la doble crisis financiera y económica de EU, con repercusiones globales, es mucho peor que la Gran Depresión.
Lo interesante radica en que mientras el superpeso panista se ha desplomado en pocos meses a más del 50 por ciento, el oro alcanzó, como habíamos previsto en otros medios y foros, mil dólares la onza.
Ante advertencia no hay engaño: específicamente en nuestra columna Geoeconomía del periódico especializado El Financiero, nos cansamos de exhortar a las autoridades de Banxico de diversificar las reservas hoy totalmente desfondadas por la impericia legendaria del cordobista-zedillista Guillermo Ortiz Martínez.
Entre la diversificación de las divisas, a otras monedas diferentes al dólar (v.greuro), sugerimos que se agregaran el oro y la plata (de ésta última, México es el segundo productor mundial.)
¿Cuál fue el resultado de la pésima decisión de Ortiz Martínez de haberse obstinado en mantener las reservas únicamente en dólares? Pues de haber permitido el desfondamiento, hasta ahora y según sus cuentas alegres, de la cuarta parte de las reservas de divisas. Esto sin contar la célebre “línea SWAP” 30 mil millones de dólares (intercambio de divisas entre la Reserva Federal y Banxico, pagaderas el próximo octubre.)
A ver a qué malabarismos contables se entrega Banxico para convencernos de que no han dilapidado ya más de la mitad de las reservas, cuya verdadera tenencia, obviamente, no coteja con las cifras oficiales
Lo real es que la “línea SWAP” de 30 mil millones de dólares aportada por la Reserva Federal de EU, sí mermarán las reservas de Banxico al momento de su expiración.
Tampoco hay que asombrarse tanto con otra devaluación más y otra crisis financiera más en la extensa vida pública de Guillermo Ortiz Martínez que tanto daño le ha causado a México (¿En forma deliberada?)
Y ante esto: ¿Dónde se encuentra el disfuncional Congreso que “NO hace nada para crecer” ni tampoco vigila las reservas de divisas de Banxico? ¿Qué hace el cripto -panista y hoy líder priísta de la Cámara, Emilio Gamboa Patrón, eterno aliado, para no decir cómplice, de Guillermo Ortiz Martínez, para preservar las últimas municiones que nos quedan de reservas de Banxico?
Mientras que para los “mejores financieros del mundo” (Calderón dixit en Davos), la severa recesión global en curso era un “catarrito” ante el cual la triada Calderón-Ortiz-Carstens “había blindado” a la economía mexicana, en dos sendos libros consecutivos (El Fin de una Era, y Hacia la Desglobalización, escritos en el 2007) dicho sea con humildad de rigor (lo cual ha sido avalado tanto a nivel nacional como internacional por los críticos lúcidos), nos cansamos de advertir sobre la inminencia del tsunami financiero global que por desgracia ya llegó para quedarse. ¿Cómo es posible que Calderón, Ortiz y Carstens se hayan equivocado tan grotescamente?
No es nada personal, pero tampoco se trata de exculpar sin deslindar responsabilidades porque la devaluación de facto en más del 50 por ciento significa que la riqueza nacional del país se ha devaluado su equivalente. Es decir, la triada Calderón-Ortiz-Carstens ha empobrecido a la mitad el patrimonio de la nación mexicana (hasta ahora; y lo que falta) y ha desfondado las reservas de divisas de Banxico. ¿Puede haber todavía un peor gobierno con peor rendición de cuentas? ¿Qué sigue?



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