Saturday, January 16, 2010


Los 200 pesos que recibían se habían convertido en una ayuda muy necesaria, dicen

Beneficiarios de Liconsa piden a Ebrard que mantenga subsidio

Que hagan un esfuerzo en el gobierno, que traten de entendernos, señalan consumidores

Josefina Quintero, Ángel Bolaños y Gabriela Romero

Periódico La Jornada
Sábado 16 de enero de 2010, p. 29

Desde el año pasado, en algunas zonas de la ciudad de México ya se había suspendido el apoyo que el Gobierno del Distrito Federal otorgaba para compensar el alza en el precio de la leche Liconsa, sin embargo, beneficiarios pidieron a Marcelo Ebrard reconsiderar el retiro del subsidio que recibían cada año, primero en dos entregas semestrales y en 2009 una sola durante los primeros meses del año.

Padres y madres de familia de Iztapalapa señalaron que los 200 pesos que recibían por dicho apoyo era una ayuda importante para quienes tienen como ingreso el salario mínimo ante la escalada de aumentos en productos de la canasta básica.

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Aspecto de una lechería Liconsa en San Andrés Tetepilco, Iztapalapa. Sabemos que el gobierno no está obligado a darnos algo, pero también debe ver que la autoridad encarece varios productos, afirman beneficiarios
Foto José Carlo González

Lidia Montes, habitante de la colonia El Manto, reconoció que es una cantidad pequeña, pero se ha hecho muy necesaria. Expuso que el gasto en su familia es fuerte porque no sólo compra leche, sino huevo, frijoles, azúcar, carne, con los vales, por lo menos ya teníamos algo.

Por su parte, María de los Ángeles, habitante de la colonia San Simón, en Benito Juárez, comentó que el año pasado sólo recibieron un vale por 100 pesos. Sabemos que no hay ninguna obligación del gobierno, pero también debe de tomar en cuenta que son ellos quienes están encareciendo la vida. Ya ve que hasta el Metro nos lo subieron.

Las madres y padres de familia que acuden dos veces por semana a las lecherías de Liconsa coincidieron en que el gasto diario les aumentó y las posibilidades de mejorar la alimentación se han reducido.

David de la Torre, residente de la delegación, manifestó que se quedó sin empleo y con su liquidación ha mantenido a su familia. El hombre, de 48 años, dijo que ha tenido que racionar su dieta diaria, por ello pidió que hagan un esfuerzo, que se bajen el sueldo, que gasten menos, que traten de entendernos.

En la Asamblea Legislativa, los diputados Aleida Alavez Ruiz y Víctor Hugo Romo Guerra, coincidieron en que la decisión de terminar con este apoyo, al no asignarle recursos este año, la tomó el Gobierno del Distrito Federal a partir del análisis del impacto real de los programas en los beneficiarios y los legisladores dieron por hecho que, con ese criterio, era necesario respaldar otros proyectos, como el de comedores comunitarios, becas a estudiantes de nivel medio superior, medicamentos gratuitos y el seguro de desempleo, reorientando a ellos ese presupuesto.

Alicia Téllez Sánchez, legisladora del PRI, quien preside la Comisión de Vigilancia y Evaluación de las Políticas y Programas Sociales, admitió que desconocía la cancelación de este programa en el presupuesto –aun cuando se aprobó por unanimidad en el pleno– y a partir de que trascendió el tema dijo que pedirán al GDF la información que llevó a tomar esa decisión, aunque de antemano dio por hecho que les entregarán informes maquillados, para decir que ya no tiene tanta razón de ser.

Romo Guerra recordó que muchas de estas decisiones las tomó el GDF a partir de recomendaciones del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF, en el que participan autoridades del gobierno central, las delegaciones y legisladores, así como representantes de organizaciones e investigadores especializados en estos temas.

El jueves, el secretario de Finanzas, Mario Delgado, confirmó que este año el gobierno capitalino dejará de entregar el subsidio de 200 pesos anuales que se otorgaba a 550 mil familias beneficiarias de las 544 lecherías de Liconsa, ubicadas en las 16 delegaciones, con el propósito de contrarrestar el impacto que el incremento de 3.50 a 4 pesos por litro trajo en el bolsillo de los capitalinos en 2001.

Delgado aseguró que los recursos destinados a este programa se reorientaron al de comedores comunitarios. Se beneficiaba a muy poca gente, ha tenido una coyuntura de cuatro años, y por eso está ahora en comedores. No se eliminó, aseguró.

De 2007 a 2009 el presupuesto anual otorgado al Programa de Apoyos Económicos a la Población Consumidora de Leche Liconsa fue de 130 millones de pesos.

En 2001 el entonces jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador estableció el programa de apoyo a los beneficiarios de la leche Liconsa.



Subsidios: reconsideración necesaria

El pasado jueves, el titular de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Mario Delgado, informó que para este año la administración citadina dejará de entregar el subsidio de 200 pesos anuales que otorgaba a los 550 mil beneficiarios del programa de Leche Industrializada Conasupo (Liconsa), si bien la ayuda había dejado de entregarse desde finales del año pasado en algunos puntos de esta capital.

De acuerdo con el funcionario, la decisión de eliminar este subsidio obedece a que el programa referido beneficiaba a muy poca gente y a la necesidad de trasladar ese recurso –que en 2009 ascendió a unos 130 millones de pesos– hacia otras políticas sociales de la administración local, como los comedores populares.

El hecho es que con el anuncio se pone fin a una medida adoptada hace casi nueve años por el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en respuesta a la decisión tomada por la administración federal foxista de incrementar el precio del lácteo de 3.50 a 4.50 pesos por litro. Esta decisión permitió a decenas de miles de capitalinos pobres tener acceso a ese producto básico.

Sin soslayar la complicada situación que atraviesan actualmente las finanzas públicas tanto federales como capitalinas, es obligado señalar que el retiro de este apoyo a los beneficiarios de Liconsa en la capital ocurre en el contexto menos propicio: una crisis económica que la administración calderonista ha dado por concluida, pero que continúa haciendo estragos en los bolsillos de la mayoría de la población; los recientes incrementos en los precios de las gasolinas, el diesel y las tarifas eléctricas, aplicados y defendidos por el gobierno federal, y agravado por las consecuentes alzas en los productos básicos y servicios en todo el territorio nacional.

En el caso de la capital, la situación se agrava con los aumentos en tarifas y servicios públicos avalados por la administración local. Aunque algunos de ellos han sido revertidos como un gesto de apoyo a la economía de la población –tal es el caso del incremento en los costos de las licencias de conducir y los trámites en el Registro Civil, las delegaciones y la Tesorería–, otras persisten, como ocurre con el alza de un peso a la tarifa del Metro.

Es claro que, en la circunstancia descrita, el retiro de cualquier ayuda gubernamental, por pequeña que pueda parecer, representa una carga adicional para la de por sí castigada economía popular, posterga la recuperación del poder adquisitivo y profundiza, en suma, el deterioro de la calidad de vida de la población.

No puede escapar a la reflexión el hecho de que la decisión del gobierno capitalino de reorientar algunas franjas de su presupuesto tiene como componente indiscernible una ofensiva desatada, desde tiempos del foxismo, en contra de la capital del país y sus habitantes, que ha adoptado la forma de recortes presupuestales para la administración local. Mediante esas medidas no sólo se busca asfixiar financieramente al GDF, sino también provocar el descontento popular ante un gobierno citadino paralizado por la falta de recursos y orillado a incrementar tarifas y gravámenes ya existentes o, como en este caso, a retirar ayudas necesarias para los sectores más desprotegidos de la población.

Pese a lo anterior, es deseable y necesario que el gobierno que encabeza Marcelo Ebrard reconsidere esta medida que afecta a un número importante de capitalinos, pertenecientes a los sectores más necesitados; que reconozca la procedencia de preservar la mayor cantidad posible de apoyos otorgados a la población de esta ciudad, y contribuya con ello a reforzar el carácter social de la administración capitalina como un punto de referencia y de distingo a escala nacional ante los gobiernos tricolores y blanquiazules.


http://www.jornada.unam.mx/2010/01/16/index.php?section=edito

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