Wednesday, August 18, 2010


¿Busca el imperio dominar el clima? (I)


Gustavo Robreño

Mi Columna en POR ESTO!


La compleja y difícil coyuntura del mundo actual, que nos lleva peligrosamente al borde del uso del arma nuclear, junto a los sucesivos grandes desastres naturales de los últimos tiempos, generalmente atribuidos al rápido deterioro del medio ambiente y al cambio climático, han vuelto a sacar a la luz las informaciones sobre el llamado Proyecto HAARP, que ya a comienzos de la década habían aparecido en www. meteored.com/ram/913 y 2487 el sitio digital de “la revista del aficionado a la meteorología”, bajo el título ¿La tierra en peligro? Y con la firma de José Tous Borrás.
La reseña de carácter científico, se refería a un “misterioso proyecto” que llevaba a cabo la Fuerza Aérea de Estados Unidos y que había recibido el nombre de High Frequency Advanced Auroral Research, traducido al español como Programa de Investigación de Aurora Activa, todo ello resumido en inglés con las siglas HAARP. Se decía entonces que en unas instalaciones militares situadas en Gakona, Alaska --un lugar bien frío y lejano--, se desarrollaba este proyecto, consistente en 180 antenas funcionando en conjunto que al emitir como una sola pudieran llegar a la cifra de 1 Gw=1 000 000 000 w, es decir, un billón de ondas de radio de alta frecuencia capaces de penetrar en la atmósfera inferior e interactuar con la corriente de los electrojets aureales, que es la electricidad que “flota” sobre la Tierra.
Ahondando en la explicación científica del tema, se añade que HAARP tiene la intención de acercar el electrojets a la Tierra con el propósito de aprovecharlo como una gran estación generadora; HAARP enviaría haces de radiofrecuencia dentro de la ionosfera y los electrojet afectarían el clima global; actuaría como un gran calentador ionosférico, el más potente del mundo, convirtiéndose en “la más sofisticada arma geofísica construida por el hombre”, según apunta este estudio.
Sin embargo, la propia información añade que, hasta aquí, sería la parte “oficial” de la cuestión pero “hay quien cree que detrás de HAARP se oculta algo más”, pues aunque algo de base científico asoma en todo este asunto, los cientos de millones de vatios de potencia y las que implica se pueden considerar como un verdadero calefactor de la alta atmósfera, provocando una ionización de consecuencias imprevisibles que, gracias a su efecto “espejo”, pudiera dirigirse hacia cualquier zona del planeta.
El científico Nick Begich y la periodista Jeanne Manning han estudiado también el tema y publicado el libro “Angels Don’t Play This Harp” (Los ángeles no tocan esta arpa), en el que ambos autores plantean hipótesis y señalan que, de ponerse en marcha dicho proyecto, podría tener aún peores consecuencias que las pruebas nucleares. Por su parte, según la doctora Rosalie Bertell, citada en la información, “HAARP forma parte de un sistema integrado de armamentos, que tiene consecuencias ecológicas potencialmente devastadoras”.
De acuerdo con la científica, este proyecto se relaciona con otros que desde mediados del pasado siglo lleva a cabo Estados Unidos para “comprender y controlar la atmósfera superior” y, en este caso, pudiera considerarse como parte de una larga historia de investigación y desarrollo espacial de naturaleza militar deliberada, afirmando: “La capacidad de la combinación HAARP/Spacelab, (cohete espacial) capaz de producir cantidades de energía comparables a una bomba atómica en cualquier parte de la Tierra por medio de haces de láser y partículas, es aterradora. El proyecto será probablemente presentado al público como un escudo espacial contra la entrada de armas al territorio nacional o, para los más ingenuos, como un sistema para reparar la capa de ozono”.
Teniendo en cuenta la actualidad y peligrosidad de este proyecto militar con implicaciones climáticas que desarrolla Estados Unidos, dedicaremos a HAARP un próximo artículo.

grobreno@enet.cu

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