Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Detrás de Kosovo: el gasoducto transbalcánico de Halliburton
Advertíamos que la independencia unilateral de la otrora provincia autónoma islámica sunita de Kosovo, desvinculada de la cada vez más amputada Serbia (de predominancia cristiana ortodoxa), abrió la caja de Pandora demográfica que se le puede revertir a sus brujos aprendices de la tripleta EU (Estados Unidos)-Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)-Unión Europea (UE) que juega con el fuego balcanizador y vulcanizador (ver Bajo la Lupa, 24.2.08).
¿De que dimensión será la adicción petrolera (Baby Bush dixit) de la tripleta expansionista EU-OTAN-UE para arriesgarse a una confrontación con Rusia en los Balcanes, que puede desembocar en la ruptura del orden internacional y en un intercambio nuclear de mutuo aniquilamiento?
Sin meternos (por ahora) en las profundidades de la edificación de la provincia islámica sunita de Kosovo como un “país mafioso” –encrucijada del suculento negocio de estupefacientes canalizados desde Afganistán hasta las entrañas europeas–, su exigüidad tanto territorial (casi 11 mil kilómetros cuadrados: poco más que el Líbano) como poblacional (2 millones de habitantes: 95% islámicos sunitas albano-kosovares y menos de 5% serbios cristianos ortodoxos), ya no se diga su inviabilidad económica, conspiraban contra su independencia unilateral, de no ser por su relevancia geoestratégica y geoenergética en pleno corazón de los Balcanes, de lo que pretende sacar provecho la tripleta expansionista EU-OTAN-UE.
Pasaremos también por alto la visita inolvidable de Osama Bin Laden a Albania en 1994, así como las conexiones conspicuas de Al-Qaeda con el “Ejército de Liberación de Kosovo” (UCK, por sus siglas en inglés), apuntalado por la tripleta expansionista de EU-OTAN-UE que juega al terror y al contra-terror de acuerdo con el diapasón de sus intereses geopolíticos.
En este contexto, aporta mucha luz el excelente análisis de Pepe Escobar (Asia Times, 29.2.08), quien demuestra que detrás de la independencia unilateral de Kosovo se encuentra el trayecto del gasoducto transbalcánico (AMBO) para transportar el “oro negro” del mar Caspio hasta Europa, y destinado a competir con los gasoductos rusos alrededor del mar Negro para abastecer al sur europeo.
La residencia de Pepe Escobar en Alexandria, Virginia, en pleno corazón de varias oficinas de los servicios secretos de EU, le permite disponer de invaluable información –a no ser que haya sido seleccionado como el mensajero del Olimpo de los servicios de inteligencia para divulgar sus objetivos.
Pepe Escobar inicia su exordio con la advertencia del saliente presidente ruso Vlady Putin: “el antecedente de Kosovo es un precedente terrible, que de facto desintegra el sistema entero de relaciones internacionales desarrollado no en décadas, sino en varios siglos”.
La saga secesionista de la provincia islámica sunita de Kosovo “gira alrededor de dos hechos cruciales interrelacionados en el terreno: los oleoductos de las regiones islámicas y el imperio de 737 bases militares de EU en 130 países operados por más de 350 mil estadunidenses”.
Aduce que no existe discontinuidad entre Bill Clinton y Baby Bush en sus políticas de desintegración de la antigua Yugoslavia, habiéndose pasado ambos por el arco del triunfo un mandato explícito de la ONU.
Nada más lejano a la “democracia” en Kosovo cuando lo que le interesa a Washington, sea con Bill Clinton, sea con Baby Bush, es su “control hegemónico y su militarización”. En Kosovo se ubica Camp Bondsteel, la “base militar más grande de EU que ha sido construida en Europa en una generación”.
La coartada de la independencia unilateral de Kosovo sirve para encubrir el gasoducto transbalcánico AMBO (Albanian Macedonian Bulgarian Oil Corp), entidad registrada en EU que tendría un costo de mil 100 millones de dólares y que sería concluido en los próximos cuatro años, “con el fin de transportar el petróleo del mar Caspio a una terminal de Georgia, y luego en un buque por el mar Negro hasta el puerto búlgaro de Burgas, con una escala a través de Macedonia para llegar al puerto de Vlora, en Albania”, y de ahí para ser transportado al puerto de Rotterdam, en Holanda.
¡Resalta la relevancia de los gasoductos en el siglo XXI! Y eso que el dizque “presidente” del Comité de Energía del Senado/Cenado, el sinaloense Francisco Labastida, pretende rematar los oleoductos de Pemex para beneficio de las trasnacionales texanas y españolas. Es patética la ignorancia geoestratégica de la tripleta entreguista Labastida-Gamboa-Beltrones, cuando en el mundo se andan matando por la travesía del transporte del “oro negro”.
Un capítulo de la guerra de la OTAN, en la etapa clintoniana, contra Yugoslavia se explica mediante el “aseguramiento de la ubicación estratégica del puerto de Vlora, en Albania”, en mero mar Adriático.
Pepe Escobar revela que el estudio de factibilidad del gasoducto transbalcánico AMBO fue elaborado en 1995 (cuatro años antes de la guerra contra Yugoslavia) y “actualizado” cuatro años después (el año de la derrota de Serbia), por la subsidiaria británica de Halliburton: Brown and Root Energy Services, cuyo objetivo primordial embona perfectamente con la “militarización del crucial corredor energético del mar Caspio hasta los Balcanes y para intentar aislar o sabotear tanto a Rusia como a Irán”. ¡Nada más!
Sucede que también la base militar Camp Bondsteel fue construida desde la guerra de Vietnam por otra subsidiaria de Halliburton (KB&R) en “400 hectáreas de tierra de cultivo al sur de Kosovo, cerca de la frontera con Macedonia”. Curioso: todo pasa por Macedonia.
Nada benéfico se puede esperar donde Halliburton mete la mano (¡ni en Ciudad del Carmen, Campeche!): la trasnacional texana que dirigió el superbélico vicepresidente Dick Cheney.
El canciller ruso Sergei Lavrov calificó la independencia unilateral de Kosovo como el “comienzo del fin de la Europa contemporánea”. Así como hoy la cartografía es alterada en los Balcanes, mañana lo podrá ser en cualquier rincón europeo donde una minoría étnica dentro de un país, pero mayoritaria en su provincia regional, declare su independencia unilateral, siempre y cuando sea avalada por una de las grandes potencias del planeta.
Para Pepe Escobar, la ONU es llanamente expulsada de Kosovo, que se convierte así en un “protectorado” de la tripleta EU-OTAN-UE. Nada que ver con la “democracia”, ya que el “neocolonialismo se encuentra más vivo que nunca en Kosovo liberado”, a quien le será impuesto su “virrey y sin la mínima participación en su política exterior”.
Cita a una serie de analistas europeos, sin mencionar a los rusos, quienes “han comparado la presente peligrosa situación en los Balcanes a Sarajevo en 1914, que desencadenó la Primera Guerra Mundial”. Como hace un siglo, “Europa central, Rusia y el mundo islámico chocan en los Balcanes, pero esta vez sujetos al guión de EU”.
A Pepe Escobar le faltó ahondar en uno de los eslabones del gasoducto transbalcánico que atraviesa Macedonia, donde se escenificaría otra “limpieza étnica” entre los ortodoxos (casi 65% de la población) y los sunitas islámicos (casi 34%: una mezcla de albanos y turcos), para que prospere el estudio de factibilidad “super-actualizado” de la texana Halliburton.
La tripleta EU-OTAN-UE dispone de cuatro años para finiquitar su gasoducto, si es que Rusia lo permite.
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