Lilia Arellano
¿Cuál es ahora el rostro de Amado Carrillo Fuentes?
Otro hallazgo macabro tuvo lugar el pasado domingo en el estado de Guerrero: los cadáveres de 12 decapitados, 9 de ellos militares. Los hombres de verde se han mostrado indignados por lo que consideran una ofensa a la institución y amenazan, junto con Felipe Calderón, con emplear toda la fuerza del Estado para castigar a los autores materiales e intelectuales. ¿Y los 5 mil crímenes que ha provocado su farsa de "guerra" contra el narco, no son ofensivos, no les indignan? Porque esta lucha es, sin duda ya, una farsa; también lo ha sido que los EU colaboren contra el narcotráfico y, más aún, lo fue la muerte de Amado Carrillo Fuentes o la del "acribillado" Arellano Félix.
Según Calderón y sus autoridades de seguridad, han sido tan fuertes los golpes que han asestado a los mafiosos que las masacres corresponden a su reacción y, nada más fuera de la realidad.¿De cuáles golpes nos hablan? Hace tiempo que no se sabe de fuertes decomisos de droga, si acaso unos kilos de cocaína en el aeropuerto capitalino, otros kilitos por alguna entidad, unas cuantas toneladas de marihuana y de heroína, nada. Tampoco se reporta que sea detenido ningún cerebro financiero con pruebas contundentes, es decir, con los nombres de las empresas y su participación en la Bolsa Mexicana de Valores para blanquear el dinero.
Además pretenden ampliar su engaño haciéndonos creer que todavía la marihuana y la cocaína son las drogas de mayor demanda, las de los miles de millones de dólares o de euros, cuando ya se ha mencionado que estas han sido sustituidas por las sintéticas que son más prácticas para todos. Para el consumidor: una pastilla o dos o tres son de más fácil consumo que buscar dónde esconderse para inhalar otras sustancias; no tienen olor, por lo tanto no hacen el escándalo de la marihuana; las esconden con mas éxito frente a la familia, etcétera.
Para los países que, como los Estados Unidos, han convertido este tráfico en un puntal económico, evita ya de una vez por todas la dependencia y les resulta mucho más práctico el contubernio para importar las materias primas que se requieren para la fabricación, independientemente de que pueden instalar sus laboratorios muy cerca de los grandes centros de consumo. En fin, lo sintético les resulta de maravilla y en tanto lo ponen al 100 por ciento de operación, nos engañan con sus combates a las mafias.
Ahora que, para los mafiosos, el campo no se reduce significativamente ya que tienen descendencia que han mandado a las mejores universidades del mundo a estudiar diversas especialidades y cuentan con elementos familiares, es decir a prueba de toda traición, para operar desde la fabricación de estupefacientes hasta el blanqueado de dinero en bolsas mundiales y empresas que hacen "productivas" y muy puntuales en sus pagos de impuestos.
La mentada "guerra" contra el narcotráfico en México es a pistolazos, de lo más primitivo, sólo con cadáveres, con muertes absurdas, sin ton ni son, prestándose unos y otros a la gran comedia, a la gran tragedia, a la que mantiene a la población cegada, paralizada por el miedo, sin posibilidad de analizar qué es lo que verdaderamente está sucediendo. No hay estrategia real, de ataque, de decomiso, de afectación a los intereses económicos, no existen las investigaciones. Sólo hay muertos, muchos muertos y los más, del bando que dice va ganando.
Tragicomedias
Por si lo anterior fuera poco, nos quedamos con las versiones que no conocen final, que siguen más que vigentes. Hace unos días, doña Aurora Fuentes hizo declaraciones que obligaron a revisar la historia de Amado Carrillo Fuentes, de su supuesta muerte, de los personajes involucrados en ese fallecimiento de película. Y, si se hiciera un recordatorio de todas las que por estilo se han dado desde el 4 de julio de 1997, veríamos que no es el único desaparecido en circunstancias que dejan sembradas más certezas que dudas, ya que está en esta relación la muerte de uno de los miembros del clan de los Arellano Félix, cuyo cadáver fue incinerado apenas unas horas después de que su supuesto cuerpo fuera recogido de una banqueta en donde cayó acribillado, sin siquiera practicarle los análisis de rigor que permitieran certificar que sí era quien se dijo que era.
Amado Carrillo Fuentes "el señor de los cielos", nació en Guamuchilito, poblado perteneciente al municipio de Novolato, en Sinaloa. Doña Aurora Fuentes tuvo 13 hijos, dos de ellos efectivamente han muerto, otro está preso y Amado, del que ella sostiene en el presente que está vivo. Como se recordará, el supuesto don Amado decidió internarse en el Hospital Santa Mónica, ubicado en la calle Temístocles, en la colonia Polanco, en la capital de la República.
Este hospital es una maternidad. Se trata de un nosocomio pequeño, bien equipado, donde las cirugías son menores, ni siquiera aceptan operaciones de vesícula, por ejemplo, y menos en esos tiempos en los cuales seguía siendo el preferido de la mayoría de matrimonios de la comunidad judía para la llegada de sus vástagos. Es de cuatro pisos, tiene pocas habitaciones, solamente cuenta con una suite, la cafetería es pequeña, no hay más de tres consultorios en un edificio anexo, también el laboratorio de análisis clínicos es reducido y lo utiliza mayoritariamente su clientela que puede considerarse "cautiva".
En el cuarto mes de ese 1997, año en el que se internó Amado Carrillo para practicarse una liposucción y cirugía facial amplia, hubo mucha inquietud entre empleados de todos los niveles, misma que llegó hasta los médicos por la llegada de un nuevo socio mayoritario: Diego Fernández de Cevallos. El "jefe" Diego era conocido por muchas de sus acciones en el Senado, porque lo relacionaban sin mayores elementos con los crímenes cometidos en el sexenio de Carlos Salinas y nadie se explicaba qué hacía ahora como accionista en un hospital.
Empiezan las versiones
Sin embargo, a partir del 4 de julio empezaron a ubicar muchas versiones en su lugar y a crear una verdad. En el citado Santa Mónica, dijeron que se registró un sujeto de 42 años cuyo nombre era Antonio Flores Montes, quien se dijo originario de Zacatecas, aunque dio direcciones que las investigaciones periodísticas de esas fechas reportaron como falsas; le asignaron la habitación 407 y lo intervinieron quirúrgicamente el 3 de julio. Las "operaciones": liposucción y cirugía facial amplia. Duró en el quirófano ocho horas y, 24 horas después declararon su deceso víctima de un ataque al miocardio.
Este cadáver fue mostrado públicamente una semana después y, de haber sido cierto lo de la cirugía facial amplia, lo más seguro es que hubiesen tenido que rasurarle los bigotes, sin embargo el cuerpo presentado dentro del ataúd lucía un negrísimo mostacho. A decir de fuentes de información fidedignas dentro del nosocomio, ni hubo tal registro, ni se utilizó todas esas horas el quirófano, ni de ahí salió ningún cadáver y, todo el operativo policiaco montado en las afueras del mismo fue de pantalla.
Y, si el tal Antonio Flores ni existió ni se registró, nos refieren que menos aún lo haría un sujeto como Amado Carrillo, como "El Señor de los Cielos", quien ni siquiera solicitó la única suite con la que cuenta el hospital sino en uno de los cuartos más sencillos. "De aquí no ha salido un difunto en muchos años y menos un adulto", nos aseguraron. Por lo tanto, no se sabe con exactitud de dónde sacan el cuerpo que es trasladado hasta la funeraria García López ubicada en la colonia Juárez y sólo se tiene como información real que el representante legal de esta agencia es el ahora titular de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Fallecimiento oficial
Como si se tratara de cualquier sujeto, de un don nadie y no de quien escapó a varios intentos de asesinato, uno de ellos el del restaurante de mariscos ubicado en la avenida Insurgentes, propiedad de los señores Ochoa, Amaro Carrillo muere oficialmente el cuatro de julio de 1997, a las seis de la mañana, en esa habitación, en la 407, totalmente solo, sin compañía, sin nadie a su lado, ni una hermana, ni una amante, ni una querida, ni un sirviente, ni un solo guardia.
Es su hermana, Aurora Carrillo Fuentes, quien dice reconocer el cuerpo del sujeto que llevaron al anfiteatro de la funeraria San Martín, en Culiacán. El cadáver fue transportado en el vuelo 100 de Aeroméxico. El primer reporte oficial, el que menciona con toda seguridad que ese cuerpo pertenece al "Señor de los Cielos", proviene de Estados Unidos donde, incluso, el segundo hombre en importancia en la DEA, Jim Milford -director administrativo--, señala que apuesta su placa a que se trata de Amado Carrillo.
Esta declaración no hizo sino aumentar las versiones de que Carrillo Fuentes estaba vivo y, como se recordará, también fue manejado en los medios televisivos no sólo el entorno y el mito de la vida de este sujeto sino la velación del cuerpo, el entierro, el dolor familiar, en un afán sin logro de convencer a todos que "el Señor de Cielos", quien apenas contaba con 52 años, era el difunto. Lo conveniente sin duda, en ese momento, para la familia, era declararlo muerto ya que sobre su persona pesaban muchas ordenes de aprehensión y figuraba entre los 10 hombres más buscados por el FBI.
Para quienes están dentro del hospital Santa Mónica, no hubo nunca ese deceso, jamás salió un cadáver de esas instalaciones, ni Carrillo ni el tal Antonio Flores se registraron y sí está presente don Diego Fernández de Cevallos y sus movimientos. Para los médicos, el bigote en una cirugía facial es una aberración que demuestra que el cuerpo que presentaron no tuvo una intervención de esa naturaleza.
Los médicos Jaime Godoy Singh, Ricardo Reyes Rincón y Carlos Humberto Ávila, de quienes se dijo aparecieron sus cadáveres entambados y con la cabeza hacia abajo, fueron sacrificados porque al defenderse de las acusación que la PGR les hizo en noviembre de 1997 por homicidio calificado y contra la salud en la modalidad de administración de narcótico prohibido, revelaron la verdad: que nunca operaron a nadie, que fueron obligados -mediante una fuerte suma-- a hacer declaraciones alejadas de la verdad.
En todo esto sobresale el nombre del hombre que le enseñó el camino a Carrillo Fuentes, el que lo entrenó en la venta de estupefacientes, el que le mostró la riqueza que generaba el narco: su tío Ernesto Barrios Alvarado, mismo que en su momento intentó hacer un pacto con el gobierno mexicano, desde la isla de Cuba, para que Amado no fuera arrestado y se le permitiera seguir trabajando. Dicen que su pacto no fue aceptado, sin embargo todo indica que sí fue él quien presentó el cadáver de un primo de "el Señor de los Cielos" pero en la funeraria, sin pasar por el hospital y menos aún por el quirófano, a partir de entonces simplemente... se esfumó. Y ¿quién es ahora, cual es el rostro de Amado Carrillo Fuentes? "
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